Partida Rol por web

La pitonisa había estado hablando con Lengua Negra y su hermano, tal como el primero les había pedido. Cuando se separaron, ella se acercó de nuevo al carro. Iba a subirse de un salto en él cuando se le acercó Campaña, con su mirada de niño y su imponente cuerpo de bruto. Llevaba su escudilla en la mano, y pronto expresó su deseo a Khadesa. Ella sonrió, asintiendo.

-Pues claro, trae. -Y entonces sí saltó al carro, para apoyarse mientras tallaba. -Es una buena idea, creo que yo también lo haré con mi escudilla.

Sacó su daga Día, puesto que era un trabajo que debía hacerse con su diente de luz, era algo bueno, le correspondía. Y empezó a tallar con cuidado y precisión. Se había sentado en uno de los bultos, y apoyado la escudilla en su regazo. -¿Ves? Cam-pa-ña. En alfabeto Oscuro, que es en el que hablamos entre nosotros. Si quieres, otro día te enseñaré a escribirlo, así podrás ponerlo siempre donde tú quieras. Podrás firmar.- Las letras se formaban con pulcritud, uniformes y bien delimitadas, el conjunto sería un dibujo bonito, además de bien hecho.

De pronto, estando aún a medias, levantó la cabeza hacia Campaña, que estaba atento mirando lo que ella hacía.

-¿Puedes hacerme un favor, mientras? ¿Podrías llenarme el cubo y la vasija con agua del pozo del Campamento principal? -señaló con la punta de la daga a los dos recipientes mencionados, que estaban al fondo del carro, con el resto de sus cosas.- Creo que saldremos de maniobras, y no quiero pasar sed. No creo que te lleve mucho, y tampoco creo que sea mucho peso para ti... -Comentó mirando la herida suturada, ladeando la cabeza. Le miró entonces a los ojos, por si el guerrero estaba demasiado cansado. -¿te importa hacerlo por mi, te parece que puedes aún con la herida...?

- "¿Necesitáis algo más ligero que no os estorbe en el combate? Por nueve piezas de plata y esa leña que traéis puedo facilitaros este conjunto de cuero endurecido: grebas, brazales, y hombreras sujetas por correas cruzadas a un ancho cinturón reforzado que protege el viente y el bajo vientre. Observad la artesanía del cuero, es cuero de ñu bien trabajado. Ya sabéis lo resistentes que son los ñúes. Este fue cazado por la propia Sargento Falce en persona." -

Ponzoña regresó con rapidez al campamento de instrucción, satisfecho al ver que la aprtida nocturna aún no había partido. A un tiempo, el peso de la coraza dentro de la saca que portaba generaba en él sentimientos encontrados, aspecto este que a su vez le sorprendía. Vergüenza, por romper con una costumbre muy arraigada, la del deshonor por no pelear a pecho descubierto. Y orgullo, pues acrecentaba sus oportunidades de victoria y rompía aún más con un pasado que hacía meses había descartado. 

Corrió, ligero, sintiendo la adrenalina por sus venas y atravesando el campamento de instrucción hasta alcanzar el carro de Khadesa.

Sicofante observa a R´Gaa- la chica de la escudilla perdida- piensa mientras escucha su comentario sin mayor interés. La muchacha intentaba ser amable, y a él no le había echo nada malo para ser grosero o despectivo.

¿Sabes montar?- le pregunta. Aún había tiempo de conversar antes de que Lengua Negra le diese la orden de partida.

El golpe de Matagatos había sido ligero, al guerrero no le extrañaba que quisiera entrenar…recordaba a su padre, las lecciones…si una herida no es mortal, no es una herida, solía decirle.

Siguiendo con el combate, dio un terrible giro sobre sí mismo para descargar un golpe en Matagatos. La madera trazó un rápido arco, e impactó sobre el Oscuro con un crujido que Attar esperaba que fuera de la madera. Ése único golpe bastó para derribar a su oponente.

-Quizá Attar se ha pasado un poco…-masculló, mientras se agachaba para coger a Matagatos, pero justo en ése momento Caracabra le indicó que debían partir, a si que se limitó a dejarle apoyado contra la empalizada, sentado y apartado del camino. Tras ésa pequeña consideración hacia su compañero, recogió sus efectos personales, y tras devolver la espada de madera, arrojó su escudilla al carro y se echó al hombro su mandoble para unirse a Lengua Negra.

Finalmente había recuperado sus cosas, todas y cada una de ellas. Tuvo un pequeño atisbo de agradecimiento a los Dioses, pero diminuto, de la honradez de Pelagatos. Era una mala yerba, pero sorprendentemente no se ensuciaba las manos (aunque si algo faltaba seguro que alguien se las cortaría). Esbozó una enorme sonrisa al pensar en ello, pero no con la malicia de ver al Oscuro sin manos. Simplemente sabía que tarde o temprano algo grave iba a suceder, pues había mucho loco suelto. ¿Por qué siempre aparecía la figura de Escarabajo en su mente al pensar en ello?

- Lo que esté sin dueño al carro –dijo sin alzar la voz y se dispuso a ojear el lugar. Eran órdenes y nada costaba cumplirlas.

Lengua Negra ya había dado órdenes de partir, pero necesitaba hablar con él antes de hacerlo.

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-Claro.- Respondió con una sonrisa a Sicofante mientras acariciaba al caballo suavemente.- Aprendí a montar desde muy niña, mi padre me enseñó. Si las cosas volviesen a ser como antes...- esto último lo dijo en voz más baja, con aire melancólico. Realmente echaba de menos a su padre pero... No podía volver con él. Él ya no la quería y ella lo entendía. Las reglas eran las reglas...

Bueno, ese es un primer paso para tener un animal como este- dice mientras se acerca hacia R´Gaa- Recio- acaricia el hocico del animal- es un buen caballo, aunque no esta hecho para la guerra- mira a la joven, de repente su expresión en su rostro cambió- mi caballo esto hecho para cabalgar. Quizás pueda pedirte el favor de que cabalgues con él cuando este ocupado como consecuencia de mi trabajo. ¿Que te parece la idea? siempre y cuando lo cuides bien, claro esta.

Sicofante no era de los que prestaba su animal a la ligera. Al fin y al cabo Recio era un excelente corcel que le había servido muy bien, tanto que le había salvado la vida. Sin embargo, la joven que tenía enfrente creía que podía cuidar al animal muy bien. Y sabía que su caballo no podría ir atada de manera continua en un carro y él no podría cabalgarlo tanto como quisiera. Al fin y al cabo, tenía una misión que realizar.

Los ojos de R'Gaa se le iluminaron de tal manera que parecía que tenían luz propia.

-De verdad?- preguntó con mucha ilusión en la voz. Hacía mucho que no trataba con caballos. Recordaba que la última vez que cabalgó libremente con uno había sido hacía varios años cuando aún se encontraba con su tribu.

- Te lo agradezco, de veras. Sé tratar a los animales, y tu corcel parece ser tranquilo y bueno. He cuidado al mulo de Serpiente y por las miradas que me echaba parecía que no se pudiese creer que aún no me había pegado un bocado.- soltó una alegre carcajada. Al fin y al cabo la salida a cazar no tenía tan mala pinta, ahora que podría hacer una cosa que le gustaba mucho.

- Avísame cuando quieras. Me haré cargo de él en cuanto termine con lo que me hayan mandado.- dijo alegremente.- Gracias por la confianza..

No hay que darlas. Mi caballo necesitará esos paseos- le dice- además, si has logrado cuidar bien el animal de Serpiente, este te será mas fácil. A saber que le habrá pasado ese pobre animal.

Por otro lado, te aconsejo que hables con Khadesa en cuestión de tus pertenencias. Quizás ella pueda guardártelas en el carro. Así tendrías menos problemas para buscar tus cosas, entre ellas tu escudilla. 

Recio ve a Dante, el caballo ligero de Lengua Negra, y se encabrita, tirando al suelo al otro animal.

Dante se asusta y sale corriendo.

Relincha asustado.

Sicofante agarra las riendas de Recio- ¡tranquilo pequeño! ¡tranquilo!- le dice mientras le acaricia la cabeza intentando que se relaje. No se había esperado que actuase de esta forma ante la proximidad de otro caballo. Mira con mal gesto al caballo de Lengua Negra, mas no dice nada, dado que había salido corriendo. 

Mentiroso se dio por respondido con las últimas órdenes de Lengua Negra, así que fue a por su camello. Y trató de volver rápidamente, no quería perderse nada. Había tensión suficiente en el ambiente como para que ocurrieran cosas interesantes y divertidas.

Después de eso ya podría ponerse a rebuscar cosas olvidadas en el campamento para la salida.

- Los Hostigadores al completo se disponen a salir del campamento.

- Algunos hacen preparativos de última hora, como hablar entre ellos, hacer una última compra o correr al campamento principal en busca de agua limpia con la que rellenar sus pellejos de agua.

- Matagatos tendrá que ser dejado atrás por ahora, pues Attar le ha dejado inconsciente.

- Mentiroso trae a su camello al tiempo que Lengua Negra domina a su caballo ligero Dante, quien no parece nada predispuesto a llevar carga.

- Serpiente trae a su mula, Rastrojo a la suya.

Attar se aseguró, ante la inminente partida, de aliviar sus necesidades fisiológicas urgentes, y de beber abundante agua para intentar compensar la carencia de cualquier clase de pellejo u odre de agua en lo que durara su expedición.

- Uro, Attar y Caracabra se reúnen ante Lengua Negra para escuchar sus órdenes especiales.

-Ya veo.- dijo sonriendo. Al encabritarse el caballo dejó que su dueño se hiciese cargo de la situación, que solo fue momentanea. - Gracias por el consejo. Ya tengo la escudilla, me la entregó Pelagatos hace un rato. ¡Que mal rato se pasa cuando piensas que no vas a poder comer teniendo la comida delante!- rió ahora, que ya estaba mucho mejor.- Hablaré con ella.- buscó con la mirada a Khadesa.- Voy a rellenar mi pellejo con agua, ahora vuelvo.

Se despidió de Sicofante con una sonrisa y rápidamente se dirigió al pozo. Una vez allí rellenó su pellejo de agua fresca y lo guardó en la mochila. Volvió a beber bastante para aguantar por el camino y de paso fue a hacer sus necesidades.

Al acabar fue a hablar con Khadesa.

-Siento molestaros de nuevo.- le dijo a la Quinta con voz suave.- Sicofante me ha aconsejado que te preguntase si podía dejar mis cosas en el carro y la verdad es que me haríais un gran favor si me lo permitieseis.- preguntó esperando la respuesta de la pitonisa.

Escarabajo estaba algo mas descansado gracias a ese breve descanso que le habia permitido al cuerpo, se sentia mas lleno de vitalidad y energia, le gustaba eso.

Pero no le gustaba aquel tipo de entrenamiento le parecia bastante aburrido lo mejor sin duda era atacar al enemigo con gritos y haciendo ruido para asustarlos, aunque realmente ese entrenamiento tal vez podria otorgarle algo mas de sigilo que tampoco venia mal a veces, cuando el enemigo se creia importante y atacaba sin pensar mucho.

Escarabajo decidico simplemente esperar a que se diera la orden de marchar.

Buscó el momento adecuado para conversar con Lengua Negra en privado. Desde aquella mañana se dio cuenta que no tenía madera para liderar un grupo, sobretodo porque cada uno hacía lo que quería porque no la tenían en cuenta.

- ¿Tienes un momento? –preguntó al líder del pelotón. Lo observó durante unos segundos, y en su gesto se apreció una mezcla entre determinación y duda. Torció ligeramente los labios y con un profundo suspiro prosiguió- No sirvo como líder –soltó sin más- Esta mañana prácticamente cada uno hacía lo que quería, aunque sorprendentemente lidié con Serpiente bastante bien –ante la idea agitó una mano delante suya, como desechando toda posibilidad- No, no, no… después de todo sé que no estoy preparada –volvió a tomar una actitud relajada- Por cierto, R’Gaa es mucho mejor exploradora que yo. No recuerda gran cosa del pasado, pero mantiene muy bien sus actitudes –antes de que le echara una mala mirada, o dijera algo, continuó- Te digo esto porque, uno: siempre he ido a mi ritmo y estoy haciendo un gran esfuerzo por integrarme–mostró el pulgar de su mano izquierda para enumerar, luego hizo lo propio con el índice- Dos… ahm… -mantuvo los dos dedos en el aire unos segundos, además de mostrarse reticente en ese punto. Incluso se mordió el labio- No es que no pueda explorar, es que… -suspiró- Lo mío es explorar interiores, como ruinas.

Ya está. Ya lo había dicho.

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