Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Campamento Principal: Zona de los seguidores de campamento.

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12/11/2011, 22:01
Reclutas de la Compañía Negra.
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- Sicofante se queda con las ganas de hablar con Campaña cuando ve que éste y Lengua Negra entran en la herrería y que el propio Herrero cierra por dentro la sólida y pesada puerta de madera.

- Los demás se quedan algo asombrados al ver a Sicofante apoyando la oreja en la puerta para ver si puede escuchar algo, aunque por su expresión se deduce que no oye nada.

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13/11/2011, 00:29
La Compañía Negra.
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URO:

- Hay varias habilidades aplicables: Uso de la cuerda, Artesanía Cuero, Profesión Carretero o incluso Talabartero.

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13/11/2011, 00:31
Herrero.
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- "Los Hostigadores llevaréis a Portaestandarte hasta el pueblo de los Tres Castores, pero esto debe permanecer en secreto. Es vital para la victoria.

Mis órdenes son permanecer en el Campamento, hasta que todos nos traslademos al norte una vez se logre terminar con esta guerra que ya ha durado cuatro años." -

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13/11/2011, 00:50
Uro.
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Si no me equivoco, en la ficha de Uro figuran 2 "Artesanías" como Habilidades Propias, pero nunca se aclaró cuales eran. Tal vez el antiguo jugador lo haya resuelto o no. Te dejo la tirada por las dudas, ya vos me dirás si sirve.

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13/11/2011, 10:27
Khadesa.
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Seguía colocando lonas y palos para cubrir el carro, ayudada por Caracabra, Attar y Uro, cuando llegó Campaña y luego Sicofante. Les saludó a ambos, pero no dejó de trabajar. Al ofrecimiento de éste de ayudarla, asintió, y le pidió que ordenara los bultos que habían subido, de modo que quedara un espacio lo más grande posible al fondo del carro, cerca del pescante. Un habitáculo, a fin de cuentas, suficiente como para que pudiera echarse en él un animal grande. No aclaró el propósito, pero ya había bastante de desocupado, así que pronto terminaron de dejarlo todo en condiciones.

Sicofante, para la sorpresa de la Quinta, se bajó del carro y se acercó a la choza del herrero, intentando escuchar.

-Deja que ellos decidan, noble tagliano. No es asunto nuestro, ya recibiremos órdenes. Y tú ya tienes de qué ocuparte.

Pero volvió a lo suyo, sin preocuparse de si el guerrero seguiría su consejo o no.

Cuando acabó, comprobó que todo estaba según lo iban a necesitar, y que sus cosas estaban en orden y a mano. Así era, los sacos de harina y de grano a un extremo, junto con la leña apilada, el cubo y la vasija, los objetos personales de los Hostigadores sobre la mesa de Khadesa, las dos sillas entrecruzadas debajo, a un lado. A lo largo, los palos y lonas sobrantes de la tienda de la pitonisa, junto con los de los de otros reclutas, y encima cuerdas, mantas y esteras. La olla seguía en su sitio, ahora vacía, con el cucharón dentro. Khadesa había guardado para sí un rincón accesible desde fuera del carro, bajo la mesa y junto a las dos sillas, para su caja de madera y sus cosas personales.

Saltó al suelo y asintió satisfecha. Era un buen trabajo.

Luego se sentó al pescante, mirando con cierta preocupación hacia la Herrería, y esperó.

Notas de juego

No tiro, he posteado demasiado tarde para que quede lógico.

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13/11/2011, 11:51
Sicofante.
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Sicofante se aleja de la puerta, algo molesto al no haber podido escuchar nada. Se acerca hacia la parte de atrás del carro.

Si fuese órdenes lo que están discutiendo dentro, no habría hecho lo que he hecho- responde, mientras mira de nuevo hacia la herrería- dime, Khadesa, ¿tenemos algún herido en el campamento que necesite ir en el carro?- le pregunta.

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13/11/2011, 11:56
Khadesa.
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-No sé si tenemos heridos. El espacio que estamos haciendo responde a órdenes, a órdenes del Teniente, en concreto. No creo que haya que indagar más, todo se sabrá a su debido tiempo, o no se sabrá. Así son las cosas cuando las verdades son medias verdades y las mentiras no son nada, sólo sombras para entretejerlas y ocultar esas medias verdades que sí son. -Por primera vez desde hacía mucho rato Khadesa se permitió una mueca irónica, sonriente. - ¡Vaya! Parece que Serpiente me está contagiando su modo de hablar...

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13/11/2011, 12:15
Sicofante.
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A Sicofante no le gustaba eso: buena parte de su vida se había desarrollado entre mentiras, medias verdades, y mas mentiras, y planes dentro de otros planes. Las palabras de Khadesa no le reconfortaron en absoluto, mas no podía hacer mucho mas. 

¿Has acabado de ordenar la parte de atrás del carro ?- pregunta, acabando así la conversación, quizás de manera algo brusca.

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13/11/2011, 12:26
Khadesa.
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Khadesa asintió.

-Sí, ya estamos. Lo que falta ya no depende de nosotros. Puedes montar a Recio, si lo deseas. Por cierto, he hablado con Lengua Negra y quizá Rastrojo conduzca el carro. Eso te dará libertad de movimiento. Podrás ir en tu montura, y supongo que eso también es bueno en cuanto a tu responsabilidad para conmigo. Si nos atacan y estoy en verdadero peligro, eres mejor luchando a caballo que a pie. Por no decir que, si las cosas van verdaderamente mal, puedo montar contigo y alejarnos de allí...

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13/11/2011, 12:40
Sicofante.
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En ese caso tendrás que familiarizarte con el animal- te dice- además de entrenarte un poco con las armas. Al fin y al cabo, querrás entrenar tu combate por lo que pudiera venir, ¿verdad?

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13/11/2011, 12:45
Khadesa.
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La Quinta le miró con curiosidad.

-Ciertamente. Verás, no deja de ser casual, he estado hablando con R'Gaa y con Ponzoña para que me entrenen en la lucha cuerpo a cuerpo y con dagas. Y a fortalecer mi cuerpo, a esquivar, a moverme como una luchadora, aunque sé que eso requiere mucho tiempo. Pero estoy dispuesta a dedicarlo. Lo que no se me había ocurrido es pedírtelo a ti. Eres un noble, y un caballero... pero, desde luego, será un honor.

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13/11/2011, 12:49
Sicofante.
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Te mira de arriba abajo, examinándote. Tras meditar durante unos segundos, habla:

A simple vista está claro que lo tuyo será el combate rápido, con armadura ligera que no estorbe tus movimientos y una espada o daga como arma. Si encuentras a alguien que pueda enseñarte eso mejor que yo en el campamento adelante. En todo caso, yo puedo adiestrarte en el combate en una montura, que en eso soy experto.

En cualquier caso habrá que buscarte alguna armadura ligera, quizás una de cuero o de pieles. Y alguna arma con la que te sientas cómoda. A partir de ahí se podrá empezar tu adiestramiento.

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13/11/2011, 14:47
Campaña.
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Campaña vio entonces el peligro de la misión. No se trataba de una excursión, ni de ir a cazar, era una importante misión de infiltración y además estaban contando con él para guardar el secreto. Campaña se sintió halagado por poder pertenecer a ese pequeño grupo de elegidos para guardar el secreto, por una vez no había sido excluído por ser tonto. Claro que tampoco se le ocurrió pensar que su padre podría tener algo que ver en ese asunto, aunque lo cierto era que no le habrían encomendado aquella misión si no confiaran en él.

- Campaña no le dirá a nadie lo que hay en el bulto - dijo levantando una mano y llevándose la otra al corazón - Campaña protegerá el bulto con su vida, así debe ser.

Pero en realidad esa no era la única misión que tenía, quizás también tuviera que cuidar del resto de sus compañeros si Portaestandarte se volvía loco en mitad del camino.

- Padre, ¿Qué deben hacer los Hostigadores cuando lleguen al pueblo?

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13/11/2011, 14:55
Campaña.
Sólo para el director

Mientras Lengua Negra estaba con Portaestandarte, Campaña aprovechó para preguntarle a su padre algo verdaderamente importante para la misión.

- Padre - dijo en susurro, asegurándose de que los demás estaban ocupados como para escucharle - ¿Qué debe hacer Campaña si Portaestandarte se vuelve loco? Campaña ha visto a Padre tratar con él... Padre sabe cómo hacerlo.

Campaña sabía que podría tratar de contener a Portaestandarte con su fuerza, pero no lo conseguiría por mucho tiempo, aquel hombre podía matarlo casi con la mirada a pesar de su fuerza y su tamaño. La única forma era apaciguarlo como lo hacía Herrero y no sabía si sería capaz de hacerlo llegado el momento.

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13/11/2011, 16:06
Herrero.
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- "Hijo, no conozco los detalles concretos de la misión. Creo que os dirán más cuando lleguéis a donde tenéis que llegar. De lo que estoy seguro es de que vuestra misión es de enorme importancia." -

Herrero se acerca a Portaestandarte con dos juegos de cadenas y grilletes, con los que le engrilleta de pies y manos.

Después le pone una capucha de tela negra cerrada en la cabeza. Extiende una tela de color pardo oscuro sobre el suelo y hace que Portaestandarte se tumbe sobre ella. Después lo envuelve por completo con la tela y ata la tela con una cuerda.

- "Para que no se vuelva loco, debéis evitar todo lo posible que se vea cerca de un combate. Especialmente no debe de ver ni oír una pelea, ni debe oler el olor de la sangre. Mantenedlo siempre alejado del peligro.

Si sucumbiera a su furia asesina, debéis huir hasta que se le pase." -

Herrero hace un gesto a su hijo para que se cargue el fardo al hombro.

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13/11/2011, 16:40
Uro.
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URO había permanecido extrañamente inactivo durante todo el rato. Apenas si había ayudado un poco con los bultos que había en el carro, subiéndolos y bajándolos con gesto ausente mientras otros tomaban la iniciativa. Ni siquiera parecía saber lo que estaba haciendo, y aunque se ocupaba de algunos de los bártulos más pesados, lo hacía de forma mecánica y desapasionada, y solo cuando alguno de sus extenuados compañeros se lo sugería directamente. Mientras duraba la espera, no dijo una sola palabra, ni emitió el más leve gruñido.

Evidentemente, la atención del guerrero parecía estar en otro lado. Más precisamente, en la sólida construcción que ahora albergaba al resto de sus camaradas. Hacia allí iban una y otra vez sus miradas, cargadas de un sutil dejo de confusión y desconfianza.

El monolítico semblante del guerrero no dejaba traslucir emoción alguna, y era imposible determinar lo que pasaba por su mente. Pero había algo en aquel sujeto, quizás un destello en la mirada, una ligera tensión en sus mandíbulas, tal vez la propia energía que emanaba de su cuerpo, que le daba un aire siniestro, casi amenazante. Era una bestia inquieta, que exteriorizaba una inocultable sensación de fastidio.

Estaba claro que el Cazador de Cabezas no se sentía demasiado cómodo con su nueva misión, y cada músculo de su cuerpo clamaba a gritos semejante descontento. Además, no necesitaba decir una sola palabra para evidenciar su creciente desprecio por las iniciativas de su nuevo líder, en quien empezaba a confiar cada vez menos.

Sin embargo, a medida que algunos retazos de la conversación entre KHADESA y SICOFANTE llegaban a su mente, el semblante del guerrero se fue tornando aún más distante y pensativo. Pareció rumiar alguna idea durante largos instantes, ajeno por completo a lo que ocurría a su alrededor. Finalmente, alzó su cabeza de repente, y clavó su mirada en el edificio que albergaba la HERRERÍA. Algunas cosas empezaban a tener sentido.

- Alguien más venir. Pero no estar herido. - dijo mientras sus profundos ojos verdes se volvían para interrogar a la PITONISA. La sagaz muchacha identificó de inmediato aquella mirada. No era una mirada que dijera “¿De que va esto?”, sino una teñida por la alarma y la confusión. El parco guerrero parecía escupirle en la cara un despectivo “¿Y tú sabías de esta locura?.”
 

Notas de juego

Perdón, edito porque los ojos de URO son verdes, no oscuros como había puesto.

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13/11/2011, 16:51
Campaña.
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Cuando el fardo estuvo preparado Campaña se acercó y se lo cargó al hombro con cuidado. Trató de acomodarlo de tal manera que no tuviera que moverse demasiado, sobre todo para no delatarlo delante de sus compañeros. Era probable que tarde o temprano alguno de ellos se percatara del asunto, pero de momento era más adecuado que nadie supiera que el bulto era en realidad Portaestandarte. Campaña estaba decidido a velar por la seguridad de la "carga" y la de sus compañeros.

- Padre, Campaña llevará a Portaestandarte al pueblo - dijo sujetando el fardo sobre el hombro derecho - Campaña vigilará el carro y lo protegerá con su vida... Portaestandarte debe estar muy quieto, los otros no saben ni deben saber.

Y Campaña permaneció de pie con el bulto sobre los hombros, listo para partir y esperando a ver si alguien más tenía algo que decir.

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13/11/2011, 18:23
Khadesa.
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La Quinta negó con la cabeza antes de responder a Sicofante.

-No, no voy a ponerme armadura alguna. No voy a combatir como soldado. Sólo deseo aprender a defenderme ante un ataque directo. Y ya tengo armas, mis dos dagas, Día y Noche, no son simples cuchillos de juguete. Son armas excelentes, como puedes ver. -Sacó una de ellas del cinto, una daga de puño de ébano tallado, y una hoja ancha y afilada. La otra era su gemela, sólo que la empuñadura era de hueso.- Es por ellas por lo que quiero entrenarme, para que mis dientes sepan morder si es necesario.

Habló entonces Uro, que estaba silencioso a su lado, colocando las últimas cosas. Le miró, podía ser la primera vez que el enorme guerrero le había dirigido la palabra. Imponía, así que tampoco había buscado la pitonisa su trato. Pero ahora su comentario era agudo, y su mirada elocuente.

No le respondió con palabras, lo que podía decir lo había dicho ya a Sicofante hacía bien poco, y Uro estaba delante. Pero asintió, confirmando la muda pregunta. Y clavó en él sus pupilas, cortando cualquier réplica que pusiera en peligro la discreción de lo que fuera que se estuviera cociendo allí dentro.

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13/11/2011, 21:06
Uro.
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URO no necesitaba más palabras. Con aquella significativa mirada, y sin tener que mover siquiera sus carnosos y sugerentes labios, la pitonisa había dado al salvaje guerrero todas las respuestas que este buscaba. Esto aplacó un poco el espíritu del ansioso bárbaro, que se limitó a contestarle con un ligero asentimiento de cabeza.

Aquel sencillo gesto era toda una demostración de etiqueta para el rudimentario personaje. Una desacostumbrada manifestación de agradecimiento en alguien que solía mostrarse tan parco e inescrutable como las antiguas ruinas que salpicaban el desolado paisaje de la sabana.

Sin embargo, para el indómito personaje, aquella extraña reacción había estado plenamente justificada. Al menos la bruja se había dignado a ofrecerle alguna explicación. Eso era mucho más de lo que habían hecho sus superiores. URO ya estaba bastante cansado de tantos misterios, y cada vez soportaba menos esa ridícula necesidad que tenían los Oscuros de complicarlo todo.

Hacía ya un par de horas que intentaba descifrar los motivos por los cuales había sido llamado a aquella misión, y las palabras de la pitonisa terminaron de confirmar sus sospechas.

No se encontraban allí los reclutas más leales a LENGUA NEGRA, al menos no que URO supiera, ni tampoco los mejores. Ni ATTAR, ni CAMPAÑA habían destacado durante la instrucción, y mucho menos el que llamaban CARACABRA, que hasta ahora se había mostrado casi como un completo inútil.

El Cazador de Cabezas podía comprender la presencia de PSICOFANTE, pero suponía que respondía a otras cuestiones. Después de todo, era lógico que el guardia personal de la Pitonisa la acompañara a todos lados. ¿Pero qué diablos tenían en común los restantes? Tal vez cierta pereza mental. Podía ser. Quizás su fuerza. En verdad, a excepción del alfeñique de CARACABRA, había allí algunos de los reclutas más fuertes de la promoción, si bien no necesariamente los mejores guerreros.

¿Entonces, para qué diablos quería LENGUA NEGRA tanto músculo?

Esta pregunta había estado taladrando la mente del guerrero, pero ahora, gracias a la inocente mirada de KHADESA, URO por fin lo había averiguado. Extrañamente, sus nuevos descubrimientos no consiguieron aplacar del todo su ansiedad. Más bien, todo lo contrario. Si iban a trasladar “a eso” a otro lugar, quizá muy pronto comenzara a correr sangre.
 

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13/11/2011, 21:38
Sicofante.
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Secretos dentro de secretos- piensa Sicofante ante la mirada que le dirige Khadesa a Uro. Desde luego, el guerrero sabía algo, mas por su actitud no hablaría. La mirada de la pitonisa era lo suficientemente elocuente para ello. Sin embargo, a Sicofante esa situación no le gustaba. Tanto secretos en el campamento no podían ser buenos. Ahora no era el momento de hacer preguntas, aunque quizás mas adelante podría averiguar algo mas.

Son buenas dagas, ¿de donde las has sacado?- pregunta con cierta curiosidad.