Partida Rol por web

Llegó el turno de Campaña, que no tenía nada claro a quién elegir. Es cierto que había compartido gran parte de su entrenamiento con los que ahora eran los Campamenteros, pero había pasado ya un tiempo y Campaña tendía a olvidar rápidamente las cosas poco importantes, así que realmente no conocía a ninguno lo suficiente como para estar seguro de su elección.

Se tomó un momento para observarles detenidamente mientras se rascaba el mentón, que era lo que solía hacer Campaña cuando trataba de concentrarse en algo. Su mirada fue pasando de un Campamentero a otro hasta que finalmente vio a su futuro pupilo. Entonces sonrió como un  niño pequeño.

- Campaña elige a Plumilla - dijo, satisfecho por su elección.

Piojillo agradece con una inclinación de cabeza a Ponzoña su elección, se cuadra y trata de parecer menos endeble en posición de firmes. Sabe que es un gran guerrero y le va a exprimir hasta que sude vinagre por los poros. Pero el segundo de los Campamenteros considera que ha sido afortunado, realmente tiene mucho que aprender a la hora de dirigir una escuadra y mucho más en el campo de batalla.

Plumilla se estremeció al oir su nombre pronunciado por el gigante broncíneo y levantó la cabeza para mirarle al rostro.

Eran completamente opuestos, "agua y aceite", pensó la muchacha. Si fuera otro seguramente ese pensamiento estaría acompañado por otro que versaría sobre la malicia que podría ir de la mano de esa decisión, recordando el como la pequeña K'Hlata había echado genio a Campaña... pero Plumilla era incapaz de concebir eso del hostigador.

Asintió con un suave y dócil cabeceo, aceptando la tutela de Campaña de buen grado... y algo de temor en el fondo.

Derviche estaba en la fila, esperó a que todo aquello se acabara cuanto antes. Pensó que, al marchar de este horroroso lugar se podría perder entre los demás y pasar desapercibida.
Escuchó como los hostigadores elegían a los campamenteros, a los que van a proteger y enseñar.
El jefe de los hostigadores dijo un nombre, el segundo al mando dijo otro, el tercero, con voz ronca dijo Derviche. Tan grande fue su sorpresa que por poco mira a ver si alguien más tenía el mismo mote que ella.
Se sentía orgullosa aunque no sabía por qué Peregrino la ha elegido. Lo ha visto en los entrenamientos, un digno guerrero. Sin duda podrá aprender mucho de él. Por fin empieza a pensar que no todos son inútiles en ese sitio.
Miró fijamente en los ojos a Peregrino, izo una breve inclinación de cabeza y levanto un poco la cabeza.
Por la Diosa voy a aprovechar esta oportunidad.

Guepardo escuchó atento las palabras de Matagatos y del resto de los líderes. Le agradaba ir en el grupo de Peregrino, había buenos guerreros, como él, serían un objetivo difícil para el enemigo. Lo que vino después le gustó menos...debía elegir un campamentero para enseñarle lo que sabía y cubrirle las espaldas. Mientras escogían los primeros hostigadores estuvo pensando en quién lo acompañaría. Enseguida le vino a la idea el nombre de Chamán Rojo. Desde luego tenía poco que ver con él, pero le sería de mucha ayuda para que le ayudase con su otro asunto.

¿Crees que te van a dejar escoger a un chamán, imbécil? Eres un guerrero, debes elegir a un guerrero. —Otra vez Sacorroto...después de tanto tiempo, estaba volviendo a atosigarle.

Pero, en cierto modo, tenía razón. No era lógica esa elección y podría traerle problemas. No obstante sonrió y le señaló. — Lo elijo a él.

La situación se iba aclarando algo para Vieja Gloria. Matagatos había asumido el liderazgo y sabiamente lo había elegido a él entre los miembros de su grupo. 

- Una decisión menos que tomar, -pensó-.

Lo que menos le gustó fue que su nombre fuera el último a la hora de elegir a un compañero para la instrucción. Aquello significaba que le iba a tocar instruir al pariah del grupo, al compañero díscolo e indisciplinado que nadie querría a su lado. Vieja Gloria era un guerrero, no un maestro, pero estaba dispuesto a enseñarle a palos a la escoria que le asignaran.

R'gaa estuvo algo ausente últimamente. El tener que estar pendiente de Serpiente no le dejó mucho tiempo para otras cosas.
Ahora se encontraba en la situación de elegir a un campamentero para que les puedan enseñar lo que ellos también han aprendido de otros.
Se acordó de Escarabajo y su difícil personalidad, pero que, a pesar de ello, eran amigos. Hay uno que se le parece, Malamente. Aun recuerda la paliza que Escarabajo le propino para enseñarla a luchar. Puede que Malamente la puede ayudar en ser fuerte mientras ella le guía en como ser mejor soldado.
-Malamente
Una ligera sonrisa apareció en sus labios al nombrar a su pupilo. A ver si todo acaba bien y si siguen con vida después de esta misión.

Malamente se sorprendió cuando R'Gaa lo eligió como "pareja de baile". Durante un momento se quedó mirando a R'Gaa con cara de sorpresa y los ojos muy abiertos, pero acto seguido frunció el entrecejo y asintió en señal de aprobación.

-Habrá que ver de qué pasta está hecha esta mujer.

Podía asumir que como Recluta se le dejase de último a la hora de elegir esclav... eh... aprendiz. Lo que le disgustaba era la división en tres del grupo de los Hostigadores, y lo desigual que era el reparto.

Nggg... Maldita sea... Me toca ir con Ponzoña... Mi gran oportunidad de librarme de la correa de esos Oscuros es que me designasen con Peregrino... Y ahora...

¡AAAAAH! ¡Precisamente Ponzoña! El hueso de Ponzoña. Que me puso a cavar letrinas. Qué rabia me da.

Y ya no podré reconciliarme con Guepardo para gorronearle la pipa. Porque... porque... porque va en el grupo de Peregrino.

Y solo tenemos un carro para llevar nuestras cosas, que lo conduce R'Gaa, que va con... ¡Con Peregrino! ¡Maldita sea, el grupo de Peregrino es el mejor en el que estar! ¡NOOOO!

El Hiena evaluaba el grupo que le correspondía. Campaña, Loor, Ojopocho, Sicofante y Rastrojo. Un jinete, el falso chamán que seguía siendo un recluta, el maldecido, la guerrera con la que incursionó el poblado de Tres Castores y su fuerte hermano Campaña. Constituían un grupo equilibrado, donde sin embargo, faltaba alguien que poseyera dotes curativas llegado el caso. A ellos debía sumar los seis Campamenteros que se unirían a ellos. Al menos contaba con Piojillo para que fuera informándole de sus habilidades, aunque de no saberlo, él mismo preguntaría. Por de pronto tan solo dos de sus efectivos habían elegido y no había tiempo para demorarse.

-¡Elegid ya! No hay tiempo que perder. Si no dais nombres de inmediato, yo mismo los adjudicaré. Loor, Sicofante, Rastrojo, Ojopocho, decid qué cachorro tomáis bajo vuestra tutela -grito con un tono de exasperación. Estaba deseando salir de allí, de Cho´N Delor y dejar atrás aquella infame ciuda donde los hombres vivían como termitas. 

Michou- dice simplemente Sicofante. No tenía predilección clara y evidente con ninguno de los novatos de la compañía. Decidió ese por decir algún nombre. Ni mas ni menos.

La mujer mira a Ponzoña ceñuda. Si no había hablado antes era precisamente por respetar el turno impuesto por el jefe. Ahora si habla, seria

- Odio. -

Observo a los Campamenteros intentando decidir a cual elegir como "pupilo".

Mi vista va de Keropis a Sabandija y por último a León Anciano. De los tres sólo el último lleva arco.

No obstante finalmente lo descarto dado que fué el último de la Promoción. Algún motivo habrá para ello.

Finalmente la decisión estaba entre Keropis, un Guerrero y Sabandija, un Cazador. Tras pensar unos instantes consigo decantarme por uno de ellos.

- Sabandija.

Con esta elección sin duda el Grupo se equilibraba un poco pues el resto de los Hostigadores son Combatientes Cuerpo a Cuerpo. Los Campamenteros parecían ir también en esa dirección así que por lo menos de esta forma con Sabandija y Plumilla en el Grupo tendré algo de compañía en la "Retaguardia".

El hiena se había mantenido rigurosamente en formación sin hacer ningún movimiento, gesto... salvo su siempre mirada petrificadora. Lo que le faltaba era aquello, que los eligieran cómo alumnos.. sabía que no lo elegirían y aquello resultaría un deshonor para él. Creía estar capacitado y preparado.. creía tener el valor suficiente y la confianza para hacer un buen trabajo para la compañía. Pero cómo iban a elegirlo si apenas cruzaban palabra con él, si todo el mundo pasaba por su lado cómo si fuese un simple decorado..

Las elecciones comenzaron y creyó intuir una mirada de la joven Loor, pero pronto se disipó la esperanza de que lo eligiera... Sin embargo, la guerrera lo sorprendió y lo eligió fuera de toda duda. Estaba convencida de su decisión, o al menos así lo aparentaba.

Odio se irguió orgulloso y asintió con la cabeza a su nueva "protectora". Su ojos se posaron en los de ella, no iban cargados de odio, iban cargados de respeto.

No te fallaré, no me fallaré - se dijo.

Veo a Cochinillo junto a la sargento y al líder de los hostigadores. Parece que discuten el plan a seguir, pero desde la parte de atrás de la formación me cuesta captar todo lo que dicen.

Los Hostigadores comienzan a seleccionar Campamenteros, parece que es para algún tipo de tutelaje.

¿Acaso piensan que los Campamenteros somos unos críos indefensos?

De pronto, alguien menciona mi nombre. A decir verdad, no sé casi nada de mi nueva niñera. Creo que le llaman Sicofante.

Tarado vio como se reducían sus posibilidades de estar en los grupos delanteros, y verse cada vez más cerca de la reserva, la retaguardia, o como mucho del tercer pelotón.

"Vaya mierda" pensó inconscientemente, sin poder contenerse. La meditación le estaba fallando."Tendría que estar en los de delante para verme con más oportunidad de derramar sangre y convertirme en soldado.Pero cada vez veo más lejos esa posibilidad."

Mantengo mi sitio en la formación esperando a que alguien me llame por mi mote de la compañía y me elija, o bien vaya a parar a la reserva.

Los Hostigadores han comenzado ya a decidir quienes serán sus acompañantes y Derviche parece mostrarme un respeto digno de quien estará conmigo. Respondo su inclinación, inclinando mi propia cabeza hacía ella en signo de reconocimiento a sus modales.

Luego me mantengo allí, la verdad es que estoy cansado y adolorido, pero así es la vida y la guerra viene a nosotros pues de ella vivimos y comemos. De ella nos alimentamos, los gritos de dolor y agonía son nuestra música favorita y el olor a sangre y carroña es el aire que respiramos. No tengo tiempo para quejarme y no lo hago intentando disimular mi indisposición.

Pienso un momento en el sistema de esto y reflexiono:

"La verdad es que esta instancia de unión con un Campamentero no es beneficiosa para ninguna de las partes, pues si hubiese sido en tiempos de paz les podríamos haber enseñado bien, pero en la batalla misma solo aprenderán los que sobrevivan, cosa que no harán por lo que uno pueda enseñarles. Sea como sea, tengo órdenes y planeo cumplirlas de la mejor manera posible."

Me mantengo junto a mi subgrupo y espero tranquilamente a que el proceso termine a pesar de mi malestar físico y mi cansancio. No cambio mi posición de firme hasta que llegue el momento apropiado, el que descubriré solo cuando vea al resto relajarse.

Reyezuelo se sentía molido a palos por el entrenamiento de ayer contra Cochinillo.
Pero aguarda en la formación silencioso y atento a cuanto se dice y a la escucha de las elecciones.
Presupone que terminara en retaguardia sin un hostigador a su lado por el desafortunado entrenamiento del día anterior.
Pero poco le importa, no necesitaba ayuda de nadie, y aunque asi fuera jamás la pediría, su orgullo no se lo permitiría ni al borde de la muerte, como ya demostró en las pruebas de supervivencia extrema.
No era mal soldado, tenía conocimientos sobre ello y buen potencial de mando. Fuerza y destreza en el combate, pero sabía que aun todo ello debía demostrarlo y esta misión podría ofrecerle la oportunidad de ello.
A no ser que sus dioses le reclamaran a reunirse con ellos y el resto de sus antepasados.
Con cada elección su rostro se volvía más tenso, pues pese al dolor en su cuerpo quería demostrar que podía ser un miembro más que útil para la unidad.
Una montura le haría mucho bien para este viaje al menos al principio para reponer sus fuerzas, pero presuponía que no podría obtener una por mal que estuviera, pues seguro que había compañeros en peor estado.

Mientras me resigno a permanecer en la formación a pesar de mi enorme cansancio, la Sargento Falce da instrucciones para que los Hermanos Juramentados elijan a un Campamentero bajo su tutela...

-¿Es una broma o una humillación deliberada? - pienso para mi, desde la ultima fila entre las chicas, alguna de las cuales ya han sido escogidas. - ¿Quien va a coger a uno de los reclutas mas bajitos de entre todos los Campamenteros..?

- Tendré que apechugar con la humillación de no ser escogido. - Olvidando por un momento que estoy en la formación se me escapa un resoplido de resignación, inmediatamente me sonrojo y avergüenzo de ello, pero una rápida mirada de reojo me confirma que nadie se ha percatado.

De pronto las palabras de uno de los Soldados me sacan de mi ensimismamiento: “Le elijo a él”. Al alzar la vista doy con Guepardo mirando a la Sargento y señalándome a mi en la ultima fila de Los Campamenteros.

El torrente de preguntas que me vienen a la mente es tan abrumador que ni siquiera soy capaz de darle forma. Dirijo a Guepardo una mirada de reconocimiento mientras me pregunto, - ¿por qué? - Mi mirada poco a poco se pierde en el vacío mientras recuerdo la figura de Guepardo los últimos días, yendo de aquí alla del campamento e intercambiando algunas palabras con discreción con algunos de los Soldados Juramentados.

Escuchó tranquilamente como los líderes de los Hostigadores elegían a sus pupilos. Que Matagatos eligiera a Cochinillo era una decisión lógica pues ambos eran primos y el jefe de los Campamenteros no había entrado por los pelos en el grupo de Hostigadores. Tampoco se sorprendió que Ponzoña eligiera al segundo de los Campamenteros.Pero cuando Peregrino nombró a Derviche, Pulga abrió los ojos.

Pufff... Será buen guerrero, pero no sabe la que se le viene encima. Espero que entrene con ella y le de su merecido ¿Es que no sabe que está loca?

Mientras pensaba esto vio a Lengua Negra avanzar unos pasos hacia ellos. Todos decían que era muy listo, pero todavía se dudaba de sus capacidades para pertenecer a la Compañía. ¿Con ser el hijo del Capitán era suficiente? Le habían dado el mando de los Hostigadores y se lo habían quitado y se había ganado la capa negra por una historia que solo podía corroborar alguien que se llamaba mentiroso y que también había salido beneficiado del asunto. Ni siquiera podían tenerse en cuenta los halagos que Matagatos había dicho sobre él en la ceremonia de jura pues era bien sabido que ambos eran muy amigos desde pequeños. Quizá fuera el único que se había ofrecido a ser su Hermano de Capa. Lengua Negra tras mirarlos a todos de arriba a abajo pronunció su nombre.

¿YO?

No esperaba ser elegido tan pronto, ni tan siquiera ser elegido. Su aspecto más que impresionar hacía que otros se burlaran por su poca envergadura, no había demostrado destacar en la lucha y además, injustamente, le habían puesto fama de vago. Quizás había sido su aspecto lo que llamara la atención de Lengua Negra, pues él tampoco era el típico guerrero robusto, o quizás tan solo quería alguien que no le fuera a dar muchos quebraderos de cabeza con entrenamientos y cosas de soldados. Bien, Pulga no le daría ningún problema en ese sentido. El Oscuro hubiera sido una de sus opciones si le hubieran dejado elegir a él. Además siempre había tenido ciertos privilegios gracias a su origen y ahora aunque no mandaba seguía siendo uno de los hombres importantes de Matagatos, así que a su lado no viviría nada mal.

Además tiene un caballo, quizá me deje ir con él y así no tener que caminar.

Pulga esperó a que se diese la orden de romper filas mientras seguía soñando con un cómodo futuro al lado de su nuevo tutor.