Partida Rol por web

Respondí a las palabras del mercenario con un gruñido de aprobación. Llevaba ya el suficiente tiempo entre los humanos como para saber lo que significaba eso de “tan buena como cualquier otra”. Significaba que tenía el mismo meado de cabra por cerveza y los mismos trozos de corcho reseco por carne. Pero ahora mismo eso era mejor que nada, así que me dispuse a seguir al resto del grupo hasta la posada.

Así pues, sin más dilación, os dirigís hacia la posada indicada. Como bien ha dicho Alvaro, está cerca de las puertas, no es un viaje muy largo, aunque lo que si notáis es que llamáis bastante la atención. Y es que una maga, una elfa completamente armada y el enano, además de Wolfgang, con sus elegantes vestiduras, acompañado de Alvaro, es algo que no se ve todos los días. Al menos, no juntos, claro esta. No obstante, aunque alguno rumorea alguna cosa al veros pasar a su lado, ni se giran para veros, ni sois la atracción principal. Es algo curioso, ni más ni menos. 

La taberna es un lugar de ambiente familiar, casero, de algún modo. Nada más abrir la puerta, el olor a embutidos, carne, cebolla, cerveza y tabaco os envuelve como si fuera una espesa niebla. Un gran salón, lleno de gente, pero con bastante sitio aún libre. Hay un ambiente típico de taberna, parroquianos allí y allá, sentados en mesas y en la barra, gritando, hablando a voces, riendo y jugando, algunos, a cartas. Hay un tipo, un halfling, que os hecha el ojo encima nada más veros. Mueve entre sus manos una baraja de cartas, haciendo diversos trucos de manos. En la barra, hay un tipo vestido con ropas elegantes, pero ajadas, y algo sucias. Tiene un acento algo raro, parece bretoniano. 

Os recibe una bella muchacha, presuntamente la hija del tabernero, o su empleada y quizás algo más. Luce un vestido típico de Altdorf, no muy elegante, pero con un generoso escote que da poco a la imaginación. Con una sonrisa, os da la bienvenida al local y os lleva hasta una mesa, para luego preguntaros por lo que vais a tomar. 

-Tenemos cerveza, servida en pintas.- Mira a Hargin. -Y una Bugman triple X que nos acaban de entregar hoy, un comerciante enano. Y vino. Si quieren comer, tenemos carnes, embutidos, tartas... Ustedes me dirán.- 

¿Así que tienen Bugman triple X? Puede que esta sea algo más que una posada cualquiera… o puede que esta humana este tratando de tomarme el pelo. Pronto lo sabremos. Para mi un plato de carne, un trozo de pan y una jarra de Bugman pido sin siquiera mirar a la camarera, echándole un ojo a la taberna y a los parroquianos.

En otro momento de su vida hubiera deseado algo más refinado y elaborado; pero ese no era el lugar idóneo para pedir nada. Esperó a que aquel repugnante paticorto pidiera lo que aquel estomago infecto necesitara para luego, mirando amablemente al tabernero - Un poco de carne y vino. Por favor - pidió con educación con su dulce y melodiosa voz.

La posada al menos no es la pero que he estado, mirando de un lado a otro, aparece rapidamente una camarera, cada uno va pidiendo sus bebidas, cuando me mira a mi, con un ligero cabeceo hacia Wolfgang, digo: -lo mismo que él - el charlatan esta ligeramente callado quizas este mas cansado de lo que parece, de momento solo espero descansar unas horas asi puede que se me despeje la mente.

Altdorf es una ciudad muy grande, y uno siempre encuentra una oportunidad si sabe buscarla y yo no voy a estar aqui quieto durante demasiado tiempo. Gabriella ni siquiera a decidido hablar con migo, parece que se esta haciendo derrogar, no si esta pensando si realmente nos necesita o no, bueno nosotros ya estamos dentro de Altdorf y eso solo significa progreso para 3 buscadores de buena fortuna, aun tenemos suficiente dinero para pasar aqui unas jornadas agradables, quizas solo necesite atusarme el bigote y salir a conocer la zona mas a fondo. Tomemos una aqui primero y luego veremos.

La simpática mujer sonríe, inclinando ligeramente la cabeza, y luego mira a Wolfgang, y a Gabriella. 

-¿Y vosotros?- 

Efectivamente, la suposición de Álvaro era totalmente cierta: Wolfgang estaba bastante mas cansado de lo que parecía. Aunque el humano era recio y podía resistir casi cualquier cosa, también era cierto que no estaba acostumbrado a ese ritmo de viaje, sin descansos, a través de un bosque lleno de peligros en compañía de un enano y una hechicera. No, no había sido un viaje agradable y ahora lo estaba pagando.

Nada mas entrar echa un vistazo rápido a la taberna y sonríe para sus adentros. Parece que les habían aconsejado mas o menos bien y era un sitio decente. Hasta tenían buena cerveza para el enano. A ver si con un poco de suerte le alegraba un poco el carácter. Con una seña, elige la mesa mas apartada de la puerta, desechando la que les había ofrecido la camarera y deja que sus compañeros tomen asiento primero mientras decidía qué iba a pedir.

- ¡Tengo el estómago tan vacío que me comería un buey! - Exclama dejándose caer sobre la silla y mirando con cara de pena a la camarera. - Así que, buena moza, traed una jarra vino especiado para mi buen y valeroso amigo y otra para mi, un poco de pan con mantequilla y otro poco con aceite y sal si sois tan amable. Un buen plato de embutidos, que la cecina reseca ha estado a punto de quitarme el gusto por los maravillosos derivados del cerdo, un par de huevos revueltos para cada uno, dos pasteles de miel, un trozo generoso de bizcocho de frutas... Y creo que de momento es suficiente. ¡Qué solo es la hora del desayuno! Si lo que nos sirves es la mitad de bueno de lo que tu lo pareces, nos tendrás aquí de nuevo para la hora del almuerzo. - Sonríe de oreja a oreja y le guiña un ojo a la tabernera, pasando a otros asuntos cuando esta se va a por los pedidos.

- Bueno... En cuanto tengamos el estómago lleno, hablamos de asuntos mas serios, ¿os parece?

Gabriella pide, por su parte, un vino especiado, típico de Nuln. La tabernera sonríe, e inclina levemente la cabeza. 

-Jawohl.- Dice, en la lengua imperial, para luego retirarse, lanzando una más que amable sonrisa y una mirada de cierta complicidad a Wolfgang. 

Mientras la camarera trae la cerveza, me concentro en la clientela de la posada, buscando a alguien lo suficientemente estúpido como para retarme a un duelo de bebidas o incluso a un pulso, que la tranquilidad del viaje me estaba pasando factura y tenía ganas de bronca.

Wolfgang, pensativo, repasaba con la mirada a todos los allí presentes. El jugador de cartas, el caballero bretoniano, los dos ruidosos hombres que bebían en la barra, el malhumorado enano... Con su cerveza en la mano...

- ¡JA! - Exclama dando una palmada al aire y poniéndose en pie de un salto, casi tirando la silla al suelo por el impulso. Una muy buena idea para ganar algo de dinero le acababa de llegar a la cabeza y no iba a desaprovecharla. Hargimn se jactaba de ser muy buen bebedor... Pues ahora lo podría demostrar. Alza los brazos para llamar la atención de todos los parroquianos hacia su mesa apartada, con grandilocuentes gestos y amplias sonrisas.

- ¡Amigos! ¡Amigos! - Reclama su atención a voces - ¡Os voy a proponer una diversión que ninguno de vosotros podrá rechazar! ¡Llegado desde más allá de las tierras conquistadas por los poderosos hombres del Imperio, desde los reinos subterráneos donde sus antepasados construyeron enormes palacios de piedra, metal y aleaciones preciosas, buscando restaurar el honor perdido por una afrenta ancestral que le persigue hasta en sueños... Hargin "Revientacráneos! ¡El enano más valiente y arrojado que jamás he conocido en mis cientos de viajes por el mundo! ¡El terror de hombres bestia, orcos y goblins! ¡El que parte en dos a los lobos de montaña con su siempre afilada hacha y cuyo instinto asesino ha doblegado a sus enemigos incluso antes de entablar combate con ellos!- Dirige el gesto de la mano hacia el matador, al que guiña un ojo con complicidad.

- ¡Hargin el matador, el revientacráneos, el asesino de monstruos, el vencedor de bandidos, reta a cualquiera que en esta posada se haye a un duelo! ¡Asegura que es capaz de beber un océano de cerveza y tumbar al mas jactancioso de vosotros sin que se le mueva un solo pelo de su anaranjada barba! ¿Quién será el arrojado que se atreverá a aceptar su reto? ¿O en esta posada solo hay cobardes a los que sus abuelas podrían tumbar bebiendo? ¡Vamos, amigos! ¡Demostradle a este enano de qué pasta están hechos los hombres del Imperio! ¡Demostradle que somos tan buenos como cualquier enano... Y mejores!

Gabriella no pudo por mas que mirles y.. - hombres.... No importa de la raza que sean, todos son iguales.- Sonrió un segundo antes de dirigir su mirada al vino especiado que había pedido, eso si, sin perderse nada de la escena por el rabillo dle ojo.

Toda la taberna enmudece, ante las palabras de Wolfgang. Las caras de los allí presentes van cambiando, al ritmo del discurso de vendedor barato de feria que suelta el charlatán. Algunos de sorpresa, otros de impaciencia, otros que directamente ni se molestan en escuchar el final. Poco antes de acabar, abucheos y risotadas llenan la taberna. 

-¡Bájate de ahí, antes de que alguien te pegue un tiro!- Se oye, entre la multitud. 

-¿¡Retar a un enano a beber?! ¿¡Tu estás bien de la cabeza?!- Se oye otro, más allá. Sin embargo, es el Halfling que jugaba con las cartas, quien se levanta, y mira a Wolfgang, y a Hargin, sonriendo, de forma pícara. 

-¿Y cual es el premio por derrotar al enano bebiendo?- Pregunta, simplemente. El silencio vuelve a apoderarse de la taberna. 

Mientras tanto, uno de los parroquianos, un Bretoniano, bien plantado, vestido con ajadas ropas de noble, se acerca por detrás hacia Gabriella y Lollenda, luciendo media sonrisa. 

-No todus, madamme. Yo no suelu desafiag a un enano a beber paga pgobar mi honor, como no se me ocugigía getag a un ogco a un pulsó.- Su acento, claramente de Bretonia, hace que su voz cobre un aire ciertamente sensual. Sin duda, algo que ha entrenado durante mucho tiempo. 

Lollenda bufó, sonoramente... - ya estamos, si no esta quieto revienta - pensó con fastidió mientras empezaba a disimular. No pudo evitar soltar una pequeña carcajada ante la exaltación del a figura del enano. Pero se obligo a pasar del tema.

Observó a la maga cuando esta soltó aquel comentario, pero no pudo responderle como le hubiera gustado... pues otro "hombre" hizo aparición. Le sonrió educadamente, como hacen los elfos... una habilidad con la que nacen impresa en su forma de ser... sonreír cuando quieres insultar.

- Bien que haces entonces, aunque quizas si consigues ganar podrás pagarte unos ropajes apropiados ¿no? - le contestó al ver aquellas ropas dignas de la nobleza... pero que parecían ser de un noble desterrado o saber que.

Vaya, vaya, parece que por una vez la lengua del humano va a resultar útil. Gracias a el me voy a ahorrar el tener que ir buscando entretenimiento por toda la posada. Pero la respuesta de la gente no era la que esperaba. Al parecer la posada estaba llena de cobardes y tendría que esperar más para conseguir algo de diversión.

Bueno, no toda la posada. Al parecer si que había alguien con suficiente valor para enfrentarse a mí, o al menos con el suficiente interés en el oro como para intentarlo. Pero cuando vi que se trataba de un Halfling me puse a negar con la cabeza. No pienso competir a ver quien bebe más con un Halfling, sería una pérdida de tiempo. Incluso un barbanueva podría tumbarlo sin mucho esfuerzo.

-No es la primera vez que gano a un enano.- Dice el halfling, sonriendo, y mirando a Hargin un segundo, para luego volver de nuevo la mirada a Wolfgang. -Y bien, ¿Cual es el premio?- 

Pues me parece que yo voy a apostar por el- Dijo con una mediosonrisa.

Si tan claro estás que vás a ganarle, entonces seguro que no te importa que haya apostado a su favor, ya sabes, me gusta el risesgo.

Veo como nuevamente, gracias a unas palabras adecuadamente cogidas por Wolfgang la taberna se vuelva ha su favor, para cualquier juego o brabuconada, pero son negocios los que a mi me preocupan y veo que Gabriella no esta muy por la labor de hablar de ellos pero a mi me preocupan. Bajando ligeramente la voz y hacercandome a Gabriella;

-Mi muy señora mia, creo que usted y yo deberiamos dejar que los compañeros se esparsan un poco con bebidas y juegos mientras nosotros hablamos de negocios. - no se ha ella pero parece que nos ha desechado - me preocupa que haya desestimado nuestros servicios tan pronto, y no tenga conocimientos de nada, su misión parecia muy urgente hasta hace poco pero ahora mismo no se que pensar, si usted me entiende.- con estas palabras espero que quede claro mi urgencia por su trabajo, nos ha pagado bien y espero sacar mas tajada, pero si ha perdido el interes una vez que hemos entrado en AltDorf no tengo tan claro cual importante es esa misión. De todas todas quiero solucionarlo ahora. Mi copa sigua intacta, sin contar un pequeño toqueteo para mojarme los labios. Por lo demas los negocios mandan. Espero resignado la respuesta de Gabriella, mientras el gentio sin querer, esta atento a las andanzas de un Hatflin y un enano matador, curiosas parejas estas que se encuentran en este poblado lugar.

Estaría ya borracho de antes, porque incluso un bebe enano resiste mas cerveza que un Halfling. No hay honor en vencer a un enemigo que está casi muerto, y este caso es idéntico pero con cerveza. Que beba el humano si le interesa ganarse unas monedas fáciles señalo al ladronzuelo de larga lengua con uno de mis gruesos dedos pero yo no pienso hacerlo.