Partida Rol por web

-Buscar tu corazón... ¿Ha perdido... el corazón?- Las palabras de Kora me hacen mirar a través de esa máscara que lleva sobre el rostro. Es grotesca, como un esbozo, como si estuviera sin acabar. Como si estuviera rota. Él debe estarlo también, al igual que yo. Duele. La nada existe y quema, sin importar si está en el pecho o en el cerebro.

No quiero luchar contra él. No quiero y sin embargo, la llave espada no desaparece de mi mano, porque tengo que hacerlo. Tomar decisiones tampoco está exento de pesar. Vayamos a dónde vayamos, parece que siempre hay pérdida, oscuridad y sufrimiento. La vida es cruel.

-Por favor...- le susurro -Ella puede... ayudarte...- No sé por qué, pero siento que es cierto. Que la chica puede ser un faro cuando todo está en tinieblas. Es una llama que puede mostrar el camino de vuelta hacia la luz. -Si luchas contra nosotros... no perderás nada... pero tampoco lo ganarás... Si no lo haces, te quedará... esperanza.

-"Él" ya tenía razón en sus palabras...

El enmascarado, omitiendo los insultos desesperados de Rin, y soltando una pequeña risa burlona de cara a las palabras de las dos chicas, se quita lentamente la máscara que le ocultaba el rostro, mostrando una faceta impasible, sin miedo en los ojos, y unas facciones que casi todos los presentes reconocían al instante de verle la cara.

-El que nada sabe, nada entiende.

Hayato, con el pelo mucho más largo de lo normal, algo más alto, y con una cara más madura, tan seria como la que acostumbraba a tener, sonrie ligeramente. Ahora que su tez estaba al descubierto, podeis apreciar en su sonrisa una connotación algo burlona.

-Ya veo que una simple máscara no iba a disuadiros. Que ingenuo por mi parte...

Dice con ironía. Mientras con una mano aguantaba la máscara que se había quitado, con la otra seguía empuñando su característica llave-espada. Ahora que os dais cuenta, su llave-espada había sido ligeramente alterada. Sus motivos habían cambiado, pero no la forma de esta. No hacía falta ser muy inteligente para daros cuenta de que algo importante en él había cambiado significativamente.

-¿Porque, Kora...? ¡¿PORQUE!? ¿¡Porque sigues protegiendole, a pesar de ser alguien con un destino tan claro!? Puedo garantizarte que Rin no es de fiar. ¡No dudaría ni un instante en traicionarte, de la misma manera que me traicionó a mi! 

Hayato toma una escasa parada, para seguir hablando justo después. Su voz resonaba en la blanquecina sala como un eco que rebotaba intensamente.

-Simplemente... No puedo permitir que repita contigo lo que hizo conmigo. Y... Si es necesario enfrentarte para protegerte, no dudaré en hacerlo. 

Hayato lanza la máscara con fuerza hacia arriba al alto techo de la sala, y ésta parece quedarse congelada en el punto más álgido del lanzamiento, como si una extraña magia la controlara.

-Supongo que no es necesario decirlo...

Se pone en posición de ataque, apuntandoos con su llave-espada.

-Pero no soy el mismo que conocisteis tiempo atrás. Si no te vas a retractar de tu promesa... Yo tampoco lo haré con la mía. Mi corazón... ¡Está donde debe estar! ¡EN GUARDIA!

Abrí los labios en busca de una respuesta que ninguno de los hombres, o seres, que habíamos enfrentado parecía querer responder: ¿quién era Él? ¿era ese tal Maestro?

No obstante esa intención se vio frustrada cuando Hayato levanto su mano a la mascara. Podía presuponer que venía después, era perfectamente deducible aunque por más que mi imaginación se adelantara no podría haber recreado aquel rostro con exactitud.

Mis palabras murieron antes de llegar a mis labios y me descubrí conteniendo la respiración con más y más fuerza a medida que su rostro empezaba a mostrarse libre de esa cobertura que no había sido más que un engaño a sí mismo.

Se me hizo extraño verle de nuevo, con los ojos abiertos, crecido y en pie. Podía reconocerle y aun así se me antojaba extraño, familiar pero irreal.

- ¡Exactamente! - acordé ilusionada las primeras palabras que vi entonarse en los labios de Hayato, de esa otra versión de él. Creí que aceptaba la posibilidad de conocer las nuevas circunstancias, las extrañas vueltas de los mundos que nos hacían ser esas mismas personas que conoció sin que ellas fueran nosotros. Mi espalda se relajó sin que mis manos accedieran a bajar la guardia y una ingenua esperanza curvo los extremos de la linea que se unían mis labios - No decidas en la bruma. Deja que hable contigo, déjame explicártelo todo.- le insistí con un matiz rogado casi suplicante en mi tono. No quería pelear contra él, no quería pelear contra mi misma, contra mis sentimientos y convicciones.

Y cuando sus preguntas buscaron exactamente lo que quería darle, desvío por un segundo la mirada atrás, buscando a Rin para comprobar su estado. Tan solo un segundo de calma antes de que las palabras de quién fue nuestro líder de misión se claven en mi corazón como un dardo helado y envenenado.

La punzada perdura lo que me parece una eternidad y para cuando quiero darme cuenta mis dientes están apretados con casi tanta fuerza como mis labios. Él sigue hablando, sigue lanzando piedras al lago de mis sentimientos, hundiéndolas para que sigan presentes cuando el agua vuelva a reposar.

Miro a Yume, con la injusticia de demandar con mi mirada una respuesta que no conoce, y sin embargo, su sola presencia me la entrega. Le sonrío en agradecimiento, inspirada por esa confianza que me ha entregado desde el mismo día que la conocí.

- No vas a tocarle.- respondo sin amenaza alguna, como si no fuera más que la constatación de un hecho. - No es necesario para evitar lo que dices temer, ni para evitar lo que yo temo.

Hayato se abalanza con una rapidez sobrehumana a por la muchacha, quien tuvo el tiempo justo de bloquear su acometida por escasos segundos. La primera embestida hizo desestabilizar a Kora, que por consiguiente la hizo perder la postura. Hayato aprovechó para propinar una serie de espadazos sin cesar. La chica, por su lado, los bloquea todos, echando mano de sus buenos reflejos. A pesar de eso, los golpes no eran tan potentes como ella se esperaba. A pesar de recibir varios combos y de repelerlos con éxito, el último de los ataques hizo que Kora retrocediera lo suficiente como para dejar a Rin desprotegido.

Percibes algo extraño mientras Hayato te está asestando los golpes consecutivos. Sus ataques eran demasiado llanos. Golpes y punto, no parecían apuntarte realmente, y no eran ni tan rápidos ni tan potentes como recordabas de tus entrenamientos con él tiempo atrás.

Además, cuando te hace retroceder, al cesar un poco la tensión del momento, te percatas de que tu bolsillo, donde supuestamente tenías aquel amuleto, empezaba a emitir un extraño calor.

-El que nada sabe... nada entiende.- Sus palabras son como un aguijón cargado de veneno. Es completamente cierto: sin memoria, sin identidad, no puede haber decisión, solo reacción; no puede haber conocimiento, solo datos aislados danzando en un incomprensible torbellino.

Pero, por la misma razón, tampoco puede haber duda. Puedo sentir la mirada y la sonrisa de Kora junto a mí. Y yo confío en ella, y si eso significa confiar igualmente en su compañero de ojos azules... confiaré. Y lucharé, aunque me duela.

El rostro del enmascarado me resulta igualmente roto y grotesco cuando se enfrenta a la joven de fuego, que permanece en el sitio a pesar de las estocadas, solo por proteger a su compañero. Cierro los ojos, mientras siento que la energía recorre mi cuerpo, con más fuerza y vitalidad que nunca antes. Antes de comprender siquiera lo que está pasando, como si mi mente, o tal vez mi corazón, recordara los movimientos que llevó a cabo en otra vida, alzo la llave espada en el aire y dejo que la magia fluya al exterior como un torrente curativo.

Cuando bajo el arma, mis párpados ya se han abierto, dejando ver el vacío de mis ojos bicolores, y me preparo para un posible ataque... y para devolverlo. No es elección mía el provocar dolor en otros, pero prefiero ser el verdugo a convertir a alguien que me importa en la víctima.

Fatigado, con la respiración pesada y los ojos bailando de un lado al otro de la sala blanca buscando a su próximo objetivo, así estuvo Lunh durante minutos antes de empezar a relajar sus músculos y templar su mente, cuando ya todo parecía haber pasado y pudo retomar el aire suficiente para dejar sudar por todo su cuerpo se enderezó, miró la sala (otra vez) con detalle y pensó -suerte la mia de que eres una sala grande, no habría podido ganar espacio entre esas horribles sombras y yo si fueras un pasillo..- Entonces algo captó la atención de Lunh, la puerta.. estaba abierta  -¿Sera posible..cuanto rato llevará abierta?- Andando con cuidado y recelando de su propia espalda se acercó a ella y, sin dudar, la pasó pensando en que si se quedaba mas tiempo ahí adentro podrían volver a aparecer mas sombras.

---Apartaros ahora mismo- digo empujando a Kora hacia un lado y mirando a Hayato- Vas a conocer lo que es el infierno, ridiculo despojo de humano.

Cierro los ojos y dejo que la rabia sea canalzada por la llave, con un movimiento fugaz descargo varias estocadas rápidas sobre Hayato  buscando hacer el mayor daño posible, rapidamente, empuño ambas manos y realido una cadena de golpes dispuesto a ocasionar todo el daño posible, era satisfactorio ver y poder descargar la rabia que sentia.

---Vuelve a tu estupida oscuridad y desaparece de una vez!!!

Suspiré rendida a la absurda bravuconearía de Rin en cuanto recibí su empujón e instintivamente mis ojos buscaron a Yume con confusión, buscando el apoyo mudo a aquella sensación de perder las fuerzas al vacío. - ¿Cómo se puede ser tan irreflexivo? - me pregunté encarándome está vez a Rin, dispuesta a frustrar sus golpes, por muchos problemas que ello me fuera a comportar en los próximos días de viaje.

- ¿Quieres parar? ¡Piensa un poco, Rin! Él puede saber dónde está Rasheltex. 

Hayato se pone en guardia al ver que Rin iba a lanzarse a por él, sin embargo, una inesperada Kora se entromete entre ambos, bloqueando las duras embestidas de Rin, quien arremete con furia su estocada veloz. Kora consigue bloquearlas, aunque dándole la espalda a Hayato, quien ve ese acto de rebeldía como una oportunidad de impactar. Kora trata de bloquear también, pero eran demasiados golpes, demasiados espadazos como para bloquearlos todos, así que cuando Hayato ataca, ella con un giro rápido bloquea los primeros ataques, desestabilizandose y recibiendo los últimos espadazos.

-¿Ahora os peleais entre vosotros? Es un poco tarde para eso.

A pesar de darse cuenta de que Yume había curado en mayor parte las heridas de Rin, este hizo caso omiso de la muchacha, centrandose igualmente en Kora y mirando desafiante a Rin, mientras sus ataques seguian golpeando a la muchacha.

Llegas a otra sala igual de blanca que la anterior, por no decir que era exactamente igual en motivos, decoraciones, y color; hasta en espacio. Pero había una diferencia monumental que destacaba entre una sala y la otra, y era de que en esta sala empiezas a oir unos ruidos extraños. Parecia como si el metal repicara contra si mismo, pero logras diferenciar tambien voces, o lo que a ti te parecen voces. Todo provenía del mismo sitio, y no parecia estar muy lejos de ti. Ves que hay otra puerta al fondo de la sala, y tambien esta abierta. Los ruidos parecian provenir de esa direccion.

Rasheltex... creo recordar haberles oído hablar de él, en otra ocasión, pero soy incapaz de otorgarle verdadera realidad a ese sonido. Sin embargo, parece tenerla, parecer ser importante cuando Kora detiene los golpes de Rin con intención de encontrarle. ¿Significa eso que no tenemos que pelear contra Hayato? No parece ser así, cuando este la hiere por la espalda con unos cortes que ella es incapaz de bloquear ¿Tenemos que pelear contra los dos? Es más dolor, más oscuridad, más muerte.

Noto su mirada buscando mis ojos, y desearía tener algo con lo que contestarle, algo con lo que apoyarla. Con un gesto mecánico, obligo a que mis labios se curven levemente, en un amago de sonrisa. Es un gesto que carece de alegría y que, por supuesto, no se refleja en mis pupilas. Resulta tan falso como la máscara que antes llevaba nuestro enemigo, pero quiero creer que puede tranquilizarla.

Vuelvo a percibir como la magia se desliza fría desde mi corazón hasta mis manos, y luego a través del cruel filo de la llave. Un cristal de hielo surge en cada dirección, directo a cada uno de los participantes en la contienda, uno más grande que otro. Noto un cierto cansancio, casi como si se me hubiera secado la sangre dentro de las venas, y comprendo que se me está agotando la energía. -Aprovecha ahora...- le digo a la chica, consciente de que si no logra convencerles pronto, los dos jóvenes se acabaran destruyendo el uno al otro. Resulta extraño pensar eso y no sentir pena ni dolor en absoluto. Solo una leve lástima por el antiguo enmascarado... -Hazles entrar en razón...

---¿Que haces, idiota?!- le grito enfurecido a Kora mientras fallo el primer golpe  contra Hayato- Quitate del medio sino quieres sufrir más- le espeto mientras la aparto a un lado, quizas fuera por el odio en mi mirada que no pensaba con claridad mientras mis golpes erraban completamente.

No me resulta fácil seguir encarando a Rin viendo sus ojos furiosos y comprendiendo que no sé la vedad sobre lo que pasó en Ciudad de Paso. Hasta el grito de Hayato no había querido asumir los rumores, y ahora que no podía seguir negándolos, me empeñaba en seguir en la inopia, en convencerme de que sin haberlo visto nada podía ser seguro; temía el motivo que le hubiese podido llevar a ello, y temía aun más los fantasmas que podían estar azotándolo para arremeter tan distraídamente.

Detuve sus golpes con la voluntad de mantenerme firme en mi postura y creyendo actuar en pro de mi promesa. Cerré los ojos con el impacto de Hayato, de esa sombra de lo que él había sido, y mi cuerpo se detiene bloqueado por la sorpresa y resentido por el golpe.

- ¿Ahora? No, esto de pelearnos no es algo nuevo.- bromeé ingenua, como si Rin no vertiera su odio en mi, y como si aquel con el rostro de Hayato no buscara destruirme "por mi bien".

Sientí el Frío pasar por mi lado, y mi espalda se tensó ante el peligro que esos proyectiles me inspiraron, y sin embargo, al escuchar la voz de su dueña, mis labios se curvaron en una sonrisa cálida que me sorprendió hasta a mi misma.

- Hayato. - empecé por el que estaba más dispuesta a combatir hasta hacerme con su conciencia - No sé que pesadilla has vivido, pero estás aquí, estás vivo, despierta de este extraño sueño en el que te ha atrapado la oscuridad.- hice una pausa sin tener muy claro qué podía ofrecerle o decirle para que abandonara la obsesión que lo había enmascarado - Por favor. Vuelve a nosotros, no quiero volver a perderte, no quiero volver a ver como engulle la oscuridad a uno de vosotros. - con esas últimas palabras miré también a Rin, incluyéndole en esa petición tácita de tregua e hice desaparecer mi llave-espada. - No me obliguéis a llamarla de nuevo - les advertí en mi cabeza llevándome la mano derecha al bolsillo.

Mi espada desciende durante unos segundos y me quedo mirando friamente tanto a Kora como a Hayato.

---Bien...-digo en voz baja  mi volteo mi llave espada reflexionando un poco- Sí es así como quieres hacerlo....bueno, es tu **to problema ...- Levanto la espada y apunto al cuerpo de Hayato que ahora mismo lo cubre Kora- Sí te colocas en medio...¡¡¡ te apartaré a la fuerza!!!

Rápidamente comienzo a realizar  una serie de estocadas a toda veocidad en dirección al cuerpo de Hayato