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La Compañía Negra 3: Tierra de Sombras.

Verdín: La Granja Maldita.

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14/08/2020, 00:53
Hostigadores: Soldado Nuevo Guepardo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

Guepardo descubrió que durante la ausencia del grupo que se internó en el Bosque Oscuro, otro grupo estuvo envuelto en actos polémicos sobre disciplina y orden. Y eso era lo que el Capitán pretendía imponer, disciplina y orden. De la única manera que en una compañía mercenaria se podía hacer: mediante el castigo.

Escuchó con detenimiento lo que los diversos interventores decían, desde el Capitán explicando la triste degradación como el castigo por insubordinación. No había desarrollado especial contacto con Desastre desde que el jaguar formara parte de la Compañía, pero sabía que era todo un veterano y eficiente en la lucha. Le extrañó que alguien de su experiencia perdiera la compostura, propia de un novato alocado. No pudo evitar mirar con cierta incredulidad al campamentero cuando dio su explicación, con su debida lógica, y pese a aceptar su castigo no parecía admitir o comprender error alguno en su proceder ni arrepentirse de lo hecho. Iba a tener que ser humillado para ablandar su orgullo. O quizás su soberbia. Una lástima.

Después tomó la palabra Rastrojo y el explorador no pudo evitar dibujar una cara de incredulidad y negar levemente con la cabeza ante lo que oía.

Por mucho rango que otorguen en esta compañía ni la inteligencia ni la sabiduría van unidas al cargo, pensó el hostigador. ¿Desde cuando has formado tú parte de una tribu, Rastrojo? ¿Qué sabes tú sobre las costumbres tribales y nuestros ancestros?, espetó mentalmente al chamán birrioso con mirada totalmente desaprobadora, recordando perfectamente que los duelos, al menos entre los Jaguares Asesinos, eran totalmente permitidos, no obligaban pese a que eso podía tocar el prestigio de alguien, y no importaban las jerarquías de quienes entraban en liza. Los ancestros solo se avergonzarían ante la cobardía y el deshonor en el combate o por forzar un duelo de honor sin motivo, recordó, pensando si el tigre había forzado ese duelo sin motivación real y si Ponzoña estaba en peores condiciones que Desastre, entonces sí lo deshonrarían más allá de que, en efecto, los duelos habían quedado prohibidos en la Compañía. La prepotencia de Rastrojo, nada más lamer el cargo, ya se hacía palpable. Lo esperado, aunque no deseado.

Tenía en gran aprecio a Barril, pero para el orondo Cabo era muy fácil hablar a gacela pasada. Al parecer habían necesitado los oficiales varios días para determinar la falta de Desastre, entre otras cosas, sopesando la situación en la que se dio y el estado de los mandos y las jerarquías, totalmente imprecisos y tendentes a equívocos después de años funcionando de una manera laxa como era el caso de Piojillo. Matagatos había tenido que volver a explicar a todos, y quizás a sí mismo, la disposición exacta de los mandos, que ni ellos mismos debían haber tenido muy clara hasta recientemente debido a situaciones difíciles, dejadez y cierta desidia... pero el pobre infeliz de Desastre debía haberlo sabido y tenerlo claro. Antes y mejor que los propios mandos.

Vas a pagar tu inconsciencia y su desorden, recapacitó el jaguar que pretendió avanzar junto a Frontera y ayudar al reo de castigo. No a sujetarlo, no, pues era robusto y fornido. Aguantaría bien. Sino para sostener sus armas. Entonces intervino Piojillo, o quizás el espíritu que lo poseía, dando más datos del suceso, mucho más qué pensar, aportando más tensión y diciendo una verdad irrefutable: en el pasado por crímenes muy superiores se dieron castigos muy inferiores. La falta de Desastre era lo que menos importaba.

Lo que importa es, en estos momentos críticos para la Compañía, dar un castigo ejemplar para afianzar la estructura de mando tan laxa, dejada y desprestigiada. Necesitan sentir que se les toma en serio. En otra época no se hubiera llegado a este nivel de castigo. Has tenido mala suerte, Desastre, concluyó el jaguar.

Viendo que era atendido por dos campamenteros, sin duda Desastre no necesitaría más asistencia y Guepardo mantuvo su posición.

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14/08/2020, 03:18
Instrucción: Aspirante Sabueso.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.


 

Sabueso escuchaba en silencio. Estaba aprendiendo mucho acerca de la Compañía. Muchos detalles interesantes.

El anuncio del castigo agradó a Sabueso. Desde que se encontrara por primera vez a la Compañía había presenciado algunas faltas de disciplina que no habían recibido condena alguna, y a Sabueso no le parecía bien. Le daba la sensación de que los líderes eran demasiado indulgentes, y eso no era bueno. ¿Y cómo osaba el condenado responder de ese modo tan insumiso a sus superiores? Tan solo por eso merecía otros cinco azotes más, a juicio de Sabueso. Un perro que ladraba al amo que lo iba a castigar no era un buen perro.

Frunció el ceño brevemente cuando escuchó la risa del poseído y su posterior intervención. El espíritu que dominaba a ese hombre era engañoso. Tal vez los mandos desconocían el peligro real que suponía que ese espíritu estuviera dentro de uno de sus hombres, pero Sabueso sí lo sabía. Conocía las leyendas y cómo esos espíritus caóticos y crueles empujaban a las personas cometer actos abominables.

El monje siguió expectante, muy atento a cómo se desarrollaba la situación y esperando escuchar pronto el silbido de la vara, seguido por el golpe que laceraría la carne de aquel soldado desconocido para él. Se preguntó cómo reaccionaría ante los azotes. ¿Los resistiría con el mismo orgullo con que había hablado? Sabueso no conocía a ese hombre, pero pensó que si era la mano recia de Cabo Barril la que empuñaba la vara, le pareció probable que le arrancara más de un grito.

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14/08/2020, 07:58
Instrucción: Recluta Reyezuelo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

Luego de que los nuevos miembros Sabueso y Gobaldet sean nombrados y juraran a la Compañía como aspirantes, y de que Rastrojo hiciera lo propio en su nuevo estatus de segundo mago, el noble castor Reyezuelo no pudo evitar ilusionarse en que él sería el próximo en ser llamado para un ascenso. ¿Por qué no? Lo merecía, o al menos eso sentía en lo profundo y puro de su ser. Cabo Reyezuelo, suena bien, o quizás, ¿Portaestandarte Reyezuelo? oh... ese título sería ideal, si... pensaba el orgulloso K'halta.

Cuando Capitán mandó a llamar al frente al ex jefe de escuadra Piojillo y a Desastre, abandonó cualquier fantasía de obtener un cargo. El momento de los ascensos ya había terminado y comenzaba el de las reprimendas.

Mientras veía avanzar al frente a sus compañeros de escuadra, sabía que aquello no terminaría bien para la reputación de los Campamenteros, maldijo.

El noble castor había estado presente en aquél conflicto por el cuál ahora estaban siendo castigados y en su oportunidad lo intentó desbaratar antes de que pase a mayores, sin éxito.

El castigo a los ojos de Reyezuelo estaba justificado, pero no esperó que la sanción llegase a tanto.

¿¡Reclutas!? Maldita sea... pensó, después de los propios individuos castigados, el próximo más contrariado por la sanción de seguro fue Reyezuelo, a sabiendas de cómo influiría esto en la propia reputación de la escuadra, y por consiguiente, la del orgulloso castor.

No, no, no... Aserrín, mejor que no vengas tú también o seremos la "escuadra de novicios". De repente abandonó cualquier idea de intentar hacer filiar al carpintero a los Campamenteros, por más útil que sea con los objetivos propuestos. ¿Qué espíritu maligno habremos molestado que parece que esta escuadra está destinada a tener la reputación de seguidora de la Compañia? Joder, esfuérzate más Reyezuelo, muestra a tus hermanos el camino del noble, de lo loable.

El corazón casi se le salió cuando Desastre se ponía a replicar. No era de extrañarse, considerando la gravedad de la sanción en relación a la falta. Pero para el noble Reyezuelo estaba claro, los mandos estaban dando un mensaje evidente. No son tiempos para andar generando problemas. Y querer justificarse solo hacía un desastre la situación de Desastre, no era momento de hablar, era momento de aceptar la justa sanción con la frente en alto.

Cuando Frontera se ofreció a ayudarlo a resistir el daño de la pena Reyezuelo resopló. ¡No! Que no muestre debilidad, ya demasiado nos ha ensuciado esta historia. Que muestre el potencial que tiene y su fortaleza, es un veterano al fin de cuentas. La que faltaba...

Y como si no fuera poco ya para la pesadilla que estaba viviendo, Piojillo, o mejor dicho, Enestol comenzó a hablar con ímpetu y aseveraciones filosas.

Cuando notó el refulgor rojo en una de las manos de Piojillo sabía que esa arma del mal yuyu se materializaria, ya lo había visto cuando el emisario de cadenas y los esqueletos atacaron tiempo atras. Dió un paso al frente, a punto de salir de la formación.

Entonces Piojillo pareció recuperar el control. Reyezuelo volvió paso atrás a la formar y se quedó a la espera de ver cómo terminaba su pesadilla. Piojillo ahora le hablaba a Desastre como si nada, ¿pero cómo reaccionarían los mandos ante la escena que había brindado segundos antes?

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14/08/2020, 09:54
Instrucción: Recluta Reyezuelo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

Reyezuelo volvió a la formación, y no pudo evitar mirar a Keropis que estaba a su lado. ¿Qué castigo recibirás tu? se preguntó y se sorprendió sintiendo un poco de empatía por el solitario eremita.

Luego, pareció oír la voz de Cochinillo y sentir la mirada triste de Mojimbe.

Vergüenza. Verguenza consigo mismo es lo sintió Reyezuelo cuando los espíritus pasaron a acariciarle el alma. ¿Es que no había aprendido nada? ¿De qué le había servido su maldito orgullo basado en los status sociales? De nada, de eso le había servido. Ya había sentido vestigios de cambios luego de haber cruzado la puerta a este nuevo mundo, pero ahora terminaba de comprenderlo. El verdadero orgullo, el más noble de todos, es aquel que se sentía al sangrar por un hermano.

Si el castigo era justo, o no, ya no le importaba. Reyezuelo avanzó al frente y se dirigió al capitán.

-Capitán, ¿Qué le hace una raya más al tigre? Dice un dicho... Desastre es uno de los más veteranos de la compañía, su cuerpo ha sufrido muchísimas heridas ya y hace solo unos días estuvo también en coma. Si podría ofrecer una pena mayor que cale realmente en su ser, ¿qué mejor que hacerle ver como su... imprudencia, ha repercutido en un hermano? Solicito se comparta conmigo el azote destinado a Desastre y doy mi carne para ello.-

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14/08/2020, 10:12
Infantería: Soldado Novato Cielo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.


Apretó la mano con la que asía la lanza que mantenía en posición vertical, hasta que algunas partes de la misma se tornaron blanquecinas... El castigo de degradación era una cosa... pero cinco... cinco golpes de vara, y de parte de Cabo Barril... eran muchos, puede que, según la fortaleza de quien los recibiera, demasiados, pues conocía de sobras la fuerza del gran y grueso oscuro, sobre todo cuando se aplicaba con entusiasmo a su trabajo.

Por fortuna, observó que a Desastre no le faltarían apoyos... bien... la Compañía se mantenía unida a las buenas y a las malas, pensó, y es que había visto de cerca como el Campamentero había luchado, y bien, y tenía su respeto como guerrero por ello.

No entró a valorar la justicia impartida por el Capitán, ni los castigos... no era cosa suya; así eran las cosas y punto... eran las tradiciones que habían abrazado al realizar el Juramento, y se acataban. Solo esperaba que una ejecución entusiasta del castigo, no perjudicase demasiado al castigado, más allá de unos días de dolor, pues... tener que repetir el entrenamiento... según el instructor que se les asignase, podía ser bastante duro, aunque eso sí... ahora el grupo de reclutas, de repente, constaba de cuatro miembros. De algún modo, eso beneficiaría a los dos nuevos, pues Piojillo y Desastre, probablemente, les enseñarían mucho con su ejemplo.

Y hablando de Piojillo... ya estaba el Tío Samuel asomando las narices..., pensó Cielo; ya le conocía y no se sorprendió de que intentase meter baza; indudablemente esto debería resultarle de lo más interesante...

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14/08/2020, 11:49
Infantería: Soldado Nuevo Lombriz.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

Lombriz era un soldado, y como tal entendía a la perfección lo que estaba pasando. Su jefe-no-cabo Ballestero seguía mudo como si le hubiesen cortado la lengua, y estaba bien seguro de que no había movido ni un dedo, no para impedir, porque las normas eran las normas, si no por hacer algo. Nada, absolutamente nada.

Otra vez el retrasado de Lombriz haciendo de las suyas Le dijo su otro yo dentro de su cabeza.

Esperó que todo el mundo terminase de hablar y desde la posición de firmes, hizo el saludo de la compañía, muy marcial por cierto, y alzó la voz.

-Mi capitán ante la presencia de todos los mandos aquí y ahora, viendo que solo en este preciso momento no es necesario invocar a la cadena de mando, como en otra situación normal, pido la palabra, señor-

Luego miró fugazmente a Reyezuelo, el muy idiota acababa de saltarse a la torera todo lo que el Capitán había dicho.

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14/08/2020, 11:56
[RIP] Instrucción: Soldado Novato Desastre.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.


No había albergado duda alguna Desastre que iba a ser castigado y las palabras del cabo Barril eran las esperables. No podía arrepentirse de explicar lo que pensaba cuando hizo lo que hizo. ¿Arrepentirse? Dudó un segundo. Tal vez sí se arrepintiera de lo del duelo de honor, ¿pero todo lo demás? No, lo cierto es que no se arrepentía. Daba igual, en todo caso. El castigo era algo que, después de todo, se barruntaba desde hacía mucho, desde aquella mirada aviesa del capitán, y aunque él pensaba que el motivo iba a ser otro, entendía la necesidad de la disciplina. Sí le afectó, sin embargo, las palabras de Rastrojo. El chamán hablaba con los espíritus, y había sido el sucesor espiritual de Caratótem. ¿Cuántas veces le había oido protestar contra los Oscuros? ¿cuantas quejarse amargamente porque no le dieran el respeto que merecía? Lo cierto es que Desastre se había alegrado sinceramente por el chamán pero, ahora, sus palabras le turbaron íntimamente. 

¿Por qué decía tal cosa? ¿acaso era un falso chamán como algunos habían asegurado? La duda apareció un instante en su cabeza, exacerbada, quizás, por las palabras de Piojillo. O del espíritu que le poseía. Desastre conocía su corazón y conocía, también, las reglas de su tribu. Sabía que no había sido ni cobarde, ni deshonorable.

Pero tal vez hubiera sido necio, y desde luego, lo de los duelos de honor era cierto. Antes de poder reaccionar o decir nada más, Frontera, Piojillo y Reyezuelo intervinieron. Lo que seguramente no gustaría a los mandos, pero él agradecía.

- A sus órdenes, Cabo Barril- respondió mientras se desnudaba de cintura para arriba y se giraba, haciendo un gesto a los que habían hablado en su defensa- Hermano Frontera, gracias, has sido mi hermano muchas veces, y me gustará que me sostengas. Hermano Piojillo, el castigo que se me impone no se debe a tus órdenes, sino a mis actos, soy el sentenciado, y debo ser el castigado por ello, pero te agradezco tus palabras. Hermano Reyezuelo, no tengas tanta prisa en ponerme un castigo distinto al que me han impuesto. El Capitán ha ordenado el castigo a un hermano, y debe cumplirse. Pero deduzco en tus palabras un deseo de ayudarme y no de perjudicarme. Gracias por ello.

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14/08/2020, 12:04
Capitán.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

Por supuesto, no iba a ser todo rápido y fácil, ya debería haberlo sabido. Pero el grado en que esto se estaba yendo de las manos empezaba a ser preocupante, con voluntarios para coger, para ser castigados, intervenciones fantasmales y recriminaciones, turnos de palabra...

-Vamos por partes. Nadie recibirá el castigo en lugar de Desastre. Este, a pesar de sus palabras, recibirá lo ya estipulado, cabo Barril. Y en cuanto a las palabras de "Piojillo"-dijo, resaltando su nombre de un modo irónico-todos los presentes han de saber algo, por el bien de nuestra situación.

-Dentro de Piojillo se ha instalado algo más. Algo cruel que odia al condenado dios, pero siendo ese todo el lazo que tenemos con él. De momento no tenemos soluciones para ese problema, pero si cualquiera se siente tentado de hacer caso a las palabras que éste propone, he de decir lo siguiente: puede ser cierto que los castigos sean más duros en comparación a la situación anterior... Pero la falta de disciplina y de respeto a los mandos también ha sido mucho, pero mucho más dura, que en situaciones anteriores-dijo el oscuro, con firmeza.

-¿Cuándo cualquiera, cualquiera de entre todos vosotros, plantó cara al Viejo Capitán? ¿Cuándo cualquiera de entre vosotros se enfrentó a Teniente, o a Teniente Rompelomos? ¿Quién tuvo los redaños de desafiar a la Sargento Vientos? La respuesta es: nunca y ninguno. Y desde luego, nunca además lloriqueando después sobre las consecuencias de vuestros actos-sentenció con dureza-así están las cosas. Y dado que me encuentro con unas faltas de orden y disciplina como la Compañía no ha conocido desde que se dio la patada a los Sacerdotes y dejamos de ser una recua de fanáticos, he de emplear métodos acorde. 

-Y más te vale que lo que quieres decir sea útil, Lombriz-replicó finalmente. 

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14/08/2020, 12:06
Infantería: Soldado Novato Grito, Segundo de Infantería.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

La disciplina era la columna vertebral de una compañía de mercenarios, sin ella no serían nada y era algo que todo miembro debía comprender y respectar pues cualquier otra cosa no acabaría más que de una manera y es con la muerte o la desaparición.

Los mandos no habían tomado aquella decisión a la ligera, todos habían podido ver como las deliberaciones se habían alargado durante días y que cada uno de los comunicados que Capitán estaba haciendo tenían una razón y una solida base o al menos eso esperaba.

Así fue como Desastre  se preparó para ser castigado, no sin antes rebatir el por qué de su castigo.  La disciplina de la tropa se había relajado mucho en las últimas fechas hasta el punto de no poder ver los propios errores que merecían ciertos castigos.  Quizá aquel castigo era más necesario de lo que parecía, para devolver la disciplina a los mismos cimientos de la compañía, aquellos varazos no serían solo contra el cuerpo de Desastre, sino que era un claro golpe, un aviso a la conciencia de todos los hombres de la duodécima.

Grito permaneció expectante, tomando aquel acto como un recordatorio de lo que eran o de lo que debían ser.

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14/08/2020, 12:15
Infantería: Soldado Nuevo Lombriz.

IGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

La cosa estaba tensa, Reyezuelo no había ayudado en nada con su solicitud, mal hecha aunque bien intencionada, nadie hablaba, nadie decía nada, no era chistar al capitán ni mucho menos, no conocía los nombres que había dicho, pero sí los cargos mencionados y toda la parafernalia militar, pero alguien debía decir lo que iba a decir Lombriz en voz alta. Todo aquello era una estructura militar, cierto, pero por los cauces adecuados y con las palabras marciales y correctas, todo podía hacerse saber. Y en ello estaba Lombriz, jugándose unos preciosos varazos.

-Desastre ha fallado y debe ser castigado, señor- Apuntó el K'Hlata las palabras de su jefe supremo.

-Y no ha sido solo su culpa, si no de la todos sus hermanos Campamenteros, yo incluido en primer lugar como rompedor de ciertas normas en diferentes episodios- Comenzó su exposición.

-Pero el fallo no es de usted, Capitán, ni de los cabos, es única y exclusivamente nuestra, de él por su falta y de sus hermanos por nuestra falta de disciplina- Entrecerró los ojos, continuaba en firmes y así continuaría hasta que le dijesen lo contrario.

-De no tener un mando, y me refiero mínimo a un cabo, que ponga orden entre nosotros, todos en la compañía saben que en la escuadra somos buenos luchadores pero malos soldados, contestones, bocazas e indisciplinados, y como usted sabe, tanto por su experiencia como por su rango, castigar las faltas una vez y otra vez y otra vez, solo puede llevar a perder efectivad y moral, no escuso a Desastre, que ha de ser castigado, pero los problemas se irían arreglando, si nos nombrase a un cabo de escuadra, que pudiera con su ejemplo y su rango propio, meternos en vereda a la más mínima falta, sin tener que recurrir a estas reuniones cada vez que algo malo ocurre, podría barrer en sus propia casa sin levantar polvo, seguro que me entiende mi Capitán, la falta de disciplina viene por un motivo, y ya que no somos malos luchadores, en este caso influye la jerarquía y la moral, no tenemos jefes, nuestro nombre es despectivo a ojos de todos, realizamos tareas de campamento, sí, pero también luchamos, sangramos y morirmos, usted lo sabe, Capitán, todas esas cosas influyen-

Soltó lo gordo, pero quedaba más, estaba escogiendo las palabras lo mejor que podía, para no incurrir en la ira del Capitán, e intentar que hicieran ver que las cosas mejorarían de manera mucho más fácil y sencilla.

-Nadie osa desobedecer o contestar a los cabos en sus escuadras, o a usted a la cara, aquí pasaría lo mismo, los problemas se cortarían en el primer escalón, y usted tendría muchos menos problemas, como he dicho, la falta de disciplina y de moral siempre viene motivado por algo, señor, y creo que es algo de fácil solución, a la gente se les presupone muchas cosas, más aún después de haber jurado, pero el día tiene muchas horas y el año muchos días, y sin una línea firme, las cosas se difuminan con el tiempo-

Finalizó el K'Hlata, razonando en su cabeza si compartiría latigazos y una degradación como sus compañeros.

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14/08/2020, 12:34
Cuadro de Magos: Rastrojo, Segundo Mago.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

A Rastrojo le palpitaba la vena de la calva. En sus fueros internos estaba convencido de que aquel idiota había hecho pasar por palabras de Samuel lo que eran palabras de Piojillo. Y lo peor de todo era que, pese a su ascenso, Rastrojo seguía siendo despreciado e ignorado. Su reputación no había servido para cortar el debate, sino que el Cabo Barril, Reyezuelo o Lombriz se habían lanzado a dar sus opiniones. Opiniones que no le importaban a nadie. Ellos no eran los castigados ni iban a cambiar la sentencia.

Lo que más quería Rastrojo en aquel momento era que todo terminara. Eso bastaría para ausentarse a algún rincón del granero a examinar el broche del grajo. Le estaba reconcomiendo por dentro la idea de que Serpiente hubiera echado una maldición en el fetiche, pero necesitaba un momento de intimidad para poder concentrarse y percibir auras sobrenaturales. No podía ponerse a detectar magia delante de los mandos y de Serpiente poniéndose en evidencia, tenía que esperar al cierre de aquella estúpida ceremonia. El grajo de madera era una pesada carga para un hipocondríaco.

Observó la mirada de admiración de Guepardo, y le saludó con un leve movimiento de mentón. Así daba gusto, tener el apoyo de un K'Hlata en un momento difícil como aquel. No es darse de diva creer que lo suyo era peor que los latigazos en la espalda o la degradación. Allí era Rastrojo el que más estaba sufriendo.

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14/08/2020, 18:43
Hostigadores: Soldado Novato Ballestero, Segundo de Hostigadores.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

En su actual estado de insomnio crónico, Ballestero era muy sensible a ciertas cosas. Observó con toda claridad el espíritu que sobrevolaba ahora mismo a los Campamenteros. Si uno hubiera sido una hormiga en su coronilla habría notado un movimiento: asintió suavemente, aunque era imposible de contemplar. No movió ni un dedo. Dejó que el soplo del espíritu pasara, pues el asunto no tenía vuelta atrás. No para él.

Ni siquiera había sido un error de Capitán, sino que había sido una tradición arrastrada desde muy atrás.

Como soldado, estoico, permanecía en su puesto pasara lo que pasara. No iba a quedar como un imbécil indisciplinado.

Como soldado, y para si en todo momento, percibía la absoluta estupidez de haber considerado durante todo este tiempo a los Campamenteros como una especie de batallón de castigo. A todo ello, suponía que sin darse cuenta, habían contribuido tanto Capitán como Barril, como Analista, como el imbécil de Serpiente, como el no menos tonto Ponzoña dándose aires de sabio líder tribal. Haciendo eso cuando lo que tenían delante era el cuerpo y la sangre de la Compañía, y su corazón. ¿No queda lejos del puño el ombligo? También queda lejos de la cabeza, o de las piernas. "El ombligo, el pecho, las costillas. Eso había representado la escuadra de Campamenteros, imbéciles", sin duda hubiera pensado Ballestero de haber podido expresar con palabras sus sentimientos. "El lugar donde guardas tus alimentos, donde curas a tus heridos, idiota", sin duda pensaría igualmente.

"Tu puta casa, subnormal. Eso es la escuadra de Campamenteros".

Pero no iba a mover ni un solo dedo. Como buen soldado, seguía conservando la disciplina y hacía bien su trabajo. Punto.

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14/08/2020, 19:50
Infantería: Soldado Novato Romo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

La defensa de Desastre había sido clara y concisa, lo mismo que su castigo que iba a llevarse a cabo. A decir verdad, no había mucho más que hacer y decir en estos momentos, solo esperar a que se cumpliese el castigo y lo que el Capitán tuviera que seguir diciendo, si es que quería añadir algo más. 

A pesar de la sentencia, aún hablaron varios compañeros, entre ellos Piojillo -o mas bien el ente que tenía dentro de él- para no aportar mucho en estas circunstancias. Le entristecía el castigo de Desastre, uno de los guerreros mas veteranos y duro de la Compañía, pero sus actos y sus palabras de defensa no habían sido las más acertadas en aquellas circunstancias. 

Y ahora Romo tenía que continuar haciendo lo que hasta ahora, ver, oír y callar. 

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14/08/2020, 20:14
Hostigadores: Soldado Nuevo Dolor.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

Las palabras del Capitán son categóricas en cuanto a Piojillo y Desastre: Ambos serán castigados por sus faltas a la disciplina. Ese es el tema que convoca después del juramento de Rastrojo. Les veo dar el paso adelante y sé que ambos merecen un castigo pues ambos mostraron una actitud muy poco digna de la que se hacía llamar la mejor compañía mercenaria del mundo conocido.

A ambos se les degrada como a Reclutas nuevamente, a la misma categoría en la que estoy yo, aunque es extraño pues ambos ya juraron y se supone que no será invalidado. Estarán en un extraño limbo en el que no son soldados de derecho pero tienen que honrar su juramento y el resto lo seguirá reconociendo.

"No entiendo pero, por suerte de mi posición, tampoco tengo que hacerlo. Siguen estando por encima mío, como casi todos los presentes."

El Cabo Barril es el designado para aplicar los golpes de vara, el castigo adicional que sufrirá Desastre por su actuar, el que ha sido visto por los mandos como un agravio aun mayor. No le envidio, aunque en Cho'n Delor, los golpes de vara no se consideraban un castigo, sino un entrenamiento diario mas no me puedo imaginar a los mandos cercenando la piel del Campamentero con instrumentos especializados. No es el estilo de los presentes.

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14/08/2020, 21:14
Hostigadores: Soldado Nuevo Sabandija.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

Con cada intervención, con cada gesto airado, ante la visión de la vara para ejecutar el castigo, Sabandija parecía removerse inquieto, como un niño pequeño que estuviera a punto de hacerse pis encima si no rompían filas en breve. Trataba de mantener el tipo, recordando tantas y tantas horas de entrenamientos que lo estaban convirtiendo en un auténtico soldado.

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14/08/2020, 21:16
Hostigadores: Soldado Nuevo Chamán Rojo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

Ahora el idiota de Lombriz, lo que nos faltaba...- ¿Es que Ballestero no iba a callarle la boca atravesando su garganta con uno de sus virotes? ¿Le iba a dejar a hablar, a aquel descerebrado? Estaban sentenciados. 

Tras escuchar sus tonterías elevó los ojos al cielo en busca de inspiración divina y paciencia. Precisamente Lombriz se había atrevido a levantarle la mano, a él, que era el segundo de los Campamenteros desde que Piojillo fuera apartado del mando. Venía a dar lecciones a Capitán, precisamente él. Reiría si no tuviera ganas de llorar por la rabia.

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14/08/2020, 23:55
Infantería (P): Cabo Barril, Jefe de Infantería.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.


 

En cuanto Piojillo habló, bien fuera por su boca uno u otro personaje, Barril cambió la vara de la mano derecha a la izquierda. Apretó el puño enguantado en metal volviéndose primero hacia el antiguo líder de los Campamenteros, situación que varió cuando derivó su atención sobre Reyezuelo. Parecía que ambos eran merecedores de un puño en la mandíbula al más puro estilo de la Sargento Vientos. Sólo la distracción de Lombriz, seguida además por la intervención del Capitán, impidió que Barril se pusiera a dar puños en al cara a diestro y siniestro a todos aquellos que se creían con la potestad suficiente como para tomar la palabra en aquel momento. Pero algo parecía que había dejado al acorazado Cabo fuera de lugar, o al menos descolocado en cierta manera. Fueron las palabras finales de Lombriz, que le valieron un mirada extrañamente larga. Todo se revelaría pronto, pero quizás el descabezado Campamentero se había adelantado en cierta manera a lo que vendría.

Antaño había una manera clara de definir quién tenía la potestad de hablar, que era tener en sus manos la Lanza de la Pasión o como poco el Estandarte que ondeaba en su astil. Esa prebenda había desaparecido, así que Barril agradeció que el Capitán interviniera directamente para no tener que empezar a partir caras.

Tras estos asuntos, y devolviendo la vara a la mano derecha una vez constatado que Desastre estaba preparado para recibir el castigo fijado por el cuadro de mandos, el grueso Cabo comenzó el mismo.

— Aparta, Recluta Piojillo. Tus prebendas han finalizado mientras no vuelvas a recuperar tu estatus. — Una vez Piojillo se hubiera alejado, Barril continúa con el castigo. — Gracias al resto de vosotros, Soldados que queréis auxiliar a un Hermano; sostenedlo, pero si queda inconsciente, hacedlo saber ya que el castigo se interrumpirá en ese caso. —

Barril hace ondear la fina vara de verde madera en un movimiento oscilatorio, que termina por golpear la espalda desnuda de Desastre por primera vez. Se aprecia que toda la fuerza de su grueso brazo es aplicada en el golpe.

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15/08/2020, 00:14
Instrucción: Recluta Piojillo.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.


Escucho las palabras del Capitán mientras siento nuevamente la rabia crecer dentro de mí. Inspiro profundamente impidiendo que Samuel vuelva a aparecer. Pero es que casi me hace gracia el Capitán si no fuera porque ahora es mi mando directo.

Nadie osaba responder al viejo capitán, a teniente, a teniente rompelomos o a la sargento Vientos, pero no solo por su posición. Ellos habían ganado el cariño y el respeto de sus subordinados, no con manos blandas ni buenas palabras, no con manos duras ni crueles castigos, sino con justicia y equidad. Algo de lo que adolece claramente el Capitán... aunque no sé si ese pensamiento es mío o de Samuel.

En cualquier caso al nuevo Capitán todavía le falta mucho para poder compararse con esas figuras legendarias. Figuras que seguramente estarán en los nuevos anales a pesar de no haber llegado a este mundo.

Sin embargo nada de eso exteriorizo. Ni la rabia, ni la lucha interna, ni mi opinión sobre sus palabras. No, nada de eso exteriorizo pues ya tengo mi camino fijado. Hago el saludo de la compañía y afirmo. Como ordene, Capitán.

Miro a Desastre por un momento dejando que apoye su mano en mi hombro y luego mis ojos se quedan fijos en el Cabo. No digo nada, no hago ningún gesto, tan solo le miro, como si fuera una versión de Ballestero que se hubiera puesto delante de él cuando abre la boca. ¿Acaso no han dañado suficiente la visión que tienen los demás, o al menos los Campamenteros, que ahora ni siquiera siguen la costumbre de ser el ajusticiado quién decide quiénes serán sus asistentes? Tanto que se les llena la boca con las tradiciones y las costumbres...

Vuelvo a bajar la cabeza para mirar a mi compañero y le doy un golpecito en la mano antes de apartarme, dejando que otro, o Frontera si no hay otro, ocupe mi lugar. Me alejo, como ha solicitado el cabo, pero me quedo de los primeros entre los Campamenteros. Todo mi cuerpo permanece tensionado y apunto de saltar a pesar de que me mantengo en la posición de firme y que sigo sin tener ningún arma en las manos.

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15/08/2020, 09:50
Infantería: Soldado Nueva Plumilla.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.

Eran horas de cambio en la Compañía, dos nuevos aspirantes, un nuevo mago y ahora castigos… No le gustaban los castigos físicos, era un derrame de sangre sin sentido cuando había otros modos de fortalecer la disciplina, pero… claro, ella solo era una campamentera… ¿Qué podía saber ella? Suspiró y cabeceó para quitarse esos pensamientos de la cabeza, pues no eran productivos.

Se mordió el labio al oír la voz de los espíritus de los antiguos campamenteros, ¿Qué podía hacer ella? No era lo suficientemente fuerte físicamente para ayudar a Desastre o aguantar algún varazo como aconsejaban los espíritus.

El sonido del primer varazo la hizo regresar de sus cavilaciones, observando con dolor en su rostro la línea de sangre que apareció tras el golpe. Dejó salir el aire poco a poco y acopiándose de valor, pues no tenía muy claro que fuera bien visto interrumpir, añadió con voz clara, - Capitán, Cabos, si se me permite… Pido permiso para ir rápidamente a la enfermería a buscar botiquín, vendas y agua para limpiar las heridas producidas por los varazos. Los primeros auxilios pueden ser necesarios para asegurar que no se infecten y curen bien y no causen problemas a futuro… - trató de explicar y finalmente calló, a la espera de la respuesta de los mandos.

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15/08/2020, 10:34
Infantería (P): Cabo Barril, Jefe de Infantería.

VIGÉSIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 24, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: OCASO. - CLIMA: CIELO NUBLADO. FINOS COPOS DE NIEVE.


 

El primer golpe había sido dado. De la actitud del fornido Cabo no se traslucía saña, frenesí ni ninguna otra cosa que no fuera el frío cumplimiento del deber. Trató de apuntar con el segundo golpe algo más alto, ya que si las heridas se cruzaban demasiado sería un problema añadido para los sanadores a la hora de restañarlas.

Plumilla eleva su voz en ese momento, pidiendo ir a por sus enseres, lo cual no estaría de más. Barril asiente en su dirección, para dar su beneplácito al asunto, pero era la figura del Capitán quien presidía la reunión y debía ser éste el que diera el permiso formal. La vara volvió a zumbar en el aire con un golpe que dejó un verdugón y una nueva línea de sangre en la espalda de Desastre. No obstante apostilló algo después del golpe.

— Si el Capitán lo autoriza, no vayas sola. —

Aún estaban en territorio hostil, y con los Verdineses tras su muro, Seldochas en las sombras y demás ralea maldita y sobrenatural, no convenía que ninguna unidad inferior al binomio campara por ahí.