Partida Rol por web

TRANSMISION PRIVADA CON LA CABO ODONELL:

- "Cabo Odonell, aquí Táctico de la Fox. El Cabo Evans quiere que sepa que no podemos auxiliarla, no tenemos ningún sanitario. Sugiere que aleje al herido de la zona de impacto de la artillería y que usted también se ponga a salvo. Cambio y corto." -

Me crucé con Wallace y con Mckein en la oscuridad. Apenas fui capaz de hacerme a un lado. Salí a la noche, por la pasarela que comunicaba con lo alto del muro. Sentía en los pies los temblores que provocaban los gusanos que seguían horadando el subsuelo. Lejos, se distinguían las confusas formas de las hordas de Shaitan, que venían a devorar nuestro corazón.

Tuve el cuidado de dejar algo de espacio, a mi izquierda, entre el cabo Evans y yo. Sujeté mi Morita, y apoyé el cañón contra el parapeto. Una vez más, sentí en mis manos, transmitidos por el arma, los temblores que sacudían el muro.

¡Pirmiso para unirmi a la fiesta, siñor!. Dije, procurando simular alegría, mientras me preparaba para castigar a los perros del infierno helado.

Por último, ajusté las lentes de mi casco, a pesar de lo cual, mi visión mejoró muy poco. Maldije por lo bajo el equipo que tenía. Es una tortura ver cómo la confianza en los novatos se sustancia en cómo nos equipan. Cascos de juguete, visores de juguete. Mi traje calefactado todavía tenía energía, lo notaba en el dolor: gracias a Dios por los pequeños favores.

A ganarse el pan, como de costumbre, pensé.

Sus compañeros seguían luchando contra los bichos que se acercaban hacia ellos, pero él no podía unirse a los disparos. Tenía otra misión: proteger a Billy hasta que cumpliese con su tarea. Y eso era lo que iba hacer.

Billy, te sigo. Sigue avanzando y a ver si llegamos ya a lo tuyo. Y...¿que se suponía que debías hacer?- a decir verdad, solo se entero de su parte, de la otra no del todo. Aunque suponía que cosas de mecánicos- por otro lado, deberíamos intentar ir por alguna zona elevada... aunque por aqui difícil

Baja las escaleras de dos en dos hasta llegar al primer piso para luego correr hacia las escaleras que llevan al sótano haciendo a un lado a todo lo que se encontrase en su camino y es que el mobiliario poco importa en esos momentos: si no sobreviven no lo podrán usar y si sobreviven ya no estarán ahí para usarlo.

-No es lo mío exactamente... pero voy a hacer como dios, que se haga la luz en este puto planeta. Los generadores se han jodido... o eso o hay un bicho comiéndose los cables.

Al llegar a las escaleras del sótano, toma su Morita con las manos y baja con la espalda pegada a la pared para tener una visión del lugar y comprobar si algo se mueve.

-Esta zona va a estar movidita... por aquí cerca tiene que impactar el proyectil de los bichos.

Lanzo un gruñido desaforado por haber fallado, no porque haya apuntado mal, sino porque la oscuridad me ha hecho un quiebro y el clima de este planeta se ha alineado para causarnos el mal. Pero ya nada puede hacerse, y el bicho se ha puesto a una distancia donde parece creer que no podemos darle. Demonios... casi diría que no se ha movido de ahí desde que se ha posicionado. Pero el Sargento está gritando órdenes por el intercomunicador, y eso siempre es lo primero. Así que dirigiéndole una mirada rápida a Sonia y un guiño, avanzo hacia el muro oeste unos cuantos metros hasta ponerme más o menos en una posición decente, y desde ahí me asomo al borde y me encaro para cubrir los agujeros de mis compañeros de la Eco. Y si bien por mi parte no pretendo bloquear el avance de los bichos, al menos sí podré dejar alguno tocado para que se muera en la fría nieve donde deberían estar todos enterrados.

-Vamos, Eco. ¡Que continúe el espectáculo! -Digo a voz en grito a los compañeros que puedan oirme desde aquí. Los bichos parecen motas de colores que se cruzan entre sí mientras apunto durante una fracción de segundo a través de mi visor, y el cañón del rifle abre fuego escupiendo metralla.

Tenían que acabar con eso ya, de una jodida y maldita vez. No iban a poder aguantar mucho más, porque detrás de los obreros venían, de nuevo, los pesos pesados. Y los iban a machacar, sin duda. Era casi imposible que los consiguieran frenar antes de que llegaran a los muros.

Esas lanzaderas tenían que llegar INMEDIATAMENTE.

La orden de Focker le llegó claramente, como siempre, por el comunicador:

- Entendido, señor... - iba a moverse, cuando vió dos cosas: a Sonny disparando así de bien, que estaba él y uno de la Echo en medio y... - Sargento, señor, no puedo disparar directamente contra los bichos del este por que tengo a compañeros en la línea de tiro. Además, hay una gran masa de bichos que vienen directamente contra nosotros y la Echo contra los que no tengo problema alguno de tiro. Vaciaré el cargador contra estos.

Y tal y como lo dijo lo hizo. No lo consideraba una desobedencia pues, según el rumbo que seguían esos malditos bichos podían llegarles tanto a ellos como al otro escuadrón. Debían ser eliminados o frenados al menos. Como fuera.

-No podemos ponernos a tirar cosas hasta que al jodido gusano le apetezca aparecer.

Observo como toda la fox dispara sin cesar. Lo que hay más allá de la noche es algo contra lo que no podemos luchar. Sin duda alguna, la única posibilidad es conseguir que las lanzaderas desciendan a tierra para salvarnos el culo.

-El gusano no se va a conformar con algo que caiga sobre el suelo...necesitamos algo que pese 80 kg... susurro mientras pienso en lo que debo hacer.

-Hygway, Winters, ya han escuchado las ordenes del sargento Focker, tenemos que hacer que ese bicho salga y nos lo tenemos que cargar para desciendan las lanzaderas para salvar a los de la pesada. Yupe, usted siga en su posición para acabar con todo lo que se acerque hacia el fuerte.

Zilema...se que nunca comprenderás lo que pretendo hacer...no se qué histórias te contarán, pero...joder...

Pienso esto mientras me encamino hacia las escaleras.

-Higway, Winters, disparen en cuanto aparezca el gusano y por nuestros muertos NO FALLEN!- dicho esto, comienzo a caminar hacia el centro del fuerte.

Estoy gritando y disparando como un poseso mientras veo con satisfacción como siete de esos bichos revientan bajo mis disparos.

No me doy cuenta del acto de heroicidad extrema llevado a cabo por el Sargento Wimger.

Observo como mi disparo se pierde en la lejanía, sin herir a ningún bicho.- ¡Mierda, están demasiado lejos!- Susurro hablando conmigo mismo. Esta vez estoy decidido a hacerlo mejor, así que cambio mi modo de visión a visión nocturna para poder distinguir mejor a los bichos. Los veo algo mejor, pero la ventisca me entorpece más que con el otro modo de visión.- En fin, voy a tener que esforzarme más.- Disparo a los bichos esperando que, aunque no les acierte de lleno, mi fuego ejerza un efecto supresivo y los enlentezca.

Me di cuenta de lo que intentaba el sargento. Se me ocurrió una idea.

Siñor, li sugiero qui usi la linia Lizard Line. Puidi extinderla y qui los muchachos tirin de illa si sali el Dimonio, para libirarle, si la ata al cinturón, y tiini las manos libris para disparar.

Maldecí mi torpe lengua: cuando estaba nervioso notaba cómo mi acento se hacía más y más cerrado... en las caras de los que me miraban. Esperaba que me hubieran comprendido.

El bombardeo enemigo está a punto de caer sobre nuestro muro muy cerca mío. Debo salir de aquí enseguida. Todos mis sentidos me alertan de que es uno de los lugares más peligrosos. El frío empieza a calar, tengo una enorme herida en mi vientre. Llego a hacer un paso atrás cuando el Sargento Wimger hace un heroico anuncio. Juega la única carta que nos queda, realmente de otra manera sería una pérdida de tiempo. Estoy en un lugar muy peligroso, donde puede que impacte el plasma enemigo, pero no puedo fallarle a ese hombre. Levanto el arma buscando mi blanco y ruego ser más rápido que el gusano, ruego que no tengamos que hacer ese sacrificio.

-Sargento Corbec, ordene al fusilero ligero que tiene al sur que refuerce la defensa norte mientras se repliega el escuadrón Gatling. Sargento la lanzadera no tardará en llegar y habrá espacio para mas hombres; necesito que elija a 2 hombres y los envíe de inmediato al centro del fuerte. Sargento Wolf necesito que elija también a dos hombres que deberán replegarse hasta el centro del fuerte.-

COMUNICACION PRIVADA CON SARGENTO FOCKER:

- "Señor, las demás escuadras comienzan movimientos de repliegue, pero de momento nuestras órdenes no han variado." -

-Aléjense de la zona de impacto y dispérsense-