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UNDÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 12, DÍA DEL JURAMENTO. - LUNA EN CUARTO MENGUANTE.

HORA: ANOCHECER. - TIEMPO: LLUVIA FINA.

Al fin un descanso, había mantenido el ritmo como cualquiera de sus compañeros pero él era un jinete. No le gustaban las largas caminatas, así que agradeció detenerse de forma final. Se apresuró a recoger la parte de su equipo que le había transportado su primo Campaña.

—Gracias primo, me has hecho la marcha mucho más cómoda —comentó despacio mientras recuperaba sus enseres.

Su estómago le pedía cenar algo y el resto de su cuerpo le agradecería si se iba a descansar. Desde el encuentro con el oso con plumas no había vuelto a mirar a su espada. Las voces que había escuchado le seguían teniendo intranquilo. ¿Había escuchado lo que creía o era fruto de su imaginación?

Buscó un lugar cómodo y no demasiado pegado al resto y desplegó su tienda unipersonal. Estaba acostumbrado a esa clase de tareas, la vida de soldado era así. No tardó mucho en tener lista su zona de descanso, tampoco perdió mucho tiempo en despedirse de sus compañeros.

UNDÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 12, DÍA DEL JURAMENTO. - LUNA EN CUARTO MENGUANTE.

HORA: ANOCHECER. - TIEMPO: LLUVIA FINA.

Al final, la criatura no nos atacó. Era una extraña mezcla entre pájaro y oso, amenazante y probablemente letal si se lo propone. Lo bueno, es que no deseaba hacerse con nosotros como cena sino solo proteger su territorio. Siguiendo la orden de nuestros superiores, continuamos el avance hacia nuestro cometido, dejando atrás a una criatura que no se molesta en seguirnos.

Es así como podemos proseguir nuestro paso en busca de los Capas Rojas.

Después de transcurridas unas horas, llegamos a un claro en donde podremos descansar para pasar la noche, pues el sol ya se está marchando del cielo y avanzar en las sombras no es buena idea.

Resguardamos el claro y hacemos un poco de fuego en unos tocones secos que encontramos, para intentar pasar mejor la noche. El Cabo habla de descansar, a lo que le respondo:

 - "Señor, yo tampoco poseo una tienda, Señor."

Y no ha de ser algo que le sorprenda mucho pues no tengo pertenencia alguna más allá de lo que se ve en mí. Claramente preferiría pasar la noche resguardado del frío mas si no ha de ser posible, dormiré a la intemperie, intentando resguardarme lo que pueda del frío.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

El grupo monta las tiendas y se dispone a dormir. Las guardias ya han sido establecidas, y los encargados de las mismas se van turnando durante la noche.

Por suerte la lluvia va desapareciendo en las primeras horas nocturnas, y durante gran parte de la noche solo el frío acompaña a los miembros de la Compañía. Los pequeños fuegos encendidos hacen su trabajo manteniendo una temperatura, hasta cierto punto, agradable.

Y finalmente amanece en el interior del Bosque Sombrío. La mañana es nublada, y no se escucha el trino de los pájaros. El grajo desciende desde una de las altas ramas hasta posarse en  una piedra cerca de la tienda en la que duerme Rastrojo, y comienza a picotear su hombro, aunque no de forma agresiva.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

Por la noche sueñas. Sueñas que tú eres el oso-lechuza. Ves con sus ojos cómo los miembros de la Compañía, incluido tú... el propio Rastrojo, pasan por tu territorio.

Les observas con calma, aunque ruges mostrando que ése es tu dominio, y que solo pasan porque tú lo permites. Tienes la sensación de estar habituado a este tipo de viajeros... La sensación de que salvo que te ataquen, debes permitir el paso de las personas.

¿Por qué? No lo sabes, pero así es... Una voluntad más fuerte que la tuya lo ha impuesto... o quizá sea el peso de la costumbre y el entrenamiento.

De repente te pica un hombro. Te pica y te molesta un poco, y te das cuenta de que empiezas a despertar.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

Rastrojo despertó dando un codazo a Sabandija bajo las costillas para tratar de hacerse sitio en la tienda. Miró con odio eterno al Gran Grajo. Solo había algo más ofensivo que quitarle las moras a un chamán, y era despertarle de su sueño.

Sí, sí... Lo entiendo. "Tiempo circular". ¿Tenías que despertarme tan temprano solo para echármelo en cara, Gran Grajo? Anda, echa el vuelo y déjame dormir un rato más.

Miró por la abertura de la tienda. Con esa niebla iba a ser imposible encontrar nada, y mucho menos moras. Buscar a los bandidos en esas condiciones iba a ser peligroso.

¡Qué bien! A ver si hay suerte y gracias a la niebla Matagatos ordena que acampemos aquí hasta mañana. Así podría dormir todo el día.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

El primer día de marcha llegó a su fin, aparte del encuentro con el animal no había habido mayores sobresaltos según lo previsto.

La noche pasó rápida y sin sorpresas dando paso a un nuevo día.  El lugar a donde se dirigían no quedaba lejos y aquella jornada podía ser decisiva para su misión, quizá en el ocaso tuvieran algo que celebrar o simplemente quizá estarían muertos.

Grito se preparó nuevamente para la marcha, recogiendo sus cosas con el despuntar del día.  Tomo algo de comer pués era importante mantenerse fuerte antes de un combate.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

Amanecía. Todo estaba gris, aunque ya no lloviznaba. Empezaba a aclimatarse ya a este tiempo fresco. Frío, o muy frío en ocasiones. Pero no ahora que estaban entre los enormes árboles, al abrigo de las copas. Pese al mal tiempo, la vegetación ofrecía cierto refugio ante la intemperie.

Vio asomar la cabeza de Rastrojo, a vueltas siempre con aquel pájaro negro que le seguía. Un aleteo, y un sonido de protesta. Esos siempre estaban igual. Sacudió la cabeza.

Se estiró al ponerse de pie, sacudiéndose la modorra y el entumecimiento. Era hora de levantarse.

Fue pasando por todas las tiendas dando un ligero golpe, suficiente como para hacer tambalear la estructura, sin embargo.

¡Diana!... ¡diana!... ¡diana!...

La última tienda fue la de Ponzoña, donde había dormido también Capitán. En cuanto asomó la cabeza, le dio su informe, para poder irse cuanto antes a prepararse.

¡Mi Cabo! Termina la Guardia de la noche. Sin novedad, mi Cabo.

Se da la vuelta para dirigirse al borde del claro. La meada de la mañana es magistral. El vapor sube en nubes desde el chorro que empapa el tronco de uno de aquellos grandes árboles, salpicando todo el suelo y los lados.

Satisfecho, realiza su acicalado mañanero con rapidez y eficacia, para después dirigirse a las hogueras. Las va reavivando y encendiendo con más madera de la recogida la noche anterior, de manera que todos puedan prepararse el desayuno.

Finalmente Campaña se sienta junto al fuego para calentarse mientras echa un trago de agua y come para estar preparado ante la dura jornada que les espera.

Espera de pie al momento de partir, apoyado en su fiel Svraisse.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

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MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

Tras haber realizado una guardia aburrida en solitario, Tarado despertó al siguiente encargado de la guardia y se fue a dormir. La noche fue tranquila, buen tiempo y dentro de la tienda disfrutó de un buen descanso. A la mañana siguiente las voces, el movimiento y el olor a comida le despertó. Antes de empezar la mañana se puso a recoger la tienda y preparó la mochila de viaje. Las lanzas habían sido tratadas con grasa y secadas, listas para un nuevo día de desgaste.

El grupo del campamento no estaba muy movido, sólo Campaña realizó el informe final de la noche, el resto de los vigilantes no necesitaban añadir nada pues si no habrían despertado a todos al instante. Las sombras no parecían tan espesas por la zona como en la iglesia, podría ser que hubiera menos espíritus malvados en aquella zona. Tal vez tendría que preguntarle sus dudas al chamán aunque sabía que su amigo no sería partidario de ello. Finalmente decidió desayunar algo frente al fuego y se posicionó en su posición de marcha cuando el Capitán lo requirió. Deseaba encontrar a aquellas criaturas que iban a hacer el asalto, esperaba poder hacerlas retroceder antes de tener que masacrar a todas, no debía haber un derramamiento de sangre si se podía evitar. El alma de la compañía podría depender de ello. 

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

Una noche de descanso, enterita, sin heridos, sin alarmas... De no ser por el frío, casi parecería un sueño. Cuando dieran con los Capas Rojas, seguramente aquello cambiaría, pero de momento más le valía disfrutar de las pequeñas cosas. Cosas como haber disfrutado de una noche tranquila, puede que una de las primeras en los últimos tiempos. Cuando salió de la tienda de Ponzoña, observó el clima alrededor, chascando la lengua con desagrado. Esto iba a ser un problema. 

-Desmontad el campamento... Veamos si levanta un poco antes de que continuemos.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

Se despertó temprano, casi a la par que los primeros rayos de sol. Cuando dormía fuera del campamento le costaba conciliar el sueño de forma estable, había logrado descansar, seguramente por la larga caminata, pero no había sido un descanso comparable al que hubiera tenido en un lugar protegido.

Con la naturalidad que da el oficio, Pelagatos salió y recogió su tienda de campaña para guardarla, con la misma actitud se ciñó sus armas y la capa negra de la compañía. Después de desayunar y asearse, se encontraba listo para la vida pública y cuando llegó la orden de su primo el capitán, él ya estaba listo.

El tiempo nublado no auguraba un día alegre, tampoco el hostigador lo esperaba.

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MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

Acababa de cerrar los ojos cuando Campaña llamó a Diana. Y no, no era la típica ilusión del que estaba cansado y ha dormido tan bien que ni tiene la percepción de que ha pasado el tiempo. Es que apenas había podido dormir una hora seguida. Recordaba a la perfección el anterior cambio de guardia, cuando entró Campaña.

Tan escuálido como siempre, pequeño y con esos ojos tenebrosos de puro hundidos. Recogió mecánicamente todas sus cosas, parándose para concentrarse bien en la tarea, siguiendo su método habitual. Yendo despacio, paso a paso. Desayunó lo justo para engañar al hambre, bebió con mesura, no habló con nadie. Ni siquiera un gruñido. Sus últimas palabras habían sido "sin novedad", cuando dio el informe a Keropis al dejar su guardia.

A todos los efectos la guardia había sido doble. Todo el rato excepto la última, quizá. Si. Ahí había dormido. Esos ratos de sueño le daban fuerzas para seguir. Tenía ganas de despellejar a alguien despacito. A cualquiera, sin acritud, sin odio. En plan profesional. Así, a lo mejor, le venía el sueño.

Dejó encordada la ballesta. La llevaría en las manos, como a un bebé. No tener a gente por delante le preocupaba. Pero Ponzoña sabía lo que se hacía. Quizá se estaban fiando del cuervo ese para que explorara el camino por delante.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

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MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: AMANECER. - TIEMPO: NUBLADO.

Le daba la sensación de haber pasado la noche en un duermevela soñando que Keropis le despertaba para la guardia con una sonrisa hecha a machete, como la de Chamán Rojo. Se despertó por completo cuando su compañero de tienda le clavó el codo bajo las costillas que lo dejó sin aire.

- Ouch...cof, cof.- Se incorporó aliviado porque la noche hubiese pasado. Al menos estaba despierto cuando  el loco de Campaña casi les tumba la tienda.- Bu-buenos días.- Dijo somnoliento mientras se frotaba los ojos con los puños cerrados.- La noche fue tranquila, la verdad.- Informó a Rastrojo, como agradeciéndole haber compartido tienda con él, un simple Campamentero.

Cuando salió de la tienda se topó con el grajo que perseguía a Rastrojo todo el rato.

¡Qué pesado!- Seguramente el ave pensaría lo mismo de Sabandija. Tentado estuvo de abatirlo con una de sus certeras felchas y comérselo de desayuno. Sin embargo se puso a recoger la tienda y sus bártulos antes de ponerse a acicalarse un poco y desayunar.

- El bosque ya es frondoso de por sí, pero con esta niebla el ambiente es todavía más opresivo.- Empezaba a costarle respirar.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: MEDIODÍA. - TIEMPO: NUBLADO. CON NIEBLA.

La comitiva recoge temprano y comienza de nuevo la marcha. A medida que el tiempo avanza, una ligera niebla comienza a cubrir el terreno. La niebla, junto a lo frondoso que comienza a ser el bosque, dificulta la visión más allá de unos diez metros.

El trino de las aves, y los ruidos de los insectos han desaparecido, y un silencio sepulcral se adueña de toda la zona durante las horas de marcha matutinas.

Capitán y el Cabo Ponzoña parecen convencidos de que antes del anochecer el grupo llegará a Rocasone. Las indicaciones de los leñadores han sido lo suficientemente precisas como para que el grupo esté orientado, y tenga una idea de la distancia que les queda hasta su destino.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

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MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: MEDIODÍA. - TIEMPO: NUBLADO. CON NIEBLA.

Grlrlrlrlrlr...

El ruido del estómago de Rastrojo rompió con el silencio estropeando toda tensión climática. Ir en el centro del destacamento no ayudaba a pasar cerca de las moras.

¿Podemos parar para comer?

Rastrojo no llevaba más provisiones que la que se había comido ayer. Había preferido llevar la mitad de la tienda de Sabandija, con la idea de que la expedición sería un paseo campestre en el que se pararían a recoger frutos silvestres, cazar conejos... Pero el único conejo que había en las cercanías era Palomita (Derviche la marimacho no contaba). Y si Rastrojo ya era misógino de por sí, más repulsión le daba una Oscura.

Debería haberme unido al otro grupo. En este todo el mundo me cae mal. Por lo menos en el otro estaba Preocupado.

Se reconcomía como si la composición de los grupos fuera algo que eligió, y no algo que había impuesto Matagatos.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO. 

HORA: MEDIODÍA. - TIEMPO: NUBLADO. CON NIEBLA.

Tarado continuó la marcha en la posición del día anterior, todos parecían estar absortos en sus propios pensamientos y durante el viaje el silencio del bosque fue lo único que se pudo escuchar. Comprobando de vez en cuando que no hubiera enemigos en su cuadrante iba absorto en sus propios pensamientos, pronto entrarían de nuevo en combate y la sangre correría libre. Esperaba que sólo con asustarles valiera, tal vez incluso necesitaran realizar algunas heridas pero rezaba a los espíritus para no tener que matar. Estos pensamientos no los pudo compartir y dio gracias cuando al fin un compañero tras el sonido de su estómago planteó la idea de parar. 

Para más inri en aquel grupo estaba Keropis, que aunque ahora parecía haberse recuperado del ataque, nadie sabía si ahora sería más propenso a sufrir los embistes de esa criatura otra vez. 

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

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MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MEDIODÍA. - TIEMPO: NUBLADO. CON NIEBLA.

Poco antes de que el grupo se plantee hacer un alto en el camino comienzan los problemas. Y no es solo la niebla.

Multitud de jabalinas y flechas llueven contra los miembros de la Compañía desde su flanco izquierdo, al norte de la posición en la que se encuentran. Los gritos de aviso de Sabandija y Keropis no llegan a tiempo, pero ambos son capaces de reaccionar y se arman para el combate.

El enemigo ataca desde una posición elevada, os da tiempo a atisbar algún trozo de capa roja entre las copas de los árboles. Por el número de proyectiles parece que son más numerosos que la propia expedición comandada por el Capitán y el Cabo Ponzoña.

Parece que los problemas llegan antes de que se acerquen a Rocasone.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

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MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MEDIODÍA. - TIEMPO: NUBLADO. CON NIEBLA.

La propuesta de detenerse de Rastrojo iba a contar con el asentimiento de Ponzoña cuando las voces de alarma de Sabandija y Keropis se simultanearon con el silbido de una lluvia de flechas y jabalinas. Cogidos por sorpresa, poco más pudo hacer que bendecir la fortuna de no ser alcanzado por uno de aquellos proyectiles.

Una breve mirada a las copas de los árboles bastó para confirmar lo que Sabandija ya había adelantado. Los enemigos se habían aprovechado de la cobertura de las armas para emboscarles y atacarles. Gruñó por lo bajo. Un ataque cuerpo a cuerpo era inviable, salvo que este se desarrollara en lo alto de los árboles, lo cual les exponía aún más. Pero no había tiempo para lamentaciones.

-¡ATACAAAAAD! -gritó-. Todo aquel que pueda dispararles jabalinas o flechas que lo haga. El resto, trepad -ordenó.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MEDIODÍA. - TIEMPO: NUBLADO. CON NIEBLA.

Y de repente, llovió. Aunque no fue una lluvia natural, sino una de acero y madera, aunque por suerte para ellos muy mal dirigido. Los Capas Rojas habían perdido su oportunidad de pillarles por sorpresa, y ahora iban a pagar amargamente aquel fallo. Puede que fueran más que ellos... Pero que fueran mejores era algo que Capitán dudaba. 

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MEDIODÍA. - TIEMPO: NUBLADO. CON NIEBLA.

La marcha iba a buen ritmo como el día anterior y el grupo mantenía firme el paso cuando la voz de alarma cambió el escenario por completo.

Las flechas surcaron el cielo desde las copas de los árboles y aunque les cogieron por sorpresa ninguna de ellas pareció acertar su objetivo.

La orden fue atacar, aquel enemigo le había tomado por sorpresa, tenía la ventaja del número y la situación elevaba, era cierto que habían perdido el factor sorpresa... pero serían vulnerables al trepar a los árboles.

Dolor, Derviche conmigo flanco izquierdo.

DUODÉCIMO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

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MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MEDIODÍA. - TIEMPO: NUBLADO. CON NIEBLA.

Las flechas cayeron como si fueran gotas de agua en una lluvia tropical, rápidas, intensas e inofensivas. Los Capas Rojas les habían emboscado, no era difícil, ellos no tenía exploradores. A juzgar por su puntería, no eran los enemigos más certeros a los que se había enfrentado la Compañía Negra, a juzgar por su estado actual, tampoco era la mejor versión de la Duodécima de Khatovar.

El ruido que siguió al ataque le era familiar. Los gritos rápidos de las órdenes, las armas saliendo de sus vainas, el comienzo de un combate en definitiva. Pelagatos escuchó las órdenes y miró a los árboles de los que procedía el ataque, lo hizo con fastidio pues él, a diferencia de alguno de sus compañeros, no era un mono. Era un soldado de caballería y con la cadera lisiada, al que trepar a las alturas para combatir contra un enemigo traicionero y cobarde le resultaba indigno y tremendamente complicado.