CASTILLO DE AGUASCLARAS: CASA SEÑORIAL:
Casa Señorial y Casa del Castellano:
En el centro-norte del Castillo se alza la Casa Señorial, con la Casa del Castellano adosada en su lado oeste. Ambos son edificios sólidos de piedra. La Casa Señorial tiene tres pisos y la del Castellano dos.
Casa Señorial:
Estancias del Señor de Aguasclaras:
PRIMER PADRE DE LA PRIMERA LUNA DEL AÑO 140 D.A.
CERCA DEL OCASO.
- El Septón Eulocis se dirige a su habitación.
- Plumby se dirige a su habitación.
// Entran en escena: Septón Eulocis, Plumby. - Proceden de: Patio del Castillo.
El anciano sube las escaleras acompañando a la familia de Ser Hadder. Amablemente, desea las buenas noches a su señor y su familia, y se retira a sus aposentos. Una vez a solas, el viejo Septón se deja caer sobre una banqueta forrada de cuero y exhala con agotamiento. Ha sido una jornada muy dura. Y larga. Pero Eulocis está contento. El servicio de la mañana ha servido para empezar a llamar la atención de las gentes del castillo. Les hace falta un Septón poco convencional. Por lo que ha podido comprobar desde su llegada, la fe está muy relajada por estos lugares, y es su labor, como siervo de los Siete, hacer lo posible por fortalecerla. Su mensaje de hoy ha sido claro, y vehemente. Pero Eulocis sabe que puede serlo más, y debe esforzarse porque así sea. Debe esforzarse por volver a atraer a las ovejas al rebaño. La Fe tiene demasiados enemigos, y es preciso estar alerta ante sus ataques, y fortalecer las filas antes de que estos ocurran.
Agotado, el Septón encuentra aún unos minutos para rezar las Siete plegarias antes de entregarse a un sueño reparador.
- Brosten y Haudrey Ríos llegan y se dirigen a sus respectivas habitaciones.
// Entran en escena: Brosten, Haudrey. - Proceden de: Patio de Armas.
Brosten se despide de Haudrey. Ha sido una gran fiesta, mañana volveremos a la normalidad, tras un gesto cortes entra en su habitación y sacando una piedra de afilar de un viejo baúl, comienza a afilar su hacha como cada noche, aquel sonido era todo lo que necesitaba antes de irse a dormir...
Después de cambiarme la ropa por una más modesta y ésta guardarla, recé a los siete arrodillándome mientras me apoyaba en mi jergón. Después de la breve oración me acosté sin todavía dormir pensando en lo acontecido, haciendo memoria de toda la conversación con la mujer y mi aprendiz, intentando encontrar en esas palabras la verdad de mi situación hasta que mis ojos se cerraron...
Haudrey corresponde al gesto del leñador, pero lo cierto es que no dice demasiado. Está cansado físicamente, después de todo un día de festejo y de jugar con otros niños... Pero también, en el fondo, sigue recordando la exclusión que le amargó un poco todo aquello.
Sin decir demasiado, marcha a sus aposentos, con intención de dedicar una oración rápida a los Siete antes de echarse en su cama y dejar que el sueño le alcance.
Me levanté con los primeros rayos del amanecer, dejé la habitación igual como la encontré antes de acostarme después abrí la ventana para que se ventilase hasta la noche. Me aseé y bajé a la cocina buscando fruta para desayunar.
Comí hasta coger las fuerzas necesarias para empezar a trabajar en la herrería.
EDITADO: Acción cancelada por Director II.
OCASO DEL PRIMER PADRE DE LA PRIMERA LUNA, AÑO 140 D.A.
- Probis llega desde el Patio y se dirige a su habitación.
// Entra en escena: Probis. - Procede de: Patio de Armas.
PRIMER PADRE DE LA PRIMERA LUNA, AÑO 140 D.A.
PRIMERAS HORAS DE LA NOCHE.
- El Ama de Llaves Vesania Oakenshaf sale de las estancias privadas del señor feudal y su familia y se dirige a su propia estancia en las habitaciones de los servidores de confianza de la casa.
// Entra en escena: Vesania. - Procede de: Habitaciones privadas del señor feudal y su familia.
El hacha de Brosten estaba reluciente, es cierto que aquel metal mostraba varias muescas que certificaban su buen servicio en manos de un experimentado leñador, pero no cabía duda que aquel metal era la posesión más preciada de Brosten. La noche ya era cerrada y Brosten empezaba a sentirse cansado así que colocó su hacha junto al cabecero, después salió de su habitación al ver que su tinaja no tenía agua donde se encontro con Vesania la cual regresaba de los aposentos de Ser Hadder.
Buenas noches mi señora, ni tan siquiera la luz tenebrosa de estas horas es capaz de hacer palidecer su bella mirada, dijo Brosten con tono adulador a la vez que inclinaba un poco la cabeza en señal de reverencia.
-¡Ah!- El ama de llaves apenas dejó salir un gemino quedo.- Me has asustado Brosten.- Le dijo en tono seco. Era cierto que los ojos de Vesania tenían una extraña belleza pero no sabía si el leñador pretendía burlarse de ella. Sus ojos estaban adornados por unas no tan bellas cicatrices que, partiendo del lagrimal, descendían por los surcos dejados por las lágrimas que ya nunca derramaría. Se tranquilizó un poco pensando en que en aquellas estancias sólo se encontraban el personal de la máxima confianza de Ser Hadder, jamás podría pasarle nada malo allí. Se obligó a dulcificar algo la voz al dirigirse del nuevo al leñador.
-¿Necesitas algo?- Estaba agotada ya. Para ella la ceremonia, lejos de ser una celebración, no era más que un día con más trabajo de lo normal. Aún así, resignada, se forzó a cumplir con su deber. La mayor parte de la servidumbre estaría ya descansando, pero ella no, ella siempre estaba activa. Se quedó mirando el rostro del leñador, también surcado no pocas cicatrices.
Siento haberos asustado no fue mi intención, dijo Brosten con un tono cálido y confiable, a veces la soledad del bosque hace que se resientan mis modales en la corte, todo lo contrario que a vos siempre tan cortes aún habiéndoos asustado, continuo diciendo Brosten con una ligera sonrisa que denotaba cordialidad.
Tan solo iba a buscar un poco de agua para mi seca garganta, dijo mientras se llevaba una mano al cuello, hoy ha sido un largo día y parece que los sueños tardan en llegar a mis aposentos.
Suerte que estos pasillos son seguros, si no me preocuparía que los recorrierais sola tan tarde. No obstante si en alguna ocasión necesitáis sentiros más segura sabéis donde encontrarme, será un honor para mí aliviar vuestra preocupación y gozar de vuestra compañía.
Seguía durmiendo entre sudores y sueños que provenían de lo acontecido en la fiesta, veía el rostro de la mujer mi prima que me llevaba a un pozo oscuro, allí un niño me pedía que le diera agua para beber, me fijé en el niño era sin duda mi aprendiz. Dudé en aquel ambiente de quedarme parecía una trampa, pero ¿qué trampa puede ser la del niño y mi prima? No sabía pero algo me decía que si cumplía sus ruegos me quedaría atado a ese lugar para siempre...
Lo sé.- Pensó Vesania con el rostro impertérrito. Esa misma soledad del bosque, la que le hacía resentir los modales, debía ser la que le hacía incapaz de limpiar de barro las botas de forma que, después, era el ama de llaves o alguna sirvienta la que debía seguir el rastro que dejaban, cual exploradoras, hasta sus estancias.
Cuando el hombre se llevó la mano al cuello se quedó un instante observando aquella enorme mano, fuerte y llena de callosidades, como no podía ser de otra forma, dada su profesión. ¡Qué diferencia con las manos de Probis, el mayordomo, masculinas pero a la vez delicadas! Pensar en Probis le hizo sentir una punzada de dolor en la boca del estómago. De pronto se preguntó qué pensaría el mayordomo si la encontrara allí, de noche y en la penumbra, hablando amistosamente con Brosten, justo el día en que se había quitado la alianza.
- Toma el agua.-Dijo con cierta impaciencia mientras le pasaba una jarra con agua fresca. No conocía apenas al leñador como para interpretar con claridad sus palabras. ¿Estaba siendo galante o escondía algo más en su discurso?- Confío plenamente en que los pasillos de este castillo son seguros. Como mucho podría resbalarme con el barro seco que dejan las botas de los hombres cuando vienen del campo o del bosque. Si necesitara algo sólo tendría que seguir el caminito dejado hasta vuestros aposentos, ¿verdad?- No pudo más que sonreír ligeramente. Una forma sutil de pedir al buen hombre que tuviera más cuidado en sucesivas ocasiones. Jamás osaría a decirlo directamente, pero si el hombre tenía a bien entenderlo pues mucho mejor. Ella estaba para servir, pero no le hacia gracia las personas desconsideradas.- Muchas gracias Brosten, que duermas bien.- No sabía por qué pero se había sentido incómoda. Normalmente presentaba la fuerza de un roble, pero ¿qué podía hacer el árbol más resistente frente al hacha de un leñador?
Brosten se quedo pensativo por un instante hasta que acertó a decir,-Siento haberos importunado,descansar mi señora, Su tono de voz dejaba ver la confusión de sus pensamientos. Quizás había olvidado dus modales en el bosque, aunque había intentado ser cortes no debió de conseguirlo.
Al entrar en su habitación y sentado en la cama Brosten se fijo en sus botas, cogiendolas les dio la vuelta y vió una pequeña costra de barro semiseco, quizás fue en ese momento cuando comprendio las palabras de Vesania, no sabía que era lo que ocultaba aquella sería mirada de Vesania pero parecía una pesada carga... Acto seguido cogio un viejo cepillo de puas y comenzo a limpiar sus botas recogiendo el barro en un pequeño cuenco.
- Ya es por la noche cuando Malcom Ríos llega a la Casa Señorial y se pone a sus tareas antes de acostarse en su cuarto.
// Entra en escena: Malcom. - Procede de: Patio de Armas.