Partida Rol por web

Al ver a la humana echarse la mano al cuello una palabra viene rápidamente a mi mente ¡¡Brujería!! ¡Un maldito brujo está intentando robarnos. Pues mi el filo de mi hacha se encargara de impartir justicia. Mientras estos pensamientos pasan por mi mente, la maga recobra la normalidad, aunque se queda en el suelo descansando. Al saber que se encuentra bien, reinicio la carrera con más brío que antes, dándome toda la prisa que puedo en llegar hasta nuestras pertenencias.

- Si, si, claro que "te piace"... - Rezonga Wolf por lo bajo, una vez que por fin podrían enfrentarse en igualdad de condiciones contra un atajo de maleantes de los de toda la vida. Viejos guardias venidos a menos, por lo que parecía. Bueno, se las habían visto peores en peores momentos. Cinco contra tres, ¡y qué tres! no eran un verdadero reto ni mucho menos. Además, Lollenda ya había abatido al mas peligroso del grupo, el hombre del arma de fuego. Aquellos rufianes iban a ser coser y cantar.

Wolf se prepara para el combate que se iba a desarrollar ahí mismo, delante de la posada, aunque no iba a perder de vista el callejón por el que habían pasado, por si acaso.

Hangrim se adelanta, corriendo hacia los equipajes.  

Al llegar al lugar donde se guardan los equipajes, dos hombres, vestidos con partes de armadura y del uniforme de la guardia revuelven el equipaje. No te han visto llegar, aunque si te han oído. Se alarman, y se llevan la mano a las espadas, temerosos. Están registrando el equipaje de la maga, pero no parecen querer saquearlo. Parece que buscan algo en concreto, aunque, por el modo en que buscan, es evidente que no saben el qué. 

Sacando las armas con un sonido caracteristico:

-Pues veo que nos "piace" a los 3, asi que ya somos 8 jajaja!

Cuando pueda ataco al mas cercano.

Nada más ver a los dos humanos, coloco el hacha a la altura de mi hombro derecho, bien cogido por el mango con ambas manos, al tiempo que abro las piernas levemente, colocándome en posición de combate, listo para saltar a la acción en cuanto uno de esos estúpidos guardias saque su espada muy bien humanos, tenéis cinco segundos para decirme por que estáis registrando nuestras cosas. Si pasados los cinco segundos no habéis hablado, será mi hacha el que lo haga en vuestro lugar. Uno, dos…

Ahora mismo no, las fuerzas de Caos se alinean…

Suelto un gemido ahogado, e incorporándome con dificultad, hago un gesto a Hargin para que se adelante.

Corre, no dejes que se lleven nada. Yo iré detrás…

En cuanto puedo volver a moverme echo a correr de forma poco ceremoniosa hacia el lugar donde reposan nuestras pertenencias.

Gabriella no tarda en llegar hasta el lugar. Desde la puerta de la posada, oís sonidos de lucha. Hargrim coloca su hacha en posición.

Cita:

Los humanos desenfundan las espadas, y entonces os ven. Una maga, protegida por una barrera invisible, y un enano matador con un hacha de runas. No lo dudan demasiado. Echan a correr, y rápido. Desde la puerta de la posada, no muy lejos, oís un disparo, y veis un fogonazo. Se oyen voces. 

El combate es inevitable. Desenfundáis las armas, y os lanzáis.  

Malditos, encima ahora huyen…

La rabia y la tensión acumulada parecen confluir detrás de mis parpados, llamando a la energía que fluye a nuestro alrededor. La vista fluctúa, dejándome ver las corrientes de Aethyr que circulan por las corrientes de aire.

Esto tiene que acabar. ¡Deteneos!

Al ver que mi mandato es desobedecido la energía mágica, contenida a duras penas, finalmente sale en una explosión.

Un vendaval aparece cerca de los hombres, derribándolos al suelo y dejándolos indefensos.

Lollenda, cerró los ojos brevemente tomando consciencia del combate que se avecinaba y no dudo ni un instante en lanzarse al ataque y a lo "bestia"... sus delicadas manos iniciaron aquel rito de velocidad endiablada y fue disparando su arco repetidas veces a un mismo objetivo... la velocidad a la que salían las flechas era demasiado para la vista y en escasos segundos cuatro flechas surcaban el aire... dos de ellas, por desgracia para la elfa, erraron en su trayectoria, pero otras dos impactaron en el guardia que había en cabeza...

Nada más empezar el combate, la elfa Lollenda saca cuatro flechas del carcaj. Los guardias se agachan, y dos de las flechas fallan, pero uno de ellos no está a tiempo. Las dos restantes dan en el blanco. La primera se clava en el pecho, atravesando la armadura, y haciendo que el ex guardia aulle de dolor. Un hilo de sangre asoma por la herida, pero no es mortal. El hombre se lleva la mano a la flecha en su pecho, con la intención de arrancársela, cuando la segunda flecha le atraviesa de forma limpia un ojo. El ex guardia cae fulminado, muerto. 

Los dos hombres que revolvían el equipaje tratan de huir, pero les es imposible. Un vendaval surgido de ninguna parte les derriba y caen al suelo. A unos pocos metros, podéis oír, ahora si, las voces de Lollenda, Álvaro y Wolfgang, y sonidos de lucha, de lucha intensa. 

Tres…cua antes siquiera de que acabara la cuenta, los dos humanos echan a correr, dejando a las claras que sus intenciones no eran legales vuestras acciones han respondido por vosotros. Ha llegado el momento de que mi hacha responda por mi.

Justo antes de echar a correr, noto como todos los pelos de mi cuerpo se erizan, y un leve olor a ozono se cuela en mi nariz. Al parecer la maga humana había empezado a actuar. Poco después de sus palabras, los dos humanos caen al suelo golpeados por una especie de ráfaga de aire. Sin perder el tiempo para no desaprovechar la oportunidad me muevo hasta el más cercano, y aprovechando que este se encuentra en el suelo levanto el hacha por encima de mi cabeza y realizo un tajo descendente aprovechando el peso del hacha para darle más fuerza al golpe.

Despues de un desemvaino fugaz me dirijo casi de cabeza contra el guardia que mas cerca se encuentre de mi, las flechas empiezan a vola en todas direcciones, y yo me dirijo en la misma que las flechas, asi que eso es bueno:

 Con un bramido de voz -Vamos Recios!!

Ataco con mi estoque al sorprendido guardia, que aun se cubria parcialmente de las flechas de mi compañera. Ademas junto con mi formidable voz y mi unico grito de batalla, parecen todos un poco mas asustados. Esto pinta mal, pero para ellos.