Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Tierras de Cho n Delor: Fuerte Chuda.

Cargando editor
22/05/2013, 00:21
Ponzoña.

Loas músculos de Ponzoña se marcaban bajo la negra piel del Hiena en su esfuerzo por empujar el ariete. Había oído los gritos de Campaña hablando de su ceguera, pero no habían palabras que pudieran servir de consuelo en los preludios de la batalla. Llegado el momento, serían las acciones y no las palabras las que hablaran.

El esfuerzo no era vano. Metro a metro, la máquina de guerra avanzaba, pero el sudor se escurría por la frente del guerrero y corría hasta introducirse en sus ojos, escociéndoselos e impidiendo que viera más allá del siguiente paso a dar.

Cargando editor
22/05/2013, 07:25
Loor.

Loor había rezado a su diosa, pidiéndole fuerzas para la batalla, mientras esperaba órdenes. Era una soldado, después de todo, y si nadie se había preocupado previamente a la batalla de indicarle qué debía hacer y cual era su posición... bien, no era algo bueno, sin duda. Pero era la obligación de sus superiores y oficiales. Sin embargo cuando el teniente gritó corrió hacia el ariete, y se dispuso a empujar de él, con todas sus considerables fuerzas

- Por la Diosa y la Compañía Negra. - dijo mientras sus músculos se tensaban por el esfuerzo- Vamos Campaña, no te preocupes. Estamos aquí y pronto golpearemos a nuestros enemigos. Empujemos hermanos  

Cargando editor
22/05/2013, 10:04
Khadesa.

Khadesa era, simplemente, un bloque de piedra con su forma. Estática, inmóvil, apenas se movían sus cabellos con la brisa, eso era todo. Llevaba así desde que se situó junto a Serpiente, el mago de los Hostigadores, en un otero junto al carro que había transportado a los heridos.

Sólo había echado una mirada a sus guardianes, los guerreros que deberían protegerles, y a los que dejó por completo la vida en sus manos. Y se había ensimismado, los ojos entrecerrados y la conciencia puesta en algún lugar de su interior, mientras había apoyado su mano en la túnica de su primo. No le había tocado a él, sabía lo que eso representaba, simplemente estableció el mínimo contacto físico para poder trasvasar la energía mágica que consiguiera acumular con un enorme esfuerzo.

Sabía que era una gota en el océano que Serpiente usaba, que necesitaba. Pero era lo que ella podía ofrecer.

Así, no escuchó los gritos, no vio a los hombres desfallecer tirando del ariete, no se percató de la estrategia, de las intenciones, de nadie.

Dejaron de existir, pero ellos fueron el único motivo de lo que estaba haciendo. Todos, los hombres y mujeres de la Compañía. Y no hubo espacio para nombres, ni de los más queridos, no visualizó a Ponzoña, ni a Matagatos. No vio a Lengua Negra, no oyó a Campaña, o a Guepardo. No supo nada de cada uno de ellos. Sólo hubo un negro pozo al que nunca se atrevería a saltar, pero del que estaba drenando tanto poder como podía.

Cargando editor
22/05/2013, 15:59
[RIP] Sino.

Sino escuchó los movimientos a su alrededor... vio cómo comenzaba la batalla y vio a sus compañeros cargar con un ariete. Vio cómo toda la Compañía se movilizaba y se centró en su parte... tenía que llegar a aquella empalizada... treparla y abrir las puertas para sus compañeros y hermanos. Fuera como fuera tenía que llegar... Se concentró en avanzar, no le preocupó el sigilo pues con tantas tropas en movimiento sería imposible pasar desapercibido... Con cuidado, sus experimentados ojos recorrieron el campo de batalla buscando las posiciones enemigas...

Cargando editor
22/05/2013, 16:18
Lengua Negra.

Lengua Negra vio cómo Matagatos maniobraba su montura para iniciar en breve su cabalgada hacia la empalizada. El tiempo se aceleraba, pero las necesidades de los pelotones seguían siendo las mismas.

-Campamenteros, debo acompañar a Matagatos. Regresaré en breve. Seguid avanzando guardando la formación hasta que yo vuelva. En este breve período de ausencia, Manta asumirá el mando para cerciorarse de que cumplís las órdenes. Lo estáis haciendo bien. Estoy orgulloso de vosotros. Mantened la sangre fría, pues pronto derramaréis la del enemigo.

Dicho aquello, tiró de las riendas de Beltza, su caballo de batalla que piafó como si fuera consciente de lo que estaba por venir. Un breve golpe de talones y caballo y jinete avanzaron hacia la posición de Matagatos.

Cargando editor
23/05/2013, 00:04
Ponzoña.

Ponzoña sacudió la cabeza y una lluvia de gotas de sudor voló por el aire. Frotó su rostro contra el antebrazo y al mirar al frente pudo por fin distinguir la silueta de la empalizada. Gruñó por lo bajo, mientras sus piernas se doblaban, sus músculos crecían y los tobillos actuaban como puntales.

-Dejad de gritar como facóqueros. No es necesario advertir al enemigo de nuestra presencia antes de tiempo. Y guardad vuestro aliento para empujar con más fuerza -susurró el Hiena.

Cargando editor
23/05/2013, 00:54
Piojillo.

Aunque Lengua Negra no le había dado orden expresa, Matagatos había llamado a formar a la Caballería junto al Teniente, por lo que Piojillo permitió que Dante siguiera a su amo, liberando por fin al ansioso animal del paso de los Campamenteros. El brioso caballo inició un alegre trote hasta formar con el resto y su jinete buscó la aprobación del hijo del Capitán con la mirada.

Piojillo embrazó el escudo y esperó la orden de avanzar, trataría de ofrecer la menor parte de su montura a los arqueros durante el ataque.

Cargando editor
23/05/2013, 08:58
Loor.

La guerrera mira un instante a Ponzoña, pero se guarda lo que fuera que pensaba decir, y simplemente sigue empujando el ariete con sus considerables fuerzas, sin gastar tiempo ni fuerza en conversaciones

Cargando editor
23/05/2013, 09:42
Campaña.

Empujar el ariete era pan comido para Campaña. Era muy pesado, es cierto, y había que esforzarse para que se moviera, pero era una tarea sencilla y rutinaria que Campaña estaba más que acostumbrado a hacer. Sin embargo, le preocupaba el hecho de no ver nada, casi ni sus propios pies. Sabía quien estaba a su lado por la voz, y tampoco estaba muy seguro, y sabía que avanzaban porque el ariete se movía, pero era agobiante no poder ver lo que ocurría ni entender lo que pasaba.

- Ponzoña, Hermano - dijo con voz temblorosa.- Campaña no ve nada... Campaña no va a poder luchar así... Campaña no sabe qué hacer...

Estaba asustado, nunca antes había tenido que luchar en aquellas condiciones y eso le daba miedo. Si no veía le sería muy difícil acertarle a un enemigo, los gritos de la batalla le confundirían y en mitad del caos un enemigo oculto podría atacarle por la espalda sin que se diese cuenta.

Cargando editor
23/05/2013, 11:06
[RIP] Sino.

Sino se percató de cómo avanzaba la Compañía y se dio cuenta de que su Escuadra les llevaba delantera. Lanzó un grito a Niño Guerrero que parecía haberse quedado atontado y no reaccionaba. Trató de que su compañero le hiciera caso, pero fueron intentos en vano... así que decidió avanzar todo lo rápido que pudo tratando de alcanzar a sus compañeros. Tenía que llegar a esa empalizada y escalarla.

Cargando editor
23/05/2013, 13:26
Ponzoña.

-Campaña, soy tu hermano y soy tu amigo -dijo mientras seguía empujando-. Y pelearemos juntos, hombro con hombro. Yo seré tus ojos y tú golpearás. Ambos caminaremos juntos por esta senda y el enemigo tan solo podrá morir bajo nuestras armas y furia.

Cargando editor
23/05/2013, 13:37
Pelagatos.

"Primero dice que no malgastemos saliva, y luego da un discurso innecesario."

¿Por qué era el segundo de los Hostigadores? Probablemente no lo sabría pronto, y menos aún si no conseguíamos nuestro cometido cómo debíamos. Resoplando, seguí empujando el ariete con la fuerza que podía. Hubiese querido decirle a Campaña que el sudor limpiaría sus ojos, o que no los abriese hasta que el barro secase y lo pudiese rascar con rapidez con el brazo, pero prefería empujar. Las pocas (aunque importantes) frases que había dicho me habían costado un gran esfuerzo, así que no quería malgastar más fuerzas.

"Tú haz lo que el hiena te diga, si es que le entiendes, Campaña."

Cargando editor
23/05/2013, 18:29
Lengua Negra.

Los cascos de Beltza retumabaron en su galope contra el suelo, mientras Lengua negra buscaba una posición cercana a Matagatos. Vio cómo Piojillo reaccionaba igualmente e iba hacia ellos, ante lo cual asintió. Su iniciativa había sido oportuna y acertada.

Cargando editor
23/05/2013, 20:52
Pipo.

A matarrr, a matarrr a matarrr....

Por un breve espacio de tiempo, las dos mitades se reúnen, pero pasa veloz. Ups, nada por aquí, nada por allá. Pipo ya no está.

Ahora hay un animal salvaje, quizá astuto (se mueve con precaución y agilidad, sin perder la formación), pero con una mente reducida a la mínima expresión. Los labios de la cosa están manchados con espuma, y la mirada no es más que un instrumento útil, que no transmite más que vacío.

Cargando editor
23/05/2013, 22:33
[RIP] Sino.

Sino comprobó cómo sus gritos hacían reaccionar a Niño de Oro, y una vez consiguió su propósito fijó su vista al frente a tiempo de ver como sus compañeros recibían el primer ataque. Por suerte ninguno de los exploradores fue alcanzado.

Algo hirvió en el interior del guerrero y Sino lanzó un grito de guerra mientras echaba a correr en pos de sus compañeros intentando darles alcance. No tenía sentido ser sigiloso puesto que los soldados del Triplete ya se habían percatado de que el enemigo acechaba.

Cargando editor
24/05/2013, 08:50
Triplete: Fantasma Irredento.

El enemigo reacciona por fin a la presencia de la Compañía.

Desde el frente norte de la muralla de madera del Fuerte, una docena de lanzas vuelan en busca de la línea de Exploradores que avanza con precaución. Las puntas de metal se clavan todas en la tierra, sin encontrar la carne, y marcan así el alcance máximo de las armas de los Fantasmas Irredentos.

Parece que no tienen arqueros entre ellos, sólo guerreros que arrojan lanzas. De haber tenido arcos y flechas esto sería una masacre.

Cargando editor
24/05/2013, 08:53
Sargento Falce.

Falce observa que el ariete avanza más veloz de lo esperado, pero aún está demasiado lejos como para lanzar a los Exploradores al ataque. Además, el apoyo de los arqueros del grupo aún no ha llegado.

- "Ballestero, sepárate del grupo y busca una posición de disparo.

Los demás, aguardad un poco, pero sin dejar de mirar al enemigo, tenemos que esquivar sus lanzas un rato, hacerles gastar munición y ponerles nerviosos.

Pipo, ¿a eso le llamas esconderse? Si yo puedo verte..." -

Cargando editor
24/05/2013, 11:55
Sabandija.

Sabandija continuaba empujando el ariete tratando de guardar fuerzas para la batalla. El ariete avanzaba poco a poco, pero se limitaban a empujar sin dirección alguna. Es lo que tenía ser una Sabandija, que no podías gritar una orden clara y que te hicieran caso. Ser el gallo del gallinero no estaba hecho para el joven K´Hlata. Por lo que se limitó a que alguien tomara el mando e hiciera que aquello funcionara como era debido. Mientras no les atacaran no era un mal sitio donde estar.

Sabandija tuvo que mirar al suelo, para que no le vieran la expresión del rostro, cuando Ponzoña habló. ¿Acaso pensaba que un armatoste semejante iba a poder pasar desapercibido para el enemigo?

A lo mejor si lo hubiéramos adornado con unas hojas y flores...

Mientras empujaba asomó la cabeza por el lateral del ariete. El enemigo empezaba a atacar a distancia con unas lanzas, que se clavaron en el suelo. Si él fuera Campaña, y estuviera cegado, saldría por patas a lavarme los ojos  antes de que me ensartaran en una de esas lanzas. Sabandija llevaba un pellejo de agua consigo, por loq ue suponía que Campaña también tendría uno.

- Lávate los ojos a ver si se te pasa Campaña.- El gigante era de los que más fuerza imprimían al carro pero ciego no les iba a ser de gran ayuda cuando empezaran a llover proyectiles sobre sus cabezas. Por lo que veía, el avance podría retrasarse un poco. Era mejor estar en las mejores condiciones y con fuerzas para avanzar lo más rápido posible en cuanto estuvieran al alcance de los enemigos.

Cargando editor
24/05/2013, 16:13
Reyezuelo.

Tan grande es la caída como anteriormente fue la subida. Demasiada pasión, demasiada devoción. Tras tomar las riendas del ariete Reyezuelo se veía obligado a que su avance no se detuviera, a que continuara con una velocidad que les permitiera derrumbar la puerta antes de que llegara el grueso del ejército, pero el sobreesfuerzo que realizó termina por pasar factura. Al forzar la marcha del ariete su única forma de hacerlo era ser el primero en forzarse a si mismo para que los demás siguieran el ejemplo y eso hizo una y otra vez, hasta que hincó la rodilla en el suelo, algo había hecho que se doblara de dolor, sentía que algo ocurría en su pierna "Espero que no sea nada roto" fue su único pensamiento, pues el dolor era algo a lo que los K´hlatas estaban acostumbrados desde niños, por lo menos lo niños de los Tres Castores.

Se encontraba postrado de la forma más cruel posible, viendo como sus hermanos avanzaban con el ariete dejándolo atrás. Se levantó como pudo, y avanzó detrás del ariete cual perro herido tras su dueño. Cada paso era un suplicio, cada paso era una condena, pero allí delante se encontraban sus hermanos, su familia, que pronto entraría en combate y él debía de estar con ellos, tal vez no pudiera correr durante un tiempo, pero seguía sediento de sangre y también de venganza. Antes de que cayera el sol el  Triplete habría pagado con creces cada una de las heridas que habían infligido a Reyezuelo y la deuda contraída por los hermanos caídos también sería cobrada, o moriría en el intento. "Hermanos....."

Cargando editor
24/05/2013, 19:17
Ponzoña.

-Reyezuelo, regresa con tu pelotón -ordenó Ponzoña.

Notas de juego

Reyezuelo, aunque tengas la luxación, eso no quita para que puedas hacer doble movimiento por asalto pese a la reducción de distancia que puedes recorrer.