Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Campamento de Instrucción.

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04/09/2011, 09:58
Sabandija.

- "¡Maldición, qué fría está el agua! ¡Ya la podían haber calentado algo al sol primero!" -

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04/09/2011, 10:00
Lombriz.

- "¡Deja de quejarte, Recluta! ¡Tienes cara de niña y una niñita es lo que pareces con tanto lloriqueo!" -

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04/09/2011, 10:02
Attar.

- "A nosotros no, pero tengo muchas pulgas que matar. Esclava, frota bien y frota fuerte. Attar lo soportará." -

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04/09/2011, 10:49
Khadesa.
Sólo para el director

Notas de juego

He echado un ojo a las habilidades, y no estoy segura: ¿puede Khadesa hacer la tirada de Otear para ver qué pasa con Serpiente? Por situación creo que sí, pues en mi post anterior dejé claro que se acercaba a la formación, aunque no sé si lo bastante.

Si puede tirar, dime qué tiro, por favor.

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04/09/2011, 11:33
La Compañía Negra.

KHADESA:

- La tirada se hace con un solo dado de 20 caras.

- El motivo: Otear.

- El bonificador, en tu caso es -1.

- Sacar igual o más.

- Dificultad: En ocasiones puedo decir de antemano una dificultad, pero en tiradas como Otear la dificultad es casi siempre secreta, así que en esa casilla no pongas nada.

- En desglosados o no da lo mismo, ya que es solamente un dado.

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04/09/2011, 12:39
Khadesa.
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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04/09/2011, 12:47
Ponzoña.

- ¡PELOTÓN DE INSTRUCCIÓN, ROMPAN FILAS!

Ante el grito, Ponzoña vio cómo las rígidas y estáticas filas de reclutas se rompían asemejándose a una serpiente perezosa agitándose bajo los primeros rayos de sol del día. Permaneció unos segundos más en su posición, moviendo tan solo el cuello de forma circular y que crujió suavemente, mientras otros avanzaban con decisión e incluso lo que consideraría deseo hacia los barriles de agua. Un desperdicio que no terminaba de comprender. Era como si ninguno de los presentes fuera hijo de la sabana y supiera lo que era la temporada seca y el valor del agua en cualquier estación.

Sin cruzar palabra con ninguno de los presentes, se encaminó con paso elástico hacia uno de los barriles. Se quitó el taparrabos en medio del cansino parloteo de los miembros de otras escuadras que no merecieron más que un gruñido y una mirada de desprecio, y tomó el cepillo que sumergió en el agua del barril, para empezar a frotarse con él. De forma inmediata, regueros de un agua más negra que su propia piel, resbalaron hacia sus pies. Ponzoña entrecerró los ojos. Miró alrededor y pronto descubrió a escasos metros uno de los cubos usados por las últimas escuadras para acarrear el agua. Desnudo, recorrió aquellos metros para recogerlo. Cuando regresó a su posición, lo llenó con el agua contenida en el barril, y solo entonces sumergió el cepillo en el cubo, tiñendo su agua de suciedad. Indiferente a ello, volvió a castigar su piel con las duras cerdas, arrastrando suciedad, costra y secas postillas de sangre de viejas heridas ya curadas.

Solo entonces tomó el cubo de agua ennegrecida y se lo vertió por encima, y solo entonces llenó el cubo por segunda vez con agua limpia. Cogió el jabón, un grumo sólido de grasa mezclado con hierbas, y se enjabonó con él. Arrugó la nariz. Desprendía el mismo olor que una núbil en el día de sus esponsales. Pero calló y siguió haciéndolo hasta que la piel le relució con el brillo oscuro del ébano. Alzó el segundo cubo a la altura de su cara y dejó que el agua cayera despacio, arrastrando espuma y suciedad. Volvió a llenarlo. Se acuclilló ante él y cerrando los ojos movió en silencio los labios, agradeciendo a los espíritus del agua el regalo que le habían hecho. Formó un cuenco con las manos y bebió. Tras ello, volvió a ponerse en pie y tomando el cubo por última vez, lo vertió sobre sí.

El sol, asomando entre las nubes, pareció quedar atrapado por la negritud de su piel, y sus músculos marcados por una pátina de humedad, brillaron a la luz de los rayos del sol como el bronce más oscuro. Ponzoña alzó el rostro, los ojos cerrados, indiferente al resto, desnudo, dejando que el débil calor del día y la brisa secaran su cuerpo.

En el barril, el nivel de agua apenas había descendido.

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04/09/2011, 13:30
Ojopocho.

Me desnudo y me acerco a mi barril correspondiente, me enjuago primero un poco la cara y luego me acabo metiendo por completo, el agua estaba gélida e hizo que una mueca de disgusto apareciera en mi rostro. Al cabo del rato ya tenía el cuerpo entumecido, así que tampoco sentía mucho el frío. Mientras un aspirante me frotaba la espalda yo me limpiaba las partes delanteras, la higiene tampoco era lo mío, en mi tribu no era algo que estuviera a la orden del día. Salí del barril y me comencé a preparar, cogí mi arco, mis ropas y mi daga, lo que pude traer conmigo y me interné dentro del campamento, a la zona de entretenimiento, a la parte Oeste.

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04/09/2011, 14:49
Matagatos.

Después del discurso del Sargento Gulg, me relajo durante unos instantes en el sitio, antes de acercarme a la zona de los barriles. Me gustaría pensar que de todos los que estamos allí, al menos unos pocos llegaremos a ser tan duros y tan útiles como esos taglianos de los que tanto se le llena la boca en sus discursos, pero supongo que eso solo el tiempo y las circunstancias podrán demostrarlo.
Camino con paso firme rompiendo la formación, o lo que queda de ella. Ya frente a uno de los barriles me quito las armas y las apoyo en el barril y luego comienzo a despojarme de la armadura de cuero, quitándome las sujeciones con cuidado, como si después de tanto tiempo fueran a romperse precisamente ahora. Dejo todas las piezas en el suelo para luego quitarme la ropa que llevo debajo. El baño me va a venir de perlas, estaba pasando un calor con la armadura puesta... Con el sudor casi podría bañarme. Meto la mano en el barril. Está fría, pero con el calor que he pasado se agradece. Apoyo mis manos en el borde del barril y con un salto me meto dentro. La primera sensación es un escalofrío que recorre todo mi cuerpo por la diferencia de temperatura, pero poco a poco me voy acostumbrando. El agua del barril ya comienza a teñirse de un tono marrón. Sin alargar más de lo necesario la operación comienzo a frotarme con el cepillo, que previamente he impregnado de jabón. Después de frotarme con energía unas cuantas veces doy por concluida la operación. Cuando termino el agua del barril es una mezcla de espuma blanca y agua negruzca. Una vez fuera comienzo a ponerme la ropa limpia que me han dejado sobre la armadura. Parezco un hombre totalmente distinto al que hace unos minutos se ha metido ahí dentro. Mi piel vuelve a tener ese tono claro que nos caracteriza a los de mi raza, y no el tono moreno que había llegado a tener gracias a las capas que cubrían mi piel. Mi pelo corto ya no es una especie de emplaste grasiento. Me quedo solo con esas sencillas ropas puestas, tengo el resto del día libre y prefiero estar cómodo, ya habrá tiempo para seguir sudando dentro de la armadura. Recogeré la armadura y las armas y iré a hablar con Khadesa. La verdad es que nos hacía falta un baño a todos, no nos habíamos dado cuenta de lo sucios que estábamos. Algunos ya habían terminado de bañarse y otros nos habían comenzado todavía, al fin y al cabo tampoco había mucha prisa, podíamos hacer lo que se nos antojara hasta la siguiente madrugada, otros seguían inmersos en los barriles. Dejábamos atrás nuestra suciedad para comenzar una nueva etapa al servicio de la Compañía. Ahora ya tendríamos libre acceso a casi cualquier zona del campamento, exceptuando la parte de los soldados y oficiales, bueno, en realidad para mí no era ningún cambio porque ya tenía acceso a esas zonas, incluso a la zona de los oficiales donde mi padre tenía la tienda, nunca me habían impedido el paso, suponía que a pesar de la nueva situación eso no cambiara.
Me agacho para recoger mis armas y la armadura y las cargo entre los brazos.
Me giro para ver si Khadesa sigue todavía entre los presentes.

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04/09/2011, 16:31
Rastrojo.
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Espero a la información antes de meterme en el agua. Solo por si acaso...

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04/09/2011, 16:53
Serpiente.

El momento paso y con él la excitación. Ya había hecho lo que quería hacer después de tanto tiempo. Ahora me tocaba darme un baño igual que el resto, pero antes observé mi reflejo en la aún clara superficie del agua.

Ya había estado igual de sucio hacía tiempo, en la época que conocí a mi maestro. De no ser por eso hubiese resultado difícil reconocerme. La mugre había tapado mis tatuajes y la piel ebúrnea parecía deslustrado cuero. El par de pequeñas trenzas que solía llevar se había mezclado con el resto de la maraña de pelo que volvía a ser de su color natural negro.

Me deshice de todas mis ropas sin el menor pudor mirando de vez en cuando a uno y otro lado para ver cómo se comportaban los demás reclutas a la hora de bañarse. Me interesaba especialmente el respingo que esperaba que diesen al sumergirse por completo en el agua helada. La mayoría callaba haciéndose los machitos, o a saber por qué, pero sus pezones duros como rocas les delataban.  Sea como fuere cada vez que veía a uno meterse en el agua sonreía revelando unos dientes amarillentos por el sarro.

Cuando yo me metí lo hice con absoluta indiferencia. Mi agua estaba a la temperatura perfecta. Acallé una carcajada de victoria que pugnó por salir desde el fondo de mi garganta produciendo un sonido extraño. Piojillo pareció percatarse.

- Si la envidia fuera tiña…- respondí-. No sé si se notaría con esa piel tan negra-. Tras lo cual metí por completo la cabeza debajo del agua. Allí abajó me pregunté qué aspecto tendría el cadáver de una persona ahogada. En esa región iba a ser difícil ver alguno…

Una vez limpio salí del barril con torpeza, me vestí y busqué a mi alrededor un rostro que sabía no encontraría. Me hubiese gustado poder hablar en ese mismo instante con Escupeculebras, pero había escuchado hacía tiempo que se había ido del campamento para una misión. También había oído que el único mago que se había quedado era el asqueroso de Sedoso.

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04/09/2011, 16:59
Madame Yamila.

KHADESA:

- Algo atrae tu mirada hacia dos de los nuevos Reclutas. Los dos son de la Segunda Escuadra, Rastrojo y Serpiente.

- Quizá sea porque Rastrojo es aprendiz del Chamán Caratótem y Serpiente es aprendiz del Mago Escupeculebras.

- El agua de todos los barriles debe estar bastante fría, en esta época del año y recién sacada de los pozos.

- Te fijas en que Serpiente mete la mano en el agua, cierra los ojos un momento y parece decir algunas palabras (estás demasiado lejos para oírlas y tampoco sabes leer los labios). Inmediatamente, sale vaho del agua del barril, como si de repente estuviese caliente o al menos templada. Serpiente se mete en el barril lleno de agua con evidente satisfacción, y una sonrisilla que te indica que se siente pagado de sí mismo.

- Cuando vuelves la mirada hacia Rastrojo, ves que se ha llevado como un pequeño sobresalto, y mira hacia Serpiente, como si fuese capaz de presentir que ha hecho algo fuera de lo normal.

- Con tanta distracción casi no te das cuenta de la llegada de tu madre hasta que casi la tienes encima.

 

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04/09/2011, 17:15
El Cráneo de Plata.

MATAGATOS:

- Al girarte buscando a tu hermana con la mirada, ves que estaba distraída, y al parecer vuestra madre se le ha acercado por la espalda y la ha pillado por sorpresa.

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04/09/2011, 17:16
Madame Yamila.

[HABLANDO EN LENGUA OSCURA]

- "¿Admirando a los que sí tienen algo de genuino Talento? Déjalo, jamás te parecerás a ellos en nada." -

Yamila hace una pausa mirando a Khadesa de arriba a abajo, sus ojos ven los ropajes de pitonisa que medio oculta bajo su maton y sonríen con diversión.

- "¿Es que no vas a ir a ver a tu hermanastro? Hoy es un día especial para él." -

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04/09/2011, 17:46
Matagatos.
Sólo para el director

Me acerco a grandes pasos dispuesto a interponerme entre mi hermana y mi madre, no quiero que Khadesa se lleve una sorpresa desagradable. No se que tiene planeado mi madre pero estoy seguro que mi hermana se llevará un buen susto si se gira y la ve allí plantada de repente.
Los últimos pasos los hago prácticamente corriendo, y cuando estoy prácticamente a la altura de ambas me coloco entre ellas mientras digo dirigiéndome a Madame Yamila:

-Madre, que sorpresa! No esperaba verte hoy aquí.

Notas de juego

Lo marco solo para ti por si acaso.
Y hablo en la lengua de los Oscuros.

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04/09/2011, 18:13
Reclutas de la Compañía Negra.

- La mayoría de Reclutas seguís disfrutando perezosamente del baño. Hay mucho que limpiar y por primera vez en mucho tiempo nadie os está atosigando ni metiendo prisa.

- Hay unas veinte esclavas ayudando a quienes lo precisan, e incluso unos cuantos Aspirantes que ahora parecen dispuestos a obedecer a los recién ascendidos a Reclutas.

- Ojopocho se lava a toda prisa y parece dispuesto a irse corriendo al Campamento Principal, a la parte de los seguidores de campamento, que a estas horas deben de estar en su mayoría durmiendo o montando sus puestos de comercio para empezar el día.

- Algunos os fijáis ociosamente en que la principal Pitonisa del Campamento, se ha acercado a la más novata, una tal Khadesa.

- Apenas habéis oído hablar de Khadesa, dicen que acaba de abrir su tienda de Pitonisa cerca de la de Kamaria y que ella y Kamaria se llevan a matar porque ofrecen casi los mismos servicios.

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04/09/2011, 18:40
Reclutas de la Compañía Negra.

MATAGATOS, casi sin haberse terminado de lavar, y mucho menos de secar, corre hacia su madre y su hermana y exclama de sopetón:

-Madre, que sorpresa! No esperaba verte hoy aquí.

[HABLANDO EN LENGUA OSCURA]

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04/09/2011, 19:19
Guepardo.

Tras un discurso que se le antojó un poco largo, el Sargento ordenó por fin romper filas así que se dirigó a pasos largos pero tranquilos a uno de los barriles de agua. Dejé caer mis ropas al suelo sin preocuparme lo más mínimo y me metí de golpe en el barril.

No esperaba que el agua estuviese tan fría, sintió como se le cortaba la circulación en las exremidades y como se le contraía la piel del escroto. Se frotó lo más rápido que pudo pero con fuerza y se apresuró a salir del barril, donde ahora el aire parecía templado. Se vistió con las ropas que le ofrecía un esclavo y miró a su alededor.

Vio que uno de sus compañeros -creía que era al que llamaban Jabalí- tambien se había quedado observando y decidió acercarse a él mientras volvía a atarse el pelo.

-Hola amigo, eres Jabalí ¿verdad?- le dijo -Yo soy Guepardo. ¿Celebrarás nuestro ascenso hoy en la taberna?

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04/09/2011, 19:49
[RIP] Jabalí.

Es correcto, mi nuevo nombre es Jabalí, he esperado este ascenso desde que empezamos la instrucción, así que creo que nos merecemos también esa celebración. ¿Como fuiste a parar aqui?- pregunta Jabalí con una sonrisa sincera.