Partida Rol por web

Ab vio como aquel ser medio perro medio hombre se acercaba con el brazo de Nick en su boca, eso le agitó las tripas obre manera, pero se sobrepuso y logró disparar para acabar con aquel ser. 

Lo peor es que la jauría que formaban se volvió hacia ellos con malas intenciones.

Sin dudarlo, el cabo siguió disparando su arma a aquel que se acercaba raudo a por él.

-¡¡Muere engendro del diablo!!

Que aquellos engendros se pusieran manos a la obra era algo que entraba dentro de la lógica de todo buen monstruo que se preciase de serlo... y claro, aquellos no iban a ser una excepción. Roderick gritó... es más, no había dejado de hacerlo desde que vio aquel esperpéntico espectáculo, quizás por eso, porque estaba más concentrado en chillar que en pensar no se la había ido al cabeza del todo, lo que significaba que tuvo las suficientes luces para no quedarse parado y se puso a disparar como un descosido, si el arma no daba resultado defendería su vida a base de puñetazo mortal estilo capellán... rogó al cielo por no tener que usar su "portentoso" puño.

Aquellas cosas no eran de este mundo, nada podía moverse tan rápido como aquellos seres. Pero ahí estaban dispuestos a acabar con vuestras vidas del mismo modo que habían acabado con Nick. Cada uno de vosotros actuó lo mejor que pudo, tratando de salvar su vida.

Sonny esquivó con la elegancia de un buen boxeador una de las garras del ser que le atacaba, para acto seguido lanzar un puñetazo que impacto en las costillas de esa cosa. Por desgracia, nada pudo hacer contra el inesperado mordisco que le lanzó contra el hombro. Sonny notó los afilados dientes hundiéndose en su carne y como inmediatamente era abrazado y atrapado por el engendro.

Matt por su parte tuvo algo más de suerte, aunque estaba en shock debido al horrendo espectáculo que estaba presenciando, consiguió esquivar el primer ataque del ser que le atacaba justo antes de que Daphne soltara al camello. La cosa se despistó con la jugada de la mujer y fijó la vista en el camello mientras dudaba si perseguirlo o no.

Roderick centro sus disparos al combate entre Abraham y la tercera de esas cosas, con tan mala suerte que su primer disparo impactó en su compañero y amigo. Por suerte solo fue un rasguño que no impidió que Abraham disparara y acertara contra el ser que se le encaraba tres veces seguidas y esquivara después una de sus garras. Después, dos certeros disparos de Roderick y Abraham acababan con la vida de esa cosa que caía al suelo con un lastimero gemido parecido al de un perro apaleado.

Matt se había quedado en shock, pero el camello que había pasado entre ellos, además de distraer al ghoul, le recordó que tenía aquella extraña arma extraterrestre. Las balas parecían ser una mala idea, pero aquella descarga eléctrica bien podía freír a uno de esos bichos.

Ab sintió el pinchazo de la bala rozar su cuerpo, pero en vez de paralizarlo lo espoleó. Olvidando la dantesca escena de aquel ser comiéndose a su amigo, el cabo subió su arma y disparó contra el ser que se le acercaba. Tras los disparos de él y de Roderick, el ser estaba muerto en el suelo.

Pero quedaban dos más que luchaban contra sus compañeros. Así, Ab sacó su bayoneta y se acercó al que mordía a Sonny para apuñalarlo.

Al ver el disparo de Roderick, Daphne se acobardó y definitivamente enfundó la pistola. Se sentía como una mosca en medio del huracán, sin saber muy bien que hacer cuando vio a Sonny siendo atrapado por aquel ser. Daphne no tenía mucha fuerza, pero era, ante todo, hija de militares por lo que no dudo a socorrer a su amigo, tratando de liberarle de la presa. Si hubiese tenido los dos brazos le habría levantado por las patas traseras, pero en su condición, lo único que se le ocurrió fue pasar el brazo por el cuello y apretar contra su pecho, intentando ahogarlo.

No era el primer contrincante que le mordía. Una vez, en el cuadrilátero, un boxeador negro casi le arrancó una oreja de un mordisco. Como en aquel momento, usó una técnica de boxeo que consistía en castigar con dureza los órganos internos de su adversario. Apretó los dientes aguantando el dolor y rezando a Dios que aquel monstruo tuviera vísceras que machacar.

Roderick en vista del resultado de su primera ráfaga de disparos, en la que había terminado por herir a Abraham, prefirió seguir disparando en un primer momento contra el ser que estaba más alejado de sus compañeros, en aquel caso el que se había quedado mirando al camello y se encontraba más cerca de Matt, sin embargo al ver como Matt disparaba una especie de rayo, decidió ayudar a Sonny arriesgándose un poco, pero afinando todo lo que pudo la puntería para no herir a Daphne ni a Abraham, hasta el punto que se acercó varios pasos para no errar el tiro, sabía que era más urgente ayudar a Sonny.

Por suerte para vosotros con uno de los seres muertos la cosa se ponía más fácil, porque estaba claro que no era el día del señor Craven.

Roderick apuntó a la pelea entre Matt y una de esas cosas, disparó con tan mala suerte que la bala perforó la pierna de Matt a la altura del muslo. El dolor hizo salir a Matt del estado en que se encontraba y sobreponiéndose consiguió dar un puñetazo al engendro que se le encaraba con el arma obtenida en la ciudad de Tartessos. Del punto donde el objeto tocó la piel correosa brotaron cuatro descargas eléctricas que recorrieron todo el cuerpo de la bestia, el olor a carne y piel quemadas inundó la zona donde os encontrabais. Esa descarga habría matado a cualquier ser humano, pero estaba claro que esas cosas no eran humanas, pues inmediatamente después lanzó un golpe con las garras directo al abdomen que el soldado esquivó a duras penas.

En el otro combate las cosas iban un poco peor.  Abraham y Daphne corrieron para acudir en ayuda de Sonny mientras que Roderick Craven apuntaba a ese otro combate y volvía a disparar, pero nuevamente su disparo impactó en su compañero. Daphne consiguió separar al ser que mordía a Sonny dejando a la vista una fea herida sangrante. Una vez separados, Sonny lanzó un tremendo derechazo a engendro perruno en la cabeza. La experiencia le dijo a Sonny que su enemigo estaba grogi, que solo faltaba darle el golpe de gracia. Golpe que le dio el señor Craven con un fortunado tercer y último disparo. El ser cayó al suelo completamente muerto.

Al ver que todos sus compañeros de manada habían muerto, el ser que peleaba con Matt decidió dejar de atacar para huir y conservar su preciada vida.

–¡¡MATT!!– El grito de angustia de Daphne resonó en el desierto. Roderick había vuelto a errar el tiro, disparando a su esposo.  Antes de acercarse a ál, sin embargo alzó de nuevo el arma y disparó dos veces al ser que huía. No permitiría que volviese a atacarlos más tarde.

Roderick tras el último disparo dejó caer el arma al suelo, al ver como dos de sus tiros habían terminado por herir a sus compañeros, tan avergonzado, como apesadumbrado, como espantado estuvo a punto de caer al suelo, pues se quedó durante unos segundos en estado de shock, sin saber que hacer ni a quien acudir primero.

–¡¡MATT!!

Sería el grito de Daphne quien lo sacaría de su estupor haciendo que se encaminase a Matt en primer lugar para luego acudir al resto y tratar de arreglar el desperdicio que había ocasionado.

- Lo siento... lo siento...- dijo al lado de Matt sacándose su preciada petaca para derramarle un poco de licor y aplicarle un torniquete en la pierna.

Acto seguido y para evitar seguramente la mirada acusadora de la americana, se acercó a sus otros dos compañeros caídos con la mejor de las intenciones, procurando no mirarlos temiendo sus miradas de reproches, viendo que el que peor se encontraba era Sonny volvió a usar su petaca para que el alcohol limpiara un poco la herida

- Quizás sería bueno cauterizar la herida del mordisco... pero el alcohol ayudará a desinfectarla - y sacar la bala pensó, mientras urgaba la herida que le había infringido y trataba de localizar el proyectil para extraerlo y después taponar las heridas con parte de los turbantes que tenían.

–JODER...– El dolor lacerante de la pierna le había hecho caer al suelo nada más verse libre de la pelea. No pudo evitar esbozar una sonrisa al ver que su mujer no solo estaba a salvo, sino que  ni corta ni perezosa aún era capaz de seguir disparando a aquel animal– Joder Roderick. ¿Seguro que las bajas en Francia fueron cosa de los tragasalchichas? 

La pierna le ardía y no parecía que fuese a recuperarse todo lo rápido que hubiese deseado, pero afortunadamente no parecía que hubiese que sacar la bala o hacer algo demasiado complicado. Dejó que Roderick le guiase en la primera vuelta del vendaje, pero en seguida le paró.

–Está bien, hermano– dijo dándole una palmada en el brazo y sudando a mares. Era la primera vez que llamaba con ese apelativo al capellán, pero sabía que después de la escabechina que había hecho era mejor tranquilizarlo para que no matase a nadie con sus cuidados– Ve a coser a Sonny antes de que se desangre, que de esto puedo encargarme yo... 

- ¡Aaaaargh!- ¿Aquellos bichos tenían armas de fuego? No era la primera vez que recibía una herida de bala. Con el  enemigo muerto pudo recomponerse un poco y extrañado miraba a Roderick que le perdía perdón.- ¿Qué dices...aaaaargh...no habrás...- ¿El muy capullo había disparado y le había acertado a él? No daba crédito.- Recueeeerdame ay que cuando salga de esta te mate.

Al ver como corría el último de sus enemigos Ab se quedó más tranquilo.  Luego notó un pinchazo en la pierna y recordó lo sucedido...no solo con él, si no con varios de sus compañeros. 

El cabo se acercó al padre y le quitó el arma malhumorado.

-¡¡Cagonmivida, padre!! ¿Nunca ha tirado piedras o escupido a bulto?...incluso sin acerlo sabría que la posibilidad de dar a alguien que no quiere es elevada.

Ab miró al cielo y luego a sus compañeros a los que ya estaba curando Roderick. El militar rrespiró hondo y luego pensó en quiénes eran sus verdaderos enekigos. Negando con la cabeza el cabo le devolvió el arma y mirándole fijamente le dijo.

- Tenemos una misión mucho más importante que todo esto y debemos compenetrarnos entre todos. Por favor, no vueva a dispararnos o no la conseguiremos y nuestros hijos morirán. 

Tras esto palmeó la espaoda del padre y luego se puso a buscar las cosas y recargar las armas.

Con el mismo ruido que haría un perro mientras es apaleado el último de los seres que os había atacado cae al suelo, con su huída finalizada por los disparos de Daphne.

Que sus compañeros comenzaran a mandar al capellán a freir espárragos, por llamarlo de manera educada, era algo que Roderick entendió perfectamente, quien, en su afán por quitarles a los bichos de encima, no había calculado bien la trayectoria de las balas por lo que el plomo se les incrustó de regalo en sus cuerpos serranos, algo que hizo que Craven se sintiera tan mal que no fuera capaz de hacerles ninguna réplica a los comentarios y zarandeos de cada uno, limitándose a mirar al suelo apesadumbrado y comenzar por asistirlos de uno en uno, atendiendo al de mayor gravedad, Sonny, en primer lugar, para después hacerse cargo de Abraham y por último de Matt.

Durante el tiempo que estuvo practicándoles los primeros auxilios, Roderick se mantuvo muy serio, con el rostro pálido, tratando de no mirarlos a la cara, primero para centrarse y después para no echarse a llorar de manera desconsolada, por la tremenda culpa que lo corroía por dentro.

Jadeando, la mujer vio como por fin caía el último de aquellos animales. Estaba agotada y asustada. Poco a poco se giro y vio como Roderick curaba a sus compañeros. Estaba terminando con Sonny, que parecía que se recuperaría a pesar de los destrozos de aquella bestia y de las balas.

–Al menos no le has rematado curándolo– espetó con mala uva. La mujer se llevó la mano a los ojos antes de hablar–. Lo siento, Roderick... Hiciste lo que podías... Estoy nerviosa. Eso es todo.

La mujer se acercó al cuerpo de Nick. Sabía que era prácticamente imposible que siguiese vivo  después de aquel brutal ataque, y por el brazo que habían visto arrancar sabía que no tendría muy buen aspecto, pero tenía que comprobarlo. Se lo debían

–Deberíamos... enterrarlo– alcanzó a murmurar

Ab se sorprendió de los últimos disparos de Daphne y vio como caía muerto la última de las criaturas que les habían atacado. El resultado de éste ataque era nefasto, tres heridos y un muerto. Si seguían así el cabo dudaba que alguno llegara a salvar a sus hijos, aunque sabía que ninguno de ellos dudaría en seguir adelante aunque se enfrentaran a la propia muerte.

Ab se acercó donde estaba el cadáver de su compañero y amigo Nick. Múltiples heridas marcaban los ataques que había sufrido dejando varios charcos de sangre bajo su cuerpo. Colt se santiguó y asintió a las palabras de Daphne, quien se encontraba también delante del cuerpo inerte de Nick.

- Sí,  enterremosle y larguemonos de aquí cuanto antes -dijo y se puso manos a la obra.

Como suponíais Nick estaba muerto. Verlo os revolvió el estómago. Su cuerpo estaba completamente destrozado por esos seres que le habían atacado cual manada de animales salvajes. Esas cosas le habían sorprendido en su turno de guardia y acabado con él sin que pudiera avisaros, solo la suerte o el hambre de esas criaturas les habían impulsado a empezar a comérselo sin mataros mientras aún dormíais y los ruidos de tan desagradable festín habían despertado a Matt.

Dedicasteis lo que quedaba de noche a cavar una tumba en la fría arena del desierto, para evitar que los animales carroñeros pudieran profanar aún más el cuerpo de vuestro compañero de armas. Cuando terminabais el sol comenzaba ya a despuntar.

Antes de que se pusiesen a enterrar a Nick, Daphne le había quitado la chapa de identificación para poder entregársela a su familia...Si es que conseguían volver. Un pobre consuelo, pero era lo único que podían hacer. Si tan solo se hubiesen despertado antes...si hubiesen hecho guardia...

Daphne se acercó a su marido. La herida que tenía era fea, pero parecía que aguantaría, como el resto. 

–Tenemos que seguir...