Partida Rol por web

Bartley mira al cielo mientras juguetea entrelazando los dedos. Tiene la mirada como perdida, ausente. De pronto, baja la cabeza y os mira directamente, pero fijándose fundamentalmente en Alan, que es quien le ha regalado el bollo de pan.

-Porque tan toos locos- os dice, abriendo desmesuradamente los ojos, como con miedo.

De pronto, comienza a caminar a grandes zancadas, alejándose de vosotros, como alma que lleva el diablo.

-Toos locos. ¡Cuidado! ¡Tamos condenaos! ¡Tol pueblo ta condenao! ¡Toos condenaos!

Sale corriendo en la dirección en que habéis venido vosotros.

-No te creas, corasón. Hase unos años las cosas no eran así...- ves que parece que le cuesta hablar, pero de pronto encoje los hombros, te mira fijamente, clavando su penetrante mirada en tus ojos, como tratando de analizar si eres realmente de fiar o no. Al final, parece que se decide a hablar. Tienes algo que le inspira confianza- Parese que d'un tiempo a esta parte les molesta cualquier persona que venga de fuera. Eso antes, corasón, no pasaba. Te lo digo yo, que más de fuera no se puede ser. Cuando yo llegué al pueblo, me acogieron con los brasos abiertos por ser la esposa del antiguo polisíiia que se pasaba por aquí, que Dios me lo cuiiiide ahora en el sielo- dice, y se lleva la mano a una medalla que lleva al cuello, una de esas que suele abrirse conteniendo una foto y un mechón de pelo- Y siiiin embargo, ahora me tratan bien porque llevo muchos años aquí, pero si llegase ahora a vivirme aquí, sé que no me querríiian ni de lejos. Parese como si odiaran a todos los de fuera, corasón, y no sé por qué.

Baja la cabeza, apesadumbrada.

Aun con dudas y sin muchas confianzas en mi en solitario por un pueblo totalmente desconocido para mi me encamino por el camino de la izquierda sin siquiera pensármelo para evitar dudas que me retrasaran aun mas.

-Sigamos Charles este camino debe llevar a algún lugar.

Miro preocupado a Bartley mientras se aleja.

- Demonios!!! Quizá debamos seguirle, puede que se dirija a la iglesia.

Doy un par de pasos tras el y luego me giro hacia los periodistas.

- Todo esto apesta a asesinato encubierto por todo el pueblo.

Acelero el paso tratando de alcanzarle.

Vamos, vamos, no se preocupe miss Maria digo tratando de levantarle el animo como ya le he dicho, esta no es la primera vez que tengo que hacer frente a una situacion semejante. Ademas, ¿que tipo de acontecimiento hace que todo un pueblo se vuelva en contra de aquellos que vienen de fuera? Un acontecimiento de semejante envergadura sin duda habria llegado a oidos de las gentes de Boston.

Como ya he dicho estoy seguro de que este tratamiento que estamos recibiendo se debe unica y exclusivamente a nuestra actitud para con los habitantes del pueblo. Estoy seguro de que si hubiesemos sido mas corteses, la gente no se comportaria de esta manera con nosotros. Una pregunta miss Maria, ¿le importaria si echase un vistazo a la casa de su difunto esposo? Quiza mi hermano dejara alguna nota o algo que pudiera indicarnos su actual paradero.

Te percatas de que tiende a ladear ligeramente la cabeza cuando escucha o cuando habla. No, no huele a alcohol, no parece estar borracho, ni nada por el estilo.

Y viendo cómo le habla Jason...

Quizás lo más probable es que sufra un ligero retraso mental.

A lo lejos, a la izquierda del camino, ves lo que parece un edificio algo más grande que los colindantes. Tiene dos plantas. En la planta baja ves grandes cristales que parecen escaparates, y que podría ser el bar. A juzgar por cómo son las ventanas del piso superior, y por el balcón que ves, podría ser que la planta de arriba estuviese destinada a vivienda.

By camember at 2009-11-25

El sujeto avanza a gran velocidad. Lo veis dirigirse directamente hacia la zona de la iglesia.

-¡Por mí encantá!- te dice, sin pensarlo siquiera- Pero las llaves las teníiiia él, corasón. No sé si tendré otra copia de las llaves por casa. Si no te importa, corasón, y no te corre priiiisa, cuando termiiine la hora de las comiiidas, que se me suelen pasar varios del pueblo por aquí y es cuando más gano, cuando haya fregao todo esto, corasón, subo a mirar. ¿Te puedes pasar a media tarde? Rebuscaré por casa. Creo que mi mariiido tenía un juego de llaves por si las moscas, pero a saber por dónde anda...

Mira la hora en el reloj de la pared, ha llegado la hora de comer. Pronto habrá algo más de movimiento en el bar.

-Tras la hora de las comiiidas, te lo miiiiro sin falta, corasón. ¿Te pasas en unas dos horiiitas por aquí?

-Diantres...- gruñe mirando la tienda de abarrotes. Las palabras de Alan hacen mella en Gordon, quien se queda observando unos instantes, quizás no fuese la fuente más fiable, pero desde cuando había preocupación, siempre que pudiese sacar algo de ventaja de todo ello.

Sin pensarlo por segunda vez, dio una zancada y empezó a correr detrás de aquel hombre extraño. -Voy detrás de usted, demos alcance sin llamar demasiado la atención, ¿Quiere?- dice mientras el cigarro en su boca empieza a agitarse, y lo arroja tras el segundo paso, sin detenerse a mirar si cae en tierra o césped. A lo mejor con las herramientas adecuadas, podría arreglar los suficientes rumores como para iluminar aquello.

-¡Aprisa!- anuncia. Había corrido en otras ocasiones por la noticia y esta era otra más de ellas. Al menos, sabría que le pagarían en oro cuando regresara a Boston con la historia...

Ningún problema por mi parte, miss María. He de admitir que mi estomago también comienza a quejarse por la falta de alimento y no creo que a miss Stone le parezca bien que llegue tarde al turno de comidas digo mientras me dirijo hacia la puerta del bar.

Me detengo a un par de pasos de la puerta ¿le importaría hacerme un último favor? ¿Podría indicarme donde se encuentra la casa de su difunto esposo? Me gustaría echarle un vistazo antes de ir a degustar los platos de miss Stone. Se que puede parecer una estupidez, pero me hará sentirme más tranquilo.

-No hay problema, corasón- te dice, y desaparece bajo el mostrador un momento, para emerger con un papel y una pluma- Miiiira, por el camino que has veníiio, hay una iglesia en medio de este camino y otro, no sé si me expliiiico. Pues por ese otro camiiino, verás una tienda de abarrotes, más allá una casa pintá d'amariiillo chillón muy hortera, y después- sigue trazando líneas en el papel- Si siiigues caminando un ratejo, corasón, verás un senderiiiillo al fondo lleno de malesa, que si lo siiigues, te llevará diresto a casa de mi difunto maríiiio. No sé si m'he explicao bien.

Te entrega la hoja de papel, para que veas las anotaciones. Ciertamente, hay faltas de ortografía en el papel como para que un profesor universitario se pegue un tiro, pero de todos modos es bastante claro.

Los tres seguís al hombre, que avanza a toda velocidad. Casi no podéis ni seguirlo, pues sus zancadas son mucho más largas (y veloces) que las vuestras, pero al menos lográis manteneros a una distancia prudente con la cual saber a dónde se dirige. Cuando avanzáis, veis que llega a la zona de la iglesia y tuerce por el otro camino, por el que Mycroft había ido tiempo antes, y que conduce a la cafetería del pueblo. De hecho, de la que avanzáis, veis cómo el sujeto pasa por al lado de alguien que os resulta familiar. Es Charlie Mallard, que también ha abandonado la iglesia y se dirigía a reunirse con su tío Mycroft, de quien hace rato que no sabéis nada.

El corpulento y maloliente hombre continúa caminando a gran velocidad por el camino, ajeno a todo.

Muchísimas gracias de todo corazón miss María esta todo claro y cristalino respondo agradecido al tomar la hoja de papel. Pese a mis intentos, no puedo evitar que una leve mueca de asombro asome a mi rostro al ver tal cantidad de faltas de ortografía en tan poco texto es una lástima que una mujer tan buena y agradable no halla recibido la más mínima educación, ni siquiera las mas esenciales nociones de gramática.

Buen provecho y hasta dentro de unas horas miss María me despido con una leve inclinación de cabeza y atravieso la puerta hacia la calle para poner rumbo hacia la casa en la que mi hermano había pasado las últimas noches. Esta noticia, por nimia que pudiera parecer, sirvió para mejorar mi humor de manera casi milagrosa, tanto es así que de camino a la casa no repare en las miradas de desaprobación que me lanzaban los oriundos al cruzarse conmigo camino de sus hogares.

Cuando regresas camino hacia la iglesia, ves una escena que te sorprende ligeramente.

Ves a un hombre corpulento y con cara alelada caminar a grandes zancadas, a toda prisa. Detrás de él, a cierta distancia, ves al pintoresco grupo de detectives con los que has iniciado esta aventura yendo tras él, tratando de seguirle el ritmo como buenamente pueden. Acaban de pasar a Charlie Mallard, que se dirigía tranquilamente a buscarte, y continúan avanzando con determinación, siguiendo al desaliñado hombretón.

Mientras seguís al hombre, y justo tras pasar a Charlie, veis cómo Mycroft avanza hacia la zona de la que vosotros venís, un poco sorprendidos al veros perseguir a un hombre monumental al que no había visto antes.

Me pregunto por que mi hermano tomo esa decisión en vez de alojarse en la posada del pueblo. Tal vez deseaba vivir como otro vecino cualquiera, para así poder escribir mejor, lo cual es muy común en el. Siempre le ha encantado meterse en la piel de las personas sobre las que esta escribiendo.. mi hilo de pensamientos es cortado por la extraña estampa que aparece frente a mi. Pese a mis intentos no puedo evitar esbozar una picaruela sonrisa al ver los intentos de mis compañeros de búsqueda por seguir los pasos de aquel hombre.

Suponiendo que el motivo por el que siguen a ese hombre tiene que ver con la desaparición de mi hermano, decido no inmiscuirme y me dirijo hacia mi sobrino Charlie sin prestar la mas mínima atención al resto del grupo hola querido sobrino, ¿habéis podido encontrar alguna pista? Yo afortunadamente si, he conseguido encontrar la casa en la que tu padre se hospedaba. Me dirigía a echarle un rápido vistazo antes de comer, pues esta tarde he quedado con la dueña para buscar algún indicio del paradero de Charles. Si quieres puedes acompañarme le comento directamente a mi sobrino, pero lo suficientemente alto como para que el resto del grupo pueda oírlo sin problemas, para demostrar a ese pretencioso juntaletras que con buenos modales también se puede conseguir la información que uno necesita.