Partida Rol por web

La verdad es que del Iuchi solo había visto el cuerpo cubierto por una sábana. No había podido ver las heridas que le habían causado la muerte ni el escenario donde fue asesinado, así que no tenía la menor idea

- Lo desconozco. Se que le atacaron en el santuario mientras rezaba, pero no se que le hicieron; vi lo mismo que tu. Deberiamos preguntárselo a Togo-sama; parece ser él quien está dirigiendo la investigación y podrá aclararnos la relación entre ambas muertes

Arrugó el ceño, no la tomarían en cuenta, además, no había que ser muy listo para saber que ella era pieza en esas dos muertes, aunque sólo podía ser coincidencia, pero la vida le había enseñado que las coincidencias no existían. Jamás existían.

- no creo que a mí me cuente o me hable sobre esa investigación, no soy más que lo que soy... y ud lo sabe Daidoji-sama - acarició su mentón y soltó un gran suspiro - si habla con él, tendrá que hacerlo ud...  debemos descubrir lo que está pasando.. mi señor - tragó saliva, porque si no lo hacían, él podía ser la siguiente víctima, sintió que se le iba el aire, y se tambaleo un poco, debiendo sujetarse con una mano.

- es mejor.. que vayamos.. a descansar... mi señor - dice, con desanimo.

Las palabras parecían sensatas en un modo brusco pero las otras que había pronunciado habían dejado un sabor amargo; - Entonces?- Pregunto el Bayushi – Vamos a esperar una escaramuza? Vamos a encontrar al perpetrador y darle el juicio que merece? – las palabras de Hiroto comenzaban a tomar fuerza e incluso parecían no cuadrar con su persona, la típica sonrisa había desaparecido y un gesto duro comenzaba a dibujarse en el rostro.

-Setsuko, acompáñame – Expreso – Con  todo su respeto Suzume-Sama, esto debería tratarse con los Sensei en una audiencia…. Exponer todo lo que tenesmos y comenzar a buscar hasta en el último lugar de esta casa – Pareció terminar mientras sus sentidos más activos escudriñaban el lugar.

- De acuerdo -asintió el Daidoji- Retírate a descansar si quieres. Yo iré a hablar con los demas samurai a ver que han podido averiguar de todo esto. Y de paso le preguntaré a Togo-sama por las circunstancias que rodearon la muerte de Iuchi-sama. Intentaré tenerte informada de cualquier cosa que averigüen.

La joven heimin había resultado más avispada y observadora de lo que parecía; compartir ese tipo de cosas con ella iria contra la etiqueta aceptada, pero cualquier cosa que pudiera aportar algo de claridad a aquel turbio asunto era bienvenida.

La joven se mordió el labio inferior, y puso todo de nuevo en la bandeja, para poder retirarlo, y miró a su señor, sonriéndole con toda esa inocencia que pudo ser arrebatada, pero que continuaba en sus ojos oscuros. La joven  asintió con la cabeza, y luego frunció sus labios.

- sí, meditaré las cosas que han sucedido, de todas formas me intriga descubrir donde está la puerta cambiada, mejor, mi señor, ud vaya a investigar, y yo, revisaré las puertas... puedo aducir que me he perdido ante cualquier pregunta - sonríe con demasiada seguridad, aunque no lo estaba del todo interior.

-y por favor... cuídese, por favor Daidoji-sama- suspira la joven, si pudiera abrazarlo, lo haría, pero eso es inmoral y poco aceptado, así que sólo se limitó a darle una intensa mirada a los ojos, y luego hacer una reverencia a su señor.

Los dos se separan entonces, en un ambiente algo extraño, Daidoji para encontrar a Togo-sama, y Suzue para revisar por su cuenta el curioso detalle de la puerta cambiada. 

Ambos pueden salir juntos o por separado, pero al final el Grulla se dirige a la puerta principal del recinto, donde Bayushi Togo hablaba con los guardias. Suzue queda sola, con sus temores y dudas, para caminar por donde le permitan del castillo.

-No hay nada que disculpar. Le hemos pedido a Togo-sama que se haga cargo de esto. Es lo correcto que los discipulos procedan con la guia de los maestros. +asiente secamente, dirigiendo luego una mirada a Setsuko+ Regresare al cuerpo del kyuden, debo hablar con mi padre. Nos veremos despues.

Saluda con un ligero gesto, y seguidamente dirige sus pasos hacia la parte central.

Daidoji, que justo sale de la misma en solitario, le ve alejarse de sus comapañeros, los cuales estan todavia frente al cuarto del segundo terrible crimen. Todos no obstante, van convergiendo donde Togo-sama, en la puerta principal del recinto Suzume. De Doji-sama no hay señales, aunque seguramente no debe estar muy lejos. 

El Magistrado esmeralda estar terminando ya con los dos hombres, y se vuelve a ustedes cuando se aproximan, mirandolos interrogativamente, esperando sus palabras.

Se despidió de su señor, y decidió determinar por donde empezaría a husmear, ladeo su cabeza, y meditó:la puerta no pudo ser llevada de demasiado lejos desde la mansión, sino alguien pudo haberlo notado, y es evidente que el asesino, o quién haya hecho ese cambio, lo debió hacer con el suficiente tiempo, además, ¿donde estaría esa puerta?. Chasqueo la lengua, la debió preguntarles a esas personas de la cocina, quizás ellos sabían algo de la puerta, y así, se podría descartar o no que esa puerta fue cambiada antes del asesinado. 

Suzue con la bandeja en mano volvió a la cocina, esperando poder encontrar a alguno de los sirvientes para hacerle preguntas. Se mordió el labio inferior, estaba nerviosa.

Por suerte no ha pasado demasiado rato en tu charla con Daidoji, y los sirvientes aun estan en la cocina, aunque ya han terminado los quehaceres y evidentemente, se preparaban para irse a descansar. La noche ya esta avanzada. Es logico estas buenas gentes deben dormir algun dia.

-Kawai-chan...+te saluda uno que reconoces de los que servias el te hace momentos+...¿Necesitas algo? Date prisa, antes de que cerremos la tienda.+sonrie con humor, a pesar de sus ojos cansados.

Es resto estan apagando las lamparas, pero un par tambien miran a la puerta 

Sonrió de medio lado, estaba ahí esas personas, afortunadamente, ella sonrió e hizo una reverencia, ante la personas, 

- muchas gracias anata-san, yo sólo vengo a dejar las tazas - indica las dos tasas de estaban en el bandeja de madera que tenía en las manos, la joven, fue hacia donde estaba la pileta y las lavó con el agua que había sido ya usada para lavar lo último que quedada de lo usado,   y mientras lo hacia, tarareo una pequeña canción, meditando el mejor momento para hablar, sus manos se pusieron ligeramente rojas y las presionó contra su kimono, para secarlas.

- por cierto.. anata-san  - se gira y lo mira con una pequeña sonrisa - ¿han.. han cambiado hace poco las puertas? de los cuartos- pregunta - es que... la puerta de mi... cuarto no cierra bien parece y la de otra habitación también - pregunta con una leve mentira, asumiendo que aún no sabían sobre el asesinato, sino estaría en ese cuarto, pero no, estaban acá, tranquilos.

-¿Cambiado las puertas de los cuartos? +frunce el ceño, pensativo+ Mmm... no estoy seguro. Todas son nuevas, hechas para el torneo bajo la supervision de Yugoki-sama, por eso de los mon de familia. Seria inaudito que se le pasara un detalle o una imperfeccion, pero como se pusieron apenas un dia antes del torneo, puede ser... en las prisas. Quizas debas preguntarle al maestro carpintero mañana, en el poblado, si puede revisarla por ti.

Dice el hombre, encogiendose de hombros. Aunque sin duda no lo sabe, sus palabras inocentes traen el recuerdo de tu padre a la mente... El lo hubiera notado con solo una mirada, sin duda, y pudiera haberte dicho cualquier cosa que necesitaras, con una sonrisa. Es dificil contener una punzada de tristeza al meditarlo.

-Muchas gracias, hablaré con aquel hombre,  ha sido muy amable anata-san- respondió, y sonrió apenas, pero su aflicción sería algo que jamás pasaría, su corazón compungido por siempre sentiría esa punzada cuando alguien le recordara a su padre, cuando algo le hacía ir hacia esos momentos en su vida en donde fue enormemente feliz, cuando su hermano estaba, esa vida antes de aquel destino terrible. La chica  bajó su mirada, y secó un poco más sus manos contra su kimono.

- deseo que tengan una buena noche, descansar dulcemente - les dice, inclinándose hacia delante y camina hacia la salida, para irse a las habitaciones del ala de la escena del crimen, para buscar puertas extrañas, o alguna otra pista,

-Que descanses tu tambien, kawai-chan. +te saluda el personal de la cocina al retirarte.

Al volver al frente notas que hay bastante gente en el patio. Daidoji-sama y los demas miembros del grupo estan reunidos en la puerta, un grupo variopinto por la mezcla de kimonos rojos, azules, blancos y negros, bajo la luz de la luna, junto a las armaduras marrones de los bushi guardias. 

Tambien hay personas en la escena del crimen. Dos bushi Suzume, con largas naginatas, montan guardia mientras adentro del cuarto un par de etas estan cargando el cuerpo de Ide-sama en una camilla, apresurandose a borrar todo bajo el amparo de la noche. Hay otras luces prendidas, pero extrañamente no parece haber personas asomadas al pasillo para ver de que va el inevitable ruido a estas altas horas...

Apretó los dientes al ver que estaban ya limpiado la escena, hubiera deseado poder verla una vez más, pero ya con tanta gente metida ahí, cualquier pista ya debe haber sido destruida por esa cantidad de gente, la chica rodó los ojos, y esperó que las personas que lo revisaron, hubieran tomado detalle de todo lo que había en ese lugar,  porque sino, el hecho de que puedan investigar por el mero hecho de haber nacido en una determinada casta, no les servirá de nada, por otro lado había mucha gente y no podía obviar el hecho que ella era una conexión entre las dos muertas, circunstancial o realmente un vínculo, ya debe estar en la mira de alguno, y si la veían husmeando sería muy sospechoso, así que fue hacia la puerta que daba al jardín, y esperó a que su señor la viera, de hecho, quería volver a hablar con él, y que ambos vieran las puertas.

Setsuko se hizo al lado de su maestro y por un momento espero a que alguno de sus compañeros hablara primero, pero ante el silencio de todos ella decidió comenzar con la conversación.

Togo-sama,  primero ofrezco disculpas, dijo inclinándose ante él, nuestras averiguaciones no pudieron evitar esta infortunada situación, el panorama se esta enrareciendo cada vez mas y pocas son las pistas que tenemos. 

Miro a los otros samurais y un pequeño gesto de decepción se notó bajo la máscara. Lo poco que pudimos averiguar nos condujo hasta los aposentos del Ide, quien por comentarios de otro invitado había tenido unos cuantos roces con el difunto Iuchi a causa de un comportamiento inapropiado hacia su sirviente Suzue, pensamos hablar con él y nos encontramos en esta situación, en cuanto entramos y vimos lo ocurrido dimos aviso.

Como parecía que seguían hablando del tema, Junichiro aprovechó para preguntar al Escorpión sobre la pregunta que había dejado pendiente con Suzue. Tenía que saber en que circunstancias se había dado la muerte del otro Unicornio; si tenían a dos asesinos diferentes aquello podría complicarse demasiado

- Togo-sama, si me lo permitís, quisiera haceros una pregunta. Las circunstancias en las que tuvo lugar la muerte de Iuchi-san, ¿son similares a estas? Me refiero al tipo de herida, arma empleada, y detalles menores.

Se hace cargo de las palabras de Setsuko con un gesto, despues de todo el mismo habia visto el lugar y todo lo ocurrido, mientras la joven estaba semi-desvanecida. Luego vuelve la vista a Daidoji, impasible bajo la sutil mascara.

-Tambien un arma grande si, aunque fue clavada por la espalda. Kuni-san tambien la examinó, pero no pudimos determinar bien si era de corte o de punta, o quizas una mezcla como una naginata. Los otros detalles no son similares... El asesinato de Ide parece algo apresurado y muy rapido, mientras que en el caso de Iuchi-san, se dieron tiempo para limpiar la escena y esconder el cuerpo.

Cruza los brazos.

-Los guardias no oyeron nada tampoco, y juran que nadie abandono el castillo desde el ocaso. Hasta los sirvientes que quedan, pernoctan aqui en vez de bajar a sus casas. Otra vez entonces el criminal queda entre los que estan aquí. Es bastante obvio que se trata de una persona capaz, rapida, fuerte, sigilosa y habil. No hay muchos que encajen con el perfil...

Deja las palabras en el aire. Pero su mirada se cruza con la del Grulla, y gravitan sobre los presentes, incluso Suzue que las escucha desde la distancia.

Junichiro sostuvo la mirada al Escorpión; si estaba insinuando que sospechaba de él, estaba dispuesto a demostrarle lo mucho que se equivocaba, y además, tanto Setsuko como Tomoe podrían atestiguar que se encontraba lejos de la habitación del Ide cuando sucedió el asesinato. Sin responder a la velada acusación (que era seguramente lo que el Escorpión esperaba), pensó en aquella situación.

- Bueno, es obvio que el segundo asesinato ocurrió en el ocaso, probablemente antes de o durante la cena, por lo que el asesino no pudo tomarse mucho tiempo para ocultar el crimen. Pero lo de la puerta sigue pareciéndome muy extraño.

Higetora dejó que la conversación siguiese. Él era, además de Togo, el que había revisado los cadáveres, y su mente se encontraba repasando de nuevo su memoria de los cuerpos por si algo se le había escapado. El Kuni sabía que algo se le estaba escapando y que estaba fallando a su sensei y su entrenamiento, pero no podía saber qué era, y lo carcomía por dentro.