Partida Rol por web

La calma tras la tormenta

1.1.1 El Enigma del Forúnculo

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03/06/2010, 01:09
Thalber de Wurtbad

Thalber tomó la palabra y comenzó el discurso.

- Buenos días, eminencia. - Se quitó el sombrero. - Hemos realizado una parte de la investigación y sí, hemos encontrado información y también obstáculos. A grandes rasgos podemos decir que hemos ido, por un lado, descartando gente relacionada con la enfermedad y, por otro lado, cercando poco a poco la atención sobre donde podría haber más sospechosos. - respaldó su afirmación añadiendo que "luego irían a los muelles a seguir investigando..."

- Otro dato a tener en cuenta, eminencia, es la información que hemos obtenido acerca de una secta que participó en la invasión, hace una década, ya sabe... - Von Newman sabía perfectamente a qué se refería y no era necesario ahondar en el dolor que todos sufrían por el invadido Imperio de Sigmar - El caso es que esta secta basaba su poder en un artefacto del caos. Este dato, junto con algo más de información, nos llevó a investigar parte de las pesquisas de la Llama Purificadora, que fueron quienes acabaron con estos sectarios.

Hizo una pausa, pero prosiguió enseguida.

- Al parecer, el artefacto, al cual la secta llamaban El Forúnculo, se haya encerrado en las mazmorras del cuartel general de la Llama Purificadora... O no, ya que no nos han dejado verificar que sigue ahí. Ese es un obstáculo que hemos encontrado, ese vacío en cuanto a información confirmada y verídica. El arzobispo Conrad no ha querido siquiera asegurarnos que el Forúnculo seguía en sus manos, nos ha echado como a perros... Es por ello que tenemos dudas de que siga ahí. - Quiso pinchar un poco a Von Newman, a ver cómo reaccionaba - Nosotros, por nuestros medios, potestad y jurisdicción no podemos obligarle a que nos muestre que el artefacto sigue encerrado... Y es posible que le haya sido sustraido... y que sea el causante de esta ola de enfermedad...

Echó una mirada a sus compañeros, quizá alguien quería añadir algo.

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03/06/2010, 02:44
Heinrich Arztmann

—Saludos Eminencia. — con una reverencia Heinrich se presentó al cardenal cuando Thalber iba a comenzar su informe. Escuchó atentamente lo que el cazabrujas decía moviendo la cabeza afirmativamente en los puntos claves, apoyando al líder.

Cuando Thalber terminó, Heinrich dio un paso al frente y agregó:

—Herr de Wurtbad ha resumido la situación eficazmente, su Eminencia. Estamos convencidos de que el artefacto, ese tal Forúnculo, está relacionado con el brote de plaga que sufrió la ciudad hace diez años y, también, con el que estamos lidiando ahora. Es de vital importancia comprobar que el artefacto se encuentra a buen recaudo aunque, mucho nos tememos, el resurgimiento de la plaga nos lleva a pensar que no es así.

El interrogador fingió cierta incomodidad intentando aparentar que no se sentía bien acusando a "colegas" del oficio de incompetencia. Por supuesto no era cierto.

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03/06/2010, 22:10
Verner von Neuman

Von Neuman se dejó caer en la silla tras oir las palabras de Thalber y Heinrich, luego se llevó una mano a la barbilla de modo pensativo.

Con la mirada perdida en algún punto de la alfombra que decoraba el suelo de la habitación, el hombre de serio semblante dejó pasar un poco el tiempo, abstraido en sus pensamientos mientras asimilaba la información que sus hombres le acababan de dar. Finalmente, los miró y habló al grupo:

-Eso que dicen es preocupante. Dijo. No es la primera vez que se de la existencia de objetos peligrosos dentro de los muros de la ciudad, bajo la custodia de autoridades competentes... o "supuestamente competentes". No es algo que me agrada, y de buen gusto quemaría a los estudiosos que dicen tener motivos justificados para jugar con las fuerzas del Caos. Por otro lado, siempre hemos tenido tiranteces con la orden de La Llama Purificadora y mi relación con el Arzobispo Conrad no es muy buena. Ese maldito imbécil no tiene otra cosa en mente que posicionarse por encima del resto de las órdenes de Sigmar. Ambiciona el poder más que otra cosa y sus hombres nos han dejado en evidencia en demasiadas ocasiones pisando nuestras competencias. Claro que nosotros también les hemos devuelto la moneda en otras tantas.

Calló un momento para tomar aire y cotinuo.

-Estamos detrás de algo, y no voy a permitir que La Llama Purificadora se entrometa de nuevo en nuestro trabajo, voy a dejárselo claro a Conrad, él ya tiene sus tareas. Espero que hayan sabido proceder adecuadamente frente a von Wilhenhoff, por que voy a requerir la información que precisamos de inmediato y no quiero encontrarme con ninguna sorpresa por su parte. ¿Hay alguna otra cosa más que quieran comunicarme para cuando vaya a redactar el informe?

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03/06/2010, 23:04
Katherina Müller

Katherina se mordió la lengua con ante las últimas palabras de Von Neuman para no declarar ante el mismo que su posición respecto a Conrad era la misma.
Miró a sus compañeros... en especial al "jefecillo del grupo", tal vez Thalber quisiera decir algo respecto a lo recientemente ocurrido pero a ella aún le hervía la sangre por el trato recibido y prefería callarlo a explotar delante del jefe. Kat se colocó la capucha en silencio para ocultar el rostro a la espera de nuevas palabras.

Está claro que esos de la Llama no son del todo de fiar... la actitud del Arzobispo para con nosotros no ha sido para nada la que se podría esperar de alguien que se supone colabora con acabar con el Caos, piensa la mujer mirando al suelo de la oficina. No me fío ni un pelo de ellos, seguro que ya no tienen el dichoso Forúnculo.

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04/06/2010, 00:00
Thalber de Wurtbad

Thalber giró la cabeza lentamente hacia la señorita Muller, con una sonrisa socarrona.

- Digamos, eminencia, que cada uno ha procedido lo mejor que ha podido, aunque el arzobispo Conrad nos ha echado según le hemos nombrado el Forúnculo, así que no sé qué versión le dará él...

Posiblemente acababa de salvarle el culo a Kath, o no...

Notas de juego

xDD

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04/06/2010, 01:26
Heinrich Arztmann

—Hay un detalle que, aun sin estar relacionado directamente con nuestra misión, probablemente le gustaría saber, su Eminencia —añadió Heinrich con su actitud más servicial— Es algo que encontramos en los informes que consultamos en los archivos de La Llama Purificadora. Entre los diferentes papeles había archivada la correspondencia entre unos tales Jürgen Friedrich y Maximilian Kolven, donde se concedía permiso para que...

Hizo una pausa, incómodo por lo que iba a decir. Hacer uso de artefactos del Caos, sin importar la bondad de las intenciones, era la vía más rápida para acabar en una hoguera. Heinrich lo sabía, al igual que el cardenal. Pero no podía estar seguro de si el cardenal aprobaba dichos métodos, a pesar de sus duras palabras hacia los "estudiosos", y si la revelación le iba a resultar ofensiva o no.

Heinrich esperaba lo primero y que le estuviera dando al cardenal munición extra con la que atacar a la maldita orden rival.

—...ejem —carraspeó cuando continuó la frase que había dejado a medias—, permiso para usar el Forúnculo como arma contra una secta en Stirland. En una carta posterior indicaban que la operación resultó un fracaso acabando con las vidas de la unidad que la llevaba acabo bajo los efectos del artefacto. Fue entonces cuando, supuestamente, se almacenó el Forúnculo de nuevo. —A continuación el interrogador agachó la cabeza en un, falso, gesto compungido— Lamentablemente no tenemos más pruebas que nuestra palabra pues los informes siguen en manos de La Llama Purificadora.

Prefirió no extenderse más con cosas como "imposible hacernos con los informes bajo tanta vigilancia" no fuese a ser que el cardenal no aprobara ese tipo de prácticas.

Qué difícil resulta el trabajo cuando no conoces bien a tus superiores.

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04/06/2010, 03:52
Maul

Maul dejo el cabezal del martillo contra el suelo y espero, de pie incolumne lejos de la discusion principal; el como musculo no tenia mucho que decir a los cerebros del grupo; en cualquier caso de nuevo sucedia lo que ya llevaba tiempo viendo suceder; una mano pega a la otra cuando todas debian ser puños en la cara de los enemigos del imperio...pero...

De todas formas, al menos Herr Neuman estaba de su relativa parte; no es que Maul esperase mucho por esas vias; salvo que el hombre se plantara de morros delante del cuartel de la llama purificadora y abriese las cuevas por la fuerza...bueno, digamos que comprobar in situ que el dichoso forunculo estaba ahi, no era una de las situaciones mas probables que Maul veia.

Acercandose a Thalberd Maul le susurro algunas palabras al oido.

Herr...¿no deberia mencionar al viejo loco que esta en el sotano de su casa?; a fin de cuentas loco o no; el diario que guarda Herr Artzman es lo que nos llevo a la Llama en primer lugar, ademas como se nos haya muerto dentro de su agujero, nos quedamos sin nuestro ultimo testigo.

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04/06/2010, 13:47
Thalber de Wurtbad

Thalber no dio importancia a los datos que Maul le recordó, pero sí se alegró de recordar que, en caso de aburrirse mucho, seguía teniendo alguien con quien desahogarse. Ese viejo loco...

- Nah, estimado guerrero, diría que son detalles sin importancia... - Von Newman debía saber cómo avanzaba la investigación, pero seguro que no querría oir los métodos empleados. Ya se sabe, siguiendo la moral religiosa: haz lo que te venga en gana, pero que no lo parezca.

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04/06/2010, 19:17
Verner von Neuman

-¡Valiente basura! Gritó Verner enfurecido y dando un golpe en la mesa con el puño cerrado. La información que Heinrich le acababa de dar había logrado sacarlo de sus casillas y que olvidara todas las formas que le imponía su posición dentro de la jerarquía de la orden. ¡Sólo nos faltaba eso! ¡Que una panda de lameculos se hayan dedicado a andar jugando con las fuerzas del Caos!

Verner se levantó hecho una furia y les dijo:

-Voy a salir ahora mismo a hablar personálmente con Conrad. Sigmar fue sabio negándole hijos a esa cagada de perro. No se quienes son esos dos hombres a los que ha nombrado, Arztmann pero Conrad va a tener la gran amabilidad de decírme el motivo por el que a sus hombres se les pone dura andar jugando con los infames aparatos del Caos. El hombre se había acercado a un armario, tras abrirlo, sacó del mismo sus armas y su capa, comenzando a pertrecharse con las mismas. Si no tienen nada más que añadir, pueden seguir con sus investigaciones, yo voy a estar muy ocupado durante la próxima hora, recordándole a nuestro querido Arzobispo la razón por la que estamos en este trabajo.

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05/06/2010, 02:57
Maul

¡Aleluytjahm!....salto Maul ahogando su estallido de sorpresa en una tos seca; por la activa disposicion que Her Neuman demostraba...por el santo Ghal maraz, el martillo de Sigmar que la faceta que acaba de mostrar su superior habia dejado a Maul pensando que los burocratas no eran tan malos despues de todo....

Sintio algo de lastima por no poder acompañar a Von Neuman...la idea de poder usar su martillo para hacer entender a los idiotas de la Llama el autentico trabajo de los cazadores era demasiado tentadora pero tenia la obligacion de acompañar y proteger a los demas integrantes del grupo a costa de su propia vida.

 

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05/06/2010, 13:14
Thalber de Wurtbad

- Como desée, eminencia. - concluyó. Se puso otra vez el sombrero e hizo un gesto a los integrantes del grupo, era hora de marcharse. Había sido toda una suerte que Von Newman se tomara tan mal las palabras del interrogador, así él haría el trabajo sucio a pesar de ser su superior.

Ya en el pasillo preguntó a sus compañeros. - Tenemos una tarea pendiente en los muelles, había un par de hombres a los que interrogar. Mmmmmh, no me acuerdo de sus nombres... ¿Alguien me refresca la memoria?

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06/06/2010, 05:39
Maul

Euh...Maul fruncio el ceño con fuerza, el mero esfuerzo de pensar en los nombres de los susodichos ya era sobrehumano para el..creo recordar a un estribador del muelle tres; un tal Frederick creo....pero no se yo si...

El hombre parecia verdaderamente contrito por su falta de detalle en la informacion dada..

 

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06/06/2010, 22:52
Katherina Müller

Kat sonreía interiormente mientras heinrich le explicaba a Von Neuman lo que habían encontrado en aquella biblioteca y que la mujer desconocía hasta ese momento. Era algo realmente interesante... y aterrador a la par que estúpido lo que habían llevado a cabo esos imbéciles de La Llama.

Katherina abrió los ojos como platos al ver y escuchar la reacción de su superior. Jamás, jamás en la vida hubiera pensado poder verle actuar de esa manera tan impulsiva, pero le gustaba, le recordaba en cierta manera a ella y sus prontos repentinos...
Bajo la capucha que tapaba gran parte de su rostro ahora que había agachado la mirada al suelo, la sacerdotisa casi reía sin emitir sonido alguno ante las imágenes que su imaginación le estaban proporcionando sobre el posible encuentro entre Verner y Conrad. Puede que no fuera su venganza propiamente dicha... pero se sentía como si así fuera, por la nefasta reacción que había tenido para con ellos.

Kat salió junto a sus compañeros de nuevo al pasillo donde había empezado todo hacía unas cuantas horas y Thalber estaba de nuevo al mando... De nuevo a las calles, de nuevo a lidiar con la gente de barrio pobre.
El jefe intentó refrescar la memoria tras todo lo recientemente acontecido y Maul, de pocas palabras, dio con la respuesta correcta para cuál era nuestro siguiente paso a seguir.

La mujer se acercó a su futuro aprendiz y rozándole el brazo añadió:
- El pequeño Maul tiene razón. - dijo con voz serena mirando al grandullón del martillo.- Nos queda ese tal Frederick, en los muelles.

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07/06/2010, 00:51
Thalber de Wurtbad

- Entonces está claro, nos movemos. - Comenzó a caminar por los pasillos y en ese momento sintió hambre. Llevaban toda la mañana recorriendo la ciudad, a saber qué hora sería ya... Después de lo de los muelles habrá que hacer un alto para almorzar, pensó.

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07/06/2010, 18:05
Heinrich Arztmann

Heinrich disfrutaba con los pequeños placeres de la vida y en este momento se encontraba ante uno. Sus palabras habían causado el estallido de ira de su superior que procedería a desahogarse con el maldito arzobispo que, al final, con tanto desdén les había tratado. Incluso aunque hubiera cooperado el resultado seguramente habría sido el mismo. Había cierta malicia en la mente del interrogador y le gustaba darle rienda suelta de vez en cuando. A veces no tan de vez en cuando.

Con una reverencia se despidió del cardenal, esforzándose por ocultar la sonrisa que se formaba en su rostro. Una vez fuera y lejos de la vista de Von Neuman dejó de molestarse.

Sus compañeros hablaban de retomar la investigación donde la dejaron. Heinrich no podía estar más de acuerdo.

En efecto. A los muelles íbamos para buscar a un tal Frederick de Middenheim para cuestionarle sobre un primo que enfermó cuando nos detuvo la presencia escurridiza del viejo Albert. También teníamos pensado visitar una taberna, en la zona de los muelles, que frecuentaba el hermano de Tom el Alto, uno de los fallecidos por la plaga —no creyó necesario dar más detalles y asumió que sus compañeros sabían de quien hablaba. La escena de la madre de Tom reventando en una explosión de pus y sangre debía estaba reciente y debía ser suficiente recordatorio—. Mmm, déjenme hacer memoria... —su semblante adquirió una expresión de concentración— La taberna de El Unicornio creo recordar. Mi teoría es que el lugar puede ser el nexo de común a ambos casos. Habrá que confirmar vía Middenheim —se interrumpió para soltar una risita por el chiste, malo, que acababa de soltar y que sonó como si alguien pisara un animal enfermo— si su primo pasaba tiempor allí. Tengo la esperanza de que el primo también trabajara en la zona de los muelles.

Dejó de hablar más el gesto ceñudo, como tratando de pescar datos de su cerebro, siguió presente durante un buen rato. Había algunos detalles que Heinrich no recordaba y eso le ponía nervioso.

Notas de juego

Sin rebuscar en la otra escena esto es lo que recuerdo. Hay otros detalles que no (como el nombre del hermano de Tom. ¿Cedrik?), pero creo que está lo importante.

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07/06/2010, 20:28
Verner von Neuman

Los templarios se quedaron debatiendo el siguiente curso de acción a escasos metros de la puerta del despacho de su superior, y mientras se encontraban enfrascados en el mismo, esta se abrió.

Verner apareció pertrechado con sus armas, capa y en definitiva, todos los elementos para una visita oficial de la orden.

-Soldado, acompáñeme, tengo trabajo que hacer fuera del edificio. Le dijo a uno de los guardias de la puerta, y este lo acomapó tras esperar a que Verner cerrara su despacho con llave. El otro hombre se quedó en su puesto y cuando la pareja pasó cerca del grupo, Verner los saludó cordiálmente. Pueden venir a verme dentro de una hora. Voy a comprobar de primera mano cuanto puede dar de sí el sistema burocrático de nuestra ciudad.

Con aquellas palabras se despidió del grupo y desapareció al final del pasillo, rumbo a las salas de los guardias.

Por su parte, el grupo de templarios caminó directamente hacia la salida. La calle los recibió con la misma calma con la que la habían abandonado, y el fiel ave de Thalber alzó el vuelo desde lo alto de un tejado al ver salir a su dueño del edificio, procediendo a realizar sus característicos vuelos que solo el líder del grupo sabía interpretar con soltura.

Al grupo no le llevó mucho tiempo llegar hasta el puerto, lugar que por otro lado, ya conocían.

La famosa calle de las 100 tabernas de Altdorf se encontraba situada a un lado del muelle principal del puerto, y en mayor o menor medida, todos habían pasado por ella durante el tiempo que llevaban en la ciudad. Ese era el motivo por el que conocían la taberna de El Unicornio, una de las más grandes y lujosas de la ciudad.

A esa hora, el río se encontraba en un estado letárgico debido a la comprensible parada para comer de los trabajadores de los muelles. El lugar estaba abarrotado de barcazas, navíos de pequeño calado y otros tipos de embarcaciones de río de distintos tamaños, que se encontraban varadas en sus lugares asignados.

Y la actividad en los muelles del río no era menos calmada. Los trabajadores estaban prácticamente ausentes de las cercanías de los navíos, en su lugar, se los podía ver cerca de las tabernas y restaurantes, sentados o de pie, comiendo o bebiendo, y charlando en el exterior, pasando el soleado mediodía con el que Sigmar había regalado a los ciudadanos de la ciudad.

Notas de juego

El hermano de Tom se llamaba Erik. Podeis apuntar este tipo de cosas en vuestra hoja del PJ, o si lo preferís abro una escena para las pistas que vayais encontrando, como hago en mis partidas, aunque antes tendría que consultar a los otros dioses oscuros directores para meter una escena nueva, no creo que haya inconveniente.

Lo que gusteis.

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08/06/2010, 00:09
Thalber de Wurtbad

Thalber encabezaba al grupo, el cual se dirigió hasta la puerta de la taberna de El Unicornio. Se pararo antes de entrar.

- Bueno, no tiene por qué estar aquí, pero puede que el tabernero sepa algo. Interrogador, tú procederás, los demás vigilaremos al resto de la sala, quizá sus caras delaten algo...

Acto seguido abrió la puerta y entró pesada y lentamente, dejando que los presentes le vieran. Ser un cazabrujas también servía para imponer...

Notas de juego

A mi no me parece mal abrir un sitio para escribir lo que vayamos sabiendo y recogiendo...

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08/06/2010, 19:05
Director (Akrabu)

La Calle de las 100 Tabernas tenía bien merecido su nombre, ya que la cantidad de tabernas que podían ver era abrumadora, pero aún así, su número parecía encontrarse lejos del que aseguraba el nombre de la zona. Miraran a donde miraran, no les costaba ningún esfuerzo ver alguna taberna, pero no tardaron mucho en encontrar la que era su objetivo.

Cuando la vieron, pudieron comprobar de nuevo la fama de El Unicornio. Era, con toda probabilidad,  la taberna más grande que había allí, abarcando todo un edificio, y su aspecto era más el de una posada en la que hospedarse, que el de una simple taberna a la que ir a beber y pasar el tiempo de ocio. La segunda característica más notable, eran su evidente pulcritud. No se trataba de un edificio excesivamente lujoso, pero la limpieza de su fachada y lo bien cuidada que se encontraba la taberna, llamaban mucho la atención.

Un letrero con un dibujo de un unicornio erguido sobre sus cuartos traseros les dio la bienvenida al atravesar la puerta y el espacioso local los recibió. El edificio estaba completamente hueco por dentro, pero poseía dos plantas, situadas a modo de balconadas, abiertas al hueco central de todo el edificio.

En la barra de la planta baja, 2 mozas de buen ver atendían a la clientela del lugar, y se podía escuchar ruido de gente atareada tras una puertas situada detrás de la barra. Las mesas de esa planta se encontraban abarrotadas de hombres, y algunas pocas mujeres, que comían o charlaban distraídamente. Lo mismo parecía ocurrir en las plantas superiores, de las que les llegaba el sonido de la gente en sus mesas.

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09/06/2010, 14:12
Maul

Gracias Frau sonrio Maul feliz de haber sido util en algo mas que dar con el martillo, sigio a todo el grupo pendiente de las palabras de todos, si bien tuvo que admitir que tras las palabras de Artzman, un hombre mucho mas listo que el, se habia perdido completamente de modo que en silencio siguio al grupo pendiente siempre de sus alrededores.

El unicornio era un lugar bastante destacado por lo que veian; un sitio con una caracteristica que a buen seguro era bastante responsable del lleno que tenia; que estaba limpio; un lujo raro por la zona; una zona llena de tabernas hasta los topes, bueno por algo era la calle de las tabernas, en fin poco podia hacer Maul al que se le fueron los ojos unos momentos tras las camareras; otro de los grandes atractivos turisticos del lugar.

Dejando que los especialistas en conseguir informacion hablasen....Maul se planteo si seria protocolario pedir una cerveza fria, tenia hambre y sed de tanto arriba y abajo por todo Altdorf pero sin el permiso del jefe y dado que estaba de servicio...pues no lo tenia nada claro...

 

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09/06/2010, 17:14
Heinrich Arztmann

—Sí, Herr —respondió escuetamente el interrogador. A continuación se movió en dirección a la barra donde las mozas servían a los clientes.

Procurando que las señas y marcas de su profesión presentes en su vestimenta quedaran bien visibles, para que los posibles interlocutores no tuvieran dudas de con quien estaban tratando, llamó a una de las camareras. Cuando estuvo cerca obsequió a la chica con una, mal disimulada, mirada lasciva deteniéndose por unos instantes en las curvas de su cuerpo.

—Buenos días, Fräulein. Veo que andan atareadas, pero permítanme unos instantes de su valioso tiempo. El Imperio se lo agradecerá sumamente —dijo con voz melosa—. Buscamos a Frederick de Middenheim que trabaja como estibador aquí, en los muelles. ¿Por casualidad conoce su paradero?

Esperó la respuesta con una sonrisa en sus labios.