Partida Rol por web

Rodriguez observaba a Miller desde el muro como procedia a tirar el cable y a colocar cargas, era un trabajo meticuloso que Miller hacia a la perfeccion y mas valia que fuera asi, pq sino lo pasarian mal.

de vez en cuando activaba el traje 2 segundos para usar los prismaticos del mismo y mirar a lo lejos lo justo para ver que no se acercaba ningun bicho y de repente cuando vio a Garth alejarse de miller dijo:

- Garth que pasa? Miller se ha tirado un pedo de metano? jejejejejeje, venga Miller date prisa y caga rapido que te queremos de vuelta rapido.

No pude evitar escuchar la conversacion entre Miller y Frost y lanzar una carcajada. -Jajaja ya veran cuando me toque a mi salvarles el culo camaradas.- Luego escucho la indicacion de Miller de vigilar mientras el coloca las cargas explosivas, es como musica para mis oidos, despues de no haber podido hacer mucho cuando vinieron a atacarnos era genial tener la oportunidad de despachar algunas de esas alimañas (solo esperaba no llegaran tantos o mas que la anterior horda) -Adelante amigo,tu culo esta a salvo conmigo detras- Digo al momento que retrocedo la distancia indicada por Miller, entonces saco mi arma y me pongo a vigilar los alrededores.

Veo como Miller y Josh, terminan de colocar la alambrada que protegería nuestro lado del perimetro y una vez hecho esto como iniciaban la colocación de los explosivos. Seguro que esos malditos aracnidos no se lo esperarian nunca.

Empiezo a pensar en como hay cosas que nosotros tampoco nos esperamos.

- Señor, pido permiso para abandonar mi posición en el muro he ir a dar un vistazo a la boca del pozo.

"Adelante amigo,tu culo esta a salvo conmigo detras", Miller, espero que Josh no te diga eso en las duchas Frost lanza una risita para seguir la bola de bromas con sus compañeros. Nada como el humor para cortar la tensión del momento. Sobre todo mientras estás tratando de retirar una carga de jabón del suelo. Luego de esto último el técnico rió para sus adentros y siguió observando el scanner con la cara perpleja.

La canción terminó como había comenzado y tan solo quedó el silencio, en ocasiones roto por los breves mensajes a través del sistema de comunicaciones. Parecía que no había ocurrido nada, pero los cuerpos rotos de los bichos aseguraban lo contrario. Bauer se preguntaba si los cadáveres apestarían el aire de Galdonia y si los compañeros que terminaban de montar la alambrada no deberían de rebozarse en aquel olor. Una vieja táctica de cazador cuando se enfrentaba a un depredador más fuerte y peligroso que uno mismo. Por de pronto, parecía que se conformaban con dejar algunos regalos detrás de sí. Cruzó unos dedos imaginarios con la esperanza de que ninguno de los petardos les diera un mal susto.

Pero eran un grupo organizado. Su posición estaba debidamente fortificada. Los sitemas de comunicaciones tal vez volverían a estar operativos de la mano de Frost y Caín parecía dispuesto a echar un ojo al pozo para matar a Abel si asomaba el morro. Aunque la última palabra la tenía la cabo.

Fuera como fuera, el peligro llegaría de todas partes cuando llegara. Y más valía estar preparado. Su Morita volvía a tener un cargador completo y más pronto que tarde, las cosas empezarían a ponerse jodidas. Quizás fuea bueno no distraerse demasiado.

Muy bien chicos, Atencion, Crow, Baron y josh teneis tiempo libre, marcharos a los barracones pero dejaros las botas listas para venir cagando leches cuando os necesitemos. Descansar y aprovechar el tiempo. Cain, mira el pozo y ponme al dia, luego ve con el resto a descansar.

El resto controlar las posiciones adyacentes y cualquier indicio avisar.

Entendido señor, - dijo Crow -.
Se retiro rápido, y dispuesto a aprovechar el tiempo de descanso de la mejor manera posible, quizás charlar con alguien o mirar como le iba al resto, como sea no iba a perderse la oportunidad de un pequeño descanso antes de lo que seguramente se les venia encima.

Miller se incorpora estirando los músculos de la espalda. Contempla su obra. La nieve cubre pacialmente la carga de demolición, aunque el trasmisor está a la vista para que su pequeña antena pueda operar sin impedimentos.

[Sargento, Cabo... estoy dándome cuenta de una cosa. En el anterior ataque, el trozo de alambrada que dejamos sin poner ha funcionado como un embudo. Los bichos se han apiñado ahí. Si hiciéramos lo mismo en el centro, dejando una abertura, se podría concentrar el fuego de artillería y joderles a base de fuego de supresión. Y si logran pasar se comerían de lleno la carga de demolición. Quitar alambre es más rápido que ponerlo, entre "Joshguardamiculo" y yo podemos cortar y arrastra hacia dentro, haciendo la forma de un embudo.]

- SI SEÑOR. Crow te dejo solo un rato en el muro, nos vemos en los barracones.

Lo bueno de la infantería movil era que no te dejaba mucho tiempo libre para pensar, me dirijo hasta el pozo que tanta mala espina me había causado desde que empezo el ataque de los aracnidos. Quito el seguro a la morita, conecto la linterna del casco y me acerco hasta el brocal del pozo para dar un vistazo.

Que no haya nada.

Unos a unas cosas, otros a otras y él con el culo pegado al muro. Y siendo claros, poco más podía hacer salvo mantener la atención clavada en aquel cubito de hielo gigante que era Galdonia. Algo soberamente aburrido y capaz de hacer dormir a la ovejas, aunque más le valía espabilarse o acabaría balando de un momento a otro.

Jodido, Miller. Pero si aún le circula sangre por ese cerebro unineuronal que tiene y hasta tiene buenas ideas, pensó. Pero también dudaba que los bichos fueran tan tontos como para seguir el pasillo que Miller pretendía dibujar con el alambre. Aunque, ¿qué tenían para perder? Nada. Pero sabía que si bien los putos engendros aquellos eran más estúpidos que las vacas, aunque eso sí, eran vacas homicidas, también era bien cierto que mostraban una rápida capacidad de adaptación. Y luego estaban los bichos voladores, a los cuales ni alambradas ni hostias. Pero eso ya se vería llegado el momento.

Por de pronto, su colega artillero, tenía misión. Ir a pegar un vistazo a ese pozo que venía a ser como el ojete de su fuerte, su punto más débil, allí por donde los bichos podrían darles por culo y nunca mejor dicho.

-Rumsfeld, cuidadín, no vayas a convertirte en varita congelada para bichos. Especialmente llevando esas granadas encima -comentó risueño.