Partida Rol por web

Cuando nuestros investigadores deciden regresar a almorzar... O al menos parte de ellos.

Volvéis sobre vuestros pasos, lenta y pesadamente. Os da la impresión de que el camino es interminable, ya que lleváis toda la mañana en danza, y no es que hayáis descubierto gran cosa sobre el paradero de Charles. Quizás la cosa se vaya a alargar más de lo que pensábais...

La falta de colaboración de los habitantes del pueblo os ha resultado un inconveniente con el que no contábais cuando partisteis de viaje, el día anterior. Si soltaran prenda, quizás a estas alturas ya hubiéseis dado con él...

Cuando entráis en la posada de Miss Stone, os percatáis de que de la cocina emana un delicioso aroma a carne recién hecha. Las tripas responden al instante con un sonoro rugido.

De pronto, miss Stone sale de la cocina, enarbolando una sartén.

-¿Para esto me meto yo en la cocina a prepararles unos chuletones de chuparse los dedos? ¿Para que me lleguen más de una hora tarde a comer? ¡Brrrrrr!- parece algo furiosa, pero nada serio. Por lo visto esa mañana había decidido meterse en la cocina a preparar un suculento almuerzo para aquel grupo de simpáticos "detectives" que habían decidido hospedarse en su casa- ¿Y el resto? ¿Sólo vienen ustedes tres? Pues a los otros, más que un delicioso chuletón se van a comer un frío ladrillo, que es lo que parecerá mi asado después de tanto tiempo. He tratado de mantener la comida caliente, pero no sé yo... ¡Anda, anda! ¡Vayan pasando al comedor! La mesa lleva puesta ya un rato, y tienen una botella de vino tinto sobre la mesa. Ya les voy llevando yo los platos. Eso sí, les aseguro que si ahora está la carne dura como un trozo de piedra, no es culpa mía. Hace una hora habría estado que habrían relamido hasta el plato.

Entra en la cocina, a buscar el primer plato, no sin señalaros de nuevo el comedor con un gesto de la mano derecha.

Bajo mi cabeza ligeramente y un leve rubor asoma a mis mejillas ante la reprimenda de miss Stone. Al parecer las mujeres de este pueblo poseían un fuerte carácter, como había comprobado con miss María hace escasamente una hora, si bien también parecían poseer un noble corazón.

Mis más sinceras disculpas miss Stone contesto una vez pasado el bochorno inicial en ningún momento he deseado causarle ningún percance, pero cuando descubrí el lugar donde mi hermano se había hospedado los últimos días, sentí la necesidad de visitar el lugar para poder así disipar la angustia que azota mi corazón. En compensación por lo ocurrido, prometo comerme la carne sin queja alguna lentamente, me voy adentrando en el comedor mientras mis tripas muestras una vez más su descontento ante la falta de alimento y no solo en compensación, ahora mismo sería capaz de comer cualquier cosa, estoy que me desfallezco del hambre.

Me relamo y preparo nervioso los cubiertos y la servilleta

¿Donde se habrá metido Mr Flemming?

Observo a Mycroft y Charlie sin saber muy bien como expresarme, no voy a decir nada nuevo, no voy a dar ningún dato sorprendente ni escandaloso, y sin embargo, me gustaría que le dieran más importancia de la que estoy seguro le van a dar. Así que mientras Miss Stone va a buscar los platos comienzo despacio a hablarles, sin esperar demasiadas respuestas, dudo mucho que vayan a decir nada, y tampoco espero ninguna respuesta, sin embargo digo lo que siento y pienso, de alguna manera, espero recibir algo que me conforte

Señores, creo que ya conocen de la hostilidad de Yokelville. Paseando por el pueblo entré en una tienda y me negaron venderme nada... el subnormal al que persiguió Alan... parecía tan afectado como nosotros y sin embargo sabía algo más.

Dicen que los tontos no mienten... decía que el pueblo estaba loco... que todos los habitantes estaban locos y que el pueblo estaba condenado... espero que Alan consiga algo más, pero la atmósfera que se respira fuera de esta posada... uff demasiado sospechoso...

sospechoso....

Jason repitió la palabra.. pensando en... ¿qué?

¿Usted también piensa así mister Jason? pregunto mientras me acomodo en mi silla del comedor. Es cierto que la mayoría de los habitantes del pueblo se muestran cuanto menos reacios a expresarse en nuestra presencia, pero pienso que es porque en este pueblo no están acostumbrados a los habitantes de la gran ciudad. Démosles un poco de tiempo a acostumbrarse a nuestra presencia, tal vez así podamos obtener la información que ansiamos.

Observe si no el exquisito trato ofrecido por miss Stone, y si tiene a bien acompañarme tras el almuerzo, podrá comprobar también como miss María resulta ser una mujer encantadora. Pero el episodio de la tienda ha conseguido llamar mi atención, ¿sería tan amable de darme más detalles de lo sucedido?

-Disculpe por la tardanza Señorita Stone. Pero hemos estado realmente ocupados aunque segun mi opinion no hemos avanzado tanto como me gustaria me temo.

Despues me limito a escuchar a mi tio y su palabrerio y al señor Jason el cual esta necesitado de unas clases de buenas maneras.

Miss Stone interrumpe unos instantes la conversación para poner ante vosotros lo que parece un delicioso plato de carne** asada. La raja de carne está cubierta y rodeada de una exquisita salsa y de algunos vegetales, como guisantes, maíz, rúcula, lombarda, algunas aceitunitas...

El aspecto es suculento a conciencia, y el primer bocado no os decepciona en absoluto, está para morirse del gusto.

Vuelve a salir con la excusa de traeros pan para la salsa.

Olisqueo el plato y comienzo a deleitarme con cada bocado, es una carne tierna y gustosa, más aún el calor de estar recién hecha después de pasear por las inclementes y frías calles de Yokelville donde el viento hiriente nos dejaba agarrotados y temblorosos.

El edificio enorme junto al amarillo y llamativo por el que hemos pasado hace un momento era la tienda de Yokelville, habia un poco de todo, especialmente comestibles. Emm ahora que lo pienso un hombre grande y rudo arrastraba a Anne tras él, tal vez fuera su padre o su prometido, vaya uno a saber.

Traté de comprar un jersey hecho a mano y una bolsa de pipas pero me negaron la compra, no querían venderme nada, así que se los devolví amablemente. Sin embargo parece que Alan dijo algo apropiado que le permitió le vendieran una bolsa de bollos, entró el "tonto del pueblo" y salió con Alan, mmm se llamaba Bartley.

El caso que él mismo dijo que en el pueblo estaban todos locos, todos estaban condenados, y tras esto echó a correr como un poseído. Le seguimos hasta encontrarles a uds, momento en el que solo Alan continuó la persecución, lo dejé estar, total, parece que este pueblo no me traga, ir con él seguramente hubiera hecho que nos dieran una paliza

No desestimo coger un autobus a Boston mañana por la mañana, o esta misma noche si saliera alguno, pues aquí está visto que nadie nos va a ayudar y lo más que podemos conseguir es que nos de una buena tunda

Hablo pausado, dando pequeños bocados al plato que mi atención ocupa y deleitandome masticando

Me recuesto aun mas en la silla para dar mayores facilidades a miss Stone a la hora de repartir la carne. Muchísimas gracias miss Stone le agradezco a nuestra anfitriona una vez la carne está en mi plato, mientras cojo los cubiertos, dispuesto a saborear la que al menos tenía la pinta de ser un suculento plato, lo cual pude corroborar nada mas llevar dar el primer bocado se nota en la textura no solo que ha sido preparada con el máximo cuidado , sino que la carne es de excelente calidad. Y la mezcolanza de sabores creada por la salsa no hace sino acrecentar esa sensación.

Comienzo a comer lentamente, degustando cada bocado, mientras escucho el relato de miss Jason. Una vez este termina de hablar, dejo los cubiertos sobre la mesa y me limpio la boca con la servilleta antes de responder. No sea tan pesimista, mister Jason. No creo que el pueblo tenga nada ni contra usted ni contra ninguno de nosotros. Como bien ha dicho, mister Rowladson dijo algo que hizo que el trato hacia su persona cambiara. Y creo que ahí radica el problema, creo que si queremos sacar algo en claro debemos de ser más respetuosos con la gente de este pueblo. Venga usted conmigo a visitar la casa en la que se hospedo mi hermano en compañía de miss María y entenderá lo que le digo.

¿Y tu Charlie, has conseguido averiguar algo? le pregunto a mi sobrino, el cual llevaba callado desde que fuimos a la casa, y esperaba que aquella visión no le hubiera afectado.

Cuando Miss Stone nos pone le plato de comida me limito a sonreirle.
Parece delicioso y desde el primer bocado compruebo que asi es. Ademas de una excelente anfitriona tambien destaca como una buena cocinera.
Escucho la conversacion de mis dos contertulios interesado en la informacion que han conseguido.
Cuando mi tio me pregunta hundo mi cabeza en el plato y continuo comienza despues de solo contestar un breve -No- avergonzado por mi torpeza.

Entra Miss Stone con una bandeja con un gran flan, justo cuando acabáis vuestros almuerzos.

-Bueno, este es el postre. Mucho me temo que haciendo repostería no soy precisamente un as. Vamos, se podrá comer y poco más.

Se sienta un rato a vuestro lado, enciende un cigarro, y se queda descansando tranquilamente. Al repartiros el flan, veis que realmente se puede comer, pero que no está a la altura del resto del menú. No obstante, un poco de flan entra con agrado.

-¿Y bien? ¿Qué les ha parecido este pueblo? Es un antro de mala muerte, para qué negarlo...

En ese momento, te das cuenta de que a través de la ventana cerrada, percibes un gran griterío. hay alboroto en el pueblo, quizás hacia la zona dela iglesia.

No tienes nada de lo que avergonzarte sobrino, le digo en tono conciliador al notar la vergüenza en su voz has hecho todo lo que está en tu mano. Uno no siempre consigue lo que se propone, pero no por eso debe desfallecer. Sigue así y seguro que tarde o temprano daremos con tu amado padre.

Pues he de decirle que la carne estaba exquisita, sin duda es usted una cocinera maravillosa miss Stone. Una vez nos ha servido los postres, comienzo a comer el flan en silencio. Una vez he terminado, dejo los cubiertos sobre el plato, y tras limpiarme los labios con la servilleta, vuelvo a dirigirme a nuestra anfitriona es cierto que quizá no sea un lugar de exuberante belleza, pero a mí al menos no me parece diferente del resto de pequeños poblados que abundan en Masachussets. Pequeño, tranquilo, un lugar esplendido para huir de la ajetreada vida de la ciudad. Creo que incluso estoy empezando a disfrutar de su quietud. Puede que una vez halle a mi hermano vuelva en periodo estival para relajarme de las tensiones derivadas de la actividad docente.

Con gusto le acompañaré Sr Mallard, poco me queda por hacer aquí pero me gustaría conocer mejor al que fué el hermano de Charlie Mallard.

Al venir la Srta Stone guardo un respetuoso silencio dedicándole una sonrisa agradecida por su hospitalidad y buena comida y escucho complacido su voz, no es una voz musical, pero es amable, eso hace que uno quede reconfortado, más aún valorando este común rasgo en este inóspito lugar.

He hecho numerosas reseñas y críticas de lugares..... tiendas, calles, ciudades, pueblos, eventos.... y discúlpeme srta Stone, pero me ahorraré darle mi humilde y seguramente conocida opinión, sin embargo le recomiendo, si ningún lazo le une a este lugar, que cambie el negocio de sitio, porque como dijo el bueno de Bartley, este pequeño pueblo está condenado

Por cierto ¿Le conoce?

Alto.... cara de pocas luces... sonriente..., da igual, no tiene importancia

La comida está buena, muy buena, más aún en este tranquilo lugar y sin embargo no he sido capaz de saborearla a gusto. Este pueblo me tiene demasiado molesto, y me aseguraré que ningún forastero más se acerque por aquí, no tengo ni idea de en qué pensaba Charlie Mallard al venir aquí.

-Me voy a ir de aquí, señor Strawberry, me voy a ir. Ya hace tiempo que lo tengo decidido. Tengo algunos ahorros, y me pienso marchar de la zona. Les diría lo contrario si mi sustento dependiese de este negocio, pero como era un hobbie más que otra cosa, pues no tengo reparos en confesar las ganas que tengo de largarme de Yokelville.

Os cuenta que no se encuentra cómoda viviendo aquí, y que ya hace mucho tiempo que no se pasea por el pueblo, aunque os dice que al bueno de Bartley lo conoce, que le resulta simpático. También os confiesa que Yokelville no le parece un lugar seguro para vivir -motivo por el que ha dejado de pasarse por el pueblo- y que prefiere mil veces partir en su modesto vehículo al pueblo más cercano a comprar que hacerlo en yokelville.

Una mueca de sorpresa aflora en mi rostro al escuchar las palabras de nuestra amable anfitriona ¿a que se refiero con eso de poco seguro miss Stone? En el escaso rato que he paseado por las calles del pueblo no he sentido ninguna amenaza, aun contando con las miradas de descontento de los oriundos del pueblo, ya que estas solo expresaban eso, su contrariedad ante mi presencia. Hágame caso si le digo que en Boston puede usted encontrarse con sitios cien veces más peligrosos que Yokelville.

Justo cuando Miss Stone parece que te va a responder, percibís un gran griterío. Hay alboroto en el pueblo, quizás hacia la zona de la iglesia.

Vaya, ¿a que se deberá tamaño escándalo? pregunto ligeramente escandalizado al parecer los oriundos de este pueblo comparten con “mister” Flemming su escasez de modales. Me resulta extraño que aun no hayan llegado a intimar teniendo como tienen tanto en común.

Miss Stone, ¿se celebra por ventura alguna clase de celebración eclesiástica en el día de hoy, o alguna reunión de vecinos digna de mención? pregunto curioso a nuestra anfitriona, reprimiendo las ganas de salir corriendo a ver la razón de semejante griterío, ya que no quería parecer un metomentodo.