Partida Rol por web

Sam tragó lo que tenía en la boca y sonrió a Tarta, al nuevo y a Brocheta aunque a éste le señaló el moratón que tenía en la cara como si se fuera a descojonar de él.
-También puedes llamarme Sam, que no da alergia-le dijo a Vincent. Se estiró y le echó parte de su desayuno a Brocheta sin ningún miramiento-tienes que comer para ser fuerte y una voz clara, conejero..digooooo consejero-aunque en realidad tampoco quedaba demasiado de lo que se había echado ella.-Bueno, salimos de casi una pieza porque el conejero táctico Brocheta se dedicó a pasearse de un lado a otro cargado a heridos que debían haberla palmado-dijo sin reparos incluyéndose a ella misma entre ellos.

Luego miró a Ethan y esbozó una sonrisilla pícara.
-Y no te fies de Tarta, que va de tímido pero mira qué rápido se agenció compañía nocturna-bromeó antes de contestar a su pregunta-Vienen las chinches, Tarta, asíque será mejor que nos pongamos las pilas...-siguió con la mirada a Garth, que para variar no parecía tener ganas de ponerse a parlotear y se encogió de hombros, cada uno afrontaba la situación como buenamente podía.

- "Bien, papeles de Requisición de Material. Soy un experto con estos pequeños impresos amarillos. Siempre consigo lo que quiero. La clave está en marcar bien con el bolígrafo para que se marque bien el calco. Los furrieles prestan gran atención a ese detalle. Si la copia apenas es legible, siempre desestiman la petición." -

Burnette se había reunido con sus compañeros hacía tiempo, pero había intentado pasar desapercibido. Bebía té y comía un sandwich prefabricado que disponía, decían, de todos lo que el cuerpo necesitaba. Observaba con el rabillo del ojo cómo sus compañeros charlaban sobre los rumores que corrían por la nave, pero él hacía oídos sordos. Lo que tuviera que ser, lo dirían en el briefing.

En su cuello, casi oculto por el cuello del uniforme, una marcha de un mordisco comenzaba a amoratarse.

Llegué en busca de mi desayuno.
De inmediato divisé a varios de mi escuadrón y me les acerqué.
-Buenos días. ¿Siempre es así de movido el día, cuando vas a atacar a los bichos?-me doy cuenta que talvez el alcohol de anoche borró mi nombre de sus mentes, así que dirigiéndome a Sam, Ethan y brocheta les digo-me llamo Kowalsky y soy zapador.

Kurt, deberías vivir mas- responde- cuando acabemos esta misión te llevaré conmigo y beberás hasta que pierdas el conocimiento- justo en ese momento escucha las palabras del Sargento Patrick- ya echaba de menos el papeleo de turno. Espero que me concedan todo lo que pide, que va a ser munición a tutiplén. 

- "Soldado Mackeyn, tan sólo el Servicio otorga la Ciudadanía." -

-Bah, solo recibí una orden de sacar a un herido y lo apliqué a varios, pero al final nos ayudaron en el último empujón algunos de la Fox -dice mientras intentan seguir desayunando rápido- además, bajamos allí para sacar a los veteranos, ¿no?. Carne de cañón en estado puro, y con un equipo de mierda -dice mientras termina de desayunar de una vez- tenemos que movernos, creo yo.

Mira al novato que había llegado después- no suelen ser así las cosas. Normalmente somos nosotros los que llevamos las fiestas a sus casas. Ser anfitrión no mola, luego te toca recoger los destrozos y esas cosas -dice mientras esboza una sonrisa- terminemos pronto que no nos queda mucho tiempo.

James mira a su sargento, tras asegurarse de que eso que ve en su hombro son los galones adecuados, y de que él es su sargento, frunciendo el ceño. Luego interpreta trabajosamente sus palabras, mira los papelitos amarillos, como quien recopila pistas de un crimen. Finalmente, se pueden ver sus pensamientos yendo y viniendo como chinches sin cabeza hasta que se asiente con aire de comprensión, y agita la mano en un gesto que significa claramente que todo está en orden en ese extremo.

Luego se acuerda de saludar correctamente.

Señor... y sigue mirando al vacío.

Por suerte había sido uno de los primeros en ir a dormir la noche anterior y las alarmas y movimientos de la nave no me despertaron. Ante una situación como esa poco pueden hacer los simples soldados por lo que permanezco quieto, esperando a la inminente muerte. Por suerte no llegó, al menos aún.

Me levanto cuando el cabo Stone comienza a dar órdenes y tras dirigirle una mirada a los ojos como gesto de asentimiento me equipo debidamente y corro a comer.

Una vez en los comedores me tomo mi tiempo,el necesario para poder degustar la comida y comer todo lo necesario. Aún así esto no me lleva demasiado tiempo pues nunca he tomado desayunos abundantes.

Una vez acabado me dirijo directo a reunirme con el cabo y el resto de mi escuadrón.

Miró al sargento mientras desayunaba cuando la felicitó por la labor de animar a la tropa. Ella se limitó a encogerse de hombros, diciendo:

- Sólo hago lo que debo, señor. Además, a algunos siempre les han venido bien las patadas en el culo para empezar a actuar como soldados.

Cogió los papeles, meditando que es lo que podría necesitar, mientras le decía en broma a Dereck.

- Sí, siempre te vienen bien cuando disparas a cualquier parte menos a los arácnidos.

Ejem, donde pongo el ojo pongo la bala- responde- y sino, siempre estás tú para salvar mi bello culo, señora- añade.

A pesar de toda la algarabía que se había organizado, me dirigí hacia el centro de mando con tranquilidad. Ya habia muerto una vez, y era consciente de que no saldría de esa roca helada, cuanto lo asimilara el resto mejora actuarían.

En mi paseo, me cruce con gente corriendo de un lago a otro mientras, de vez en cuando, la Sirius daba bandazos debido a algún impacto de los malditos arácnidos. ¿Cómo coño podían saber que algo iba a pasar? sabía que había bichos que eran capaces de leer la mente, pero me parecía imposible que fueran capaces de hacerlo através de la distancia que nos separaba, pero era evidente que algo sabían.

A ciencia cierta las misiones se adelantarían para evitar que esas malditas cucarachas tuvieran más tiempo para prepararse y destruir naves con valientes soldados.

Una vez en el centro, veo a la gente de mi escuadrón, a los que saludo con un leve gesto de la cabeza antes de sentarme sobre una silla.

¿Alguien sabe de qué va todo esto? digo sin mirar a nadie en particular

Abrió los ojos para ver dos focos de luz, habían encendido las luces de forma instantánea aunque a primera vista le parecieron el doble de las que solía haber en la habitación. Pronto oyó gritar a su nueva cabo, encantadora voz como siempre no había mejor forma de despertar tras una noche alcohólica que con un buen vozarrón como el suyo. - Maldita sea la cerveza y los que dicen que no da resaca... es que no han bebido lo suficiente...- La partida duró demasiado poco y el artillero había tenido que ahogar sus temores, se había ido a beber con otros a los que no recordaba su cara y no sabía como tras muchas cervezas había vuelto a la piltra. Ahora se arrepentía, no sólo había dormido solo sino que tenía un ligero dolor de cabeza.

Cuando se fueron quitando las nubes de su mente, vio como todos estaban muy agitados corriendo y saliendo sin vestirse correctamente, no fue hasta que cancelaron la alarma que el artillero comenzó a entender los gritos y la algarabía. - Malditos bichos y sus cerebros... dentro de poco nos veremos las caras cucarachas. - Se vistió tan bien como pudo, por suerte su pelo rapado no iba despeinado como la de muchos otros infantes que habían tenido poco tiempo para prepararse.

Sonrió al ver que no era el único al que aún no le habían vuelto todas sus capacidades, alguno no recordaba donde estaba la puerta... Siguió a su escuadrón con la mirada al suelo y se dejó sentar en la mesa de su escuadrón cuando ya había muchos sentados en ella. - Buenos días chicos, magnífica mañana para una buena charla táctica tras ese magnífico despertar... - dice mirando de rejo a la cabo cuya voz había sido tan agradable - un buen cafe...- Dice alargando la mano para coger la jarra a llenar de esa sustancia.

Hans se despertó sobresaltado tras el impacto.

- ¿Pero qué coño?

Tardó unos segundos en sobreponerse, estaba sudoroso y muy mareado, pues no se le habían pasado los efectos de la fiesta de noche anterior. Y el caos que le rodeaba no ayudaba.

Tuvo que realizar varios intentos para colocarse el uniforme de combate y cuando pensaba que estaba listo, siempre recordaba algo que le faltaba. Estaba nervioso y la resaca no le dejaba concentrarse. Metió la cabeza debajo del grifo y consiguió aclarar un poco las ideas.

Se dirigió a por el desayuno, pero no tocó nada de la comida, ya que sentía nauseas, aunque su necesidad de cafeina le hizo pedir un café doble. Tras tomarlo a trompicones, se secó la boca con la manga y se dirigió hacia el pasillo que llevaba a la sala de reuniones, mientras repasaba mentalmente una y otra vez su equipo.

- "Soldado MacAllen, se portó usted como un valiente allá abajo." -

Mkoll cogió con aire distraído uno de los papeles para pedir equipamiento, mientras tomaba asiento.

-Maldita burocracia...-dice, mientras ojea aquel formulario. No, desde luego, aquello nunca era fácil, ni una garantía de nada. Luego los soldados no cumplían su misión, y el mando se extrañaba.

-Lo cierto es que no me vendría mal más munición del Hawkeye... Y también de la escopeta. Cargadores del rifle estándar tengo suficientes... Y vaya, vaya... ¿Éso que veo aquí es un rifle de francotirador? Algún día le echaré el guante. 

Veo a miembros de la escuadra gatling,  me dirijo donde están. Les saludo, buenos días camaradas, buenos días sargento,  me siento en la silla, termino de comer la manzana , mientras espero que , terminen de llegar los rezagados de la escuadra , me quedo hablado con mis compañeros , de la noche  pasada y relato las partidas de poker , con stukov,  contra unos de  la escuadra  Heat. Miro a Stukov , que tal los  cigarrillos que  as ganado ayer por la noche. Le invito a un cigarrillo, me sirvo otro   para mí.  Miro  a todos mis compañeros mientras  prendo el cigarrillo, con el cipo: si alguno quiere  uno, que lo pida. Sargento  pido permiso para poder  tocar la armónica, para  calmar los  nervios, los impulsos  asesinos,  dar ánimos a la escuadra  y a otros soldados que escuchen.

Loki mirño con cara de sorpresa a Vólkov, realmente no se esperaba lo de pedir persimo para tocar la armónica, y eso le hizo mostrar una mueca de gracia y aprobación. Aunque realmente sabía que no era ni la hora ni el lugar adecuados para tal "hazaña". EH Volkóv, si quieres poner música, ponla cuándo estémos rodeados de los cadaveres humeantes de los bichos, no vayas a desperdiciar tu talento delante de tanto inculto, jajajaja.

Loki se aseguró de decirlo bien alto para que todo el mundo se diera por aludido, mientras mostraba su pulgar en alto dirección a su compañero.

- "Soldado Mkoll, yo voy a pedir más munición, pues intuyo que la necesitaremos. Especialmente la de escopeta, aunque para esta misión sería ideal el aditamento de Morita lanzagranadas. Y también un arma lanzallamas." -

Bottler seguía en su sitio sin decir palabra. Estaban a punto de mandarlos a la zona de combate, muchos no volverían, y esta gente hablaba de tocar armónicas y hacían bromas.

"A joderse. Lo peor de todo es que si sobrevivo probablemente terminaré tan loco como ellos."