Partida Rol por web

Hacia ya unas horas que los infantes de la Guarnición de la Sirius Beta comandados por el Teniente de 1a Ismahel Osher se habían enterado de la misión que se les encomendaría. Conformaban un grupo de 30 infantes ligeros con nula experiencia en combate, su deber era unicamente brindar protección a la nave en el espacio y la Sirius Beta no era nisiquiera un crucero de combate.
En un principio todo era brumoso, los rumores corrían en torno a la nave y nada era seguro realmente. Pero en los últimos momentos los sargentos empezaron a movilizarse dando a entender que la operación se llevaría a cabo.
Y eso a nadie la gustaba, era un suicidio sin duda. Tenían que descender en medio de una marabunta de bichos y rescatar a un pelotón de infantes que estaban siendo abrazados por el enemigo. Pero ellos eran  unos simples infantes ligeros sin experiencia, ellos tendrían que enfrentar a cientos de bichos, ellos tendrían que rescatar a un grupo de veteranos élite. Sin duda era un suicidio.
Todos los infantes de la compañía de infantería ligera se apresuraban a tener todo listo para su partida al fuerte helado, estaban ya todos reunidos en el área de hangares tras el llamado de las sirenas de la nave, los sargentos solo tuvieron que tomarse unos pocos minutos en pasar revista a sus tropas.
Por el momento parecía que todos estaban nerviosos y ansiosos, no sabían a ciencia cierta a que se enfrentarían allá abajo, pero sin duda, cualquier sentimiento de optimismo les permitiría salir adelante.
-A todo el personal de la compañía de la infantería ligera de la Sirius Beta, las maniobras de descenso iniciaran en 5 minutos, procedan inmediatamente a abordar sus respectivas lanzaderas asignadas. A todo el personal del 2° pelotón, el descenso iniciara en 5 minutos, propendan a abordar sus respectivas lanzaderas asignadas.-
Y así, sin claras explicaciones los mandaban a lo desconocido. Por que el teniente no les decía nada, por que no se les informaba nada de la misión. Mas aun, por que se les habían entregado jump jets para el descenso, es que acaso las lanzaderas no tocarían tierra?

El entrenamiento no los había preparado para esto. Sabía usar el arma. limpiarla con total diligencia, desmontarla, montarla y usar todo el equipo que les había sido asignado. Sabia obedecer órdenes, eso sin duda lo habían apreciado sus instructores, pero ahora se preguntaba si realmente obedecer ante "¡Bajad a morir!" había sido una buena idea. Por supuesto, nadie había dicho tal frase directamente, ningún teniente era tan estúpido. Pero no hacía falta ser un letrado para comprender que de aquella misión tal vez no volviera ni la mitad.

Nathan había pasado los días previos escribiendo una carta diaria a su familia. Muchos de sus compañeros de armas tenían largas videollamadas con sus parientes pero en la granja de donde el procedía nunca tuvieron nada de eso. Añoraba la granja, no cabe duda, añoraba el dorado de los campos en verano, los atardeceres rojos como las manzanas y los ojos calidos de su madre. Pero por encima de todo la echaba de menos a ella.

Su padre los había pillado en su habitación en una actitud que le pareció poco apropiada, montó en cólera. Realmente no estaban haciendo nada malo, solo tonteaban. Pero el hecho de que fuera su hermana melliza probablemente tuvo mucho que ver. Su padre lo insulto, lo desheredo y desahució mientras su madre y su hermana lo agarraban de los brazos para parar la paliza que Nathan se estaba llevando. Lo sacó a patadas de casa y con los ojos inyectados en sangre le dijo que no volviera jamás o lo mataría.

Así que aquí estaba, escribiendo cartas que sabía que probablemente jamás le llegarían a su madre ni su hermana, pero en pocas horas sería su bautismo de fuego y puede que no volviera jamás ¿Que otra cosa podía hacer?

Su primera bajada.

Habían decidido que estaba en condiciones de hacerla después de hacer preguntas mientras dormía... estudio de las ondas cerebrales... o comprobación o vete a saber qué narices querían decir con eso. Los psiquiatras no podían ni imaginar fuera de sus datos lo que era la preparación para una bajada. Siendo sinceros ella tampoco, pero ahora sí.

Tenía tanto miedo que tenía que luchar contra el impulso de forcejear e intentar abrir su lanzadera. Tenían un cometido, bajar, localizar, respaldar y volver ... lo de vivir era opcional. Un fusilero era prescindible.

Todos lo eran.

Puede que dejaran sus cuerpos abandonados entre los bichos... o no, dependiendo de cuánto les importara el equipo.

Quería preguntar por qué no les informaban de la situación de la zona, de lo que encontrarían, pero había guardado silencio y ahora tendría que apechugar con las consecuencias. Antes de subir había contemplado la opción de confesarse... pero era una pérdida de tiempo, a ese señor no le importaba nada lo que ella tuviera o no que contarle.

Es un terror casi inaguantable y ahora sopesaba algunas cosas que tal vez debería haber tenido en cuenta... ¿y si la lanzadora no iba?¿¿y si atacaban la nave mientras esperaban al inicio de la bajada?? ¿¿Y si caía lejos de la posición asignada, lejos de cualquier tipo de apoyo??

Que sea lo que tenga que ser, pensó,  pero que sea ya.

Romeo estaba hablando con un grupo de muchachas mientras sacaba musculo y sonrisas cuando recibió la noticia. Los nervios y el miedo se dibujaron en su cara delante de las chicas y tuvo que inventarse una excusa para volver a su camarote a esconderse mientras se mentalizaba de que tal vez en unas horas... o tal vez minutos estuviera muerto.

Pero antes de que pudiera pensar demasiado en ello sus compañeros empezarón a prepararse y él también. Recogió su equipo, se puso la armadura y comprobo tres veces su arma. Para cuando se quiso dar cuenta estaba junto a sus compañeros en silencio y con caras largas. Nadie hablaba pero todos sabían lo que iba a pasar ahí abajo.

No entiendo este sacrificio. Será más humano enviar una bomba allí abajo para acabar con todo en lugar de mandarnos a la muerte - pensaba romeo para si mismo. Aunque si fuera yo quien estuviera abajo si que me gustaría, y me gustaría mucho, que vinieran a rescatarme.

"¡¡Mierda!!, ¡esto no puede estar pasando!" - pensó Ethan mientras tropezaba con la pierna de otro fusilero que estaba escribiendo una carta...."Dis..Dis...Discul...Disculpa..." tartamudeó en voz baja, mirando de reojo al compañero. 

Mal....aquello estaba muy mal. No era esto lo que se imaginaba cuando se alistó. ¡¡Claro que sabía que existían los bichos!! ¿Quién no? Las holocomunicaciones no paraban de vomitar publicidad de reclutamiento mostrando a unos perfectos soldaditos aniquilando a aquellas bestias...pero no era lo mismo verlo en la holotelevisión que estar ahí, rodeado de otros reclutas apenas entrenados, en las tripas de una lanzadera, esperando ser lanzados al vacío con dirección hacia vaya a saber usted donde y con menos instrucciones que un lápiz....."bajar, localizar, recoger y ¿volver?"...rumoreaban los otros soldados. No....aquello estaba MUY mal. Fusileros sin experiencia rescatando a unos veteranos de élite que estaban siendo masacrados por cientos de bichos...no sonaba nada bien. 

Ethan se abrochó las correas de sujección mientras tarareaba un estribillo de una canción infantil.....no le salía nada más en ese momento...su cerebro era una vorágine de pensamientos......- "creía que íbamos en otra dirección, que podría pedir permiso para...., que tendría oportunidad de......oh..mierda....ahora ya da igual..." - Sentía un miedo incipiente queriendo apoderarse de él, paralizando sus miembros, pero se obligó a no demostrarlo. 

Con un fuerte ¡Clack! se terminó de abrochar las correas y paseó la mirada por el interior de la lanzadera, mientras terminaba de asegurar su equipo para que no saliera dando bandazos en caso de accidente...aunque si se chocaban contra algo en aquel cascarón posiblemente no lo contaran. Daba lo mismo, la cuestión era no parar quieto. Aunque de normal era tranquilo, con los nervios que ahora sentía, no podía dejar de moverse. Comprobaba una y otra vez que lo tenía todo...correas, fusil, granada, cuchillo....munición.....

- No....No....Nos podrían haber dado algo más de mu...mu....munición.....¿no? - dijo mientras contemplaba un cargador que sostenía en su mano derecha - Di...Di....Di....Dicen que hay cien..cientos de bichos ahí abajo....y sólo tengo no...no....noven...noventa  y pocas ba..balas.... -

Y así empezaba todo. O quizás así acababa todo, el tiempo (más tarde que pronto, esperaba Wilson) lo diría.

Su vida antes del alistamiento había sido una mierda: no tenía trabajo, ni familia, ni amigos... no se le daba especialmente bien nada y se pasaba los días buscando pequeñas chapuzas que le dieran de comer. Lo dicho: una mierda. Pero el ejército de la federación de había dado todo lo que le faltaba, empezando por amigos y familia, y siguiendo por un trabajo entre sus filas como infantería ligera. Le debía mucho al ejército y a sus compañeros, y si le decían que había que bajar a recoger a unos cuantos soldados (hermanos más que soldados, y miembros de la única familia que Wilson tenía), pues se baja, joder!

Cuando dieron la orden, a diferencia de sus hermanos, Wilson no tuvo miedo; al contrario, se sintió vivo por primera vez en su vida: iba a resultar útil, iba a marcar una diferencia para alguien. Pero cuando la emoción de la noticia fue pasando, el miedo a la muerte se fue contagiando en él, no quería perder la vida que había ganado. Aún así, mientras las dos fuertes emociones se mezclaban, Wilson recogió sus cosas y se dirigió hacia las lanzaderas en silencio.

Lo que era seguro es que había llegado la hora de demostrar su valía. Por sus hermanos.

 Mi primer descenso, ademas no seria un descenso normal y corriente,  el objetivo seria el rescate de unos compañeros veteranos ahi abajo que necesitaban nuestra ayuda. No tenia muy claro que pensar o que sentir, por un lado nos iban a soltar en una zona llena de bichos lo cual era un suicidio de manual y por otro lado ibamos a salvar a unos veteranos, unos maestros del combate contra los bichos de los que de verdad no esperas que necesiten ayuda alguna.

 Y yo mientras me pasaba el dia, circulando por la nave moviendome por los sectores autorizados y explorando, curioseando, aprendiendo y escuchando toda clase de conversaciones. Y todo porque no queria ir a mi camarote, la ruptura con mis padres fue tan repentina que de un dia a otro fue como si dejaran de existir para mi, no solo pase un tiempo ignorandolos sino que para cuando ya consegui pasar "esa" epoca, tenia miedo de ver sus llamadas y la fecha en la que se enviaron y cada cuanto tiempo se enviaron, asi que trataba de evitar esa tentancion como podia y aun hoy sigo igual, tan solo aprendi a centrarme un poco mas.

 Cuando no estaba deambulando por ahi o curioseando me iba al campo de tiro, a practicar mi punteria y conocer un poco mas a fondo mi rifle y mi traje ya que a pesar de no haber visto un bicho de esos en combate real, siempre habia sido en videos o a una distancia prudencial y no sabia que es lo que sentiria al ver una horda de esos, por eso trataba de acostumbrarme a mi equipo todo lo que podia, para tener algo en lo que confiar ahi fuera.

 Pero no todo era una vida solitaria, cuando no podia mas o me cansaba demasiado me juntaba con aquellos que mas conocia y pasaba el rato, unas veces como silencioso oyente otras veces como un intenso interlocutor, eran ratos entretenidos y los necesitaba. De hecho cuando nos llamaron para comenzar el despliegue yo estaba con los mios, hablando sobre bichos y quien era el que habia tenido mas experiencia con ellos.

 Estaba etrenado y habituado a los despliegues asi que todo fue muy rapido e instintivo. Colocarse el traje, tomar el equipo, coger el rifle, coger municion, coger granadas y si tienes alguna supersticion ahora es el momento de hacerla. Corri en fila ordenada junto a mis compañeros al transporte que se nos abrio invitandonos a entrar como si fuera el camarero de un caro restaurante. Yo  trataba de no pensar y de no cansarme mucho porque debia guardar fuerzas para lo que iba a acontecer dentro de unos minutos, de hecho cuando me sente y me coloque los agarres de seguridad me pregunte: ¿Como he llegado hasta aqui? Hace un minuto estaba hablando con mis colegas y ahora estaba por ir a un suicidio.

 De repente me quede blanco, me di cuenta de lo que iba a suponer pero que era muy tarde para pensar en esas cosas y que ya me deberia dar igual por completo. Aun asi, sentia como si el corazon me saliera del pecho y mis venas explotasen con cada latido y las sujecciones de seguridad eran los barrotes de mi celda.

-¿Alguien sabe alguna buena cancion para el descenso?-Grite bien alto por encima de los sonidos tipicos de despligue.-Para hacerlo mas ameno.

Siguiendo las ordenes de la flota, el teniente Osher se presento para el despliegue de sus tropas, sin embargo llamó a todas sus unidades en vez de abordar de inmediato que es lo que se les había ordenado. Al parecer había llegado la hora de explicar que era lo que realmente sucedia o mas bien sucedería. El teniente Osher espero a que sus tropas se reunieran y a que los murmullos cesaran un tanto para continuar.

-Infanteria, lo que aquí se dirá es clasificado y no pueden comentarlo bajo ningún motivo fuera de este salón. Bajo esa premisa les pido me otorguen su completa atención-

Ahora frente a ellos, se disponía a explicarles que era a lo que se enfrentarían en aquel lugar. Así, tecleando algo en un computador con una amplia pantalla que les había proporcionado la flota, una imagen apareció ante ellos, todos conocían ese lugar, o al menos les parecía conocerlo, aunque nunca lo habían visto desde esa perspectiva. Lo que los infantes de la infanteria ligera tenían ante ellos era una imagen sacada desde el espacio del fuerte helado pero retocada digitalmente.

Toma desde el espacio 1

-No es necesario que les describa ese lugar, ya todos conocen o al menos deberían conocer a la perfección el fuerte helado pues asistieron a la retirada de las fuerzas élite unas horas atrás y a la par los planos se han mostrado ya antes. Así que por ello, haré solo un breve resumen indicatorio o recordatorio, como mejor les parezca- Tomando un apuntador, el teniente avanzó hasta el pie de pantalla y empezó su descripción. -El punto A como recordaran es un edificio de 2 plantas, la superior son las oficinas de mando del fuerte mientras que la planta baja es el comedor. En el punto B, que es también un edificio de dos plantas se ubican los dormitorios. El punto C es una amplia zona designada para diversos usos, allí hemos ubicado la cocina, los talleres de reparaciones, enfermería y almacenes diversos. El D como sabrán es el vació arsenal del fuerte. Finalmente el E es el pozo de agua del fuerte, beneficioso por que nos permite extraer agua de los profundos canales acuíferos del planeta pero a su vez peligroso por que los bichos deben estar ahora propagándose por las entrañas del planeta.-

El teniente regresando al computador y paso a una nueva imagen del fuerte, esta a su vez también contenía algunos detalles que se dispuso a explicar.

Toma desde el espacio 2

-En esta nueva imagen lo que mas hemos resaltado es el muro defensivo, pues este sera la pieza central de nuestra defensa. Con una altura de 6 metros, nos permitirá contener a los arácnidos el suficiente tiempo como para que nuestros Moritas hagan el trabajo. Observen ahora los círculos azules, como podrán notar cada uno tiene una letra; estas, representan la ubicación donde encontraran a cada uno de los escuadrones de la infantería pesada, cuando descienda deberán cubrir alguno de estos flancos lo mas pronto posible si no se les asigne en el proceso, por ello se pondrán bajo el mando de alguno de estos sargentos. Así, el escuadrón Eco del sargento Wolf se encuentra defendiendo el perímetro oeste, el escuadrón Fox del sargento Focker defiende el perímetro sur, el escuadrón Gatling del sargento Mutsafa defiende el perímetro norte, y finalmente el escuadrón Heat de sargento Corbec defiende el perímetro este. El enemigo se ha concentrado en torno a todo el fuerte y esta por atacar con una fuerza en extremo numerosa.- Tomando algo de aire y mirando fijamente la imagen que explicaba el capitán continuo -Los círculos rojos representan la zona de contención en cazo de emergencia. Es decir, en caso de que nos veamos sobrepasados los escuadrones deberán replegarse hasta los puntos indicados a fin de proteger el espacio central entre ellos. Esto tendrá como fin una posible evacuación de las tropas o por lo menos combatir hasta el final.

El teniente miró a sus hombres y notó su nerviosismo, incredulidad e incluso miedo. -Se que esta tarea suena suicida, pero les aseguro a todos que están preparados para eso y mucho mas, hoy demostraremos que somos mejores que aquellos presumidos de la infantería pesada.- Haciendo una pausa tomó algo de aire y continuo.
- Nuestra misión será salvarles el culo a esos imbéciles que se han quedado rodeados y no pueden librar su batalla solos. Caeremos en pocos minutos y reforzaremos el perímetro de combate, listos para una rápida retirada en caso de vernos sobrepasados. Se que no tenemos el equipo necesario, pero se le ha entregado ya a cada infante un Jump Jet y un traje térmico. El traje térmico solo nos protejera un corto lapso de tiempo del intenso frio por lo que deberemos terminar con el trabajo con gran agilidad. Los Jump Jets tienen como fin que en caso de vernos con un alto fuego de cobertura enemigo al descender podamos saltar de las lanzaderas y caer con estos.- El capitán finalmente dejo de hablar, al parecer consideraba que con esa información basta para que sus tropas hicieran bien su trabajo. -Si no hay dudas señores, procedan a abordar de inmediato sus lanzaderas, a llegado la hora de mostrar de que estamos hechos-.

Imaginaba que sería de una forma muy distinta. Nada que ver con algo como esto. Las historias de "la primera batalla", o como lo llamaban la mayoría de soldados: "desvirgarse", venían a ser trabajos rutinarios como reparar un puesto de comunicación, escoltar un grupo de limpieza en unas alcantarillas, comprobar una presencia no identificada...actividades en las que ocasionalmente se encontraban con un bicho o una pequeña progenie de esos.

Cosas sencillas para que el pelotón fuera creando migas y ganando experiencia poco a poco. La mayoría de historias eran divertidas, alucinantes, duras y explicaban como fácilmente se perdían los nervios ante una pequeña reyerta. Risas en una mesa tapizada de cartas a causa de como un tiro certero a tiempo salvaba a un compañero que no dejó de chillar como una niña hasta que lo pusieron de pie entre todos y le limpiaron el moco.

Pero también había malos momentos, días en que el primer combate no era contra tan pocos bichos ni ese tiro era tan certero ni ponían en pie a nadie para que dejase de chillar.

Bumag creía que el también podría fardar de su valentía y habilidad cuando ganar a algo de experiencia, aunque imaginaba que tales bravuras solo surgían para enmascarar los errores, o mejor dicho, simplemente la memoria de lo que realmente ocurre la primera vez que te encuentras solo con los tuyos escudriñando la negra oscuridad abrazado a un sudoroso rifle.

¡Pero esto era completamente diferente! ¡Un simple y llano suicidio! Después de esto nadie va a reír jamás ni a contar chistes sobre cómo se asustaron...porque puede que en poco estén todos muertos.

Con un vacío en el estomago, un nudo en la garganta y el corazón completamente compungido Bumag prepara su equipo de forma maquinal mientras piensa en todo ello.

"¿Por qué? ¡Por qué! ¡Mierda! ¿Para esto me alisté? ¿Quién ha decidido esto? ¿Este es un lugar seguro? Sin duda el refrán " Huir del fuego para caer en las brasas" nunca tomó un significado tan literal...Ahora mismo este es el lugar más peligroso en el que podría haber acabado"

La armadura añade un peso poco reconfortante y mientras se va añadiendo los pertrechos con todo lo necesario empieza a pensar que la situación los supera a todos. Solo dos cartuchos de munición terminan de minar los ánimos.

"Oh no. El nuestro es el segundo peor lugar de toda la galaxia porque los desgraciados que se han quedado abajo se llevan el primer puesto, al que por cierto se supone que nos dirigimos en cuestión de minutos."

A pesar de todos sus temores se presenta ante la lanzadera A y escucha con atención las instrucciones del Teniente 1a Ishmael Osher. Nunca, en la escuela, en el trabajo, en casa, en el ring o siquiera hablando con Mary había prestado tanta atención como ahora. Todas las posiciones, escuadrones, nombres de los sargentos y, sobretodo, los puntos de contención en caso de emergencia quedan gravados en su mente desde el mismo instante en el que los escucha. Recordar cualquiera de estas cosas puede que le salve la vida.

La sola idea de que un simple muro de 6 metros les separase de un ejército de bichos no le hacía mucha gracia y menos aún que un pelotón inexperto con ridículos efectivos tuviera que "rescatar" a los condenados de ahí abajo.

La idea de huir se abre paso como el rayo en la mente de la mayoría de los soldados y Bumag empieza a maquinar como podría pegarse un tiro, lesionarse, aplastarse una pierna o cualquier percance que lo incapacitara para la misión. Perdería el honor consigo mismo, todo respeto hacia los compañeros y seguramente la peor condena que le pudiera sentenciar un consejo de guerra y, aun así, no sería una opción tan letal como esta misión.

Aun así, es difícil no ser valiente cuando estás rodeado hombro con hombro con otros soldados. El efecto hermético del conjunto refuerza el temple de cada uno por separado y antes de que pueda buscar una oportunidad para autolesionarse o simplemente huir ya está armado, listo y a punto para descender donde sea.

Uno podía entregarse a que fuera lo que tuviera que ser y hacer el trabajo sin más, aunque el simple hecho no fuera un acto de fe ni de coraje ni de confianza, todo lo contrario, es la perdida de toda esperanza al resignarse a esperar el peor de los resultados.

Firmes...¡¡rompan filas!!...

Rompan filas...la infantería ligera se embarca en una misión para la que no está preparada, pero todos corremos como alma que lleva el diablo hacia nuestras lanzaderas.

Unas horas antes repasaba procedimientos de actuación en situaciones de fallo catastrófico de la cocina del comedor y me cortaban la lectura para informarme de que debería prepararme para algo que nunca había hecho.

Soy un suboficial de infantería ligera y he recibido el adiestramiento apropiado, pero nunca he entrado en combate y temo no soportar la presión.

<"Modos de actuación de un suboficial: un suboficial, siempre debe dar ejemplo a la tropa, aunque no tenga mando directo sobre ella.">

Equipo dispuesto, traje preparado, correas bien abrochadas, armamento frío, con el seguro y en posición de seguridad y totalmente firme para escuchar al teniente...y vuelta al presente.

El corazón me late de forma frenética. Por una parte estoy emocionado por poder entrar en combate ya que son muchos años ya en el cuerpo y siempre he tenido que aguantar a esos "héroes" que se encargan del trabajo sucio y luego se creen que pueden hacer lo que les de la gana dentro del mundo civilizado, he tenido que aguantar sus insultos (debidamente registrados en el informe posterior) y desprecios por no haber entrado en combate...y ahora se me presentaba la oportunidad.

Por otra parte...estoy muerto...nos dirigimos a una misión suicida y eso significa que puedo perder todo lo que tengo, pero prefiero no pensar en ello. Soy un infante y tengo que hacer mi trabajo.

Llego a la rampa de entrada de la lanzadera y me doy la vuelta para recibir a los soldados que irán en ella. Me muestro tranquilo y sabiendo lo que hago, aunque se que todos saben perfectamente que ahí abajo estaré igual de verde que ellos. 

-¡Vamos vamos vamos!, ocupad vuestros asientos y abrochad las correas con fuerza, no quiero que nadie salga despedido cuando nos intenten volar en pedazos y unas correas prietas, se sueltan mucho mejor que unas flojas.

-Consejos no me faltan...he escuchado cientos...pero aplicarlos va a ser distinto.

"¡¡Oh mierda!! Ahora estaba claro...no...claro no...diáfano... ¡nos metían en un puto agujero lleno de bichos a rescatar a unos desgraciados que habían tenido la mala suerte de quedarse allí dentro!" - Pensó Ethan mientras trataba que la tensión no asomara a su cara. Unas gotas de sudor frío cayeron por sus sienes mientras escuchaba la descripción de la situación del Teniente 1a Ishmael Osher, que con un puntero láser iba señalando las diferentes "opciones" de las que se suponía dispondrían. No era lo mismo escuchar unos rumores que circulaban por la nave, que nadie sabía si eran ciertos o no, pero que todo el mundo daba por hecho que eran exagerados, que escuchar a un oficial confirmarte las órdenes y darte los detalles de la misión. Ahora estaba claro, era cierto. Era una misión prácticamente imposible de realizar, ¿o no? - "pero...si habían confiado en nosotros...¿por algo será, no?" - Se negaba a creer que los enviaran como ovejas al matadero por una simple decisión absurda de algún mando superior.....tenía que haber algo más escondido.

- "Además, los que están ahí abajo son infantería pesada, de lo mejor que se puede encontrar, y está claro que no van a dejarlos allí a su suerte, así que habrá que bajar a por ellos..." Al fin y al cabo, si él estuviera en su posición, también estaría deseando ver llegar refuerzos...aunque fueran bisoños como ellos. Llevaban rifles y sabían cómo usarlos. Eran Fusileros de Infantería Ligera, y lo iban a demostrar. Después de esto, si sobrevivían, ya nadie se reíría de la infantería ligera, y menos los de la pesada, puesto que les habrían dado una patada en el culo a un montón de bichos para salvar su hermoso trasero....

Con estos pensamientos, Ethan trataba de tranquilizarse, de que no se le notara de que le temblaban las piernas y que de que tenía la mandíbula fuertemente apretada, debido a la tensión. Escuchó con atención las instrucciones del Teniente, memorizando los puntos de defensa, evacuación....todo listo. Vió como sus compañeros rompían filas a la orden del Teniente, y él hizo lo propio, dirijiendose a la lanzadera B.

Entró, se sentó en el primer asiento al lado de la puerta, se ajustó las correas y comprobó por enésima vez su equipo, para ver que estaba todo correcto.

Mientras comtemplaba cómo iban pasando el resto de compañeros por delante suyo, la mayoría cabizbajos y callados pensando posiblemente en todo lo que dejaban atrás y en lo que les esperaba ahí abajo, Ethan dedicó un último pensamiento a su padre:

- "Padre....¿donde estás?....perdona si te he fallado.....juro que volveré y te buscaré.....lo juro."

Si no hay dudas señores, procedan a abordar de inmediato sus lanzaderas, a llegado la hora de mostrar de que estamos hechos.

Rompen filas y se mueven como autómatas... en mayor o menor medida, muchos inmersos en sus propias cavilaciones e impresiones sobre la misión.

Sam había procurado prestar atención a las instrucciones, consciente de que ajustarse al plan le salvaría la vida, pero una parte de ella hacía un resumen propio de todo lo hablado: dispara a todo lo que no parezca "blandito".

Bicho bueno, bicho muerto.

No bichos, no peligro.

Sus propios pasos la dirigían hacia la lanzadera A asique se permitió contradecir a su subconsciente y cambió el rumbo hacia la lanzadera B donde ya había alguien sentado. Alguien que manoseaba su equipación en un intento nervioso de examinarlo y controlar que todo estaba correcto.

Murmuró un saludo, era probable que no la hubiera escuchado.

Se sentó enfrente de Ethan, ajustando las correas hasta tensarlas, también tenía la obligación de revisar su equipo, pero en vez de rebuscas, hizo una lista mental de lo que tenía encima, recordando la duración de la protección del traje térmico...¿qué haría una vez se acabe?

Entraron algunos compañeros más

-Arriba ese ánimo. Hay bichos de sobra-se permite comentar. Lo suyo nunca fue la sutilidad.

Los peores temores de romeo se hacían realidad mientras escuchaba el discurso introductorio a su propia muerte. Apenas se fijo en el mapa hasta que Osher empezo a describir el lugar. En ese momento sus temores desaparecieron y adopto la pose de un fusilero atento y dispuesto. Al fin y al cabo esa información sería crucial para su futuro próximo.

Confiaba en sus aptitudes y en sus compañeros. Había realizado el proceso de formación con honores, no era el mejor pero había conseguido acabarlo situado entre los 10 mejores. Bueno, ser el décimo mejor de tu promoción tampoco es para vangloriarse pero romeo nunca destaco por su humildad.

Cuando rompieron filas avanzo sin mirar atrás y con la mirada puesta en el frente hacía la lanzadera C. Al entrar en ella descubrió que era el primero en entrar así que se situó al fondo para que los que vinieran detrás suya no le molestarán. Se sento y rápidamente se puso las medidas de seguridad a su alrededor mientras esperaba que llegaran sus compañeros dispuesto a morir hoy... aunque preferiría no hacerlo.

Recordaba algo que le había dicho un instructor no hace tanto tiempo.
- ¿Tienes miedo romeo?
No, ¡Señor!
- Pues deberías.
¿Por que? Señor.
- Solo se puede ser valiente cuando tienes miedo. Sino tienes miedo es que eres un loco imprudente.

Tras las instrucciones, comenzamos a partir. Por lo visto lo que se comentaba dentro de la nave era cierto, ibamos a por unos veteranos de guerra, en un fuerte perdido, a saber durante cuanto y que es lo que pasaria durante la estancia. Pero al menos sabiamos que: Hay bichos a millones, pueden atacarnos desde el suelo, estaremos al lado de veteranos y que en el fondo no sabiamos como se iba a desarrollar la mision.

 Parti hacia mi transporte asignado, el transporte A donde ya habian varios sentados y a la espera de ser lanzados hacia el infierno mas helado de la galaxia, y para colmo nuestras protecciones contra el frio son limitadas asi que yo mismo preferiria no estar demasiado tiempo ahi abajo por si acaso empiezo a sufrir de congelacion pero tampoco queria abandonar a nadie a los bichos porque estoy seguro que no es ninguna experiencia agradable.

Mientras me abrochaba los cierres de seguridad me iba mentalizando de lo que iba a suceder, la verdad es que no tenia muy claro que pensar, el teniente debe tener alguna confianza en el exito de la mision ¿no?¿Porque iba a desperdiciar tropas y recursos en algo que perfectamente resultaria inutil? Pero por otro lado, y lo mirase desde donde lo mirase esto parecia un suicidio en toda regla, pues historicamente los ejercitos mas numerosos siempre han tenido mas probabilidades de exito que los menos numerososo.

Sin contar con que estos te podian atacar desde dentro de tu propia fortaleza.

  Pensaba aprovechar hasta el ultimo momento las protecciones termicas, antes de que quedaran inutilizadas por el frio. Para entonces tendria que mantenerme frio y centrarme en matar bichos.

-¿Alguien sabe hacer caldo de bicho? Para entrar en calor y eso... .-Sarcasmo, lo poco que me quedaba para mantener la cabeza fria.

Creo que tendria que haber abierto esos mensajes de mis padres hace mucho y ahora es tarde pues hoy podria morir.

- Pues venga, a tomar por culo - Dijo Wilson intentando sonreír, pero no lo consiguió.
Comprobó que llevaba todo lo que necesitaba encima y se dirigió a la lanzadera C. No había razón alguna para elegir esa, tan solo un vago recuerdo de una letra C junto a la puerta del piso de sus padres antes de que murieran. Menuda gilipollez.
Una vez asegurado en su asiento y saludar con la cabeza a "Romeo", solo dos cosas le rondaban: qué harían cuando el traje térmico no pudiera protegerlos, y qué pasaría si tenían que retirarse al pozo y los bichos entraban por ahí.
- Joder, al menos no vamos a aburrirnos - Comentó en alto.

Parece que llegó el momento de meter toda la carne en el asador, hacer de tripas corazón y otras tantas frases de sabiduría barata que le vinieron a la mente. Se dedicó una sonrisa a si mismo por la ocurrencia, pos su genuino sentido del humor y la des-personalización que poco a poco a poco empezaba a sentir. No es malo se dijo, así sentirás menos miedo y pena, habrá menos sudor en tu frente que te obligue a parpadear, tendrás menos reparos al dejar gente atrás cuando huyas para no morir.

Sumido en sus cavilaciones como si lo de alrededor no fuera con él llego a su cabina de lanzamiento. El principio del final de su vida empezaría dentro de ese cubículo oliendo a sudor, cuero y miedo. Cuando salgamos nos salpicará nuestra propia sangre y ya nada podrá diferenciarlo de un parto, ​ pensó para si mismo.

Nathan volvió a sonreír.

Éstaba terminando de comprobar mi equipo y cuando nos llamaron, asique me preparé para la charla

Una charla táctica sobre lo que nos vamos a encontrar... una panda de novatos al rescate de unos veteranos... bueno, en unas horas dejaríamos de ser novatos, para ser fiambres o unos curtidos veteranos.

Entrar, recoger y salir... bueno, en la teoría era fácil, pero con los bichos nunca lo es.

Me encamino a paso ligero y tomo un asiento en la lanzadera, apretándome las sujeciones y observando, a mi alrededor... no puedo evitar llevarme la mano al cuello, al casquillo que llevo colgando de ahí, un casquillo de una bala que casi me cuesta la vida, solo esperaba que esta vez tuviera tanta suerte como para no morir.

Veo a un tipo que no hace más que revisar el equipo, bueno, siempre es mejor eso que no hacer nada, al menos te aseguras de que no se encasquillará el arma, y también hay una chica que ha soltado un par de chascarrillos sobre los bichos, no puedo evitar una sonrisilla.

-Bichos de sobra siempre hay, ese es el problema... que parecen no acabarse nunca, pero bueno -doy unas palmadas en el rifle- nosotros nunca nos cansaremos de matarlos, ¿no?- suelto una risilla y levanto la mano con el pulgar hacia arriba a ambos, en señal de aprobación, hay que hacer piña con la gente con la que vas a morir- intentemos protegernos el culo mutuamente.

Ethan consigue esbozar una sonrisa nerviosa cuando oye los comentarios de sus compañeros. Se da cuenta que le están observando e intenta parar los rápidos movimientos de sus manos apoyándolas en las rodillas, mientras contesta al compañero que le está sonriendo con un brazo extendido y el pulgar hacia arriba:

- Cla...Claro......eso segu..segu...seguro ¡¡ O nos cubrimos o..... - no termina la frase...bajando lentamente la cabeza...pero rápidamente se rehace y mirando a los ojos con intensidad a ambos se presenta:

- Me llamo Ethan.....¿y vo..vosotros? Me gustaría saber el nombre de los va..va....valientes que van a cu..cubrirme el culo. Al menos para saber hacia do..do...donde tengo que apartarme cu...cu..cuando oiga...¡granada¡ -  termina con una tímida sonrisa...