Partida Rol por web

Al atravesar las puertas lo que véis ante vosotros es lo que parece una torre creada por diferentes bases, como si fueran unas bases circulares superpuestas cada cual de menor tamaño, como si formaran la que os recuerda a la torre de Babel.

Las luces no se sabe de donde provienen pera es como si estuviera bañada por la luz del sol, una luz tan natural como la que se puede ver en un bosque o en un campo.

-Buenas -se oye una voz que sale de un lado de la sala- esta es la primera prueba -véis surgir de entre las sombras a Saisu, el que es el instructor de subterfugio- tenéis que llegar a la cumbre de arriba del todo lo más rápido posible, la forma en que lo hagáis es cosa vuestra, no os voy a decir lo que podéis o no podéis hacer, vosotros hacer lo que creáis conveniente y nosotros puntuaremos en consonancia.

Se tomó un respiro y continuó -en cada nivel tenéis dos caminos a elegir, podéis elegir el que creáis más conveniente o que se os dé mejor -saca el mapa de la instalación- como podéis ver hay zonas con agua algo profunda para que nadéis, otra zona es llana para que corráis, la otra es para saltar de una plataforma a otra, en esa tenéis que andar por una base estrecha y al final tenéis que trepar la última base para llegar arriba- se guarda el mapa y se vuelve hacia la sombra de la que ha surgido, dejando un último mensaje con su voz haciendo eco por la instalación- si la hacéis perfecta arriba hay un premio.

-Ya he tenido mucho agua por hoy Kalth-dije desde los brazos de Kalth mientras me escurría hacia el suelo.-¿Vamos a las tarimas?

No tenía especial prisa por empezar asíque me permití consultarlo con mi compañero.

-Y ajustate bien la coleta-le recomendé, tanto trajín con su pelo había soltado un poco la goma.

Me ajusté la coleta mientras Rei bajaba y asentí, tras lo que hice una serie de gestos rápidos

-Quiero conseguir el cofre, asique tenemos que hacerlo bien a la primera, ¿vale? -esbocé mi mayor sonrisa y la miré, esperaba que esto se nos diera bien- cuando quieras empezamos

Sonreí alegremente y asentí, sacudiendo las antenitas del pelo.

-Pues será mejor que empecemos.-salté hacia Kalth y le usé de trampolín hacia las tarimas, con mi tamaño no iba a dar mucho de sí porque estaban muy por encima de mi altura, asíque tenía que usar lo que tenía a mano para subir.

-¡Salta, salta ,saltaaaa, pequeña langooooostaaa!-canturreé infantil mientras iba de plataforma en plataforma haciendo las trenzas agitarse en el aire creando una estela lilácea tras de mí.

Entré en la zona de pruebas y escuché las palabras del profesor ninja. Bueno, básicamente teníamos dos caminos para llegar a nuestro objetivo que era un premio jugoso en el último nivel, si es que conseguíamos llegar primeros... si no llegábamos antes que los demás, el único premio que obtendríamos sería el del cansancio el de menos puntos.

Había decidido hacer la prueba sola porque siempre me había gustado hacer esas cosas sola y no en compañía de otros que podían distraerte y hacerte falla cuando en realidad estabas haciendo una cosa fácil. Decidí decantarme por comenzar a saltar en el primer nivel de la prueba ya que nadar siempre es más cansado y quería llegar fresca a otras pruebas. Aunque visto de otra forma, a mí saltar no es que se me diese muy bien.

Me acerqué al agua y salté a ella de cabeza para comenzar a nadar y llegar al otro lado.

Me subí a la tarima cercana y me dispuse a saltar de plataforma en plataforma. Era fácil, estaban a una distancia sencilla y daba un "paso" en cada plataforma, adelantando a Rei a una velocidad interesante, era como si caminara a grandes zancadas, solo apoyaba un pie en cada plataforma.

-¡Te aprovechas de que eres más grande que yo!-le recriminé con mi vocecilla sin dejar de saltar tras él, tenía que dar varios pasitos en cada plataforma para poder llegar a la siguiente de un salto.

Esperé tranquilamente a que ella llegara, no íbamos mal de tiempo, la verdad, aunque si adoptara su forma normal en estas pruebas puede que saltara un poco más.

-Para saltar y nadar podrías ir en tu forma normal, puede que así no tuvieras que dar tantos pasitos

-Estarás contento...-miré a mi alrededor, no parecía haber nadie cerca de nosotros asíque  me estiré  con pereza mientras la  ropa se tensaba sobre el cuerpo, resquebrajándose en algunas costuras y estirándose en otras zonas. La tela del lugar era excepcional, aunque era resistente de sobra no estaba pensada para un crecimiento de golpe.

-Nada por ahí.. ni por allí-miré a ambos lados usando la palma de la mano para hacer visera sobre mis ojos-echemos una carrerita, Kalth, a ver como se sube.¡Vamos!

Nunca dejaba de sorprenderme cuando adquiría su aspecto normal y entonces me acordé de lo que me dijo Anderthael y me sonrojé. 

Habíamos llegado al final de esa zona y había unas escaleras que subían hacia el siguiente nivel, que era llano completamente.

echemos una carrerita, Kalth, a ver como se sube.¡Vamos!

Mierda, me había quedado embobado y ahora me llevaba ventaja, apreté el paso y corrí tras ella, pero no la alcancé... aunque tampoco es que me importara mucho...

Centrate

Para cuando Kalth llegó a mi altura estaba esperándole en cuclillas, de nuevo con el tamaño habitual.

-Estás como un tomate, Kalth, ¿te has apretado demasiado la guarrería esa del traje?-el mío por supuesto estaba destrozado y ahora me quedaba holgado por todas partes.

-¿Por donde quieres ir?-arrugó la nariz, no se le daba bien trepar, y el equilibrio era algo mejorable en su educación.

-Trepar solo se hacerlo bien yo, en cambio tu eres muy buena en el equilibrio y a mi no se me da mal tampoco, creo que deberíamos ir por las planchas de equilibrio.

Intentaba no decir nada respecto a lo rojo que estaba y el que ella estuviera vestida con una ropa hecha jirones y su armadura se hubiera vuelto transparente no ayudaba nada.

-Entonces por los tablones-asentí con la cabeza sacudiendo el par de antenitas de nuevo. Tal vez era por el tamaño de niña pequeña, pero el vacío que había bajo los tablones se me antojaba mayor aún asíque procuré darme prisa en poner un piececito delante de otro y avanzar con rapidez, cerrando los ojos y con los puñitos cerrados bajo la barbilla para no dejar escapar ningún ruidito ahogado por el miedo a caer.

-Kalth no te caigas...-supliqué, entreabriendo un ojo para ver que no me iba a caer al vacío.

Miré como pasaba Rei y la seguí, sin mirar abajo, poniendo un pie delante del otro y con la mayor tranquilidad del mundo, sabía que podía hacerlo asique lo hice, y cuando llegué al final no pude más que levantar el pulgar y sonreir.

-Esto está chupao, vamos que aun podemos conseguir el premio

Salté a los brazos de Kalth para que me cogiera y así llegamos a la siguiente elección.

-Hummm..... podemos saltar o podemos seguir jugando al circo...¿De nuevo el circo?-hundí la cara en su cuello mimosa-esta vez te tocará a ti ir delante, si si si...

La de volví los mimos y la dejé en el suelo de nuevo, esta vez la tabla era más estrecha y casi el doble de larga... la cosa comenzaba a complicarse, asique empecé de nuevo con cuidado, con los brazos extendidos a ambos lados y mirando un poco hacia abajo para situar bien los pies, pero centrándome en la tabla no en el foso.

Trastabillé un poco y me tuve que quedar quieto, balanceándome para recuperar el equilibrio

Seguí relativamente de cerca a Kalth que se tambaleó ligeramente haciendo que la tabla tambén temblara con su balanceo.

-¡Ah!-me asusté agitando los bracitos describiendo circunferencias para no caer.

Recuperé el equilibrio y pude continuar aunque estaba preocupado por Rei no podía hacer nada de momento asique me quedé cerca del final por si se caía poder saltar a por ella.

Me dí tanta prisa en llegar al otro lado que con la tontería de la carrerilla salté para agarrarme a Kalth cuando éste había llegado.

-Nadie dijo que tuviera que pasar andando-dije poniendo morritos-casi te caes Kalth....-le retiré el pelo del rostro con una preocupación infinita asomándose en las pupilas azuladas.-No me des nunca más esos sustos.

La cogí en brazos y asentí mientras la daba un ligero mimo y seguí andando hasta llegar a lo que parecía un lago que terminaba en un muro, vertical y con salientes muy escasos.

-Ahora nos toca mojarnos- dije mientras me quitaba la chaqueta y me la ataba al cuello- vamos allá

Salté al agua y comencé a nadar sin mucho esfuerzo, pero mantenía la vista en rei por si necesitaba mi ayuda.