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VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 25.

HORA: CERCA DEL OCASO.

Infernal. Esa fue la intensidad del entrenamiento que Reyezuelo se había propuesto esa mañana en la que estaba decidido a demostrar de qué estaba hecho. Ni la dureza del mismo ni la cerveza del día anterior hicieron mella alguna en el noble castor, quien se encontraba en óptimo estado tras finalizar el entrenamiento grupal.

Sin mostrar señal de fatiga o dolor alguno, se acercó a su nuevo jefe de escuadrón y lo saludó formalmente.

-Cabo Ponzoña, ¿tiene un minuto?- le preguntó al hiena. Ojalá haya notado mi rendimiento, que sepa que cuando prometo, cumplo. Que soy de confianza.

-Señor, atento al extenso viaje que tendremos por delante en unos días, me preguntaba si hace falta y quisiera que haga un inventario o actualice uno ya existente, sobre las existencias de equipamiento de supervivencia de cada miembro del pelotón, por si alguien necesita algo.- Mantas de abrigo, esteras de dormir, antorchas, yesca y pedernal, lo indispensable para la supervivencia fue lo que tenía en mente Reyezuelo. -Y a lo mejor quizás también, un sumario con las cualidades y lo que cabría esperar de cada uno en combate y demás.- Seguramente conocía bien a los antiguos hostigadores, pero con la llegada de tantos nuevos miembros existía la posibilidad de que necesite información actualizada que no surgiría simplemente de ver a sus soldados en acción.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 25.

HORA: CERCA DEL OCASO.

Ponzoña escuchó a Reyezuelo, con su habitual gesto serio y adusto. Cuando oyó las palabras del castor le pareció oír a Analista, tan amigo de las listas y los números. Y no le pasó por alto que su hostigador era también el aprendiz de este. 

-Me parece bien, Reyezuelo. Será bueno para nosotros y también para Analista. Haz como dices. Un inventario de lo que cada uno posee a nivel de material de soldadesca. Sus posesiones privadas, son eso, privadas y no necesito conocerlas. Y sobre todo si hay alguna carencia que alguno de los hombres o mujeres de la escuadra considera que debería tener y con lo que no cuenta. Y sí, sus habilidades. Tengo una idea clara de ellas y podríamos compararlas entre ambos cuando hayas concluido. No quiero que se me escape nada -dijo Ponzoña. En un momento dado, puso una mano sobre el hombro de Reyezuelo-. Serás un buen hostigador. Lo creo sinceramente. De cuanto hagas, da también un informe a Analista. ¿Entendido?

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 25.

HORA: CERCA DEL OCASO.

-Entendido mi Cabo, y agradezco el cumplido. Trabajaré duro para que sus espectativas en mi sean una realidad y más, ya lo verá. En cuanto al inventario, se lo comentaré a maestro Analista ahora mismo si no está ocupado, y le pediré el papel y tinta necesario para atrapar el sonido de las palabras que surjan de las entrevistas.- Dijo el orgulloso K'halta como si escribir se tratase de una clase de magia importante.

VIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 26, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: A PRIMERA HORA.

Fue el primero en levantarse. A partir de ese día, empezarían duros entrenamientos pero antes debía informar de algo a sus hombres.

-¡HOSTIGADORES!¡A FORMAR! -gritó estentóreamente. Esperó pacientemente a que todos estuvieran ante él. Algunos aún somnolientos y legañosos. Otros con aspecto de haber despertado hacía ya un rato. Pero todos se mostraban ante él con un gesto de orgullo-. Hoy es un nuevo día y un nuevo comienzo. No voy a pediros que olvidéis vuestro pasado. No puede pedírsele al leopardo que olvide sus manchas. Pero ahora sois hostigadores. Y no es una cuestión de nombre. Por más que penséis que sois los de ayer, os diré que no. Somos la avanzadilla, los que realizamos incursiones, los que abrimos camino a la infantería. Somos rápidos, somos ágiles, somos letales. 

Caminó atrás y adelante, aún cojeando un poco. 

-Tiempos de cambios. Tiempos que exigen amoldarse a las nuevas circunstancias. Incluso a mí. Hoy, aquí, en esta primera mañana de esta renovada formación quiero hacer pública mi última decisión, refrendada por el Capitán. La presentación de Ballestero como el nuevo segundo de los Hostigadores -la mirada del Hiena se deslizó hasta Pelagatos-. Ballestero, acércate. No creo que sea necesario recordaros nada, pues todos se supone que sabéis que al día sigue la noche. Pero visto lo visto, prefiero curarme en salud. Como segundo le debéis un respeto y obediencia en aspectos militares. En mi ausencia, será mi voz. Gozará de cierta autonomía dentro de unos límites y... no creo necesario añadir más. Muchos ya lo habéis tenido temporalmente como jefe en vuestra anterior escuadra. Ahora, es hora de desayunar, coger fuerzas y darlo todo en los entrenamientos. ¡ROMPED FILAS!

Conforme se disgregaban, hizo un gesto a Pelagatos para que se acercara.

-Quiero hablar contigo. Acompáñame. 

VIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 26, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: A PRIMERA HORA.

Al escuchar la orden formó junto a sus compañeros de pelotón, los nuevos y los viejos, lo hizo como de costumbre pasando una minuciosa revista a su indumentaria para que fuera de lo más presentable y correcta posible. Guardó silencio y respiró con profundidad cuando escuchó hablar a Ponzoña e incluso cerró los ojos brevemente esperando escuchar el mensaje que deseaba. Notó los ojos del hiena sobre él antes de soltar la gran noticia.

Su única respuesta fue apretar la mandíbula con fuerza y elevar la barbilla, nada más tenía que decir o hacer. La suerte ya estaba echada y la decisión había sido tomada. Sus puños estaban apretados con fuerza, pero él no se había dado ni cuenta.

—Le sigo cabo —dijo con un tono gélido como una puñalada por la espalda y no pronunció ninguna palabra más, echó a andar y acompañó a su superior.

VIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 26, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: A PRIMERA HORA.

Un nuevo día y un nuevo comienzo, sí, pero los mismos errores. Reyezuelo no emitió reacción alguna ante la noticia de Ballestero como Segundo al mando, aunque por dentro solo eran lamentos y desilusión. ¿Ballestero? Segundo de Piojillo y luego Jefe de pelotón de los Campamenteros, ¿acaso quiere Ponzoña que los hostigadores caigan en el rumbo a la disolución también? O peor aún,... Recordó el orgulloso castor. ...muertos. Como todos los miembros que comandó Ballestero en la escuadra de Arqueros, y luego también la de Dolorosos.

No tenía malos sentimientos para con su compañero Ballestero, por el contrario, lo consideraba un guerrero muy competente y letal, pero como mando se había demostrado muchas veces sus falencias y la falta de favor de los espiritus benévolos, o así lo creía el noble castor quien aspiraba a alcanzar puestos jerárquicos desde siempre.

Suspiró cuando rompió filas. -Seguiré cuidando el buen funcionamiento de la escuadra y a mis compañeros desde un segundo plano, como siempre lo he hecho donde he estado. Y aunque hoy ya se me respeta más que a Ballestero, llegará el día en que tal hecho no pueda ser ignorado. Se dijo a sí mismo, sabedor de que luego del Cabo Ponzoña era el segundo al que más respeto se le tenía.

VIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 26, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: A PRIMERA HORA.

Ya a solas, caminando lentamente, Ponzoña rompió rápidamente el silencio. 

-Puedo hablarte como cabo, pero ahora lo haré como hermano tuyo. No voy a hacer el esfuerzo de intentar justificar mi decisión, la de nombrar a Ballestero como segundo de los Hostigadores, negándote tal lugar. Eres un hombre inteligente. Más que la mayoría de los que pueblan en la Compañía. Intuirás que, al margen de su valía, hay también una decisión... política. Y por otra parte, tú -dijo con un tono sereno-. El pasado es el pasado y debe servir para aprender. Pelagatos, eres un soldado capaz, valiente, arrojado... y ambicioso. Nada de lo que he dicho será una sorpresa para ti y, de igual forma, nada de ello es negativo. En su justa medida y en un correcto equilibrio. ¿Qué quiero decir? Te exiges demasiado, quieres suplir tu lesión con arrojo, rayando en la osadía, incluso en la imprudencia o en la desobediencia. Para demostrar que eres ya no como los demás, sino que puedes ser mejor, mucho mejor. 

Guardó un instante de silencio. 

-Lucha, pelea, esfuérzate pero mantén la serenidad. Madura tu equilibrio. Eres un muy buen soldado y un magnífico jinete. Sueña con esa caballería del futuro y que ahora tendrá su germen. Hay cinco monturas en la Compañía y pronto serán ocho. No es momento de crear una nueva escuadra, pero sí momento de buscar a ocho jinetes, jinetes que necesitarán alguien que los articule y organice, que les enseñe. Sé esa persona. Ve poco a poco, asciende, aprende a dar órdenes y aprende a valorar la obediencia. La ajena y la propia. Tienes un futuro y un destino. Tu presente está aquí, en los Hostigadores pero ambos sabemos que habrá un futuro y será distinto. 

VIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 26, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: A PRIMERA HORA.

La orden de Cabo Ponzoña llegó a los oídos de Caracabra, el jorobado no lo hizo esperar y se apresuró a formar. No tardó mucho, ya que había madrugado para asearse y llevarse algo al estómago.

- “De acuerdo Cabo Ponzoña” – escuchó cada palabra pronunciada por el superior y luego desvió su atención unos segundos a Ballestero, haciéndole un gesto de asentimiento con la cabeza.

Sin participar en la conversación, el K'Hlata se marchó para empezar su entrenamiento despidiéndose de todos los miembros de la escuadra de hostigadores.

VIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 26, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: A PRIMERA HORA.

Acompañó a Ponzoña a un lugar algo retirado para hablar, suponía que el tema de conversación no era algo que debiera ser de dominio público. No fue él el que rompió el silencio pues entendía que no era su trabajo hacerlo, se le había requerido para escuchar y eso era lo que pensaba hacer.

Miró al hiena en silencio, elevó el mentón como de costumbre y se mantuvo en silencio y estoico. Recibió todas aquellas palabras recto y erguido, con el rostro serio y sin mostrar cambios en ningún momento. Sus ojos glaucos no mostraron expresión ninguna, nada fuera de lo habitual. Un silencio físico y emocional que no dejaba ver nada más allá de lo evidentemente aparente.

—Claro cabo.

Es lo primero que dice, lo único que dice en un buen rato también. Se mantiene allí de pie, erguido y en posición de formación con la barbilla elevada, como lleva desde el principio, sin moverla ni un milímetro de su posición inicial. Sus labios vuelven a cerrarse en una fina línea difícil de atisbar.

—Puede usar a Orgullo para el viaje, es un buen caballo para jinetes novatos —dijo de forma escueta sin moverse de la zona a la espera de recibir permiso para marcharse.

VIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 26, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: A PRIMERA HORA.

Ante la orden del Cabo Ponzoña, me formo rápidamente en el lugar que me correspondería por ser el de menor rango en el pelotón, según la antigüedad. Permanezco firme en esa posición mientras el Cabo comienza a hablar acerca de las características de nuestro grupo, lo que nos hace Hostigadores y lo que nos diferencia de los Infantes, así como de otros pelotones que en estos momentos no existen dentro de la Compañía Negra.

"Entonces por eso es que me eligieron para los Hostigadores: Mi capacidad de sigilo y de supervivencia. Como puedo infiltrarme y explorar en vanguardia, para atacar antes de ser visto."

Luego informa de una importante elección: Ballestero será su segundo al mando, poniendo en él la confianza de que nos ordene y sea su voluntad durante alguna ausencia. Me es indiferente aquello pues no conozco mucho de los Hostigadores como para tener una opinión distinta.

"Y supongo que si el Cabo Ponzoña lo eligió es porque está capacitado para ello."

Aunque no me pasa inadvertido el gesto hacia Pelagatos y el que este hace inconscientemente con sus puños. Supongo que el Oscuro deseaba el puesto o se suponía mejor calificado para él, pero eso debe ser un asunto personal entre ellos y yo simplemente debo acatar, lo que no es un problema para mí.

VIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 26, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: A PRIMERA HORA.

La escueta respuesta no fue inesperada para el Hiena. Ni tampoco la pose altiva de Pelagatos, más un mecanismo de defensa que un gesto de desprecio hacia Ponzoña, al menos a ojos de este. Estuvo tentando de añadir algo más, pero sabía que en aquel momento sería inútil. Pelagatos aceptaría cuanto le dijera con idéntica frialdad y carecía de sentido intentar echar agua a un puchero agujereado. Pero confiaba en su inteligencia, en que cuando la frustración inicial desapareciera, meditara sobre lo que le había dicho y llegara a sus propias conclusiones. 

Sí le sorprendió su ofrecimiento. Sabía lo que aquel hombre sentía por sus monturas y Ponzoña posiblemente ocupara en aquel momento el último lugar en el escalafón de aquellos a los que le gustaría dejar su caballo. 

-Te lo agradezco -dijo-. Cuidaré de él. Puedes retirarte si quieres -de continuar envarado de aquel modo, acabaría con una luxación en sus cervicales. 

VIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 26, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: A PRIMERA HORA.

Recibí la noticia con una indiferencia impropias. Me daba igual quien estuviera al mando como primero o segundo. Nunca había entendido las decisiones que se tomaban a ese respecto y quizá en otro momento me habría planteado que lo lógico sería que ascendiera alguien veterano en los Hostigadores, pero ese momento había pasado hace tiempo. Había quedado atrás, como el calor de la sabana.

También me daba igual la reacción de Pelagatos. No era mi guerra. Pero pensé que estaba bien que por una vez no fuese un oscuro el que tenía la preferencia.

Cuando dieron permiso, rompí la formación y volví a mis asuntos: buscar un momento para hablar con Sabueso.

TRIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ANTES DE COMER. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Todos aquellos que habían podido acudir estaban allí. Había rostros de expectación, de aburrimiento, de curiosidad.

-Os he hecho llamar por dos razones principales. La primera de ellas que hoy mismo, en unas horas, Capitán me operará una vez más de este maldito tobillo. Confío en que sea la última vez, bien porque habrá de cortarme el pie en el peor de los casos o porque me curará definitivamente. Durante la convalecencia, imagino que pasaré algunos días postrado y Ballestero se encargará de transmitiros las órdenes pertinentes -dijo a los presentes-. La segunda, para haceros saber que estamos en abierta confrontación con el aquelarre de brujas. Ya hemos sufrido un ataque suyo en este campamento, los hombres carnero, y es previsible que pueda haber un nuevo ataque. Os quiero alertas, especialmente durante los períodos de guardia. Quizá peque de previsor. Puede que mi sospecha no se haga realidad, pero lo que sí es verdad es que estamos en guerra abierta contra ellas. De lo que no me cabe duda es de aunque pasen días tranquilos, no debemos relajarnos porque la lucha contra ellas llegará, más tarde o más temprano. Y esconder la cabeza en un agujero como el avestruz lo único que hace es dejarnos con el culo al aire. Por ello, además de alertas, quiero que entrenéis cuanto sea posible y, principalmente, en parejas o grupos. ¿Alguna pregunta? 

TRIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ANTES DE COMER. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Reyezuelo escuchó y asintió a las palabras del Cabo Ponzoña, por ahora todos los hostigadores le caían bien, había tenido alguna contradicción con Dolor pero nada que no hubieran podido arreglar. La operación del cabo hacía que Ballestero fuera el que estuviera a cargo de la escuadra, aunque recibiría órdenes directas de Ponzoña para la dirección de ésta. Se sentía algo aliviado pues veía a Ballestero desde un enfoque más laxo, y así se libraría de ver a su jefe de escuadra durante unos días, y se calmaría su interior sobre la afrenta llevada a cabo en el campo de entrenamiento. Se relajó algo y escuchó sin provocar ninguna gesticulación facial. Esperando que se rompieran las filas para ir a comer. Todo estaba claro y poco más se podía decir cuando existía tan poco margen de actuación. 

TRIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ANTES DE COMER. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Guepardo escuchó con atención las palabras de Ponzoña y frunció levemente el ceño.

Así que será esta tarde, pensó el jaguar, asintiendo con la cabeza al comprender la seriedad de la intervención. El joven tuvo una serie de pensamientos al respecto y durante un instante abrió la boca, aunque finalmente calló y prefirió guardar cierta discreción. Había ciertas cosas que podían decirse en la privacidad.

También atendió sobre la información de la Cábala de Brujas del Oeste del Bosque Sombrío. La Cábala Negra. Resultó revelador el que los hombres-cabra venían de su parte, aunque no sorprendente. Con aquella acción ya era la tercera vez que las brujas intentaban asesinarlos. Primero con los Harapientos, luego ayudando a la Bruja del camino y sus Tokoloshe y ahora con los cabríos. El jaguar comenzó a ver un patrón de actuación, de praxis, en las hechiceras oscuras y todos los ataque realizados contra la Compañía. Y empezó a sospechar en qué basaban sus oscuras brujerías.

Finalmente asintió ante su orden de practicar en grupos. Sí había alguien con quien Guepardo le gustaría maximizar, obtener soltura, coordinar, acciones de combate. E intentaría proponérselo.

- No, mi cabo - mintió para finalizar.

TRIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ANTES DE COMER. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Se reunió junto al resto del pelotón, que había aumentado de número en los últimos tiempos. Lejos quedaba ya la formación del mismo e incluso la época en la que se ganaron el ser el grupo de élite de la Compañía. Con cierta resignación por el paso de tiempos mejores clavó la mirada al suelo durante un breve instante, antes de volver a elevar la barbilla, de forma algo exagerada, como solía hacer cuando estaba en público.

Escuchó las palabras de su cabo y guardó silencio mientras intentaba compilarlas en dos órdenes lo más esquematizadas y sencillas posibles. Vigilad más y mejor y entrenad más y mejor, en eso se podía resumir aquella reunión. Dos directrices básicas que en general siempre eran de utilidad en un grupo militar como en el que estaban.

Agradecía saber el nombre concreto de los enemigos, pues una de las ventajas que tenía ser un soldado es que una vez los enemigos estaban identificados todo lo demás se simplificaba mucho. Los enemigos eran los que estaban en frente, y en esta ocasión eran las brujas. Sabiendo eso, únicamente quedaba que les ordenaran atacarlas para acabar con ellas. Siempre había preferido plantear ataques a organizar desesperadas defensas, pero quizás la falta de efectivos no les permitiera obrar de forma agresiva.

—No, cabo —dijo ante la posibilidad de formular alguna pregunta—. Suerte en la operación.

TRIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ANTES DE COMER. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

―¿Entrenaremos fuera, señor, haciendo patrullas? ¿O estamos bajo asedio? ―O lo que fuera intermedio entre una cosa y otra, claro. Pero él consideraba que un entrenamiento solo de desfilar y de combatir por parejas, o de tirar al blanco, no era completo si no se salía a reconocer el terreno. A conocer a la población. Patrullas en horarios y trayectorias aleatorios por completo.

TRIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ANTES DE COMER. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Indómito asistió a la reunión de los hostigadores, fue poco a poco andando hasta llegar a la reunión sin prisas. Escuchó lo que el Cabo Ponzoña tenía que decir. Después de aquel discurso revelador, Indómito levantó la mano. - Señor todavía me faltan algunos días de recuperación según Plumilla, podía mandar a algún hermano para que me ayude en mis habilidades de escritura, sé escribir un poco o poder hablar mejor en oscuro. Podía algún hermano ayudarme con su permiso Cabo Ponzoña.

TRIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ANTES DE COMER. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

-Gracias, Pelagatos -dijo esgrimiendo una sonrisa poco alegre-. Entrenaréis aquí, en el campo de entrenamiento, fundamentalmente. Y no, no estamos ni asediados ni confinados, aunque de momento y a sabiendas del peligro latente existente, recomiendo prudencia, que no miedo o apocamiento. Iremos viendo y según avancen los días, iremos decidiendo. Lo de hoy no es sino un poneros en conocimiento de lo que hay -señaló a Ballestero-. Seguro que podemos organizar planes de entrenamiento altamente efectivos. Solo hace falta voluntad y actitud. Y trabajo -añadió con algo de sorna-. Pero de eso no os falta, Hostigadores. Somos la punta de la lanza. Debemos estar afilados. 

Se volvió hacia Indómito. 

-Acude a Analista. Por lo que sé, al alba instruye a Reyezuelo y algo le he oído comentar en relación a Dolor, con quien debía empezar a instruirle en la escritura y lectura. Dile que vas de mi parte. Estoy seguro de que te aceptará bajo su ala. Y de no ser posible, por falta de tiempo o la razón que sea, se lo comentaré a Khadesa. Seguro que podría ayudarte.