Partida Rol por web

Masato-sempai estaba alegre de la invitación, bueno,  realmente parecía muy muy alegre, ¿le gustaban los parques de atracciones?, sería eso. Cucufato-sempai fue quien hizo que mi sonrojo no pudiese desaparecer, me dijo con una sonrisa y mirándome cálidamente a los ojos para darme las gracias también.

-No no hay de qué,  yo, bueno, tampoco puedo esperar- dije aún sonrojada y alegre, -le le voy a preguntar a Yuki so sobre la hora exacta- dije  intentando no perderme, -po po poooorr esso, te tet teee envi viare un me mensaje a al móóovvil- dije como un flan hablando esperando su aprobación 

 -¡Claro! Tengo tu número bien apuntado y tú tienes el mío, así que mándame un mensaje cuando sepas la hora. -miró a su amigo- Ya me encargo de avisarte luego yo Masato.

Entonces por el rabillo del ojo viste cómo la gente comenzaba a meterse en las aulas. Faltaba poco para que se iniciaran ya las clases. Cucufato miró su teléfono para comprobar la hora.

 -Las clases van a empezar ya. Mejor que te vayas yendo si no quieres llegar tarde, Hori-san. Luego te veo, ¿vale?

Cucufato-sempai me dio permiso para poder avisarle en cualquier momento, sentí casi como si mis piernas flotaran, asentí y sonreí, -si, te avisaré en cuanto lo sepa- dije antes de ver como la gente se metía en clase.

Cucufato-sempai me dijo que me fuese que llegaría tarde, -si, nos vemos luego- dije con una tonta y feliz sonrisa antes de comenzar a caminar a mi clase. Caminaba embobada, casi se podía ver corazoncitos de humo salir de mis orejas y sentía que mis piernas no pesaban nada era ¿un super buen día?

Tras despedirte de Cucufato y Masato, te dirigiste hacia tu aula. Te sentías en la gloria y eso se notaba, ya que cualquiera que te viera caminando de aquella manera, rodeada de aquella extraña aura amorosa y con esa expresión ensoñadora, podría adivinar de inmediato lo que te rondaba por la cabeza. Pero te daba igual, tenías tu cita de ensueño y eso era lo importante.

Cuando llegaste a clase te dio el tiempo justo de sentarte en tu sitio y saludar a Yuki antes de que el profesor entrara en el aula.

 -¡Buenos días clase! Venga, sacad los libros, ¡que hoy vamos a dar una lección apasionante!

El profesor de historia, Yoruichi Takenaka, entró como siempre, lleno de energía a pesar de ser el más viejo de los miembros del personal docente. ¡Y su entusiasmo se contagiaba! A los pocos segundos, ya estabais todos con los libros abiertos, esperando a que el profesor comenzara a explicar.

 -Muy bien, estoy seguro de que esto os va a encantar. ¡La época Sengoku!

Y dicho esto, comenzó a anotar fechas en la pizarra mientras comenzaba su lección.

Me despedí de ellos feliz lelgando en poco tiempo a clase, estaba, embobada, si se podía describir de aquella manera cuando llegué a clase con muchos pajaritos en el aire. Le di un abrazo como saludo a Yuki y casi justo cuando iba a explotar contándole todo lo ocurrido apareció el profesor Takenaka-sensei, inflé los mofletes algo "molesta" pero me senté en mi sito tras Yuki y esperaría a que acabase la clase.

Durante las partes aburridas de la época Sengoku estuve pensando en enviarle algún mensaje a Yuki en papel pero podría meternos en un lío a las dos así que estuve quieta. Al acabar la clase casi me lanzaba hacia Yuki, -Yuki Yuki Yuki Yuki Yuki, si aaaa Cu Cucucfato-sempai, si, y parque de atracciones- lo dije de manera tan explosiva que casi ni yo misma me enteraba de lo que decía.

Inspiré y expiré para calmarme, -me me ha dicho Cucufato-sempai que si, se ha apuntado un amigo suyo pe pero lo importante es que Cucufato-sempai ha dicho que si vendrá- le dije emocionada 

El profesor aún estaba cruzando la puerta para irse cuando tú te habías lanzado hacia tu amiga para contarle lo que te había pasado aquella mañana. Yuki parpadeó un par de veces antes de comprender todo lo que acababas de decirle. Y cuando lo hizo sonrió de oreja a oreja.

 -¡Es fantástico Hori! Ahora sólo quedo yo, que se lo tengo que pedir a Hideki-san… ¡Aaaaah, qué vergüenzaaaaaa!

Enterró la cara en las manos mientras esperaba a que se le pasara el rubor de sus mejillas. Luego te miró con algo más de determinación y sonrió con confianza.

 -Pero si tú te has enfrentado a los nervios, sé que yo también puedo hacerlo. ¡Y tendremos nuestra cita doble! Aunque… ¿Quién es el amigo ese de García-san que dices? El pobre se sentirá un poco de sujetavelas si no tenemos cuidado.

Yuki tardó un poco en darse cuenta de todo, quien podía culparla cuando "escupí" toda aquella información de golpe. Ella sonrió diciéndome que ahora el tocaba a ella, -yo, yo te doy todo mi ánimo Yuki- dije sonrojada, sabía la vergüenza que daba, dios, si aún estaba yo algo aturdida por lo ocurrido, al menos hasta ahora y duraría un poco más. 

Pero fuera como fuese el plan ya estaba casi sellado, -si, haremos lo posible para que todos todos lo pasemos bien, aunque, bueno, nu nuestro objetivo sea ir con Cucufato-sempai y Hideki-san- dije roja como un tomate, ¿éramos malas? no, claro que no.

-Haa sii, cuando quedes con Hideki-san deberíamos poner una hora, Cucufato-sempai esta esperando que le envía un me mensaje- se me atragantó al última palabra, era emocionante saber que él esperaba un mensaje

Se puso aún más roja, pero seguía teniendo esa expresión de determinación.

 -De acuerdo. Quedaré con él a una hora u luego te lo diré para que avises a García-senpai. Yo… Hablaré con él y… -tragó saliva- Hablaré con él y… ¡Creo que me va a dar un ataque, Hori!

Podías comprender cómo se sentía tu amiga a la perfección. Después de todo, ¡tú acababas de pasar por lo mismo! Yuki miró hacia las filas de atrás, donde Hideki estaba sentado, reclinado en su silla, y con cara de aburrido.

 -¿Me acompañarías a decírselo cuando vayamos a tomar el descanso de la comida?

Yuki parecía que se daba fuerzas aunque poco después casi se le saltaban las lágrimas diciendo que le iba a dar un ataque. -Nonono es estabien, so solo necesitas un un poco de preparación- dije yo también nerviosa con ganas, aunque no al borde de un ataque.

Le agarré las manos, -claro que voy contigo, te daré todas mis energías para que no te falte ni un poquito de fuerza- le dije con emoción, iba a apoyarla con todo lo que tenía, las mismas que usé para poder decirselo a Cucufato-sempai

Te sonrió volviendo a mostrar bastante confianza.

 -Gracias Hori. ¡Eres la mejor amiga del mundo!

Y justo en ese momento entró el profesor Kurosawa para daros una hora de lengua japonesa que casi hizo que vuestras neuronas murieran por sobreesfuerzo. Por suerte luego vino una más relajada hora de arte y después una clase de matemáticas bastante normalita.

Para cuando llegó la hora de comer, tanto Yuki como tú estabais agotadas y hambrientas. Con tu bento preparado, fuiste junto a tu amiga hacia el comedor. Pero mientras caminabais, el que faltaba para el duro Hideki Yamazaki pasó a vuestro lado y os dedicó un guiño antes de seguir caminando. Esto provocó que Yuki se quedara paralizada en el sitio con la cara roja, mientras una gota de sudor recorría su frente.

 -No puedo hacerlo… Es demasiado guapo. Me moriré si intento pedirle que venga el domingo conmigo al parque de atracciones.

No pude evitar sonreír al ver la sonrisa de Yuki, era una chica realmente dulce aunque un poco solitaria al leer, aún así me encantaba Yuki a más no poder, -noo yo, yo creo que tu eres la mejor del mundo- le dije feliz antes de que viniese la hora de clase.

Aquellas horas fueron casi un entrenamiento duro y largo que nos costó pasar hasta la hora de comer, era el momento de la "batalla" de Yuki pero cuando  Hideki nos guió un ojo Yuki se quedó paralizada, me acerqué un poco a ella y "explotó" diciendo que no podía.

-Espe, espera Yuki, si si puedes, yo yo te puedo ayudar, además, so no lo haces te arrepentirás luego, no temas- le dije como si la estuviese animando mucho

Viste la duda en sus ojos, su cara y su expresión corporal, pero antes de que pudieras decirle nada más, Yuki salió corriendo detrás de Hideki Yamazaki.

 -¡Hideki-san, espera!

El muchacho se frenó en seco y se giró para mirar a Yuki.

 -Bu-bueno, verás, yo que-quería preguntarte si-si-si… Si el domingo tienes algo que hacer.

Lo último lo dijo a todo correr, como si diciéndolo más rápido fuera a ser menos vergonzoso.

Se quedó mirando a Yuki con una ceja enarcada.

 -Pues el domingo lo tengo libre, ¿por qué?

De repente se quedó como bloqueada en el sitio. Sabía lo que tenía que decir, pero no le salía. Lo único que podía hacer era mirarte con ojos de “¡ayúdame por favor!”

Fui con Yuki, era algo difícil por lo nerviosa que estaba pero creo que se podría lograr. Claramente me equivoqué, poco después de que Yuki sacase valor para pedírselo se quedó petrificada, era  realmente extraño de explicar pero sabía como se sentía, por ello al mirarme pidiendo ayuda de agarré un poco el brazo antes de hablar, por suerte yo no sentía nada por Hideki y no me costaba hablar con él

-Si, Yuki y yo queríamos ir al parque de atracciones y nos preguntábamos si te gustaría venir- dije lo mejor que pude, a fin de cuentas como le diese más importancia a Yuki sobre esto se me desmayama en mis brazos

Sólo asintió a tus palabras, con la cara roja como un tomate.

Se os quedó mirando a las dos como si os hubierais convertido en perros verdes.

 -¿Va… va en serio?