Partida Rol por web

El tecnosacerdote invierto mas o menos unos diez minutos en reparar la avería... al principio le costo encontrar del todo la fuga, pero poco a poco, recorriendo con la mirada y una de sus manos la tubería la encontró y se dispuso a reparar soldando un trozo de metal que había allí tirado de una tubería auxiliar que había sido destrozada.

Cuando termino salió de la habitación cuando de repente por la radio se escucho un rugido, el sonido de un combate y la estática al cortarse la emisión...

Esta chapuza no es digna de esta instalación, en cuanto... El ruido de la radio corta lo que Alastor estaba mascuyando. Mira rápidamente a Sturmm de forma inquisitiva y solo sale de su boca un "Hermano, ese combate no es en nuestra área ¿verdad?" La radio la tenía abierta y el estupor del ruido escuchado es escuchado por toda la escuadra...

Por los cojones de... ¡se supone que los nuestros no han de entrar hasta que hayamos reparado el reactor y asegurado la zona! - Sturnn reprimió un gemido de frustración. Abrió su radio, cambió de frecuencia para contactar con el mando - Mando, aquí escuadra alfa. Hemos localizado la avería del reactor. Contacto hostil en las inmediaciones neutralizado. Hemos recibido radio de nuevo contacto hostil. Solicitando nuevas órdenes, cambio. - Sturnn pasó a dirigirse a sus hombres - Habéis oido lo mismo que yo. Ahí afuera hay alguien zurrándose y no somos nosotros, así que hasta nueva orden, vamos a seguir con la misión original: asegurar esta planta. Vamos a localizar el nuevo foco de combate y patear unos cuantos traseros en nombre del emperador. Estáis conmigo?

--"Hermano, la reparación está hecha. ES PROVISIONAL, pero aguantará. Podemos bajar." Es la única respuesta por parte del Tecnosacerdote.

A Sturnn le pareció notar un matiz de reproche a través de la mecánica respuesta - Entendido. Si dispone de medios aquí para que la reparación pase de provisional a permanente, volveremos en cuanto hayamos terminado de despejar la zona. Si no dispone de dichos medios, veremos si el munitorum nos puede mandar lo que necesita. En marcha!

Reimius dibujó algo parecido a una sonrisa, aunque más bien era una cruel expresión de sadismo. Nueva sangre que ofrecer al emperador, eso siempre era algo que le gustaba. 

-Vamos.- Se aseguró la espada de energía dentro de su funda y con el rifle en las manos, miró a Sturnn. -Le sigo.-  

--"Correcto. Entonces me quedo terminando de reparar y revisar toda esta estancia. Las cosas hay que hacerlas bien." Dice Astaldo ya prácticamente a la espalda de Sturmm. Se vuelve y entra otra vez en la estancia para terminar de revisar la reparación...

Sturnn se pellizcó el puente de la nariz al oir la respuesta del tecnosacerdote. No llevaba una hora al mando y ya estaba frustrado con ello- Hermano Tecnosacerdote - dijo -. Hemos oido ruido de combate cercano. Necesitamos localizar el foco de combates para neutralizar posibles hostiles que amenacen la integridad del edificio. Si su apaño provisional se mantiene, sugiero que, por su seguridad, nos acompañe hasta que dicho foco de combate sea apaciguado. Existe la posibilidad de que dicho foco se desplace a su posición antes de que lo localicemos, con consecuencias poco halagüeñas para su integridad. Sé que le disgusta tener que dejar el trabajo a medias, aunque sea temporalmente, pero lo considero un mal menor comparado con el riesgo de dejarle expuesto y sin escolta. - Necesito un cigarro, una copa y dos días de siesta ...

Astaldo mira directamente al Soldado. Se estira toda su estatura delante de el... el movimiento de su cuerpo hace que su mecanodendrita médica se mueva bamboleante. La expresión de su cara no cambia pero el lenguaje corporal no está en absoluto en concordancia con su rostro.

--"Hermano Lukas Alexander Sturnn, ninguna actuación sobre los hijos del Dios-Máquina es vana. Esto se ha hecho con todos los salmos y rezos requeridos y la esencia del Omnisha está imbuida en el. Yo no soy un combatiente y entiendo que se preocupe por mi seguridad."

Después de esto vuelve a estar relajado.

--"Le sigo." Es lo único que dice.

Cuando empezáis a encaminaros hacía la salida después de una rápida comprobación del equipo la radio volvió a chisporrotear - ¡Aquí el Cuartel General! - era la inconfundible voz del Coronoel Zakkai - ¡Que todas las unidades se replieguen inmediatamente! ¡Estamos sufriendo emboscadas por todos lados! Que el emperador nos proteja... - en esta ultima frase su voz sonó desangelada, rota... y justo en el instante que se iba a cortar la comunicación se escucharon unas palabras que creéis que proceden del psíquico autorizado que siempre acompaña al Coronel - señor... mas señales de disfo...

Aún así, no tardáis en salir a las afueras para descubrir que el Chimera esta destruido y hay números cadáveres desmembrados... la sangre esparcida por todos lados sobre la fría nieve daba una estampa desalentadora... frente a vosotros aparecieron varios demonios como el de antes que escalan sobre los restos del transporte destruido rugiendo amenazadoramente... solo eran tres y todos llevaban armaduras de bronce con hachas enormes. Os disponéis a disparar, en fila y dispuestos a defender vuestro honor y vida pero justo cuando iban a iniciar la carga varios hazes de energía azulada los vaporizan con varias andanadas... el rugido de dos Valkirias que habían acudido al punto - Valquiria 01, me alegro de veros. Estabamos de patrulla por la zona y vimos el chimera destruido - las naves aterrizaron levantando volutas de vapores y nieve que se iba derritiendo por el potente calor que emitian las toberas - ¿Quieren que les lleve a algún lado? - preguntó con sorna sabiendo la respuesta...

¡Hijos de ...! grita Guilz mientras se aproxima al Valkiria sin soltar su rifle y oteando a su alrededor. Apunta de forma aleatoria varias veces antes de entrar en la aeronave.

¿Sabe que demonios ha pasado? ¿que eran esas cosas? ¿estamos siendo invadidos?

La imagen de Chimera destruido fue como si le ensartaran con un hierro al rojo, pero la presencia de esas abominaciones profanándolo fue una visión que le revolvió todo su ser. Se preparó con su rifle y se empezó a encomendar... pero la presencia del Valquiria hizo que su rabia y vergüenza disminuyera un poco, lo suficiente como para que le entrase el sentido común y siguiese a la escuadra. No dijo nada. Todo estaba dicho. Alguien debe pagar.

Valquiria uno, aquí equipo alfa! Se agradece el paseo, muchachos. - Respondió Sturnn al piloto. Señaló la rampa con la cabeza y se dirigió a su escuadra - A bordo señoritas, nos largamos! - Sturnn se mantuvo en tensión con su rifle láser preparado mientras su escuadra subía a bordo del transporte. Cuando sus hombres terminaron de embarcar, Sturnn subió al aparato, echando un último vistazo a la planta de energía. Su primera idea fué que habría que volar esa cosa por los aires para ahorrarse problemas futuros. Su segunda idea fue que necesitaba un cigarro. Echó un nuevo vistazo asegurándose de que sus tres soldados y el tecnosacerdote estaban a bordo. - Estamos dentro, Valquiria uno. Cuando quiera, llevenos a casa.

Al subir al Vakiria lo primero que deseaba era echar un trago del algo que me quemará por dentro, pero lo primero que se me ocurrió era qutarme esta asquerosa mascará que entorpecia tanto mis moviemintos como mo visión, realmente era agobiente. Mientras comenzabamos el despegue obervé a aquellas criaturas o demonios o lo que fueran intentado no olvidarlas para ajustar cuentas más adelante... mientras algo de rabia corria por mis venas saqué la petaca y de le di un trago largo. -Por los camaradas caidos hemanos... le ofrecí bebida a los demás para que brindaran por los caidos.

Reimius solo dibujó una mueca al ver a los demonios, que de hecho, ya le eran conocidos. Uno, tres, o tres mil. No importaba, el Emperador protegería siempre a quien procesará auténtica fe, como él. Así que únicamente puso una rodilla en tierra y preparó el rifle, apuntando directamente entre los ojos. Unas décimas de segundos antes de disparar, dos valquirias les quitan el trabajo. Como antes, con calma, Reimius guarda el rifle de nuevo y dibuja la misma mueca una vez más. Sin decir nada (pues no hay nada que decir) sube al transporte. Sin embargo, si acepta el licor que ofrece Stabross. Al fin y al cabo, ha sido un buen combate, y han salido todos vivos y de una pieza. Eso no suele ocurrir.

-Por qué el emperador les acoja en su sino.- Dice, y de un solo trago bebe todo el vaso.  

Es una suerte que estos pajaritos tengan la cabina presurizada y filtros de aire, pensó Sturnn, o ya estaríais doblados y medio asfixiados por la atmósfera tóxica. En fin, el Emperador quiere gente de fe, no gente de cerebero... Heh. Sturnn echó mano de la petaca. - Por los compañeros ausentes - dijo sin mucha ceremonia pero sí con sentimiento, y echó un trago.

Rehusar el alcohol que le llega de manos de Sturmm le parece mal, así que la toma y sin decir nada le da un breve trago. Después de que el licor le caliente la garganta habla brevemente  --"Por los hermanos caídos y por las almas-máquina mancilladas. Que el Emperador reparta redención y castigo por igual"

Ahora todos abordo del transporte imperial, la pequeña escuadrilla se dirigía veloz hacía la ciudad. Cuando os sentasteis con más calma pudisteis ver a otro guardia sentado al final de la zona de transporte. Su armadura estaba completamente llena de sangre seca y su mirada perdida en el horizonte. No parecía tener ni un ápice de cordura en su interior... solo se aferraba con fuerza a su rifle que llevaba, todavía, la bayoneta calada.

- Estamos llegando, la zona esta bien calentita - informó el piloto para luego seguir con la charla típica entre pilotos... pidieron apoyo, que despejaran la zona y que iban con los supervivientes de la estación eléctrica. En un momento dado fuisteis capaces de observar por una de las ventanas y el combate estaba claro... numerosos demonios asediando lo que se estableció como cuartel general. Había toda clase de seres, al menos los que llegasteis a ver... algunos volaban, eran de color rojo oscuro y parecían que chillaban como locos, otros ya os enfrentasteis a ellos, pero en un viraje visteis que se acercaba uno de un tamaño muy superior... superaba con creces la altura de un Leman Russ; pero lo perdisteis de vista en el acto. En el momento del aterrizaje, cuando la trampilla de desembarco se abrió y empezasteis a salir, vuestros ojos fueron testigos de como un transporte aereo, que solo puede viajar por la atmosfera y que tenía las puertas laterales abiertas e iba disparando como loco las armas que tenía acopladas con sus artilleros fue embestido por una bandada de aquellos demonios voladores y derribado con una facilidad pasmosa.

A los pocos segundos llegó un oficial y os envió a una de las trincheras sin mediar palabra y con voz desesperada - ¡Tú! tecnosacerdote, ve con ellos, tienes que restablecer una de las armas centinelas que siguen inoperativas - y sin más se fue a otro lado a arengar a los más asustados...