Partida Rol por web

¡Cómo te gusta picar a la vieja, Bethan!, rió.

Vamos Maese Ammon, si ya casi no puede verse ni la punta de los pies.

Una vez todo el mundo hubo entrado, él hizo lo propio.

Esta bien maestre Ammon- responde. Quizás su inspección puede sacar algo en claro de todo el asunto.

- Blantel y su hijo Dod se dirigen al Castillo.

- Malcom Ríos se encamina hacia el Castillo. Pendrik Tully va con él.

- El Maestre Ammon examina los restos de la plataforma de madera incendiada.

- El Acólito Eremiel, visiblemente molesto, se dirige al Castillo.

- Nana se dirige al Castillo.

- Bethan y Tarmall aguardan a que todos los civiles se hayan marchado.

-Supongo que yo también debo ir moviéndome- murmura Edder a si mismo mientras espera a que se vacíen las inmediaciones.

-Vamos, muchacho. Esto no se ve nada bien.-

Jeremyed se asegura de que sus dos hijos y su mujer le acompañen antes de volver al castillo, y luego dirigirse a la herrería.

- Vamos - comento también, poniendo una mano en el hombro de Aaron para animarlo a caminar, adelantando el paso para llegar junto con Jeremyed a la herrería.

Din dejó que el maestre Ammon revisara los restos del incendio. Quizá aquel hombre pudiera descubrir algo que el Forestal hubiera pasado por alto. 

Le extrañaba, seguía sin comprender cómo se había iniciado todo aquello, y en cierto modo le intrigaba. No creía que hubiera sido por arte de magia, y era muy poco probable que se hubiera tratado de un accidente.

Din se dedicó a vigilar los alrededores mientras el maestre examinaba los restos. No quería que nadie les atacara por sorpresa.

MAESTRE AMMON:

- Tirada Oculta de Buscar, con un bono de +2 por Sinergia de Habilidades.

Mi paciencia tenía un límite, y ya se me empezaba a agotar viendo como se relajaban de mas allí fuera.
Empecé a roncar con evidente sarcasmo a ver si así, sus reales posaderas se daban un poco de prisa. El vino me espera

- Jeremyed, Aisa, Jodd y Aaron se van al Castillo.

- Harry les sigue.

- Lady Olenna se lleva al pequeño Gwraidd al Castillo.

- Soraya la Gata se lleva a su hijo Jack.

- Del Castillo llega el joven Orsey Crakehall. En realidad sólo es un niño, aunque su aspecto es el de un fornido adolescente.

Observé el humo y corrí hacia mi padre.

-¡Padre! ¿Qué ha ocurrido? ¿Estamos siendo atacados? -observé la relativa tranquilidad que había en la escena tras preguntar, que no podía comprender. El maestre Ammon inspeccionaba los restos de lo que parecía un incendio y Din y sus hombres vigilaban el perímetro- ¿Dónde está Horace? ¿Está bien?

Todo está bien, Orsey- responde a su hijo- no ha habido ningún ataque, solo un desafortunado incidente- dijo, refiriéndose al fuego que quemó el altar- y por lo que veo, tu hermano está perfectamente. A decir verdad, ve con él y entrad ambos en el castillo. Yo iré en breves. 

-Sí, Padre. Vengo de acompañar a madre a vuestros aposentos, y venía a acompañar a Horace para que se retire también -dije, cuando al fin localicé a Horace con la mirada. Con un silvido y un gesto con mi mano intenté llamar su atención para que viniera hacia mí.

-¡Venga, Horace! ¡Hora de volver a casa!

Volví a girarme hacia mi padre, mientras Horace venía.

-¿Qué ha pasado, Padre? ¿Cómo ha podido arder? Espero que hagas azotar al responsable, igual que a los dos inútiles de esta mañana.

     Ammon paseó por los restos aún calientes del fuego que había devorado el escenario. Deslizó los dedos previamente humedecidos por maderas y restos de carbón, evitando los metales. Acercó el rostro, husmeando.

     Algo ignoto había iniciado el fuego. Al Maestre se le ocurrían no menos de cinco formas distintas de hacerlo, y todas implicaban procesos alquímicos más o menos complicados. Ammon se contaba entre uno de los mayores conocedores alquímicos de su tiempo, pero ahora buscaba otra cosa: aquello que aceleró el fuego extendiéndolo en segundos por toda la estructura.

     Magia, murmuraban los hombres, asustados.

     Sí. Eso justamente es lo que el autor de la felonía deseaba provocar. 

     Pero nadie en aquel Castillo estaba tan seguro de que no había magia rondando el incendio como el Maestre. Ahora bien, ¿cómo...?

     -¿Cómo? -murmuró-. ¿Cómo, cómo, cómo?

Din se mantuvo cerca del Maestre. Éste parecía tan perplejo como el propio Forestal, que no había sido capaz de descubrir el origen del incendio. 

El cazador se mantuvo en silencio, sabedor de que el más mínimo ruido podía molestar al Maestre, y que debía dejar trabajar a su mente. Sólo deseaba con una respuesta racional que satisfaciera a todos.

Y por si acaso seguiría atento a los alrededores, aunque estaba bastante seguro de que no había nadie más por ahí.

El que hubiera iniciado el incendio tenía que haber sido uno de los asistentes a la ceremonia.

Mira qué majo el niño este, que quiere que me azoten... Ay... Si tu padre no estuviese delante te iban a caer unos capones, malnacido impertinente...

Bethan se acercó y le pellizcó las mejillas a Orsey, y pasó su brazo en torno al hombro del muchacho para abrazarlo amistosamente.

Vaya, Ser Otter. ¡Cómo ha crecido vuestro chaval! Está hecho todo un hombrecillo. Dentro de nada ya va a haceros abuelo, ¿verdad, chiquitín?

Aún no lo se, pero pronto lo averiguaremos- contesta a Orsey- y veo que te preocupa el castigo que recibirán mis hombres- añade- pero los azotes no entran en mis planes, hijo- añade. El error de sus hombres sería pagado, pero azotarlos era un castigo desmedido.

Justo tras decir esto, Bethan se acerca a ambos- Bethan, ya que estás aquí, escolta a mi hijo hasta el castillo. Luego hablamos, Orsey- y tras decir esto, se dirige hacia donde se encontraba Din, dejando espacio a que el maestre siguiera sus pesquisas. 

-No necesito escolta, Padre, ya lo sabes. He venido a acompañar a Horace y a informarte de que ya he dejado a Madre en vuestros aposentos -dije afable, sin ninguna intención de ofender a mi padre. Ignoré los comentarios de Caratorcida, a quien vi las intenciones, y volví a dirigirme a Padre- Seguro que sabrás impartir justicia.

Volví a llamar a mi hermano.

-¡Venga, Horace! ¡Nos vamos!

MAESTRE AMMON:

- Deduces que con la velocidad y rapidez que se propagó el fuego, y la forma como ha ardido toda la estructura, sin duda ha sido un incendio provocado, con intención de destruir toda la estructura y hacerla inutilizable, pero no con intención de causar víctimas, pues el fuego no podía propagarse a nada ni había nadie tan cerca como para sufrir daños.

- Tomas unos trocitos de madera quemada y hueles claramente alguna clase de aceite empleado como combustible para el fuego. Te parece a priori un aceite de origen vegetal, probablemente refinado por alguien con ciertos conocimientos alquímicos o de hierbas. Podrías averiguar exactamente qué aceite es estudando estos restos con más detalle en tu laboratorio.

Sé lo que diría la vieja comadrona en un momento como este...

Bethan puso su mano sobre el hombro de Orsey, y se aclaró la voz para imitar a la anciana.

Es inútil, joven Crakehall. Vuestro hermano no vendrá. Ya no os oye. Los Niños de las Hojas se han llevado su alma. La tienen a trabajos forzados, obligándole a esculpir su propio rostro en un Árbol Riñón.

Jajajajaja... Ser Otter, ¿quiere que me lleve también a Horace?