Partida Rol por web

Cuando la puerta se abrió, fue Ameline quien llego a la sala.

La habitación del príncipe era digna de alguien de la realeza. Todo estaba muy limpio y ordenado, con varios muebles para que al príncipe no le faltase nada, y aún así había espacio. Había una gran cama cuyas sabanas no tenían ni una sola arruga o mancha, y habían un par de ventanas que daban una hermosa vista el paisaje nocturno de la ciudad, pues la habitación del príncipe se encontraba en una parte alta del castillo.

Arthas recibió a Ameline con una sonrisa amable, pero antes de decirle algo se dirigió a Alanís.

-Disculpame, pero curiosamente hoy he sido muy solicitado, y pedí a mis guardias que dejasen pasar a quien sea que me necesitase sin importar quien estuviese ya, siempre y cuando tuviesen razones: Si tienes más cosas sobre qué hablar, puedes volver luego. Mark se encuentra un par de cuartos a la derecha del mio, así que puedes ir a verlo mientras yo atiendo a Ameline -le dijo antes de mirar a la pelirroja. -. ¿A que se debe tu visita?

Sonrió contento y se apartó de ella cuando esta se sintió mejor, dejando de canturrear claramente. -¡T-ten cui...¡cuidado! 
La siguió hacia la zona donde dejaron la ropa y la observó algo curioso y divertido, sabía que su hermana tenía el poder para cambiar de aspecto algunas cosas por lo que asintió a su pequeña excusa sobre lo que iría a hacer mientras sonreía. - E-eh... tran... tranquila. ¡Toma... toma tu tiempo!... Y así, con paciencia fue observando y esperando a que saliera el producto final, el cual no se esperaba en absoluto. - He-hermana esto es...  tomó entre sus manos el vestido color crema y abrazó a su hermana quien explicaba por qué lo había hecho, pero el ya sabía... era imposible no hacerlo, no recordar aquellos hermosos conjuntos y los vestidos que sostenían ahora eran casi un homenaje a lo que su madre hacía por ellas cuando eran niños. -Gracias... e-estaré... estaré muy feliz de... po...ponerme este...vestido. 

No mentía, aquello le había hecho extremadamente feliz y no dudaría en llevarlo con orgullo a pesar de su miedo a ser rechazado, no solo porque lo hiciera su hermana con su imaginación si no porque era parte de su historia, de ellos... -¿te.... te ayudo? Ayudó a su hermana a secar un poco sus alas y cuando esta tuvo su cuerpo seco también le ayudó a abrocharse el vestido desde atrás, sabía que ella haría lo mismo con el por lo que cuando fue su turno se dejó hacer mientras secaba su cuerpo y cabello. Una vez listo se puso el vestido y apartó un poco el pelo para que pudiera abrochárselo sin molestias. Con el pelo suelto, sin las coletitas... parecía aún más femenino pues no se veía el pelo tan corto y este le llegaba por debajo de los hombros. -Ya... solo falta pei... peinarnos... Se estaba mirando en el espejo, muy colorado y aferrándose al vestido, era realmente hermoso y le gustaba como le quedaba... ¿Que pensarían los demás?... ¿Podría soportar otra vez las burlas si se sucedían?... Se veía algo preocupado y a la vez nostálgico y feliz.

-P-perdona, estaba demasiado nerviosa para hacerlo a la primera - Seguro ha sido por el beso, pero me encanta y me daría igual ser torpe toda mi vida... Pero... Eso no pasará - Negué levemente con la cabeza tratando de quitarme esa idea de la cabeza cuando Fio cogió uno de los vestidos y yo me quedé anonadada mirandole mientras mis mejillas empezaban a encenderse poco a poco hasta llenar mi cara de un color rojizo de lado a lado - Le... Le gusta... ¡LE GUSTA! - Por dentro exploté de felicidad de nuevo y casi me sentía levitar por la misma felicidad - Hacía mucho que Fio no aceptaba ponerse un vestido por voluntad propia.

Y literalmente me faltó tiempo para lanzarme a sus brazos - Gracias, gracias, gracias - Aunque era el quien me daba las gracias, yo también lo hacía porque volviera a llevar vestidos sin quejarse, y más aún por que le gustara después de tanto tiempo. - S-si. - dije asintiendo a su petición de ayuda - Por favor. - Me dejé hacer igual que mi hermanito también se dejó hacer. Una vez vestidos me miré en el espejo junto a Fio. Yo también estaba un tanto colorada y mientras decía Fio de peinarnos le agarré la mano con cariño. - Estamos muy bien ¿Verdad? Hasta el significado de los vestidos es perfecto para la ocasión. Ahora somos caballeros reales de pleno derecho y vamos a celebrarlo como antes de empezar. Mama estaría orgullosa de nosotros si nos viera ahora - Solté entonces su mano y fuí a coger el cepillo.

-¿Te peino primero y luego tu a mi? - Dije mientras ya me ponía por detrás suyo para empezar a cepillarle el pelo a Fio. - Ojalá este momento durase para siempre...

La información que estaban dando no era para nada tranquilizante... En su carrera como Caballero, Yurrax no llego a escuchar nada respecto a las "visiones" del rey Aztora, apenas uno que otro comentario, por lo que tampoco estaba muy seguro si lo que se decía podía ser posible, pero... Alguien como Zedron no daría información equivocada, no con temas como estos.

Ante la indicación del Gran Caballero Real, Yurrax se levanto y alzo su escudo al grito de "¡Por el rey!". Luego, se dispuso a partir de la habitación luego de haber hecho una reverencia formal, pero Sutera le detuvo con el resto para expresar una opinión.

-¡Muy buena iniciativa, me apunto! -asentí como conclusión antes de hacer otra reverencia de despedida y luego salir del salón de reuniones.

Curiosamente las mejillas de Alanís se encendieron cuando se le reclamó que dejara de escuchar historias.

-¡De-debemos escuchar historias de trovadores para honrar a los héroes del pasado y aprender sobre ellas! -reclamó esto con energía, como si estuviera defendiéndose de una grave acusación.

Se puso de espaldas a la puerta inmediatamente cuando esta se abrió, cerrando los ojos para configurar su expresión a su normal, estricto aire de sobre.

Alanis asintió.

-Entonces, me disculparé por ahora. Estaré pensando en nuevas estrategias para el tema en cuestión.

Miró a Ameline que recién había entrado, extrañada, pero probablemente fuera un asunto importante como para traerlo ante el príncipe. Antes de salir, miró a ambos presentes por turnos unos instantes, y añadió con tono templado.

-El príncipe no debería estar solo por demasiado tiempo con mujeres, especialmente por la noche. Esto es, ya que su imagen debe ser mantenida y no dar paso a rumores infundados -dijo esto dirigiéndose a Ameline, y mirándole con suavidad, aunque firme- Por favor, espero que puedas resolver tus asuntos pronto para no dar pie a ningún malentendido que los sirvientes o miembros del castillo puedan tener.

Tras esto, se retiró tras cruzar el brazo al pecho a modo de formalidad.

Una vez culminada la reunión, solté un leve gruñido mientras me levantaba de brazos cruzados. Resultaba que tras todo el tema de hoy, había algo más detrás de lo que no teníamos ni la menor idea; solo esperaba que hoy fuese el último día en el que nos quisiesen poner a prueba, pues el tema y nuestro rango requerían que se nos dijese todo a ser posible.

-Tu invitas entonces -señale a mi hermana ante su invitación, mostrando una sonrisa de aprovechado mientras me disponía a salir del lugar. -. Yo me les iré adelantando y apartaré unas mesas para todos; no vayan a tardar, o terminaré bebiendo por ustedes.

Sin más que decir, me despedí con un leve gesto de mano y luego me puse rumbo a la taberna que había cerca del castillo.

No pude evitar que una sonrisa apareciera en mi rostro tras la propuesta de mi hermana. No era algo que no esperara pues siempre tenía esa manera de actuar. Mi mano se apoyo en su cabeza antes de contestar.- Te lo dije antes de marchar a la misión ¿no? Si lo hacíais bien habría una buena cena… No me importaría cambiarlo por un brindis con todos presentes.- Dije apoyando las palabras de Sutera. Era una buena idea y se podrían forjar algo mas de compañerismo entre los presentes.

Mi rostro cambio levemente cuando escuche a Feris.- Y no te dará ni vergüenza, hacer que tu hermana pequeña te pague la bebida.- Dije con cierto tono de decepción y critica hacia Feris mientras lo acompañaba de un suspiro y una mirada recriminatoria.- Al menos intenta controlarte esta noche, me gustaría que mañana no tengamos que despertarte arrojándote un cubo de agua como es lo usual.

El era feliz si su hermana lo era y en ese momento la sonrisa y las expresiones de la misma eran realmente hermosas, de felicidad. -Seguro que sí, después de todo... fuimos elegidos como presente por el tratado de paz, creo que eso es algo muy importante... Siempre... siempre se sintió orgullosa de nosotros hermana... Le sonrió asintiendo a su siguiente pregunta y se dejó cepillar el cabello, realmente... parecía una chica con aquel vestido, ¿Haría el ridículo? Le encantaba verse así pero... ¿volvería a suceder? Intentaba no pensar en aquellas cosas tan negativas por lo que centró su mirada en su hermana a través del espejo, si seguía mirándose a si mismo posiblemente se acobardaría. Aquel momento era tan tranquilo... pronto le tocó a el cepillar el cabello de su hermana y mientras estaba en ello se puso a tararear una melodía conocida para ambos, Faith sabía perfectamente que solo la canturreaba cuando se sentía nervioso.

-Tu pelo es muy largo... Tardó un rato en terminar de cepillarlo y tras hacerlo la miró a través del espejo. -¿te hago las coletas o... lo quieres llevar suelto? Dependiendo de la respuesta haría una cosa u otra antes de proceder a salir del baño en dirección al banquete junto a su hermana. 

Mientras Fio hablaba, me sentia muy feliz y muy calmada al mismo tiempo que le cepillaba el pelo. Sin duda alguna, en aquellos minutos hubo una calma plena que nunca había desarrollado el castillo antes, desde que estuvimos dentro. Esa calma y alegria me lleno y no reprimi el abrazo a mi hermanito.
El pelo de Fio era corto, mas que el mio. Por ello termine pronto y cambiamos posiciones, aunque al hacerlo pude escuchar aquella cancion que muy ocasionalmentr Fio transmitia. Le cogi la mano en un momento agarrandola con cariño - Tranquilo Fio. Estoy a tu lado. Todo va a salir bien. Confia en mi - use mi poder para transmitirle mi calma y seguridad. Mire a traves del espejo a sus ojos mostrando una sonrisa y una mirada tierna
Pero cuando me pregunto sobre el estilo de peinado que queria me descoloque y empece a pensar - Vaya... He pensado mas en mi hermanito que en mi... ¿Que peinado deberia llevar? - me preguntaba mientras miraba alrededor hasta mirar a Fio por el espejo de nuevo - Ya se - Elige tu. Tienes buen gusto para peinarme asi que... Se que eligiras bien - dije sonriendole - Y asi tambien podre disfrutar de tus peinados

Aquellas palabras de su compañera le hicieron alzar una ceja pero decidió no responderle porque carecían de sentido y no quería dar pie a un momento incómodo delante del príncipe así que optó por no decir nada y dejó que abandonase la habitación en silencio para poder tratar los asuntos con él. 

Una vez a solas con Arthas emitió un suspiro suave mientras trataba de concentrarse y ordenar sus pensamientos. 

— Antes de nada quiero disculparme por no haber podido evitar el incidente con el embajador. Lo lamento enormemente y entiendo las consecuencias que esto traerá al reino. 

Hizo una reverencia hasta que el le indicase que podía incorporarse. Una vez de nuevo erguida empezó a hablar de lo que le había traído hasta aquí.

— Siento ser tan directa pero las palabras de Zevron hoy me han pillado desprevenida, por decirlo de alguna forma. Dijo que el rey Aztora podría predecir el futuro y nos ha hablado de las premoniciones de este año. ¿Es todo cierto?

Luego de haber terminado de hablar con el príncipe, y haberle dejado con Ameline, te dirigiste a la habitación que te había indicado Arthas, tocando la puerta antes de pasar.

-¡Adelante! -respondió Mark desde el otro lado. Al entrar, te encontraste una habitación bastante parecida a la de Arthas, solo que con un par de muebles menos y uno que otro detalle insignificante. -. Oh, eres tu, Alanís. Estaba terminando de desempacar. Tienen muy buenas habitaciones en este castillo -comentó riendo un poco. -. Dijiste que necesitabas hablar conmigo y Arthas en privado y por separado, ¿no? ¿De que necesitas hablar? -entonces, la expresión de Mark paso a volverse una de preocupación. -. No he hecho nada malo... ¿Verdad?

Negó, cerrando la puerta tras de sí.

-Buenas noches. No, en absoluto fue por una mala acción...actualmente es lo contrario. De vuelta al pueblo... -su expresión se tornó contemplativa- Inicialmente no presté atención porque sencillamente no lo esperaba, pero las habilidades que tienes no son normales. Esa es mi impresión al menos. Mencionaste que defendías al pueblo por tu cuenta de cuando en cuando, sumado al asunto. Quería preguntar quien eres, realmente. Conozco tu nombre, y que vives en esa villa, pero definitivamente debe haber más que decir.

Cerró los ojos.

-También, quería decirte que deberías considerar unirte a los caballeros del castillo real. Es probable que asciendas muy rápido con esa clase de poder y la actitud correcta.

-No es necesario que te disculpes. Tu y tú compañera hicieron todo lo que pudieron para que la reunión saliese bien -respondió Arthas mientras te indicaba que te reincorporases. -. Permite que me disculpe yo por la aptitud de Alanís; a veces es muy sobre-protectora, pero es que se toma su trabajo muy enserio, y a veces suelta cosas sin pensarlas bien.

Su sonrisa amable se mantenía mientras te escuchaba. No parecía sorprendido en lo más mínimo de la razón de tu visita.

-Desgraciadamente, si, parece que todo es cierto. Nunca llegue a conocer a mi abuelo, pero mi padre siempre me contaba que era alguien capaz de adelantarse a los sucesos, aunque su "don" no le permitiese ver el futuro como tal, simplemente podía estar consciente de que "algo" iba a suceder. Podía decir que llovería, pero no conque intensidad. Por esta misma razón nos preocupa que haya dicho que el invierno traerá desastre al reino... No podemos estar seguros de que es lo que se avecina, o si siquiera debemos tomarlo literalmente, por lo que solo nos queda prepararnos para lo peor y esperar que no resulte en nada grave... -te explico Arthas con un tono que detonaba algo de preocupación, pero su sonrisa seguía en pie. -. Supongo que ha sido un día muy movido para ustedes: con sus primeras misiones de diamantes y tantas cosas sucediendo de pronto... Me alegra haber convencido a Zedron de darles libre lo que resta del día, así al menos podrán descansar y asimilar todo.

Eligió calmadamente el estilo de peinado para su hermana, con el vestido que llevaban decidió que se lo dejaría suelto con los dos mechones delanteros amarrados atrás con una coletita, eso le daba un aspecto hermoso, refinado pero a la vez la dejaba ser ella misma. El por su parte iba con el cabello completamente suelto pues es como mejor le quedaba el vestido y una vez ambos estuvieron listos, tomó de la mano a su hermana y salieron de los baños en dirección al banquete. 

Suspiró sin querer ahondar más en el tema de Alanis. No le había gustado pero si el príncipe trataba de mediar ella lo aceptaría. Al fin y al cabo había ido a hablar con él de algo mas serio. 

— Ya veo, así que es cierto...

El rostro de Ameline se volvió mas serio al escucharlo. Negó con la cabeza como queriendo ordenar sus pensamientos.

— Pero... ¿Entonces que vais a hacer? ¿Como vais a gestionar esa información con el resto de reinos? Hay muchas preguntas sin respuesta y no creo que ascender un puñado de caballeros pueda ser la solución. 

Se detuvo y respiró profundamente.

— Perdona, estoy tratando de asimilar todo esto. Buscar alguna forma de evitarlo, o esquivarlo. Pero hay una pregunta más importante, ¿Cómo lo lleváis tu hermana y tú?

Se podía ver en los ojos de Arthas que entendía como te sentías, pero no hizo más que un gesto con la mano ante tu disculpa para darte a entender que no importaba.

-Por el momento, nos queremos centrar en mantener el tema por lo bajo y que no salga de los rangos altos del castillo; lo último que necesitamos es que cunda el pánico. Ya estamos considerando el hablar con los otros reinos, pero de momento no hay mucho que hacer... -en ese momento pudiste notar como su sonrisa empezó a decaer un poco, pero se mantenía tranquilo. -. Yo estoy preocupado de como se pueda desarrollar todo, pero confió en que terminará por salir bien, así que no lo llevo mal. Mi hermana, por otro lado... no parece estar a gusto con lo que esta sucediendo... Es alguien fuerte, pero no se como se sentirá exactamente con todo lo que ha sucedido hoy, y lo que aparentemente sucederá; de momento, parece que simplemente esta pasando un mal día -entonces, el príncipe se dio la vuelta y fue hasta la ventana de su habitación, apoyando las manos en el marco para asomarse y ver el panorama nocturno de la ciudad. -. Me pregunto como lo llevará el resto de caballeros que están enterados del tema...

-Ameline, creo que ya te habrás dado cuenta, pero el príncipe se esta esforzando en ocultar el peso que lleva encima. No creo que debamos molestarlo más con preguntas respecto a lo dicho en la reunión, al menos no por esta noche... En todo caso, creo que podemos quedarnos otro rato para hacerle compañía y que se distraiga conversando sobre cualquier otra cosa; tu decides -te mencionó Bhlade luego de ver al príncipe mirando por la ventana, y por lo tanto, dándote la espalda.

El chico soltó un suspiro de alivio cuando le aclaraste que no se trataba de un llamado de atención por haber cometido algún problema. Por el contrario, levantó una ceja con cierta curiosidad al escuchar la verdadera intención de la conversación, y además, su expresión paso a una de sorpresa cuando aconsejaste que se uniese a los caballeros reales.

-Agradezco que lo consideres así, pero de verdad no puedo servir como Caballero Real por... motivos personales. Por lo mismo, espero entiendas que omita algunas cosas sobre quién soy... -explico antes que nada. -. Pertenezco a una rama de hechiceros cuyas artes pasan de generación en generación y solo se enseñan a los de nuestra propia sangre. Nos llamamos Andantes, y nuestra magia tiene distintos usos por lo que podemos abarcar varias áreas. Con investigar un poco de historia y magia podrías encontrar todo lo que te acabo de decir, pero... realmente no puedo decirte nada más. Tal como nuestra magia solo se enseña a los de nuestra sangre, también nos guardamos otras cosas para nosotros mismos. En todo caso, yo destaco más en un estilo de magia de runas de energía y electricidad, al igual que mi difunto padre.

Después de haberte dicho todo lo que pudo sobre él y su capacidad como guerrero, Mark se levanto la manga derecha del traje para dejar ver sus tatuajes tribales.

-Eres cercana a Arthas, ¿verdad? Entonces te puedo confiar la información de que aún no he desarrollado al máximo mi potencial; he entrenado lo suficiente como para defender el pueblo, pero no he requerido llegar más lejos. Obviamente, es algo que casi nadie sabe, por lo que confío en que mantendrás el secreto.