Partida Rol por web

¿Por qué no nos lo llevamos? Seguro que ocurre algo por hacerlo, pero quien sabe lo mismo nunca más volvamos encontrarnos esta habitación. Prefiero llevarnos las cosas con nosotros, por si acaso. A pesar de que temo al fantasma que habite este libro.

Había estado muy callada, pensando en todo lo que había sucedido en este tiempo, todo lo que habíamos visto y descubierto.

Pero había algo que no sabia, ¿quien era Sarah? ¿La hermana de Liz? Aun así no había muchas cosas que no tenían sentido, por el amor de Jonathan hacia Elizabeth, ella volvio convertida en algo siniestro. Seguramente la joven que vimos en la bañera, ya que no era la misma de las cartas, esa joven que sufria por amor. Pero, en parte debia seguir siendo ella en el fondo, sino, no hubiera reaccionado al nombrar a Jonathan.

Pero si la casa era Elizabeth, como decia la mujer africana, ¿por que los mantenía a todos alli? Esa mujer era su amiga, alguien que la apoyaba, dejaria que su espiritu estuviera en paz. ¿Y a Sarah? ¿quien podría haberle echo eso?

Mire a la niña, agachandome cerca de ella, lo suficiente para estar a su altura, mirando a David y después mirandola a ella, esperaba no asustarla

- Sarah...¿Elizabeth es tu hermana? ¿Recuerdas que te paso?

Puedes tomarlo si quieres miguel. Aunque no creo que vaya a ningún lado, si desapareciera reforzaría la teoría de que no estamos solos en esta casa o de que los ‘fantasmas’ nos pueden dañar físicamente.

Así que es así como era, pobre niña, lo que tiene que haber sufrido. Juro que si hace falta tiro toda la casa abajo para que ella pueda por fin marcharse.  Salvando las notables diferencias al verla la veo a ella y me duele, pero no puedo apartar la mirada, cualquier nimio detalle que nos ayude para seguir es importante... Y esos gritos podrían ser una pista. Asiento al intento de Marta de intentar comunicarse con Sarah y me quedo esperando a nuevos acontencimientos.

- Nacho ¿Reconoces alguno de los gritos?- susurré, acercándome más a él, para que si por suerte la ilusión podía comunicarse con nosotros no se asustase.

Por lo que a mí respecta podría ser tranquilamente el zombie de Elizabeth.

Está bien, llevenoslo para ver que pasa, pero porque no lo coges mejor tú, eh? Tü eres muchísiiiiimo más valiente que yo. No te parece?

No lo creo... con una mirada fría como despedida, me dirigí a buscar a los demás.

En fin... pensó Miguel y tomó el libro para llevarselo con sus compañeros...

Miguel y Fred entran en el cuarto en el cual estaba el otro grupo. Ven que hay una cama individual, un arcón con juguetes, y esta niña pequeña, de ojos claros, que está escuchando tras la puerta. 

Es bizarro, ¿pero qué no lo es en este sitio? La cuestión es que aunque estos dos chicos entran al cuarto, llevando un libro pesado en su mano (que tiene un pequeño candado de costado), la pequeña sigue oyendo tras la puerta. No se inmuta, no los ve.

Evidentemente no ve ni a los nuevos ni a los tres chicos que en el cuarto estaban haciéndole preguntas antes de que Fred y Miguel entraran. En cambio, le habla a su pequeño osito.

-¿Qué crees que sea, Ben?

Es ahí que la puerta se abre de golpe. La niña retrocede... delante de ella está Elizabeth vestida con un vestido blanco que tiene tules en su costado. Sus labios suavemente rosados, sus ojos vacíos.

-¿Hermanaa?!! -dice Sarah -te dije Ben, ¿ves que no está muerta?

Elizabeth sonríe, sus dientes se ven muy brillosos bajo esta luz.

Entonces Sarah nota algo que le asusta y da unos pasos hacia atrás.

-¿Hermana??

Elizabeth tironea de ella, comienza una lucha y la niña se engancha con las uñas al suelo, gritando con pánico.

-¡¡Sueltameee!!

Entonces sube la mirada y ve, sus ojos lo hacen, al hombre vagabundo que está allí.

-Ayúdame...

Elizabeth tira de su hermanita y da un mordisco a su pierna derecha, arranco un grito desaforado de la chiquilla y un pedazo enorme de piel.

-Ayúdennos!!

Grita Sarah al resto de los presentes. Algo hace verlos ahora... por suerte Elizabeth no parece hacerlo...

Cuando me doy cuenta de que la visión deja de ser una visión y veo que la pequeña me está pidiendo ayuda no lo dudo ni un segundo, junto toda mi rabia y frustración en las tijeras y me lanzo con ellas hacia Elizabeth. Las agarro con ambas manos y las mantengo bien cerradas para hundírselas en el cuello o en la espalda, lo que me pille más a mano, una y otra vez.

- ¡Suéltala, desgraciada! ¡Es una niña! ¡UNA NIÑA!

Puede que Sarah no vaya estar muy contenta con mi forma de ayudarla, pero ahora mismo ni siquiera pienso en ella, sino en mí pequeña y en el hijo de puta que me la quitó.

Me quedé petrificado ante la nueva escena. El momento en que Elizabeth muerde a la niña y le arranca la piel es lo peor que he visto desde que estamos allí.

Al ver como el vagabundo se lanza contra Elizabeth, reacciono y voy tras él. Engancho los brazos de la pequeña y empiezo a tirar con fuerza.

¡Tranquila, te ayudaremos! medio susurro

Sarah había respondido a una de mis preguntas, era su hermana. Quizás esa fuera una de las primeras veces que la resucitada Elizabeth hizo su aparición, evidentemente no para bien.

¿Acaso había acabado ella con todos los miembros de esa casa? Posiblemente.

- Elizabeth, sueltala, ella no fue quien te daño, ella es una niña, no tiene la culpa. John actuo mal, pero lo hizo porque te quería, por favor, Elizabeth, se que en alguna parte sigue habiendo bondad en ti, sigue estando esa joven enamorada. Mirala, es una niña, tu hermana, ella no tiene la culpa

David había decidido atacar, Nacho agarró a la niña, me decanté por lo mismo que la vez anterior, a hablar, quizás esta vez también me escuchase

Entre a la habitación despreocupadamente con miguel, mientras que todos contemplaban a la niña que allí se encontraba, no parecía vernos. Era como una de las visiones que habíamos tenido anteriormente.
Decidí esperar a que pasara la visión, cuando ocurrió algo inesperado.  Elizabeth entraba en la habitación y atacó a la niña. Era la primera vez que veía a Elizabeth, y no me imaginaba lo que nos esperaba.
Era una visión horrible, la estaba…. Devorando! frente a nuestros ojos. Lo peor de todo eran los gritos de la niña, que se retorcía y rasgaba el piso en desespero.
Pero algo era diferente… nos veía y nos pidió ayuda.
Después de que David se lanzara contra la criatura. Intente derribarla, una patada baja en la parte anterior de la pierna sería suficiente para desestabilizarla.

Me quedé petrificado nada más ver la escena, Elisabeth estaba devorando a su hermana, o tan solo la estaba mordiendo sin llegar a comersela, petrificado por el miedo no puede reaccionar, no sabía bien que hacer, nunca me había encontrado ante tal situación y en vista de las reacciones ya tomadas por mis compañeros lo único que puede hacer es esperar para ver que sucedía. 
Sin darme cuenta había blandido el cuchillo que todavía llevaba guardado, el instinto me había hecho protegerme, y sosteniendolo mostré el libro a la fantasma de Liz, quien sabe, si lo veía a lo mejor pasaba algo...

Las tijeras de David atravesaron el aire y el vagabundo cayó sobre el suelo, del otro lado de la fantasma. Nacho trata de enganchar los brazos de la pequeña pero tampoco tiene éxito en eso, simplemente agarra humo, niebla, nada consistente. Los pedidos de Marta no son escuchados: Liz comienza a desgarrar a la niña a mordiscos, ante la mirada desesperada de todo el grupo y cuando termina la tira dentro del baúl de juguetes. Toma su oso y le arranca un ojo probando si es comestible, cuando no lo es lo escupe. 

Todos quedan horrorizados. Fred y Miguel también...

Entonces la luz se vuelve a cortar. Quedan completamente a oscuras ahora. Pasan apenas segundos y la luz retorna, volviendo a mostrar el cuarto en sus condiciones naturales, como lo encontraron Marta, David y Nacho la primera vez. Viejo, gastado.

Me quedo horrorizada, impotente ante lo que esta pasando, no puedo hacer nada, solo ver como aquella "criatura", devoraba a Sarah.

Aparte la vista, aunque no sirvio de nada, tenía grabados los gritos de la niña en mi cabeza, no era algo que pudiera borrar fácilmente

Mire nuevamente el baúl cuando todo acabo, con cuidado cogi los restos de la niña y lo puse en la cama, el oso lo coloque al lado y la tape, como si fuera una inocente niña durmiendo, aunque las sabanas cubrian todo su ser.

- Hare que descanses en paz pequeña

Sali sin mediar más palabra de la habitación, me dirigi a la que estaba al lado de la escalera por la que habiamos venido

Me quedo mirando como un idiota la tijeras vibrar en el suelo tras haberlas clavado. Los gritos a mi espalda me estremecen y hacen que las lágrimas vuelvan a mis ojos de manera incontralada. Siento toda la impotencia que me había dejado entre los cartones de vino del cajero de nuevo en el pecho. Empiezo a pegar puñetazos furiosos contra el suelo hasta descargarla y paro antes de destrozarme las manos.

Arranco las tijeras del suelo de un solo tirón y me acerco a donde Marta ha dejado el cuerpo de Jeanine, para darle un último beso en la frente y arroparla como todas las noches. No le va a volver a pasar nada malo, se lo prometí a su madre. Sigo a Marta hasta la puerta blanca y la aparto con delideza y un amplia sonrisa para pasar yo primero. Abro la puerta con la mano izquierda y con la otra me mantengo preparado para hundirle las tijeras en las tripas primer hijo de puta que se me cruce.

Viendo como los brazos de la pequeña Sarah eran sólo una ilusión, no pude apartar la vista de la imagen que se nos estaba enseñando. Aunque horrorizado, no podía apartar los ojos.

Cuando terminó, seguí en el suelo durante unos segundos. Intenté ser racional, intenté tranquilizarme... Pero era imposible. Los pensamientos no se iban de mi cabeza.

Cerré los ojos con fuerza, y los froté con mis dedos de la misma manera. Fue peor, pues las imágenes acudieron a mí y repetí la escena en mis párpados.

Los abrí cuando Marta y el vagabundo pasaron por mi lado saliendo de la habitación. Prefería no volver a cerrar los ojos en un tiempo.

Me dirigí tras ellos a la habitación que aún no habíamos explorado

El ataque de David había fallado, así como mi intento de derribar a Elizabeth. Ya no se podía hacer nada, lo que había ocurrido allí había sido en el pasado…
Como podíamos ayudar a la niña? Era su espíritu el que pedía ayuda?
La casa debería haber traído a un maldito exorcista y no a un grupo de personas asustadas como nosotros.