Argos miró a las tropas prisioneras con cara seria, paseaba por delante de ellos con la espada en la mano, aunque sin levantarla en ningún momento, finalmente, paró delante de su hermana. Devirius, haz los que quieras con los LHR, y tú, hermana, ¿qué esperas que haga contigo?
Magner se acerca a Argos al frente de los escasos soldados leales que aun permanecen en pie. Su mirada se centra en los nuevos acontecimientos entre los hermanos.
Con su mirada llena de odio hacia la hermana traidora, Magner mantiene con fuerza su espada con pulso firme simplemente esperando la orden de Argos para decapitarla..
Jar-Eel baja la mirada ante su hermano mayor. Está visiblemente abatida y decaída. Su ojos son un mar de lágrimas y no cesa de negar con la cabeza en silencio. No parece comprender lo que ha ocurrido.
Finalmente habla con voz queda.
Haz lo que debas, pues he de merecerlo si así lo crees.
Al ver a Lezmar dirigirse a los magos, me sitúo a su lado, y camino junto a ella, dejando que Magner, Argos o Devirius se encarguen del resto de prisioneros...
Oye Lezmar, ¿tienes alguna idea de lo que ha ocurrido? - le pregunto, mientras pienso en el fuerte viento que arreció instantes antes, logrando que la batalla terminase pocos minutos después.
Bormaj hace recuento de las bajas entre los dragonuts.
Primero que nada deveriamos interrogar al otro mago, tal vez el pueda darnos alguna respuesta, esta situacion es demasiado extraña
Devirius cabila unos instantes.
luego avanza hacia Argos y Manger, que pareciera que en cualquier momento deja caer el golpe fatal sobre Jar-El
Ademas sea como sea, tu hermana sigue siendo miembro de la famlia real, supongo que se merecera un juicio mas justo, y una sentencia acorde a su estatus
Beldar, recuerda que eres jefe de la guardia dragonut y te tienen gran respeto. Bormaj ha dirijido un ataque que sin duda ha evitado vuestra aniquilación. Tal vez deberías tener unas palabras de agradecimiento para ellos.
Los dragonuts muertos son más de la mitad de los que iniciaron la batalla.
Otros están seriamente heridos, como el propio Bormaj. Finalmente la batalla terminó.
No te quito la razón Devirius, sin embargo, también has de tener en cuenta que esta mujer por ansias de poder ha hecho sufrir a mucha gente, ha matado a algunos de nuestros compañeros, y ha provocado una guerra civil en mi reino, lo único que me impide cortarle la cabeza ahora mismo son los lazos de sangre que nos unen. El caballero lunar rodeó a su hermana hasta quedar detrás de ella.
Aunque también hay otras cosas que me dicen que no la mate ahora mismo, tal vez solo sea piedad, aunque siento curiosidad por lo que ha pasado en estos últimos minutos del combate, tal vez debería dejarla viva, por ahora. Argos volvió la vista a Magner.
Llévatela, que este constantemente vigilada por al menos 6 guardias, no le quitéis los grilletes en ningún momento.
una vez que Bormaj termina el recuento de las tropas Devirius camina hacia la mermada compañía de Dragonuts, y los saluda con las tradicionales formas militares.
Soldados han luchado fieramente en este campo, y muchos de nuestros compañeros han dado la vida, agradezco a Gresh de todo corazón ser considerado miembro de tan noble casta de guerreros, soldados que han demostrado un claro sentido del honor y del deber en combate, y que sin dudas darían la vida por el reino...
Gracias leales soldados, y gracias a ti también Bormaj por haber acudido en nuestra ayuda, el capitán de la guardia Dragonts esta en deuda con ustedes.
ahora es tiempo de sepultar a nuestros hermanos caídos y curar nuestras heridas.
¿Grilletes? ¿de donde los sacas? O_o
Supongo que los goblins deben tener algunos, tampoco estamos tan lejos de la entrada a las cuevas.
Poral al ver lo ocurrido, se encamina a sus casuales aliados.
Mi padre ha despertado. He de ir.
Parte hacia donde apareció, tras la ladera de corte perfecto.
Seamos justos, no es algo que la gente lleve a una batalla. Akich se ha derrumbado. Pero puede. Uy, no, sorry. Pero siempre se les puede atar con cuerdas de las catapultas, etc...
Cuando Lezmar y Taurnill llegan a la altura de los magos observan que están muy débiles y apenas respiran. Lógicamente desmallados.
Están agotados, yo diría que es un milagro que aun respiren. - afirmo, tras arrodillarme ante los magos y poner un de mis manos en su cuello, en busca de su débil pulso. - ¿Que hacemos con ellos? - pregunto, alzando la mirada hacia Lezmar, en busca de su opinión al respecto.
Lezmar algo más aliviada de su cansancio sopeas unos instantes la situación. Finalmente ve el carro de Plesel, cerca de la salida de las escaleras de la cueva de Akich.
Deberán dar muchas explicaciones, iré a por el carro de Plesel y les llevaremos con los demás. Trata de evitar que mueran.
Dicho esto Lezmar se va hacia el lugar donde el carro inexplicablemente el carro ah permanecido inalterable.
Bien, yo me encargo de ello. - respondo, centrándome de nuevo en ambos magos, examinandolos atentamente, por si fuera necesario hacer uso de mi magia para estabilizarlos. - Vaya con los magos, han estado a punto de matarse entre ellos de puro agotamiento...
La idea es que si no se van a morir, dejarlos tal cual, que se recuperen solos. Si no es así, los curaría lo mínimo para estabilizarlos. (ya sea con magia o el cetro o con primeros auxilios).
Si tengo que hacer alguna tirada, me avisas.
Sus vidas no corren peligro. Si quieres curarles con el cetro tan solo debes tirar lo que ganan de vida.
Lloriqueando Jar-Eel trata de hablar entre gimoteos.
Hermano, te he traicionado, como tú hiciste con nuetro imperio. Pero me has vencido, cumple tu deber como nuevo empreador.
Mientras Magner la trata de atar las manos niega con la cabeza en silencio.
Desmarcar a Taurnil, ya que se ha ido con Lezmar hacia los magos.
Satisfecho al comprobar que sus vidas no finalizaran en este día, vuelvo a incorporarme para observa a mi alrededor, en busca de mis compañeros. Tras localizarlos, junto a los prisioneros de la batalla, me relajo mientras espero a que Lezmar traiga el carro, donde sin duda cargaremos a ambos magos.
Vaya, al final hemos sobrevivido, pero y ¿Drerick, Lomy y el resto? ¿Lo habrán conseguido? - me pregunto, acordándome de ellos, ahora que la tensión del combate ha desaparecido, liberando mi mente... - En cuanto entreguemos a estos magos deberíamos buscarles, quizás estén en apuros...