Partida Rol por web

La situación estaba controlada en el muro sur, pero se estaba tornando complicada para el resto de los escuadrones. Evans divisó como otro tanke alcanzaba el muro mas allá de la posición de Sonny.-¿Que coño están haciendo los de la Heat?.-Los pensamientos eran rápidos y había que actuar con rapidez.-Sonny encárgate de los warriors de abajo tuyo, Sonia conmigo a joder ese tanke.-Mientras se dirigía hacia él su rifle disparaba una acertada ráfaga contra el bicho.

CANAL DE LA ESCUADRA FOX:

- "¡Vamos que ya son nuestros!" -

Vuelvo a la posición del muro en la que estaba al inicio del combate, allí descansa mi rifle tal y como lo había dejado, con su cargador casi completo. Cuando me asomo, veo que mis compañeros han eliminado a casi todos los bichos que amenazaban al muro sur. De pronto se oye un gran estruendo, me doy la vuelta y veo dos gusanos gigantes que salen del suelo en el centro del fuerte.- Uff, he subido justo a tiempo, si hubiera continuado corriendo en esa dirección...- pero hay algunos soldados ligeros con menos fortuna que han caído muy cerca de los gusanos, y como nuestro lado del fuerte está muy controlado decido ayudarlos.

Siento las garras de los guerreros golpeando los muros del fuerte y se perfectamente que están saltando para alcanzarme, así que subo por la lizard sin mirar atrás. Cuando llego a la parte superior del muro, observo como Winters está dando caña a los bichos que tenía debajo, así que simplemente me dejo caer al otro lado de la protección.

Tengo el pecho ardiendo y el brazo izquierdo me duele a rabiar, la adrenalina del momento hace que me mantenga en pie y no sucumba a la brutal herida del pecho, pero no durará, así que permaneciendo recostado en el muro, extraigo el kit medico de mi cuchillo con manos temblorosas -joder...joder...- mientras desenrosco la tapa y saco los antibióticos y morfina observo los gusanos que han hecho aparición en el centro del fuerte.

-Que cojones...- digo no muy alto, sorprendido por la escena  -somos comida para bicho joder. 

Tras aplicarme la cura, me pregunto si he hecho bien, puede que la adrenalina sea lo único que me mantiene en pie, ahora el dolor se mitigará, pero también me afectará brutalmente el frío -no saldré vivo de este lugar- pienso mientras agarro con fuerza mi fusil y aún echado contra el muro intento reaccionar ante la visión de lo que está ocurriendo.

-No van a venir!!, maldita sea, estamos solos- se escucho decir al capitán Tsumina tras la transmisión, todos sobre entendían lo que quería decir y lo conocían bien, prácticamente nunca lo habían escuchado perder el control de si mismo, las cosas por tanto, no estaban nada bien. Tras un breve instante, algo mas recompuesto el capitán recobro la transmisión. –La flota ha considerado imposible defender el fuerte y lo ha descartado el envío de tropas de refuerzo. Ha ordenado abortar la misión y nos avisan que enviaran lanzaderas de rescata en cuanto les sea posible.-

Me he acercado un poco al bicho guerrero que está más cerca de mi compañero de binomio, el Explorador Mkoll. Creo que le he dado de lleno, pero no sé si ha sido suficiente para abatirlo.

Lo cierto es que la detonación de la escopeta acoplada baja el cañón del Morita ha sido más que satisfactoria.

TRANSMISION PRIVADA AL SARGENTO FOCKER:

- "Señor, el Capitán informa de que la Flota no va a enviarnos refuerzos al considerar que el fuerte no es defendible. Nos enviarán lanzaderas de evacuación cuando sea posible." -

MENSAJE A LOS TACTICOS Y AL MANDO:

- "La Fox tiene la situación bastante controlada en el muro Sur. Parece que el bicho Supervisor se escapa, aunque aún no está confirmado.

Nos gustaría acabar con los guerreros que nos atacan. Algunos de los nuestros ya están centrando su atención en los excavadores que han aparecido en el centro del fuerto.

He sugerido a mi Sargento apoyar a los muros Oeste y Este en los laterales." -

Parecía que ellos, por el momento, tenían el lado sur del Fuerte bastante asegurado. Los tanques habían palmado, no quedaban demasiados guerreros y el psíquico cabrón se las estaba pirando al ver el panorama. Tras un momento de bajón, la Fox volvía a estar prácticamente en plena forma.

Pero claro, todos sabemos que los bichos son unos cachondos y tenían una nueva sorpresa: dos puñeteros gusanos gigantes habían aparecido de pronto a través del suelo, tragándose a uno de los infantes ligeros, en mitad del interior de la posición defendida:

- ¡Venga, coño! - exclamó Sonia - ¿Y qué más?

En eso andaban, cuando la orden del cabo llegó clara y directa por el comunicador. La latina sonrió, asintiendo:

- ¡Sí, señor! ¡Ya era hora de que volviera a ser el de siempre, señor!

Para tener mejor ángulo y, de paso, estar más cerca del blanco, avanzó hasta quedarse un poco por detrás de Sonny, cambiando de nuevo al rifle Morita. A esa distancia, sabía que la Belcher no haría el suficiente daño, así que debía ir a lo seguro. Por ello, llegó a la nueva posición y vació el cargador del rifle contra el enorme bicho, esperando así aliviar a la Heat de la presión que sufrían... otra vez.

Acababa de llegar. No me había roto nada. Iba a ir al combate con mi compañero Higway. Todo iba bien, gracias a Dios. El suelo temblaba, pero no me había dado cuenta del pequeño detalle.

Mi comunicador rugió: "¡Vamos que ya son nuestros!"

Me invadió la euforia... demasiado pronto. El suelo estalló delante de mi. Donde antes veía mi objetivo, mis compañeros de la Fox y el muro Sur, ahora había una muralla de roca helada y tejido quitinoso: un enorme djinn, de los que horadan la tierra. Me preparé para morir matando. El mismo ruido me indicó que detrás de mi estaba surgiendo otro, pero no llegué a mirar. Creo que grité, aunque no estoy muy seguro de tales detalles, ni en este momento, ni en otro de los muchos que hubo en mi bautizo.

¡Perro! Hice fuego supresivo, una vez más. Me había ido bien en el aire.

"Click, Clack" El sonido inconfundible de la morita, cuando se encasquilla.

No puedo evitar soltar un "¡Joder!" cuando me doy cuenta del estado congelado del carburante en la barrera. Jodido frío de los demonios, ya no solo nos quiere destrozar la visibilidad y helarnos en la armadura, que ni un fuego decente podemos conseguir. Menos mal que parece que la Flota ya está llegando, así que solo tardarán una hora o dos más como hacen siempre, y los bichos se están... Noticias frescas, más bichos dentro del fuerte. Ni siquiera me molesto en echarles un vistazo, me asomo desde mi posición por la muralla y abro fuego a los jodidos bichos que tampoco quieren morirse excesivamente, y juraría que a uno de ellos ni siquiera le he dado. Pero eso va a cambiar... y la verdad es que así parece, mientras pedazos de bicho saltan por el fuego automático.

-Sector casi limpio, Cabo. -Digo con una mueca en los labios mientras abro fuego. Es una condenada carnicería, y a los bichos les da exactamente igual. Y qué ganas de meterle un balazo en el cerebro al bicho volador, pero órdenes son órdenes.

Avanzo decidido hacia el muro sur donde acaban de asignarme. Pronto me he puesto de acuerdo con Yupé, mi circunstancial compañero. Justamente estoy girado hacia atrás hablando a los gritos con él cuando el temblor bajo nuestros pies que hacía rato se notaba cobra mayo brusquedad. De repente la tierra frente a mí se agrieta y explota, y surge de ella un inmenso gusano. Esto sí que no me lo esperaba en mi primera batalla. En medio del patio del fuerte surgen dos de estos seres que se retuercen en frente nuestro. 

Giro todo mi cuerpo para enfrentar al ser y descargo una ráfaga completa sobre él. Disparo alto, tratando de hacer blanco en las partes blandas. Luego trato de ganar distancia con respecto a aquel ser.

Todo había sucedido muy rápido. Mientras intentaba decidir si atacaba al overseer o si había peligros más inminentes, este dio la vuelta alejandolo de la distancias optimas de ataque de la ametralladora. - Maldita sea! mientras vi infantes correr escaleras arriba. Iban con caras asustadas, habían visto lo que nos iba a caer encima y sin duda eso haría dar media vuelta a muchos. - Al menos han venido muchachos duros. Volviendo mi antención de nuevo a la batalla, los bichos habían alcanzado el muro pero no los tanques del sur por lo que lo duro había sido eliminado. Cuando estas alegres palabras cruzaban mi mente, la tierra tembló. Habíamos sentido los temblores pero no se dieron más importancia que los túneles aracnidos usados para aparecer más cerca de los muros. Cuando dos gusanos enormes surgieron del suelo nos dimos cuenta de que esta vez era distinto. Gritos de dolor inundaron los aires y promesas de muerte aparecieron como malditas pesadillas. - Joder putos cabrones, estan dentro! Sin dudarlo giré la ametralladora apunté y disparé.

Concentrado como estoy en ver la efectividad o falta de ella de mi disparo de escopeta contra el Warrior que amenazaba a Mkoll, apenas soy consciente de lo que está sucediendo en el interior del Fuerte Helado.

Acabo de llegar a mi antigua posición, por lo que recojo mi rifle y disparo rápidamente a los guerreros que están delante mío. Mi ráfaga es rápida y la dirijo para intentar abatir a ambos. Luego me giro con gran velocidad y disparo una ráfaga contenida y dirigida al Tanque que amenaza nuestra muralla este. Una vez he terminado de escupir fuego, hablo a mis hombres:

 - "Soldados, la Flota está fuera esperando para mandar los transportes, debemos aguantar un poco más, aunque según yo estos putos bichos los que están jodidos. Sigan disparando como lo han hecho y acaben con estos hijos de puta como solo ustedes saben hacerlo. ¡Somos los Guardianes de Sirius y nadie puede con nosotros! Sonny y Sonia, acaben con esos bichos y con ese tanque. Mkoll y Gawain, limpien su flanco y luego disparen hacía el muro este para apoyar. Billy y Raynor, despejen la puerta. Todo el resto, sobre todo las armas montadas, disparen contra los gusanos que creen que pueden llegar y entrar como invitados. Debemos evitar que el peligro se quede dentro de los muros, así que matemos a todos estos chinches antes de irnos a casa. Aguanten y no ahorren munición, que de sus armas salga el mismísimo infierno directo hacía sus enemigos. ¡Denles todo lo que tienen y que no vuelvan por más!"

Luego me dirijo al Sargento de Infantería Ligera:

 - "Sargento Aarón  Wimger. Si usted está al mando de esos hombres del patio, atraigalos hasta nosotros para poder acabar con los gusanos con las armas pesadas. Es imperativo que se acerquen más a nuestro muro pues los otros escuadrones tienen la situación menos controlada que nosotros."

Aprieto fuertemente el mango de mi rifle para no volver a perderlo, mientras apunto a los gusanos, preparándome para dispararles apenas esté listo.

Escuchó las órdenes del sargento con atención, y echó una ojeada a la parte inferior del muro.

"Ahora que la cadena de mando está restablecida de una puta vez, quizá podamos salir de aquí... Con la perdigonada que acaba de meterle Gawain, creo que ése tendrá suficiente..."

Entonces miró hacia el muro este, para encontrarse con... ¡Otro puto tanque! Sus pupilas se dilataron al recordar lo que hizo el último, y apuntó al gigantesco bicho mientras decía.

-¡Ah, no! ¡No voy a dejar que me escupas encima otra vez, hijo de puta!

¡Dimonios! ¡Si mi ha encasquillado la joputa! Grita Yúpe, mirando al arma desesperado.

Intenté alejarme del gusano que estaba sano, esperando que, ya que estaban disparando al otro, no se fijara en mi, al pasar por su lado. Lo hice sin perder la cara, con cuidado.

Tengo que desencasquillar esta mierda, ah, Dios misericordioso. ¿Cómo era? Intenté recordar los diagramas de funcionamiento de la morita. En el aula estaba claro. En el taller podía montarla y demontarla con los ojos cerrados, pero con guantes, y con los dedos insensibles por el frío, el tema era muy diferente.