Partida Rol por web

Sabéis que el plan costó una auténtica fortuna e hicieron falta malabares jurídicos para que el gobierno costarricense lo aceptase, pero de activarse, tendrían que traer unos cuantos helicópteros militares que tengan disponibles (Mínimo 4, máximo 8) para recoger a tantos supervivientes como se pudiese, eso sí, no tienen NINGUNA obligación de combatir contra dinosaurios, en teoría ni siquiera de poner el pie en Isla Nublar.

Me escondo detrás del vehiculo, con la cabeza bien agachadita y aferrándo la enorme pistola con mis dos manos. Odio los dinos que muerden... pero los que escupen son incluso más hijos de puta. Hay almenos dos bichos de esos, pero podría haber más, esto no me gusta ni un pelo, los dilophosauros tenían aspecto simpático, no daban tanto miedo como un Rex, pero sin duda eran mucho más traicioneros. Al Rex por lo menos lo ves venir...

-Arf... empiezo a odiar a estos bichos...

Me quedo mirándo a Randall, esperándo que él tome la iniciativa con lo que sea, yo le seguiré como siempre, sin jugármela demasiado, pero aparentando lo suficiente para que me consideren uno de los suyos.

Michelle :

Si sólo hubieras cerrado la bocaza... Tim no habría cortado la corriente y ahora estaríamos todos juntitos y enviando esa señal para que vinieran los maltidos helicópteros costarricenses a por nosotros. De todas formas sólo Elmar tenía esa clave, y no podíamos emitir nada por el walkie, así que están bastante jodidos.

-Oye Elmar, creo que sería conveniente que alguno más tuviera la clave, no sea que se pierda o te pase algo... esperemos que no.

Miro a Elmar de forma amistosa, aunque por dentro sigo pensando que le dieron el puesto de jefe de seguridad por enchufe. Alguien tan retrasado no podría defender ni un carrito de los helados.

-Si me la enseñas creo que puedo memorizarla. ¿Te parece?

Me asomo un poquito por debajo del jeep para ver si siguen allí esos dinos, espero que se cansen pronto y se larguen de aquí.

Los dos dinosaurios se os quedan mirando unos segundos. Ahora podéis ver al segundo del que avisó Antoine, que apenas asoma entre el follaje. Cuando ven que estáis a la defensiva, el curioso que estaba al frente gira la cabeza y mira a su compañero, y juntos retroceden hacia la maleza para ocultarse.

Aquellos bichos se iban, pero conocía los leones y los guepardos, porque los había sufrido en los safaris. Si no se les acojonaba con ruido y una demostración de fuerza, se retiraban para seguir merodeando hasta que pudieran atacar. Por eso, y aunque no era el jodido Terminator, apoyó el SPAs en el jeep, apuntó bien a uno de aquellos bichos y soltó un tiro.

Randall se preparó para disparar, así que yo no podía ser menos, me coloco con los codos apoyados sobre el capó del jeep, la verdad es que el arma pesaba bastante, y así con los brazos apoyados puedo apuntar mejor y sin que me tiemble el pulso.

Guiño el ojo tratándo de fijar el objetivo, hace mucho que no disparaba, pero esto no puede ser muy distinto a ir de caza. Lástima no tener una compañía algo más inteligente para de hablar de política o contar anécdotas jurídicas.

Ya te tengo... bichejo...

¡BOOOOM!

Aprieto el gatillo y el retroceso me hace caer de culo al suelo. Madre del amor hermoso, pues si que es potente esta mierda. Me levanto sonriendo de forma inocente, y me asomo un poquito por encima de la carrocería del vehiculo para ver si le he dado. Jeeejejeje. Seguro que esos ya no vuelven, Randall y Barry les han dado su merecido.

Barry, Barry, Barry... nunca cambiaria.

Elmar se sube al Jeep y mira en los alrededores,tratando de escuchar cualquier cosa que se les este pasando por alto.

¿Habian huido por ellos los escupidores o habia otro horror escondido en la jungla?

Eh.... si es preciso te los dare Barry... pero aun no. Continuemos. Esos engendros no volveran en un rato y necesitamos contactar con nuestros compañeros. ¡Maldita sea! Debimos arreglar la Radio cuando estabamos todos juntos...

Antoine apunta su rifle hacia la maleza, pero no dispara, pues parece que huyen, aunque... ¿Huirán de ellos? "Esperemos que si" piensa el francés "aunque no quiero quedarme a comprobarlo".  

-Ciegto, debímoss haceg muchas cóssas que no hémos hecho. Pego quissás ahoga seggía buena idéa salig de aqui gápido, pog si vienen sus pgimos mayoges.- Antoine se vuelve a colocar el rifle a la espalda, listo para subir al jeep de nuevo, o empujarlo, según sea necesario. 

-Una lesión a la columna... ¡ja!... y yo soy la madre Teresa de Calcuta...

Annie no se tragaba el cuento, Barry no se había quejado ni una sola vez y ahora, de repente, se había acordado de la dichosa lesión y miren que ganas de decirle sus cuantas verdades no le faltaban pero había que empujar, sacar el jeep de esa zanja y discutiendo con el flojo de West no lo iban a hacer.

Y empujó, con todas sus fuerzas empujó, fuerzas que de seguro eran más que las del niñito mimado de Barry. Empujando estaba cuando distinguió a un dinosaurio no demasiado grande asomando entre los helechos y estaba demasiado cerca a su gusto. Fijándose más pudo ver que pocos metros más atrás había un segundo. Randall y Antoine también los habían visto, de hecho Randall fue el primero en dar la voz de alerta.

Annie también había reconocido los dilophosaurios, aunque a diferencia de Randall no había detenido tantos detalles referente a ellos. Sabía que eran carnívoros y un poco más, pero Whisman dijo lo vital: los bichos escupían veneno a los ojos.

-¿Dónde están mis antiparras de seguridad cuando las necesito? -se preguntó Annie.

-... Podria haberse llevado a Barry... -escuchó a Elmar decir- Como siga estorbando el abogaducho Barry a la plancha es lo que van a comer esos bichos hoy, porque se los voy a servir en bandeja de plata...

Se parapetó tras el jeep y se armó con el rifle que Elmar le había pasado. El dedo puesto en el gatillo, el seguro sacado y apuntando al dinosaurio que estaba a escasos diez metros.

La radio se activó, Michelle pedía el código de emergencias a Elmar y Barry, oportunista él, dijo a éste que se la diera, que él la memorizaría.

-Mejor que la diga para todos, todos la memorizamos y ya... no vaya a ser cosa que a tí te pase algo también... hay que ser precavidos... -dijo sin apartar la vista de los dinosaurios.

Pero algo pasó, los dinos se retiraban, aunque más correcto sería decir que se agazapaban y se ponían al acecho, porque hacía rato que dejó de creer en el viejo pascuero como para pensar que así, por las buenas, se iban a ir sin más. ¿Dejar huir a la presa? Noooo... eso podía pasar en los cuentos de niños, pero eso no era ningún cuento, era la puta realidad.

Y Annie no lo pensó dos veces, el bicho que había fijado en el blanco fue el que se movió y ella rápidamente fijó entonces al otro (no se iba a arriesgar a dar al que estaba en movimiento, mejor se iba al que le ofrecía más seguridad de acierto) y disparó. Randall y Barry también habían disparado.

Elmar mira a los demas muy serio mientras busca en su mochila.

Compartire la clave con vosotros... esta aqui apuntada. dice mientras muestra el libro que lleva guardado como un tesoro.

¿Tienes un Boligrafo Barry? Cada uno llevara un pedazo de papel con la contraseña, por si alguno caemos por el camino.

Solo os pido que nos mantengamos unidos. Todos debemos salir vivos de aqui...

Ahh ahhh... ¿O sea que se la pido yo y no me la quiere dar? Sin embargo lo pide la chacha y le falta tiempo... En fin, no se si es que tiran más dos tetas que dos carretas o que ese inútil tiene algo en mi contra, si hubiera sabido hacer bien su trabajo nada de esto hubiera pasado. Y encima los rusos se han escapado en una avioneta... Pero eso me consuela, si se han llevado los embriones este capullo va a tener que responder como jefe de seguridad. Y lo van a joder a base de bien jajajajajaja.

Miro a Elmar sonriendo como si fuera su mejor amigo, y busco en mi chaqueta sin perder un porte simpático e inocente. ¿Un boligráfo? ¿Pero que se cree, que soy un mendigo como él?. Saco una preciosa pluma estilográfica de diseño y corto una de las hojas en blanco de Elmar en cinco pedazos.

-Yo lo escribo, que tengo buena letra.

Realmente no me apetece que me "despunten" la estilográfica, por ejemplo Annie lo más sofisticado que ha cogido en su vida es una fregona, y los otros... no quiero ni pensarlo jajaja. Escribo los diez dígitos del código en cada uno de los papeles y los reparto con una sonrisa.

-Deberíamos seguir.

Vuelvo a sentarme en el asiento delantero, bastante más tranquilo después de haber conseguido que la única clave que tenemos para salir de aquí ya no está sólo en manos de "Elmo".

De los tres disparos que efectuó el grupo, dos de ellos dieron en el blanco, hiriendo a ambos dilophosaurios, que gruñeron molestos y aceleraron su huida, perdiéndose entre la maleza.

Rápidamente, el grupo empujó el jeep, sacándolo de donde habia quedado atascado, y oyeron un rugido lejano, poderoso y amortiguado por los árboles y el follaje, sin embargo nada se veía.
Subieron deprisa al jeep, y mientras hablaban y se escribian el código, el rugido se repitió, algo más cerca. No parecía que, fuese lo que fuese, estuviera corriendo, pero sí que se acercaba a chafardear, al menos...

Antoine coge el papel, receloso del abogado. Cada vez le cae peor. Ha tenido con tratar con un montón de chupatintas y persigue ambulancias muchas veces, pero Barry está empezando a encabezar el ránking. Mira el papel, mirando todos los dígitos. 

-Suggiego que lo compgobemos... Pog si aca...- El ruido interrumpe al francés, que calla de golpe, mirando hacia arriba, y escuchando con atención. 

Es el Metriacanthosaurus, de 8m (El rex está en 12-13). Por supuesto, carnivorísimo.

Me estremezco al escuchar aquel rugido, tanto que me aseguro de que el cinturón de seguridad está bien asegurado y miro a Randall con ojitos de cordero degollado como instándole a que nos saque de aquí como alma que lleva el diablo. Mierda.... esto no es bueno... nada bueno...

-Yo... yo se que eso...-Digo con un ligero temblor en la voz, lo cierto es que no me interesaban demasiado los dinos, pero a este lo recordaba bien.-Me acuerdo cuando lo vi en la jaula, me pensé que era un Rex, y dije que me los imaginaba más grandes, entonces un sabioncillo me dijo que no era un Rex, sino un Metrianosequesaurus, algo así como su primo más pequeño...

Pero eso no le quita que siga siendo jodidamente enorme, aunque no tanto como el otro. Era más divertido cuando estaba en la jaula...

Elmar permite que Barry anote las claves, preparando copia para todos. Eso eso, al menos en esto seras util...

Sonrie al ver huir a los monstruitos, mas poco le dura la felicidad. Algo ruge en la lejania... algo grande.

Creo... creo que tenemos problemas. ¡Rapido rapido! ¡tenemos que irnos de aqui! Con un poco de suerte seguira el rastro de sangre de los Dilophosaurus esos... ¡vamos vamos!