Partida Rol por web

-Buenos dias Honorable Magistrada- digo con una sonrisa y hacendo una ligera reverencia con la cabeza. -Siempre es un placer estar en su compania y mas, cuando los temas de conversacion son de una tan alta categoria como los suyos-. Diciendo esto, le hago una invitacion con la mano para caminar juntos y que me guie a donde ella crea conveniente y bajando el tono de mi voz.

Empiezo la conversacion en un tono normal, respondiendo amablemente a su interes por mi persona -Si me permite honorable, debo admitir que ha sido una noche calida y demasiado corta, cuando uno se deja llevar por los perfumes de rosa y especias que ciertas personas delicadas dejan a su paso, cual seres divinos, que le hacen flotar a uno, como si fuese el principio del paraiso... lo que espero, no sea ningun mal augurio- una vez dicho esto, bajo un poco el tono de mi voz, me coloco a la derecha de la Magistrada y con discrecion le digo -Sabe que siempre estoy a su entera disposicion Honorable, que necesita de mi humilde persona? Una vez dicho esto, espero a su respuesta.

-Para nada, ayer fue una jornada extraña y muchos habrán decidido tomarse un tiempo para llegar, en realidad la hora oficial de inicio es en breve pero aún no ha sido. Lo que pasa es que es habitual que todos se esfuercen en llegar los primeros.

La espera se hace corta pues enseguida llegan otros a los que la dama atiende, quedando solos con Kelda.

-Lo de ayer fue de lo más inoportuno -utiliza la palabra con mucho significado -Me temo que se sea usado para sacar horas de ventaja a vuestra misión, por ello y a pesar de la necesidad de oficializarlo, no haré florituras. Espero que la brutalidad con la cumplisteis la labor de ayer sea igual para quienes emplean niños como rehenes. -añade dirigiéndose a Thegren.

Ammatam lo miró sonriente y le dejó jugar con las palabras de aquel modo.

- Que  maestro de las palabras ... - Elogió Ammatam - A su lado yo sonaré prosaica y aburrida cual burocrata. - Dijo lamentando se con un mohín que tenía muy ensayado. 

Luego se inclinó hacia el y tapando su boca, usando de velo el tocado que llevaba[1] susurró, un murmullo  para cualquiera que pasara al lado. 

- Me gustaría conocer mas de su relación con los protectores, el magistrado que los supervisaba y su relación con los hechos que tomaron lugar ayer. - Le dijo directa al grano. - Quizá sería bueno que estuvieran el resto de protectores, si lo considera oportuno. - Dijo

Mientras conversáis llegáis al Gran salón, allí se encuentran entre otros Gaaru y Thegren hablando en mitad de la sala con Kelda. Morome en cuanto os ve, cosa que hace enseguida gracias a sus sirvientes que la tienen al tanto, se aproxima a recibiros -Bienvenidos un nuevo día a mi hogar. -Un leve gesto en su rostro os indica que algo no le ha encajado (1).

Hokelsa toma un aire serio al escuchar la pregunta de la Magistrada -Debo admitir Honorable que mi relacion con ellos fué breve. Nunca tuve demasiado tiempo para discernir sus personalidades, pero me parecian serio. Tengo enetendido que han luchado en mas de una ocasion - Hokelsa deja escapar una mirada al hombre que les sigue antes de retomar la conversacion -Respecto a los ultimos acontecimientos, debo admitir que no escapan a mi conocimiento. Es un hecho que conocia desde antes que la corte se reuniese y conozco a la familia que ha sufrido la disparicion de los individuos-.

Mientra seguimos hablando llegamos al salon y somos recibidos por Morome -El placer es de nuevo mio Honorable Morome- Termino de decirle haciendo una ligera reverencia, no sin antes dejar de mirar sus ojos y viendo hasta en lo mas profundo de su alma, pero siempe guardando la cortesia, antes de dirigirme al resto de los convives que se encuentran en el centro del salon y saludarles con una inclinacion de cabeza, asociada a una sonrisa... casi satirica.

Aunque has madrugado para cumplir tu propósito, no encuentras al guerrero a pesar de haber ido directamente a la población maderera en la que vive, te dicen que salió de caza, y el tiempo se te echa encima, vuelves a palacio consciente de que los acontecimientos se han precipitado.

Cuando llegas al Gran Salón ya hay mucha gente, un vistazo rápido no basta para identificar a los presentes debido a la multitud, pero acabas por ver que todos ya están allí.

Al acercarse al palacio Ammatam le hizo un gesto llevandose el dedo a los labios para que callara. "Siento si soy brusca, pero eso luego, a puerta cerrada, y a ser posible una puerta familiar, no una prestada" Le dijo y esperaba que entendiera.

Y nada más entrar ahí vino nuevamente Morome, les marcaba muy de cerca. Hizo una reverencia ensayada un millón de veces.

- Excelencia, es un placer encontrarla tan radiante como el sol de la mañana. Gracias por su amabilidad y su hospitalidad, una vez más. - Dijo Ammatam. - Es motivo de orgullo cobijarse en su casa.- Le aseguró.

- Hoy está algo más callado, pero he conseguido que me acompañe el héroe anónimo de ayer ¿Recordáis al valeroso Senca? - Dijo para introducir al herrero en la conversación.

Caminé hasta ponerme a la altura de mis compañeros de camino, y saludé a todos con respeto. Agradezco la presentación, Mi nombre es Senca, nos conocimos ayer, aunque en otras circunstancias, Dije intentando saber que era lo que le parecía tan extraño a la mujer que nos observaba, sin mayor resultado.

Tras ello me situé en posición cómoda, erguido pero sin forzar, escuché las aportaciones del hombre que nos abordó en la noche, dando por hecho que sabía cosas que yo no, aunque Ammatam era la persona más capacitada para ver intenciones ocultas, y al no hacer ningún gesto que pudiera parecer que sabe algo, lo dejé pasar simplemente pensando intrigado, por qué sabía tanto sobre el altercado.

Pasé rápido de tema, escuchando aténtamente cual era el motivo de la reunión, había tantas cartas sobre la mesa que me abrumaban, ¿que habían descubierto sobre los agresores?, ¿Cual era el motivo?, ¿habría más agresiones?, y lo más importante, ¿Cuando partimos a esa misión para la que mi clan tan generosamente me había prestado al servicio de Ammatam, presumiblemente escurriendo el bulto para que otro cargara con la responsabilidad de un desconocido de habilidades extrañas para ser un herrero?.

Al darme cuenta de que no se encuentra presente en la población, mando aviso de que le manden buscar.

Mientras espero, redacto un documento simple donde le indico cuales serían sus condiciones salariales, sus obligaciones y sus funciones.

Espero todo lo posible al hombre.

-Joven, esperamos grandes cosas de ciudadanos con semejante valor. No me explico como nuestra institución de protectores no te ha captado, aunque esa es una historia que te pertenece y no voy a insistir en ella, por educación y por agenda.

Kelda os observa y asiente, ahora todos los voluntarios estáis en la sala, hace unos gestos y dice

-Como decía ayer, ruego que un representante de cada Clan viaje al oeste. Ayer se presentaron de todos los clanes, para mi sorpresa incluso de clanes que no venían con los honorables agentes del Rey, como la Nutria, y la sorpresa mayor de la presencia del Gato, pero además se presenta un ciudadano de a pie que exige cual protector el honor de ir... Hoy me veo en la obligación de pedir que repitáis el gesto, pues debe ser oficial el acto, así tendréis la oportunidad de reafirmar el valor, de expresar el arrepentimiento o incluso de ampliar la compañía.

Muchos comentarios se apoderan de la sala en el silencio que deja Kelda, consciente de que debe permitir a los delegados cuchichear sin ser maleducados para mantener el foco.

-Sin mayor dilación repito la formula. ¿Hay en esta sala quienes en nombre del Rey y de su paz esté dispuesto a viajar al oeste a devolver el orden a tierras que se encuentran convulsas?

-Me presento voluntario para viajar al oeste en nombre del Rey, representando a mi clan y asegurando la seguridad y paz de los ciudadanos del Imperio.

Intento ser todo lo solemne posible, ya que es la segunda vez que tenemos que pronunciarnos y quizás alguna lengua envenenada traiga ideas peregrinas sobre como echar tierra sobre nuestros cometido.

Mi postura es altiva y mi pausa una invitación al siguiente protector.

Miró a Morome con una sonrisa de medio lado y se colocó a su lado para hablar disimuladamente mientras con un abanico se tapaba los labios. Le susurró mientras esperaba su turno para pronunciarse:

- Si me hicierais el favor de interceder, tras mi partida, en favor de la delegación comercial que acompañaba, me quedaría más tranquila, dejo a medias un tema de comercio y caravanas con novektuor y me haríais un favor inmenso si dedicarais  una porción leve de vuestro tiempo a supervisar dicho asunto. - Dijo con la suavidad del murmullo.

-¿Cuidaréis por mi de que la negociación sea justa para todas las partes? Sé de sobra que tan respetada e ilustrada personalidad como su excelencia sabrá ver el equilibrio en dicha negociación para que todo el mundo quede satisfecho. - Solicitó con humildad

- Yo lo consideraría un favor personal - Concluyó

Observé como se manifestaban poco a poco, y tras el primero, y sin poder evitar oír lo que Ammatam dijo me puse un poco más firme. 

Con mi maestro en la mente y la visión de que había encontrado lo que buscaba, miré a los interlocutores. 

Pese a haber ya un representante de mi clan, querría hacer uso de las palabras de su ilustre magistrado Ammatam y partir en defensa de aquellos que deben restablecer el orden, asegurando la seguridad de la institución en general y de sus representantes aquí presentes. 

Prometo no decepcionarlos ni excederme en mis atribuciones, así como cumplir las leyes que me han sido impuestas como ciudadano y los beneficios como integrante de esta campaña. Haciendo referencia a lo que yo entendía como una excepción que permitiría usar mi espada para que aquellos que usan su poder en el bien común y no la corrupción llegaran sanos y salvos al destino que había sido impuesto por el rey y la sociedad. 

Tras ello, me volví a situar en mi lugar y esperé a que todos pronunciaran las palabras. 

Miro con atencion como cada uno de los participantes de esta campana hace el juramento y no pierdo de oido las conversaciones que tienen lugar alrededor nuestra.

La voz de Senca se impone, pese a ser un murmullo.

-Es loable, al igual que ayer, no quepo en orgullo de presenciar a un súbdito del rey tan valeroso, la Golondrina puede presumir de tener a ciudadanos de la más alta moral. Entiendo ilustre Ammatam que vuestro ofrecimiento sigue en pie por lo dicho.

La sala se llena de murmullos, muchos no pierden el tiempo en alcanzar conclusiones precipitadas.

Hokelsa escucha como varios hacen insinuaciones sobre la facilidad con la que la magistrado de la nutria va a la intimidad, así como que mira la nueva mascota, el plebeyo este, ¿qué se creerá?. Pero hay uno que guarda algo de información, "Son demasiados, la jugada le ha salido perfecta, no solo va uno de cada clan, que era una excusa para enviar a muchos, van más, hay que avisar" "cállate idiota, aquí hay muchos oídos"

-Reafirmo mi participación, estoy deseosa de hacer llegar la justicia y la paz del Rey, solo los cobardes e indeseables secuestran niños como seguro político -dice la protectora del Oso, luego pone cara de sorpresa y preocupación -Ah, que no se podía decir, cierto, bueno, era evidente, solo dejo claro que hago esto a sabiendas de que se hace, a mi nadie me manipula por sus intereses. Y lamento si mis palabras son duras excelentísimo Kelda, pero esa es la verdad.

La segunda tanda de murmullos es tan intensa que parece el zumbido de una abeja gigante.