Partida Rol por web

Frost escuchó las palabras de aliento de su sargento, era verdad que las ráfagas se estaban encargando de convertir en puré a los bichos. La situación se había dado vuelta aparentemente. Aunque era simplemente la avanzadilla.

Una pesada gota de transpiración rodó por su puente nasal Vamos Eco, pronto todos merecerán una cerveza de Miller, así como todos los bichos reciben su merecida ración de plomo. Seguían hablando mientras recuperaba el aliento por la situación que acababa de resolverse.

Los infantes combatían con ferocidad, bala a bala los bichos iban cayendo en mayor numero. Las ráfagas estaban cumpliendo su cometido, los bichos caían o se mantenían a raya, muy pocos habían logrado llegar hasta la muralla.
La victoria estaba en sus manos, solo tenían que extenderla y tomarla. Ese era el momento para no cometer errores, el momento para decidir si su victoria seria gloriosa o amarga. Hasta ahora el saldo era prácticamente blanco; mas de 100 bichos caídos contra solo un infante apenas herido.
Pero no debían engañarse a si mismos, muchos errores se habían cometido, si tan solo el enemigo hubiera sido el doble de numeroso otra hubiera sido ahora la historia. Tenían que mejorar y estar mejor preparados.
El capitán Tsumina se había mantenido en constante comunicación con los escuadrones, mas que nada poniendo atención a lo que acontecía; sabia él perfectamente que todos estaban preparados y sabían bien lo que hacían.
Para el escuadrón Fox la situación era cada vez mas alentadora a pesar de que casi devoraran a Garth apenas unos momentos atrás. La planicie que tenían que cubrir lucia bella, llena de cuerpos de bichos inertes y solo un par que avanzaban a la muralla pero que no debían de causarles ya mas problemas. El Teniente Clarence que se encontraba en la zona fue palmeando uno a uno a los infantes en el hombro en señal de aprobación.

Por fin casi había terminado todo, al menos de momento. Me acerque un poco más al muro para examinar el terreno lleno de bichos agujereados por las balas de mi escuadrón. -Así se hace, joder. Pienso en aquel instante. Mi vista se fija en los dos arácnidos que aún quedan vivos. 

-Que alguien mate ya a esos dos bichos antes de que intenten escapar. Señalo con mi rifle a los dos arácnidos. -No quiero que ningún bicho que se atreva a atacar a mi escuadrón salga vivo.

Comienzo a andar tranquilamente en dirección sur, hacia donde se encuentra el resto del escuadrón. Mientras cambio la frecuencia del canal con el resto de escuadrones.

-Aquí el Sargento David Wolf del escuadrón ECO, solicito estado del resto de escuadrones. No hemos sufrido ninguna baja y solo quedan dos arácnidos en pie a punto de ser fulminados. Corto.

-Sargento, siga siendo bien su trabajo, voy al sur, parece que allí aun quedan algunos bichos que machacar- Dijo el teniente Clarence al tiempo que se alejaba rumbo al sur con paso decidido.

-Área segura al norte, el numero de bichos se ha reducido a 0. Nos hemos encargado de mas de 20 de esas asquerosas cosas.-

Miller Coja a Josh y vuelva a tierra quiero la alambrada terminada por ayer.

El resto recargar municiones y colocaros en vuestros puestos, aprovechar el descanso.

Alex guardo su cargador casi vacío y puso otro cargador nuevo y cargado completamente.

Informar munición restante. Cabo: lleno en el 203, 3 cargadores llenos y 5 balas.

Bauer entrecerró los ojos ante la carnicería que sus compañeros estaban llevando a cabo en el páramo helado. Gruñó algo incomprensible en un tono que indicaba la rabia que sentía. Era el puto gafe de la escuadra, aquel gilipollas al que todo tenía que salirle torcido, como si fuera un jodido novato incapaz de hacer nada a derechas y que se cagaba encima ante cualquier mierda de ataque.

No, aquello era algo más que pura mala suerte. Era incapacidad. En el escaso tiempo transcurrido no solo había sido incapaz de abatir un solo enemigo, sino que además había demostrado que era un puto estorbo, un cagarro de soldado. Sí, aquella oleada no había sido la peor de cuantas podían haber venido y solo por ello su incompetencia no había tenido repercusiones. Pero ante una amenaza mayor o más prolongada... Las cosas hubieran sido bien distintas. Y no es que tuviera miedo por su jodido culo. No, la hubiera cagado y bien de una forma bastante peor. No impidiendo que una de aquellas vomitivas criaturas se hubiera zampado a uno de sus colegas.

Sentía deseos de estampar su arma contra el muro helado que les servía de parapeto, de cagarse en los muertos de todo cuanto se meneaba y en las muelas de alguien más, pero se limitó a tomar aire, buscando tranquilizarse. Quedaban un par de bichos, de modo que el tener que invertir su tiempo en desencasquillar el arma, siguiendo las instrucciones de Wolf, no le creaba un especial cargo de conciencia. No al menos después del puto desastre que había organizado.

Maniobró su Morita y el casquillo hijoputa saltó limpiamente al suelo. Tras ello comprobó que su arma volvía a estar operativa. Otra cosa es que lo estuviera él.

-Arma desencasquillada, Sargento -gritó-. Lamento el gatillazo, muchachos. No sé que me pasa. Será que llevo demasiado tiempo sin follarme uno de esos bichos que ya no sé ni cómo hacerlo. ¡Munición! Catorce balas y un cargador completo de 30 y ocho granadas, Cabo.

Frost comenzó a trotar apaciblemente hacia su posición designada, aunque estaba tranquilo, todavía sentía cierta tensión en la musculatura de sus brazos y piernas. Un suave sonido de servomotores se iba apagando mientras avanzaba. Sus manos se movieron con seguridad mientras cambiaba el cartucho recién usado por uno nuevo del cinturón de combate. Respiró suavemente Frost: morita 203 lleno, tres cargadores completos, veinte balas, señor!

Tomó su puesto acomodando su cuerpo al parapeto de la metálica muralla, sos ojos recorrieron las desolada planicie ahora decorada de cadáveres humeantes que chorreaban sus asquerosos jugos sobre la nieve. El espectáculo era el acostumbrado escenario que anunciaba batallas aún peores. Vamos, terminemos de limpiar esto rápido que hay varios artefactos en la sala de mando que me esperan. Ajustó el fusil a su hombro, sobre la capa gruesa del traje mecanizado de combate, buscó instintivamente lomás grande que se movía sobre el blanco que todo lo cubría. Te tengo asquerosito, esta vez no te escapas.

Miller negó con la cabeza aunque mantenía una sontrisa bajo el visor de su casco.

Vamos Garth, la Cabo les da una nueva oportunidad a los bichos para que muerdan tu culo peludo.

El zapador cogió una de las lizard lines que aun había colgadas y se desplazó hasta el páramo helado. Escudriñando el horizonte pudo ver el par de bichos que aín se mantenían en pie. Cambió el rifle por la pistola mientras avnzaba por la nieve

Venga "Eco", limpiar el puto camino para que pueda ir a terminar de poner la almbrada.

La cosa marcha, ya solo quedaban 2 bichejos en la zona de avance de sus compañeros, para el que estaba en la zona mas al sur, estaban mas lejos que para sus compañeros, asi que se limito a comprobar el lector de municion que marcaba que aun le quedaban 15 balas de ese primer cargador, y decidio no cambiarlo, preferia acabar los cargadores, para luego tirarlos y dejar huecos por si podia rellenarlos con nuevos, pero se apoyo en la muralla con el rifle mientras seguia con la mirilla a bicho mas cercano sin perderlo de vista, por si ninguno de sus compañeros se lo cargaba.

y dijo a sus compañeros: - Vamos colegas, que pasa, no teneis cojones para matar a dos putos bichos mas? me los voy a tener que cargar yo o que?

y siguio apuntando mientras pensaba en los ultimos disparos, y los bichos caidos, no eran muchos, el habia estado en aquella cueva de la que habian salido hace unos dias y habia muchisimos mas, y lo que vieron en el video de la operacion lo corroboraba del todo, esto seria la uña al que seguiria el puño...

Crow Termina con el escarabajo! No dejes que se vaya!

A la orden Señor!, dijo escuetamente el infante, no era el momento de socializar, al menos no, mientras hubiese trabajo por hacer.

Espaciando la respiración, mientras calculaba el disparo atraves del ojo electrónico de la mira, Crow se imagino siendo aquella bala que viajando a extrema velocidad buscaba acabar con la vida del insecto.

-Jodete bicho de mierda, hijo la granputa con toda tu puta...(larga serie de improperios).-Dijo Baron desde su sección del muro cuando consiguió abatir al bicho que tenían prácticamente debajo,"por fin se estuvo quieto joder". Hecho un vistazo, el sargento los felicito, y la situación parecía controlada, esto marchaba, aunque el por si acaso no se iba a confiar, los precedentes de la misión era bastante inusuales, y todo apuntaba a que la marina esperaba un ingente de bichejos dando por saco.

Asintió ante las ultimas instrucciones de su cabo.- Oído cocina, tomando posiciones señora.- Dijo por el comunicador, mientras se encaminaba a su puesto asignado, en espera de que sus expertos, o no tan expertos servicios fueran requeridos.

Termino de recobrar el aliento, hago un gesto de desagrado, no puedo evitarlo apenas llegue a ponerme a salvo arriba y ya me están mandando de nuevo al matadero...sin embargo no puedo hacer nada, la alambrada debe quedar colocada o todos moriremos. -A la orden cabo, espero una cerveza bien fría a mi regreso- Trato de poner buena cara a la cabo y regreso por la lizard line hacia abajo, trato de llegar a la alambrada rápidamente detrás de Miller.

- Ostias que tiro.....de puta madre Crow.

Una vez cae el último arácnido reventado por los disparos de Crow, se hace un silencio en la planicie solo roto por los típicos quehaceres de los soldados, Click/clack de los cambios de cargador, las voces de Si mi cabo, junto con las pullas de unos camaradas a otros.

Cuando escucho como nuestra cabo envía a Josh y Miller de nuevo a la alambrada, una parte de mi respira aliviada por no tener que volver a bajar al matadero. Y como decía mi sargento instructor del campameto -Voluntario ni a ir a por el rancho- .

Pateo el suelo para recuperar algo de calor en las piernas, coloco el seguro al arma y me pongo a otear la línea del horizonte, no valla a ser que tengamos otra visita inesperada.