Partida Rol por web

Pues claro. La lluvia se habrá cargado algo y los de mantenimiento estarán perdiendo el culo para arreglarlo, no hay de qué preocuparse Dice sin demasiada convicción

Se gira hacia Alder y dice: Volvemos en un momento.

Junto a John, se marchan bajo la lluvia hacia el segundo autocar.

Para los que estáis dentro, no tardan en ser dos vagas sombras difuminándose en la oscuridad y la lluvia.

El guía te lleva hasta el segundo autocar, abajo están el guía y el conductor. Cuando llegáis allí, veis que el primer autocar se ha salido de la carretera, probablemente a causa de la lluvia en el asfalto, y entre los dos guías y los dos conductores están buscando el modo de enganchar el cable de arrastre del primer autocar al segundo, para que el segundo pueda sacarlo del barrizal.

En vuestro autocar se ha apagado la luz interior y los faros, quedando solo las de posición.

¿Necesitáis ayuda?

Dave apaga las luces y el motor, incluidas las luces interiores, dejando solo las de posición.
Busca en la guantera y saca unos chicles, que empieza a mascar.

Lo mas probable es que sean un par de arboles en mitad del camino, con esta lluvia no es de extrañar los desprendimientos de tierra y en consecuencia es muy posible que algun arbol pierda la estabilidad ademas de aumentar dichas posiblidades el aparato electrico claro. Bueno, creo que hay que ponerse comodos...

Tras esto Simon se estira ligeramente.

Me espero detrás del guarda con las herramientas a la vista para que vean que soy mecánico y mirando continuamente a mi alrededor.
- ¿No deberíamos hacer menos ruido? Vamos, digo yo... le susurro al guarda.

Michelle observa en silencio como los chicarrones se encargan de organizarse mínimamente y finalmente un par de ellos salen del autocar, momento en el que ella desciende los escalones del mismo para quedarse en ellos y asomarse de vez en cuando con ojos entrecerrados, intentado distinguir algo en esa conversación con cierta impaciencia. Nunca se le ha dado nada bien quedarse quieta.

-Sí, seguramente será eso...- responde vagamente a lo dicho por Simons, ya que no lo cree realmente pero será más tranquilizador para el resto. La verdad es que llega a envidiar la tranquilidad con la que se desenvuelve el paleontólogo, seguramente algo natural teniendo en cuenta su trabajo.

Tras esto, resopla sonoramente, mira un momento de reojo a Alder y acaba por salir del amplio vehículo, avanzando bajo la lluvia para acercarse al reducido grupo de hombres y enterarse bien de lo que está ocurriendo. No puede quedarse de brazos cruzados, sencillamente no sabe.

Jhon Walter

Tres meses llevas en la dichosa isla. Tu trabajo es lo que tiene, tres meses en la isla, y una semana de descanso en tierra firme, donde puedes gastarte tu bien merecido dinero. La jungla es molesta: bichos, humedad, más bichos, y poco entretenimiento en el tiempo que estás trabajando, pero mientras se cobre bien...

Tu trabajo consiste en proteger las zonas urbanizadas de la isla, las plantas de energía, el hotel, el aeródromo, y todo lo demás. Comocer los caminos y carreteras es esencial en tu trabajo, ya que a menudo acompañas a gente en jeep (de gasolina) aquí y allá. Normalmente solo tienes que abatir algún jaguar o caimán de tarde en tarde. Los dinosaurios apenas los ves, solo si vas de pasada, como esta noche, si fuera más apacible.
En tu mismo autocar hay otros cuantos trabajadores, a varios de ellos les conoces, Michelle, otra guarda de la isla, y dos de parque, uno es el anciano Victor Voronov y Alder, otros guardas, y Donald, encargado de la central geotérmica. Los demás no te suenan mucho, uno crees que es mecánico, que va escuchando unos walkman, y al lado del conductor va un guarda de la isla, con el rifle preparado y fumando un pitillo tranquilamente. Los guardas de la isla tienen la obligación de acompañar a cualquiera que se mueva por zonas que no sean exclusivamente del parque, como el Hotel y el puerto, aunque en este caso, paséis por el parque.

Al terminar tu turno, la 'caravana de fin de semana' (un pequeño autocar de 16 plazas) te pasó a recoger a tu puesto de trabajo, se reunió con otros dos autocares en el hotel, donde por ahora vivís los empleados, y, cuando recogiste tus cosas, de nuevo a los autocares, y camino al puerto.

Conforme salías del hotel empezó a llover como llueve en Isla Nublar: De repente, sin avisar, y a lo bestia. Los autocares toman la ruta más corta, pasando por un camino solo para empleados que cruza el parque, entre dos alambradas. Normalmente podrías ver algunos herbívoros a un lado y a otro, pero con la torrencial lluvia que está cayendo, el viaje se está haciendo realmente pesado: los autocares van despacio a causa de la lluvia, y no se puede ver nada.
La radio del autocar se ha apagado al poco de salir del Hotel. Eso es más o menos normal cuando llueve, pero también se han apagado las luces que bordean el camino, y los autocares han de reducir aún más la marcha... además de la poca gracia que hace estar rodeado de una oscura lluvia. El viaje empieza a ser agobiante.
Para colmo, el carguero no suele esperar mucho, así que a menos que haya mala mar, es posible que se marche sin vosotros.

+2 +2 +3 (Atencion = +2 y Escuchar tengo +3)
oleeeeeeeee 24 :D

Oyes un gruñido lejano a través de la lluvia, en un momento sin relámpagos.

No, no has escuchado tan bien, además, entre la lluvia, la distancia, y que solo ha sido uno por sorpresa...

Quizá ahora que estés más atento a gruñidos específicamente puedas identificarlo si vuelve a hacer ruido.

Me acerco a la parte delantera del autocar...

Caballerros, ¿puedo ayudarrles en alguna coso?

Y serría mejorr que estuvieramos en silensio parra no llamarr la atencione de los animales, si es que no lo hemos hecha ya.

Me quedo sentado, de nuevo concentrado en mis pensamientos, intentando no ponerme nervioso. Saco mi Walkman y comienzo a escuchar música; una música que nunca ayuda a relajarse, pero sí a pensar en otras cosas...como en cantar las letras de las mismas. La cosa parece no mejorar, pero tampoco es que me incumba...¿de verdad van a escaparse los bichos? Imposible, esto tiene más seguridad que la prisión de Guantánamo. En todo caso, si alguna vez pasase eso...no quiero ni pensar que pasaría. Mejor lo dejamos en el aire. O mejor aún....no pensemos en ello.

Alder alza la mano y se señala los labios.

Señores susurra he oido algo... algo animal... dice mientras busca en la oscuridad a los que han salido haciendoles señas...

¡Oh Dios mio!

Todos en silencio dice mientras se aleja de la puerta y la cierra poco a poco,dejando lo justo para que los compañeros puedan entrar.

Discreto y rápido Max se mueve con seriedad hasta los cristales más cercanos a la puerta para poder ver con claridad cual es la urgencia o, mejor dicho, de que animal se trata.

Psiii... psiiii hace Alder desde la puerta tratando desesperado de llamar la atencion. No se muevan... escuche un gruñido...

¡Ya se! piensa mientras coge cualquier cosa del vehiculo que pueda agarrar y lo tira hacia el grupo de personas.

Alder coge el monigote pegado a la luna del autocar y lo tira bien cerca de los compañeros del autocar de delante, que parece que ya lo tienen anclado al segundo.

Los conductores de los autocares han subido ya a sus respectivos, y van a intentar sacar el primer autocar del fango.

¿No me habeis escuchado? Hay algo en la jungla que sabe que estamso aqui... dice Alder con voz preocupada...

Que entren en este autocar ellos tambien, donde entrar cuatro entran ocho...

Viendo que nadie le hace mucho caso Alder desiste pero queda pendiente de escuchar algo mas.