Partida Rol por web

Escuchó a uno y a otro con atención y se imaginó el choque que aquella cartera supuso para el grupo formado por varios protectores y dos servidores de un delegado, uno recientemente fallecido.

Ciertamente había tenido buen tino al querer ocuparse personalmente de aquel caso por una corazonada. Si involucraba al servidor de uno de los delegados, su resolución entraba en terreno delicado.

Comprendo. Por suerte para el delegado Askuro, un magistrado ha llegado a tiempo de impedir la vulneración de su privacidad. - Dejó el tiempo suficiente para que el servidor creyese que había vencido antes de continuar. - Señor. Muéstreme el contenido de esa cartera. Como magistrado y representante de la ciudad y la justicia, mi discreción está fuera de toda duda. No son los ojos de Dagio Nara los que examinan su contenido, sino los ojos ciegos del estamento público, que además de ciegos son los responsables de la propia privacidad de sus representantes.

Vio en la reacción del servidor cierta incomprensión y lo aclaró.

Si está usted alegando a la privacidad del delegado Askuro en honor a su función de representante público, yo, magistrado, por ser representante público puedo ver su contenido sin vulnerar la privacidad del estamento público, ya que es el propio estamento público quien lo consulta. Si está usted alegando a la privacidad del delegado Askuro en honor a sus derechos como individuo, yo, magistrado, por ser representante público ordeno que su contenido sea comprobado por formar parte de una investigación en curso. El escrutinio en ese caso se hará por interés general, que está por encima del interés particular de cualquier indiviuo, incluido el delegado Askuro. Así que ahora, entrégueme esa cartera.

Se giró entonces a los protectores.

Además de este obstáculo, ¿han logrado algún avance reseñable en la investigación? ¿ya han interrogado a los testigos y conocidos del fallecido, incluido el servidor aquí presente?

Si aquel servidor creía que la posición del fallecido, o mejor dicho, del jefe del fallecido, iba a frenar o archivar la investigación, estaba en un grave error. Quizás algunos de sus compañeros magistrados velaran por el interés político, pero Dagio Nara era plenamente consciente de que ser magistrado era un servicio público. Igual que delegado o protector. En su caso, el servicio público que ofrecía un magistrado era la justicia, y la justicia es ciega.

El grupo del magistrado no pudo haberse presentado en mejor momento. Les saludo cortesmente al llegar y disfruto de su bien hacer profesional.

En cuanto a la investigacion y si tienen a bien, me gustaría proseguir con la busqueda de testigos. Empezando por el local cercano. Es muy probable que algún parroquiano, tenga algún dato de interés que arroje luz a este crimen.

Si me permiten

Pido permiso para ir al comercio cercano a interrogar testigos, pero ofrezco tiempo de cortesia por si necesitan algo mas de mi.

El hombre que está postrado saca con manos temblorosas un paquete envuelto en papel, probablemente resina de baja calidad. El herido sigue con sus alaridos, y se niega a ser tocado por ti. La mujer abre la puerta principal a la calle por la que enseguida entra el crío. 

-Mil gracias señor, no se hasta donde habría llegado la situación, pero cuanto menos me ha salvado de salir herida y robada. 

El niño ve impactado la mano sangrante y luego tu sable.

-Yo seré protector.

-Temo que va a ser inútil protector -dice la mujer que llegó con el magistrado. -Yo fui testigo y a esa hora no había nadie en la plaza, el señor acababa de salir de dormir en nuestra casa, a media mañana, entonces se le acerco alguien y todo pasó enseguida.

-Mi amigo ha sido asesinado, por favor, ahora que tenemos la situación en un punto de consenso, podríamos retirarlo de la vía, no merece este escarnio a su honor. 

Tras mi torpe intervención anterior realmente agradezco la presencia de un magistrado. No es sólo el posible contenido de los papeles lo que me preocupa si no también la gran cantidad de cheques que contiene, así que le extiendo la bolsa de mano a Dagio arqueando una ceja - Magistrado Dagio, me pongo a su disposición.-

Karu coge el paquete que el hombre le tiende. Observa su contenido para confirmar o desmentir que se trata de una runa, y en caso de serlo preguntarle de donde la ha sacado. Después se dirige al niño con seriedad.

—¿Protector? Ese es un camino difícil. Si de veras decides seguirlo, debes estar más interesado en proteger que en castigar. Y ahora, necesito que vayas a pedir ayuda médica para este infeliz —dice señalando al del brazo sangrante—. ¿Me harás ese favor?

Confía en que el niño se marche, porque no quiere impresionarle más con el inevitable castigo que debe imponer. Después se dirige al matón del brazo herido.

—La herida que has recibido será suficiente castigo para ti... de momento. Pero si vuelves a reincidir, se te aplicará un castigo más severo. ¡Recapacita! En cuanto a ti...—le dice a su compinche.

Mientras espero un informe más detallado o la participación de los más silenciosos, reviso el contenido de la cartera

Escucho en silencio como los otros protectores hablan con el magistrado, explicándole lo que ha sucedido. Tras ver lo que han dicho, decido añadir.

-Con respecto al cuerpo, está claro que este hombre ha sido asesinado. Dicho esto, su asesinato no ha sido casual como esa cerámica rota en su cráneo podría hacernos creer. Tiene un agujero en su cuello-digo enseñándoselo al magistrado- además de que sus ropas están parcialmente revueltas,  yo diría que alguien ha estado buscando algo entre sus ropajes. Y me atrevería a decir que, en caso de no haber encontrado algo que desconozcamos, lo que su asesino buscaba estará entre esos documentos.

Mientras estamos agachados inspeccionando el cuerpo, añado en voz baja.

-Por otro lado, no me fío de este supuesto sirviente de Askuro. No puedo demostrarlo, pero se que oculta información

El muchacho mantiene la compostura y no grita cuando golpeas su alma, por un momento incluso dudas de si lo habrás hecho, pero luego ves como su cara se vuelve progresivamente una máscara de porcelana, blanca e inexpresiva.

Al llegar a la plaza del júbilo ves enseguida la escena, ya hay en la zona tres protectores con el magistrado. Pero aunque sea a despedirte del magistrado conviene que pases por allí.

-Ilustre magistrado ¿Me permite retirar el cuerpo de la vía? me gustaría llevarlo a Palacio donde los sirvientes lo prepararán para un funeral, creo que ya ha tenido suficiente mal en sus últimos momentos de vida como para prolongar la humillación en la muerte. -pide el siervo de Askuro.

-Entonces ha sido algo normal ¿no?, es decir, que solo ha sido una pelea entre poderosos y eso ¿no? -pregunta con apremio el hombre que llegó junto al magistrado, el apremio de su voz os indica que está deseando oír "si".

Ya es la hora a la que se realiza la segunda comida del día y mucha gente que antes no podía desatender sus asuntos aprovecha para lanzar miradas furtivas de camino a los restaurantes y casas de comida.

Todos tenéis claro que conviene que la escena no se prolongue más.

Eché un vistazo al contenido de la cartera que me tendían mientras todos los presentes continuaban con la conversación. No obstante, no pude dedicarle atención detallada, pues unos y otros volvían la vista y sus preguntas hacia mi. Finalmente, volví a intervenir. Pelea entre poderosos o entre pordioseros, este hombre ha muerto. Miró unos instantes la escena y finalmente cedió en una fracción. Retiraremos a este hombre de la vía. Sí. Se giró hacia los protectores. Protectores, organicense. Necesitamos un informe detallado de la declaración de los dos propietarios aquí presentes. Por separado. - Miró a la pareja- Señores, disculpen las molestias, pero deberán colaborar. Todos queremos que este asunto se resuelva cuanto antes, antes de que la noticia de lo ocurrido se extienda entre toda su clientela potencial. ¿Podrían darnos ustedes el nombre de todos sus clientes o quizás solo conocen el de los habituales?. - Les preguntó sin ambajes ni rodeos pero dejando en el aire y en su propia imaginación para qué quería el nombre de sus clientes. Volvió a girarse a los protectores. También requeriremos un infome de lo que tenga que compartir este servidor de Askuro, si no es molestia. Quiero conocer las costumbres del fallecido, sus horarios, sus compañeros y conocidos, sus enemigos y discusiones recintes... necesitamos esclarecer quién querría matar al señor Figore y por qué. Coincido con el protector: Los signos de forcejeo para inducir a error, las evidencias de un registro y la marca encontrada por el protector en su cuello... todo apunta a un homicidio y a que la selección de la víctima no ha sido casual

Haciendo caso al magistrado Dagio, decido encaminarme a la casa de las flores de la que salió la víctima, para ver si puedo corroborar esa rumorología sobre una disputa con una artista y tomar nota de más posibles pistas.

Mi conocimiento sobre las casas de las flores de la ciudad es más que sabido, uno tiene sus debilidades y es una ventaja que en una ciudad como la nuestra, estas no sean vistas como algo negativo, así que espero poder abusar de mi confianza con su propietario e identificar a su protegida, a la que posiblemente también conozca.

Está claro que hay algo increíblemente turbio en todo este asunto, pero no consigo deducir sus implicaciones reales. Sacudo mis ropajes en un gesto innecesario pero automático, que delata mi determinación, peor antes me giro para consultar a mis compañeros.

- Es mediodía, ¿Creen que deberíamos quedar a alguna hora concreta en este mismo lugar para comparar notas?

Este desgraciado no se va a escapar pienso al ver la cara de satisfacción del sin nombre

-Dagio, me ofrezco a ser quien tome declaración del señor... ¿Cómo ha dicho que se llamaba? -me dirijo con una amabilidad mordaz al supuesto sirviente de Askuro -Pero dado que el contenido de la cartera es uno de los probables motivos e intereses, solicito que usted sea testigo de la conversación, y tenga a bien leer en voz alta aquellos documentos que puedan ser esclarecedores. -modulo ligeramente el tono al referirme al magistrado, para que sin ser evidente el cambio ahora sea de respeto y confianza.

La proposición de Deno me parece adecuada así que la refuerzo -Si Deno y Gaaru toman declaración, primero de los propietarios y luego del resto del personal, podemos abarcar un gran conocimiento, quizás antes de la caída del sol tengamos una idea de lo que ha pasado. -miro a Gaaru esperando que este de su conformidad.

-Soy Kefui sirviente de Askuro Garoi delegado del Loto en representación de la zona suroriental. Y sí, estoy de acuerdo en que los tres nos sentemos para esclarecer la situación como sujetos civilizados que somos, ruego que se me deje actuar de anfitrión, de esa forma estaremos cómodos, contaremos con privacidad, y podré hacerme cargo del cuerpo de mi amigo. -ya no hay rastro de chulería en su forma de hablar, es consciente de lo delicado de la situación, su petición es correcta y no hay motivos sustanciales para negarse.

Por otro lado los dueños se acercan a Deno -Si es tan amable de seguirnos señor protector, estamos deseando colaborar -dice la mujer haciendo un gesto a Deno y a Gaaru para que vayan a la casa de flores que hay a pocos metros.

Al llegar a la casa de flores se le hace evidente la importancia del caso, pues varios protectores acompañan al magistrado Nara. El sobre que tiene en la mano contiene una runa que alguien no versado en hechicería podría no reconocer.

—Mis disculpas por la demora, magistrado —le dice—. Si ese sobre contiene alguna clase de prueba debería tener cuidado: está protegido por algina clase de runa.

De camino a la casa de Flores y de la forma mas discreta posible pregunto a Deno. Me parece que hay demasiado teatro en este incidente. Creo incluso a donde nos dirigimos ahora también encontraremos humo. ¿Tu que opinas? ¿Crees que una artista orquestaría algo asi? Eso si, no puedo esconder mi media sonrisa, voy a conseguir un trago y quizás una conversación estimulante.

No puedo más que medio devolverle la sonrisa a Gaaru. Puede que el caso que nos ocupe sea de la máxima seriedad (¡UNA MUERTE! y puede que un gran misterio diplomático o algo mucho menor, no conviene fiarse de las apariencias...) pero como amante del teatro, las farsas y las casas de las flores no puedo dejar de preguntarme qué número será ese  que mi compañero intuye, puede que sea mejor que lo que nos espera, algo digno de un escenario, peor alejado de la cruda simpleza de la violencia sin motivo. Nuestra ciudad no es dada a tal cantidad de drama antes de llenarse la barriga, así que el caso sigue siendo un buen folletín con un dramatis personae en el que se incluyen cuerpos de la ley, estranjeros, comerciantes, artistas del placer, mensajeros, nobles. Realmente me pregunto si nos encontramos ante un simple esperpento o algo más digno de una pluma dedicada al misterio.

- No nos queda otra que tratar de comprobarlo, buen amigo... Y si una artista ha perpetrado algún tipo de coartada a terceros, habrá sido por una cantidad avergonzante de ciclos, con lo que más le vale tener preparada una buena pavana Vamos a comprobarlo...- Le susurro, malicioso

Subís la pequeña escalinata de tres peldaños de piedra que comunica la explanada con la plataforma de madera donde descansa la casa. 

-Por favor señores siéntanse con libertad de ir a donde consideren, estaremos encantados de responder a cualquier pregunta. ¿Necesitan algo para aplacar el calor?- pregunta la mujer, el hombre parece más confundido y preocupado.

La casa es hermosa, los paneles de algodón que actúan de separación con la calle tienen motivos sencillos de geometría que evocan la brisa y dejan entrar la luz débilmente generando un ambiente acogedor. Las vigas del techo son de madera tallada con motivos similares pero no idénticos, de ellas cuelgan cada pocos pasos lamparás de aceite de hierro forjado y vidrio coloreado de naranjas y amarillos ahora apagadas. En el centro de la enorme sala está el mostrador que actúa de separación entre la zona de los clientes y la cocina.

Casi al fondo hay dos puertas de madera fina que llevan a las dos habitaciones de pernota, en una de ellas durmió por ultima vez la víctima.

El dueño sigue como aturdido, como si pensará que "esto no puede estar pasando así que no está pasando", pero la mujer ha enfocado el estrés con un servicial intento de solucionar las cosas, aunque su nerviosismo es evidente.

-El ilustre magistrado dijo que se nos interrogara por separado ¿les parece bien si utilizamos las habitaciones? están construidas para ser muy íntimas.