Partida Rol por web

-Ya veo. Comprendo la idea de herencias de linajes, dado que yo misma pertenezco a la familia Cromwell. Es dicho...que somos resistentes a la oscuridad, decadencia y corrupción del mundo porque los dioses vieron gracia en la familia hace demasiado tiempo ya. 

Se acercó a una ventana, sin demostrar estar particularmente apasionada en lo que decía. Apoyó las manos en el marco, con aire un tanto agotado, como si llevara una gran carga consigo.

-Naturalmente, esa clase de linaje genera héroes en cada generación. Es lo esperado.

Aunque parecía que ver hacia afuera de espaldas, realmente estaba con la vista en su muñeca. Si estaba manchada por esa marca, ¿que clase de método monstruoso había sido usado para colocarla ahí en primer lugar?

-No es un conocimiento demasiado oculto para aquellos con conocimiento de nobleza pero de todas formas quería decirtelo ya que compartiste un fragmento de tu historia. No comentaré nada al respecto con otros, y puedo comprender tus motivos para no considerar enlistarte...eso es, mientras no supongan un peligro para nadie.

Cerró los ojos.

-Yo...no tendría el atrevimiento de decir que soy cercana al príncipe, podría manchar su imagen. Pero trato de mantenerme cerca...es demasiado gentil.  Me asusta pensar que algún día alguien pueda aprovecharse de eso. Creo que será un estupendo rey cuando el momento llegue, y es mi deber mantenerle seguro hasta entonces.

Bhlade no fue el único que se dio cuenta de que algo no iba bien. Ella también lo hizo al sentir al príncipe de esa forma. Le costó un poco pero se acercó y le puso la mano en el hombro con delicadeza.

— Artanis solo necesita entrenar un rato conmigo, yo misma se lo propondré mañana y ya verás como tras liberar algo de adrenalina estará mejor. 

Tras eso separa su mano suavemente 

— En cuanto al resto de caballeros, esta noche saldremos a cenar así que intentaré mantener los ánimos altos si es lo que te preocupa. Pero Zevron nos ha elegido por algo y todos somos leales al reino. Mantendremos el tipo y cargaremos con aquello con lo que pueda venir. 

Decide tras eso cambiar de tema tal y como le habían sugerido. 

— Creo que aprovechando el ascenso esta semana voy a aprovechar si tengo un hueco y a meterme en las cocinas a hacer algo de repostería. Nunca he sido una gran cocinera pero supongo que es un buen momento para empezar a hacer algo nuevo, o cometer una atrocidad digna de pasar a la historia.

Ríe un poco mientras se apoya en la pared que hay al lado de la ventana con expresión relajada, tratando de transmitirle una sensación amena al príncipe. 

-Había escuchado algo al respecto, pero no estaba seguro si se trataba verdaderamente de ti. Agradezco poder confiar en ti, y comprenderé si en algún momento deba unirme a los Caballeros Reales si la situación lo demanda; hasta entonces, preferiría mantenerme... a la raya.

Al igual que él no podía ver que dirigías tu atención a tu brazal, tu no pudiste ver que él fue hasta el armario de la habitación para terminar de arreglar unos trajes que había traído en la mochila.

-Supongo que eso hace a Arthas quién es... También temo que desgraciadamente algún día terminará entendiendo que no puede ayudar a todos, pero solo espero que lo entienda antes de que alguien se lo haga entender por las malas... Pero confió en que tú y el resto de Caballeros Reales lo protegerán, y que algún día llegará a ser un gran rey -comentó antes de mostrándote una amable sonrisa aunque estuvieses de espaldas a él.

Luego de hablar un poco más con Mark y relajar un poco tus pensamientos, te retiraste para ir a prepararte para asistir a la reunión con el resto del grupo en la taberna.

El príncipe giro un poco el rostro para verte sobre su hombro cuando colocaste la mano en él, escuchando lo que tenías que decir.

-Si... tal vez solo necesite entrenar un poco. Aprecio que te esfuerces tanto por mantener la voluntad de todos alta -comentó mostrando una calida sonrisa.

El príncipe alzo una ceja, curioso, al escuchar cuales eran tus planes para invertir un poco el tiempo que tengas libre durante esta semana. Ante tu forma de ver las cosas, el príncipe no pudo hacer más que reír un poco contigo antes de separarse de la ventana.

-Más te vale entonces que yo sea el primero en probar lo que prepares: seguramente estará delicioso -aseguro con una gran sonrisa.

-Dios, lo que le espera al pobre... -dijo Bhlade por lo bajo, aunque era consciente de que él no podría escucharle.

-Gracias por haber venido a hablar conmigo, Ameline. De verdad que necesitaba hablar con alguien para relajarme -agradeció el príncipe extendiendo su mano derecha hacia ti con la intención de que la estrechases. -. No nos equivocamos al ascenderte.

Luego de hablar un poco más con el príncipe y relajar el ambiente, te retiraste para ir a prepararte para asistir a la reunión con el resto del grupo en la taberna.

Ya con hoy habían pasado exactamente tres semanadas desde que te ascendieron a Diamante. Las misiones que te habían otorgado resultaban más interesantes e importantes que la de otros rangos, pero te sentías a gusto del todo; no tenías claro si de verdad lo que hacías era prioridad de alguien de tu rango, pero... era lo que tenías que hacer.

Al final, en la noche, fuiste hasta tu taberna favorita: "Le Blanc Rose". No había bebida en la ciudad como la que servían allí; aparte, el ambiente también era muy agradable.

Allí te encontrabas, terminando una jarra luego de haber contado tu historia de hoy al chico que frecuentaba la taberna a la misma hora que lo hacías tú, lo que lo convertía en aquel que escuchaba todo lo que tenías que contar.

-Wooh, ¿de verdad cazaste a un trio de Quimeras? -el chico te miraba fijamente con una sonrisa de emoción en sus labios antes de tomar un pequeño sorbo de lo que quedaba en su jarra. Su apariencia jovén hacía fácil saber que no era alguien de vivir emociones fuertes, y es que era realmente fácil confundirle con un niño; incluso una vez casi lo iban a sacar de la taberna al verle beber cerveza. Aún le quedaba mucho por vivir, y por eso todas tus historias le resultaban interesantes y fascinantes. -. Creo que deberé esperar un poco para ir a explorar esa zona, no vaya a ser que queden más.

-¿Que piensas hacer ahora, Frey? Anda, debes tener algo más para contar: yo pagaré la siguiente ronda, si eso es lo que quieres -ofreció Gideon antes de reír un poco.

Estaba feliz, pues quien diria que yo iba a llegar a ser un Caballero Diamante. No solo ello, aparte de que ganó mucho mejor, las misiones son más interesantes y al menos suponen un mayor riesgo para mi, lo cual es emocionante, ¿Cuál será mi límite? ¿Cuando encontraré personas más fuertes y poderosas que yo, algo con lo que apuntar más alto? Esos son mis mayores instintos, aunque a veces puede ser aburrido o estresante, que más da. Le di un gran trago a mi jarra para acabarla, y terminar con un suspiro de satisfacción, enserio que deliciosa es la cerveza en este lugar.

Mire con una sonrisa tranquila a Gideon, este muchacho me inspira confianza y me ha agradado, quizás no sea de los de mi tipo, pero puedo ver en sus ojos el fuego de un verdadero aventurero. – Fueron muy testarudos, muchacho. Pero recuerda algo, aún en la peor situación si no pierdes la esperanza y haces arder tu alma, puedes hacer cosas impresionantes. – Dije mientras le daba una palmada sonora al chico.– Incluso, si un día quieres explorar el lugar y hacer tus cosas de explorador, puedo acompañarte. La experiencia te podría servir, así como a hacer un mapa de ese lugar le ayudaría a todos. ¿Me entiendes? Es ganar y ganar. – Y me recorte en mi silla, viendo al techo por un segundo. Sería una buena experiencia para Gideon, sin duda.

Al escuchar que quería seguir escuchando historias, y con ello invitarme a otra ronda, solté una sonora carcajada al ver el espíritu del chico. – ¡Esa es la actitud, enano! Pero yo ya he contado suficiente por hoy, ¿Por qué no me cuentas mejor de ti, chico? Cuéntame, ¿Planeas ser un explorador siempre, o apuntar hacia lo más alto y volverte caballero algún día? ¿Que es lo que te motiva, Gideon? – Y lo mire profundamente, con una sonrisa en mi rostro.

Luego de media hora de descanso tras la reunión con Zedron, fueron a las afueras del castillo para juntarse en la entrada de la mejor taberna de la ciudad: "Le Blanc Rose". No había bebida en la ciudad como la que servían allí; aparte, el ambiente también era muy agradable.

Como ya había dicho, Feris se encontraba ya disfrutando de una jarra de cerveza en una mesa que había apartado para todos.

-Al fin llegan... -se limito a decir antes de continuar con un gran trago de su cerveza, haciendo un gesto vago con la mano para que se acercasen y tomasen asiento.

La mesa en donde estaba Feris se encontraba cercana a la barra, donde otro caballero Diamante disfrutaba de su bebida junto a un joven explorador: no era otro que Frey, uno de esos caballeros cuyos métodos para llegar a ser reconocido como Caballero Real llegaban a ser un poco dudosos...

-Oh, vamos: Debes tener muchas cosas que hacer como para salir de exploración con un chico cualquiera. Además, seguramente los lugares que yo visitó te resulten aburridos, y te terminaría estorbando si te acompaño a algo más de tu nivel... ¡Pero oye, si se da el caso, ya se que hay un torpe cabezota que me quiere acompañar! -bromeo un poco Gideon antes de soltar la carcajada.

Tras pagar al bartender las bebidas y ordenar otro par, Gideon dirigió la mirada de vuelta a ti ante esas preguntas.

-Bueno... No hay mucho que decir. Honestamente no creo que pueda ser un caballero digno de trabajar para el rey, y realmente lo único que me motiva es descubrir cosas nuevas y ayudar a orientarse a los nuevos reclutas que de verdad tienen potencial para eso... Creo que podría ser dibujante algún día, pero de momento me quedo con la exploración y la cacería de monstruos menores -contó antes de que llegase la siguiente ronda, tomando luego una de las jarras para beber un trago y después añadir. -. Si tuviese la oportunidad, me gustaría visitar las Ruinas de Marfil en el desierto del reino... ¡Pero creo que eso esta fuera de mi alcance; seguramente algún bicho me haría salir por patas nada más entrar! ¡Hahaha! -reía con fuerza y energía, y es que era muy difícil pensar que no pasaría algo así si alguien como él visitaba uno de los lugares más peligrosos y engañosos del reino.

Entonces, la puerta de la taberna se abrió, y un grupo de caballeros reales entró: Los llegaste a reconocer a todos, puesto que los viste al menos un par de veces por el castillo, incluso venía esa chica que hace no mucho tuvo una disputa con Eldruin...

-Al fin llegan... -dijo un Caballero Real Jujin Lobo al verles entrar, para después continuar con su cerveza mientras les hacía un gesto vago con la mano para que se acercasen.

La mesa en donde estaba Feris se encontraba cercana a la barra, por lo que los recién llegados no tardarían en darse cuenta de tu presencia.

-Oye, Frey, esos son otros Caballeros Reales como tú, ¿no?

Hice una leve mueca de desagrado al escuchar a Gideon. Este enano si que suelen ser negativo en ciertos casos.Le solté una pequeña colleja al escuchar lo último, mientras lo miraba con una mirada de reproche. –No debes de temer a ir más haya de tus límites, Gideon. La diferencia la marca la valentía, nunca lo olvides.– Dije para terminar con una palmada en su hombro de manera amistosa, esperando que comprenda lo que digo. En todo caso, el muchacho no tienes mucha ambición en verdad, pero se mira que enserio quiere hacer algo bueno y aprender del mundo, tiene potencial para ser más, pero le falta eso, algo que lo motive y lo encienda...–Algún día muestrame tus dibujos, Gideon, y pensaré seriamente en ir a explorar las ruinas de Marfil, ¿Te parece? Será una experiencia que podremos pasar juntos.– Me encargaré de encender esa llama verdaderamente, el potencial de un verdadero aventurero.

En ello me fijo en que allí estaba Feris, un Jujin lobo, y parecía estar esperando a los demás Caballeros Reales, que sorpresa, no esperaba ver sus rostros en este lugar. Volteo a ver de reojo a los demás Caballeros que se acercaban, mientras miro a Gideon. – Así es, son de mi misma clase. Pensaba que no les gustaba disfrutar, sabes. Es una sorpresa.– Dije con una sonrisa burlona en mi rostro.

Me encontraba bebiendo con el enano de manera apacible, de hecho se podían ver en la mesa las jarras de cerveza que hemos tomado juntos pese a que parece un mocoso pequeño, pero no importa. Al observar la llegada de los demás Caballeros, por un segundo hice una mueca de sorpresa al verlos en el lugar, mientras los miraba de reojo de manera curiosa, era un evento peculiar sin duda alguna. Sigo con el enano hablando, pero sin dejar de prestar atención a mis compañeros, quien sabe si uno de ellos tendrá ganas de beber con nosotros o saludar, ¡O incluso medir fuerzas, si señor!

Por la puerta entraron las dos haditas del castillo. Tenía a Fio agarrado de la mano con su vestidocolor crema y yo entrando orgullosa con el vestido oscuro

Al entrar el primer gruñido en ser oido fue el de Feris, del cual sin duda me reí - Tipico del lobito - y poco a poco fueron entrando los demás. Yo fui andando hasta una de las sillas y saludé - Hola Feris. Ya podrias habernos esperado antes de empezar a beber. - de nuevo me reí - Y... ¿Quien es el nuevo? - Pregunté mirando al cabellos azules.

Sea como fuera aún quedaba una pregunta más que abarcar y que estaba deseando que mencionaran algo - Que ¿No vais a decirnos nada? - pregunté mientras daba una vuelta con el vestido y luego miraba a mi hermanito

Alanís ingreso a la habitación con aire austero para el pequeño brindis improvisado. Le daba la impresión de que el sitio (e incluso en el camino hacia allí) se despejaba rápidamente por parte de la gente que reconocía a los caballeros. En su caso, por la ocasión había decidido dejar la armadura y incluso su emblemática lanza en casa, favoreciendo un atuendo formal pero más cómodo. No iba desarmada del todo, pues portaba un estoque aún y una pequeña daga, pero estaban bien enfundados y casi que parecían ornamentos del atuendo.

-¿Nuevo?...¿no es un poco arrogante decir eso? El castillo cuenta con demasiados Caballeros como para conocerlos a todos.

Con esto, se sentó a la mesa.

-Buenas noches. -miró un momento confundida al par de hadas con sus vestidos- ¿No había uno que era macho entre ustedes?

Sonrío al ver a mi hermano con su jarra en la mano. Me hace sentir más segura al pensar que seguimos siendo los mismos caballeros con las mismas situaciones de siempre.

A su lado están ya Alanís, Faith y Fío al cual me dirijo nada más entrar diciendole: Estaís los dos monísimos con esos conjuntos Miro a Alanís y a mi hermano Feris con una sonrisa y añado ¿Verdad?

Aún que tras unos segundos, al reconocer a Frey sentado en la barra, miro para atrás y le digo: ¡Frey! ¡Hola! Estamos de celebración por nuestra primera misión como Caballeros Diamantes ¿Os apuntáis? Miro a su compañero para presentarme y continuo: Me llamo Sutera por cierto, creo que no te había visto por el castillo, veníos con nosotros. A fin de cuentas Frey, al igual que todos nosotros, ha ascendido hace poco al cargo de Caballero Diamante y estamos aquí para hacer "piña" entre todos los posibles compañeros de misiones (o esa es la excusa al menos, a mi simplemente me gusta ver a la gente feliz y celebrando cosas).

Inseguridad, eso es lo que sentía Fío mientras caminaba por las calles de la ciudad de mano de su hermana quien en cambio parecía radiante y feliz. Por primera vez en años se había puesto un vestido y soltado su cabello dejando que este se mostrase mucho más femenino de lo que ya lo era siempre. 

Faith abrió la puerta de la posada y los colores subieron a las mejillas del chico travestido quien se escondió tras su hermana al ver a todos sus compañeros ya allí, sentándose al lado de ella sin soltarle la mano, bastante cohibido ante la pregunta de Faith y la respuesta de Alanís. - A-ah..." Esto.. esto no es bueno... sabía que sería ma..." Sutera salvó la situación diciendo que estaban muy bien conjuntados, al menos sus pensamientos se calmaron un poco mientras ponía una mano sobre su pecho y luego miró Frey con algo de curiosidad y miedo, el lo había visto muchas veces en el campo de entrenamiento pero solía esconderse para no tener que luchar contra el en una medición de fueras pues no parecía que hiciera distinciones entre magia o combate físico en absoluto. -Ho... Hola... Este.. espero... disfrutemos to-to_{dos juntos... de la cena...} A medida que hablaba su voz se iba atenuando y el se iba haciendo chiquito en la silla. Demasiada gente alrededor, si no fuera por su hermana ya habría huído... Ese era uno de sus grandes handicap, una de las razones del por qué tardar tanto en ser caballero diamante, esa y muchas otras junto a su hermana claro.

Intentaba no mirar directamente a Feris porque estaba bastante nervioso por lo que en cierto momento decidió centrarse algún punto de la extensa mesa. 

Observe su comportamiento de manera curiosa, son un grupo variopinto sin duda alguna y su nombre ha estado sonando bastante por todo el Castillo. Unos son más atrevidos que otros a pesar de su apariencia, aunque he escuchado que las hadas en verdad son otro tipo de peligro, huhh... Bueno, que más da pensar en ello. Seguí platicando con Gideon, hasta que de la nada una de ellas, una de las hermanas Greyheart, la enana, de hecho. Al verla tan amigable, le devuelvo el saludo con una sonrisa amigable, pese a que mi aspecto y rostro lo hacen ver un tanto "salvaje". – Así que están de fiesta, ¿Eh? Creo que nosotros nos adelantamos un poco la fiesta, pero será divertido. El es Gideon, es un buen chico, le vendría bien llevarse con los que saben y aprender.– Le doy una palmada al hombro del enano y me daba la vuelta para ver como me unía al grupo que nos invito.

En lo que me acerqué hacia el grupo, me puse cerca del hada y este empezó a hablar. Viéndolos de cerca, o más bien, viendo hacia abajo para verlos, de cerca se miran como niños.Si tan sólo fuesen tan inofensivos como los niños fuese mejor, supongo. Incluso uno de estos al hablar su voz se fue extinguiendo y al final no entendí que fue lo que diablos dijo, pero bueno.– ¿Que tan duro les va tratando la vida de Diamante, eh? A mi hasta el momento me va agradando, ¿Y ustedes?– Pregunté, se podía escuchar que estaba hablando con orgullo, es una vida que me está brindando verdaderos retos, pero cada quien se lo toma a su modo, heh...

Ha pesar de tratarse de una actividad para disfrutar en grupo y tal vez distraernos un poco del trabajo, me presente totalmente equipado con mi armadura que siempre me acompañaba; había dejado mi lanza y mi escudo para no resaltar más de lo que ya lo hacía, pero no pensaba ir desarmado, por lo que un par de espadas cortas se encontraban enfundadas en la pared trasera de mi cinturón, decentemente ocultos por mi capa.

-No debes olvidar el tiempo que lleva Faith en el castillo -comente a Alanís cuando esta insinuó que lo dicho por el hada fue algo arrogante. -. Aunque la verdad no se si es posible memorizar a todos los caballeros que van y vienen; suena difícil si pensamos que algunos se ponen ropa del genero opuesto de un día para otro -añadí antes de soltar una leve carcajada la cual calme con un gesto de la mano. -. Perdón, perdón: Os veis excelentes ambos; ya tenéis un rango bastante alto como para que os digan como vestir.

Luego de tomar asiento junto a Alanís, Sutera hizo el llamado al otro caballero y su amigo para que se uniesen a la mesa. Simplemente dirigí un leve saludo con la mano a los dos recién unidos.

-De momento todo ha ido bien, ha sido interesante el cambio, y no veo nada por lo cual quejarme -en realidad, la misión de hoy había sido interesante y productiva, pero el anunció que se nos había dado fue un poco duro... Pero para habíamos sido ascendidos, debíamos hacer que los inocentes supiesen que todo estaba bien bajo nuestra protección, y por eso no pensaba comentar nada al respecto sobre el invierno en un lugar público como ese.

El joven chico saludo con la mano antes de irse un poco hacia adelante por la palmada en el hombro por parte de Frey; por poco y se cae de la silla. El muchacho parecía un ciudadano cualquiera, aunque el bolso que llevaba y la espada corta en su cinturón le daban imagen de explorador.

-Mucho gusto, soy Gideon -se presentó formalmente con una reverencia. -. Sera un honor cenar con un grupo de Diamantes -tras lo cual, recupero la compostura y tomó asiento al otro lado de Frey. -. Supongo que todos tendrán asombrosas historias para contar: por favor, permitan que yo pague a todos una ronda de la mejor bebida de la ciudad -añadió sacando varias monedas para pagar.

Alanis miró a Yurrax y se vio genuinamente confundida.

-Si tengo que considerar su edad...entonces...¿debería tratarlos como a gente anciana? Pero su actitud es de niños...

Cerró los ojos, meditando un momento.

-Parece un asunto enredado, lo dejaré así. -miró al par de personajes miniatura, y agregó de forma cortés- Pero si, los vestidos que llevan son encantadores.

Pasó a prestar atención a Frey y Gideon.

-Diamante o Zafiro, todos los caballeros se esfuerzan por hacer lo mejor para el reino. Las diferencias de rango solo marcan mayores responsabilidades y confianza de parte de la familia real. -asintió levemente a sus propias palabras- Mi nombre es Alanís, de los Cromwell. 

Miró al joven que pensaba pagar una ronda.

-Si estás seguro, con gusto me gustaría ver cual es esta bebida estrella.

Entre a la taberna acompañada por mi hermana. Mis ojos se entornaron mientras resoplaba ligeramente al ver que Feris ya había empezado con la bebida. Me acerque a mi mesa con una mirada desaprobatoria hacia él mientras tomaba asiento en el lugar contiguo. Mi mano se elevó para llamar la atención de quien pudiera atendernos antes de girarme hacia el resto de los compañeros que habían acudido así como a los que mi hermana había invitado a unirse a la mesa.

Había estado atendiendo a las conversaciones que había en la mesa, tanto a la de la forma de vestir de las hadas como a la propuesta del joven Gideon de invitarnos. Me había preguntado en silencio si en algún momento las hadas habían intentado pasarse la una por la otra. Probablemente de forma planeada habría muchos que les confundieran.

Dejando temas mas mundanos de lado me gire hacia Frey para contestar a su pregunta.- No sé por qué creo que a partir de ahora todo el camino será más inclinado como Diamante.- Era una duda que tenía desde que nos habían dado la noticia de lo que ocurriría.- El sentimiento de mayor responsabilidad me resulta ligeramente agobiante, y lo ocurrido en mi último trabajo no hizo más que demostrarme que tengo que entrenar más y estar más atenta de mi alrededor.-"Si no, no podria proteger a mis hermanos" Pense mientras les dirigía una rápida mirada. Mi mano estaba posada en la mesa mientras los dedos tamborileaban. La misión que habíamos realizado me había demostrado que en encargos anteriores me había apoyado demasiado en mis hermanos, cada uno destacaba de una forma en algo, pero teníamos deficiencias en los campos que realizaba otro y si lo que Zedron nos había contado era cierto, todo iría a peor.

Feris no tenía estrategia alguna, Sutera se centraba demasiado en proteger y a mí por el contrario el combate directo no se me daba bien. Había dos soluciones, o equilibrarlo o especializarnos aún más solucionando todo con nuestra especialidad. Mi voz volvió a sonar.- Hablando de entrenar…- Gire mi mirada hacia las hadas.-¿Arriesgaría mucho al decir que estáis especializadas en magia? Los de vuestra raza siempre tuvisteis facilidad para ello.- La pregunta era simple y la intención  también.- Últimamente he estado pensando en mejorar mi magia, pero últimamente estoy falta de ideas.

Demasiado cerca, ¡Demasiado cerca! Los colores subían a las mejillas del hada y empezó a marearse ligeramente, de normal solo se acercaba a quienes conocía y si no sencillamente huía. Por suerte su hermana estaba allí para sostenerle la mano igual que en muchísimas otras ocasiones donde algo peligroso podría haber sucedido de no estar allí. La pregunta del chico opacó la conversación que los demás tenían de fondo pues era una pregunta directa y no podía estar a más, le costaba mucho todo aquello. Tragó saliva y sin mirarle, contestó con un tono de voz sorpresivamente calmado y normal, quizá era porque estaba tomando la mano de su hermana con todas sus fuerzas que eran...nada y menos. 

-Solo llevamos un día de caballeros Diamante, nos hemos esforzado por más de cien años... Así que estoy muy contento de haberlo conseguido. Se calló por un momento y mirando hacia sus propias piernas prosiguió. -Además como ofrenda de paz que fuimos para nuestro amado rey Aztora, que en paz descanse... es todo un honor.  Miró a su hermana y le sonrió con dulzura antes de poner las manos sobre la jarra de cerveza que le acababan de servir por cortesía del enano. -A-ah... muchas gracias...  " ¿Podré beberlo?... la última vez fue... un desastre." parecía dubitativo pero al final suspiró y le dio un buen trago " Es una noche especial... ¡Además no puedo hacerle el feo!"

Tras aquello escuchó alto y claro la voz de Elizabeth, quien logró que por primera vez en toda la velada Fío alzara el rostro para verla, con curiosidad por lo que comentaba. 

-Somos seres puramente mágicos... no poseemos ninguna fuerza muscular más que en las alas... _{Por eso casi siempre volamos y no caminamos...}Hizo una breve pausa para tomar otro trago, su hermana podía notar que lo hacía para intentar inhibirse.-Mi magia... no es bueno acercarse a mi magia. No se lo recomiendo... a nadie. Parecía por un momento, verse una profunda oscuridad y tristeza en los ojos del hada, aunque solo fuera un atisbo de ello. -Mi hermana... mi hermana es mejor que yo...Ella es increíble... Faith sabía perfectamente por que Fío pasaba la " pelota" pues hasta el mismo tenía miedo de su propio poder interior, era demasiada destrucción para un cuerpo tan pequeño y frágil.