Partida Rol por web

-Parece que habrá que cuidar nuestras bebidas y secretos, ¿Eh, Baku-san?

Comenta mientras ingresa al establecimiento, a resguardo de alguna posible lluvia.

-Para que el escorpion no te pique, solo debes mantenerte lejos de su aguijon... pero tienes alguna razon, Usagi-san +acota, mientras entran.+ No es posible bajar la guardia con nuestros parientes...

El escorpion y el bushi que le acompañan ya estan sentados en una de las mesas centrales, atendidos por una joven heimin. Ademas de ellos, hay muy poca gente en la posada. Solo dos mercaderes charlando en el extremo interior, y tres ronin bebiendo con expresion seria en otra mesa cercana a la puerta. Estos ultimos les dirigen severas miradas al entrar, pero pronto retoman sus platillos de sake...

La serena matrona en el mostrador, hace una profunda reverencia, invitandoles a pasar con un mudo gesto de respeto y acomodarse donde gusten. 

Después de caminar toda la mañana y salir a dar una vuelta, se percató de que en realidad, eso no era lo que tenía ganas de hacer, por lo que sugirió sentarse a una de las mesas más cercanas a la puerta, desde donde podrían observar tanto el interior del establecimiento como al menos una parte del exterior.

Pidió un poco de té, pues luego del atracón que se había dado en el castillo, no tenía mucha hambre.

La heimin que atiende prontamente sirve lo que pides, mientras al Tonbo le provee de te y un bol de bollitos. Este, sin embargo, la mira con una intensidad inusual, muy distinta de tu manera abstraida. Cuando se retira, te dice en tono bajo.

-Usagi-san... En Rokugan, los hombres como nosotros tenemos pocos caminos que tomar. Podemos seguir la senda de la diplomacia, la magia o la guerra, y sus escasas variantes... Sin embargo, el "como", es lo que hace diferente a cada samurai... Tu eres un bushi, lo cual te hace seguidor del camino de la espada y la lucha. Sin embargo, haz pensado como deseas encarar esa senda?

-Lo cierto es que, como todos debiéramos, busco como hacer de este un lugar mejor para todos, suena inocente, lo sé, pero la espada es para proteger nuestros ideales, al emperador, las vidas de nuestros queridos y finalmente las nuestras. Sin embargo, creo que un camino solamente basado en la espada, solo puede traer más sufrimiento que alivio, por eso, quizás siga la senda de la pluma, una vez que encuentre aquellos que podría cambiar el mundo, y lo escribiré para que se sepa

Lo dice con cierta firmeza, conciente de que su juventud le permitirá experimentar muchas cosas en futuro, pero que en este momento carece de la experiencia necesaria para lograrlo

El Tonbo escucha, como apreciando tus palabras y evaluandolas...

-Una curiosa division de intereses, para alguien de tu clan, pero el proposito que tienes sin duda es noble. En las historias de los heroes estan los ejemplos e ideales para los que vendran, y alguien debe escribirlas.

Bebe un poco de su te. Atras, el Escorpion se levanta y habla algo con la mesera heimin, la cual se retira y vuelve al cabo de unos instantes con sake para él. El Tonbo continua despacio.

-Tambien concluyo, entonces, que evitar las peleas innecesarias debe formar parte de tu credo. Luchas por tus ideales, por el Emperador, por tu familia y por ti mismo, haz dicho. ¿Estoy en lo cierto?

-Son aquellos a quienes quiero proteger del mal, pero si acaso el bienestar de Rokugan se ve comprometido, mi elección debiera ser Rokugan ante todo, no es una elección fácil.

Su rostro se ensombrece por un momento, antes de preguntar

-¿Y qué hay de ti, Baku-san? ¿Cómo encararás tu senda?

-Los Tonbo siempre hemos tenido el deber tradicional de ser intermediarios de los Dragon... +explica+ Tal vez hallas oido el dicho, "La Libelula protege el camino hacia el Dragon"... Por ende, en nuestra formacion tenemos un balance entre a tareas de los shugenja y la de los diplomaticos. Sin embargo, ciertamente me inclino por estas ultimas... Si mi don para con los Kami no se hubiera manifestado, es probable que mis estudios se hubieran centrado en ese aspecto. 

Deja su te, vacio, en la mesita

-Las cortes, son de lo mas fascinante. Una danza de intrigas, velos y palabras, tan peligrosas o mas, que un campo de batalla... a los cuales prefiero rehuir... Por ende, te sugeriria que nos retiraramos en breve, Usagi-san...

Ikku se sorprende ante la última frase del Tonbo

-¿Por qué dices eso? Acabamos de llegar

Oh, mierda, otra vez a caminar

Antes de que el Tonbo responda, otra persona entra desde la parte posterior, al salon. Es una muchacha hermosa como pocas, vestida con un elegante kimono de seda, aunque sin mon o distintivo alguno. Pasa junto a la mesa donde los otros bushi estan sentados, y se dirige junto a la matrona, con la que habla en voz baja.....

-¿Por qué dices eso? Acabamos de llegar

Repitió Ikku

-Además, el paisaje acaba de ponerse más bello- Comenta al ver pasar a la muchacha.

El no ve a la mujer hasta que se lo indicas, ya que esta casi a su espalda, pero de reojo la observa cuando tu comentario. Su expresion no varia, sin embargo.+ Muy bonita, si...  en efecto, seria agradable quedarse a contemplar o tal vez, conversar, pero...

Te mira nuevamente.

-...por si no lo haz notado, hay tres bandidos ronin en la esquina. La expresion de nuestra mesera era de puro terror, lo que me lleva a pensar que la han amenazado... Señal, como digo, de que debemos retirarnos y dar parte a los Suzume...

Ikku parpadea un instante ante la explicación.

-Maldición, ¿cómo no lo noté?

Piensa por un momento mientras deja enfriar su té.

-Muy bien, pero sugiero que solo uno de nosotros vaya, hasta ahora no han hecho nada, puede que se deba a nuestra presencia y a la de los que ingresaron después que nosotros, no hace falta ser muy listo para saber lo que pasará cuando tengan la ventaja.

Lo mira un instante y continúa

-En teoría este es mi campo de experiencia, asi que no tendré ningún inconveniente en quedarme, trataré de no que suceda nada hasta que lleguen los Suzume.

-Es tu eleccion, Usagui-san... Como dije antes, por mi parte prefiero evitar esta clase de combates, asi que si me disculpas, ire por los Suzume... Hasta entonces.

Se levanta con parsimonia, haciendo una reverencia, para luego caminar a la puerta. En ningun momento mira al resto de las personas o demuestra nerviosismo, actuando con calma. 

En la mesa del frente, el escorpion y el hombre de marron hablan entre ellos, mientras la sirvienta heimin permanece de rodillas a su lado. La hermosa mujer conversa con la matrona y el par de mercaderes en el extremos siguen comiendo. Los ronin beben su sake. Todo parece normal.

Ikku bebe un sorbo de su té y mira distraídamente a su alrededor, como si esperase a alguien, aunque su atención sobre los bushi y el escorpión y el hombre de marrón.

El escorpion y el otro estan hablando con tranquilidad en voz baja, en apariencia sobre la mujer guapa...

Los ronin por su parte, beben... pero sus platillos de sake no se vacian nunca, ya que no tocan las botellas por mas tragos que dan. Sus expresiones estan tensas, espectantes. Uno de ellos sigue con la mirada al Tonbo que se marcha. Todos portan daishos y arcos de caza hankyu, aunque no llevan armaduras.

Habiendo escuchado lo que decía el Tonbo, Ikku se tomó un momento para pensar qué hacer. Mirando su té y de vez en cuando, la puerta.

- Esos bushi no se están moviendo, no piden más sake, tampoco lo están bebiendo... todo parecía normal cuando entramos... ¿cómo supo la matrona lo que sucedía?...

Miró un poco a la matrona, luego a la bella muchacha con la que estaba hablando.

- ... ¡Oh, no! ¿Será posible? espero que no, sería una pena... tengo que confirmarlo

Se levantó despacio y se acercó silenciosamente a la matrona por la espalda de muchacha, procurando no ser escuchado.

Usagui se levanta, pero su intento de ser sigiloso de inmediato llama la atencion de los ronin en la esquina!

Todos saltan de sus asientos, llevando las manos a las armas. 

Ikku trastabilla al levantarse de la mesa y ve como los ronin se ponen en guardia, por lo que rápidamente se lleva la mano al daisho y se prepara

La calle afuera esta tranquila. No se ve a los otros 2 bushis Suzume, y el trafico de heimins ha disminuido. En realidad ves que evitan la posada, y a ti desde luego, una vez sales de ella y emprendes el regreso al castillo.

Esta anocheciendo deprisa, las montañas al Oeste hacen que Amaterasu esconda pronto su cara en esta region. Las nubes ociosas reflejan algo de su resplandor rojizo sobre el mundo, pero esta noche parece ser que el Señor Luna no mostrara su cara.