Partida Rol por web

- La noche ha estado tranquila...hasta ahora. Esperemos que siga así o tendrá que trabajar Betsy- dijo tocando su escopeta del calibre 12 que tenía sobre sus rodillas.

La guardia pasaba entre los ruidos de la noche y el crepitar de la hoguera. Repentinamente, notáis que los caballos que se encuentran amarrados al otro lado de la diligencia* parecen nerviosos. Oís como relinchan sordamente y escarban ansiosos con las patas delanteras en la reseca tierra en la que os encontráis.

Mierda, espero que sea un coyote- piensa Roy mientras dirige su mirada hacia los caballos.

El cazarrecompensas coge un palo prendido de la hoguera y se dirige unos pasos más allá de los caballos para ver qué puede estar molestándolos.

En la otra mano llevaba la escopeta dispuesta a disparar a todo aquello que le pareciera peligroso.

- Vigila el otro lado, quizás quieran hacernos la envolvente- dijo Roy a Brian para que estuviera atento.

Brian hizo lo que le indicó el cazarrecompensas. Bordeó la diligencia por el lado contrario de Roy y se acercó a los caballos. – Quieto chico, quieto. No pasa nada. – Dijo Brian a los caballos acariciando sus cuerpos inquietos.

- ¿Ves algo por ahí, Roy? – Pregunto el exmilitar. – Yo no veo nada por aquí.

A unos escasos 40 metros de tí, observas que unos rastrojos se mueven y de repente, aparecen dos indios agazapados. Parece ser que no reparan en ti y avanzan confiados hacia la diligencia.

Ahí estaban, parecía que no pasaría nada en toda la noche, pero ahí estaban. Agazapdos dos indios se acercaban a la diligencia.

No vienen a hablar a estas horas de la nochey haciendo el menor ruido posible- pensó el cazarrecompensas poniendo rapidamente su escopeta en su hombro para abrir fuego.

¡PUM!

El sonido del disparo retumbó en todo el campamento y luego sonó la voz de alerta del Roy.

- ¡¡INDIOS!! ¡¡NOS ATACAN!!

La detonación del disparo retumba en el silencio de la llanura como un trueno fatal para el indio que tenías apuntado. El impacto pilla totalmente desprevenido al indio que cae fulminado al instante.

El otro indio se escabulle tras una roca como puede.

De repente, una flecha pasa a escasos centímetros de tí y se clava en la madera de la diligencia. Pero Brian no tiene tanta suerte y es acertado por otra en el hombro derecho.

El momento que tanto temíais por fin acabo llegando. No se sabrá con que estabais soñando cuando el estruendo de una detonación os saca de vuestro sueño de improviso.

- ¡¡INDIOS!! ¡¡NOS ATACAN!! – Acertáis a oír los gritos de Roy.

También escucháis lo que parecen ser unos lamentos.

Cojo rapidamente mi Colt e incorporandome busco a Roy observando donde dispara mientra me aincorporo agachado y busco la covertura de la diligencia.

Pete llevaba fatal ser despertado bruscamente, lo odiaba y por ello siempre buscaba ser el último turno, también si no había trabajo se despertaba cuando el cuerpo y su resaca se lo pedían. Sin embargo hoy no era un día de esos y por eso estaba de mala hostia.

-¡Putos salvajes que no le dejan a uno ni dormir!- Maldijo entre dientes mientras tomaba rápidamente a Enriqueta. Entonces oteó sus alrededores buscando por dónde vendrían para decidir cuál sería su mejor parapeto.

La noche había pasado tranquila a pesar de los ruidos que parecían que nos amenazaban desde todos los puntos del lugar en el que habíamos decidido descansar esta noche. Llevaba unos momentos durmiendo, abandonándome al descanso merecido. Sin sueños, afortunadamente también sin pesadillas. Cuando estaba acomodándome en un descanso apacible gritos de alarma me despiertan.

Esos indios malnacidos han decidido que no acabemos nuestro descanso. Estamos alarmados y decidiendo qué hacemos instintivamente. Estoy en el suelo así que ruedo ligeramente para poder ver mejor la situación, todos miran en una dirección, cojo rápidamente el rifle y las alforjas en la que llevo la munición y me parapeto junto a unas rocas apuntando en la dirección opuesta a la que todos están mirando.

me meto debajo de la diligencia mirando hacia donde mira Roy, ya que Brian ha caido con una flecha clavada.

Jack seguía agachado cerca de los caballos a la espera de que no fuese un buen blanco para las flechas de los indios, pero sabía que no podría aguantar mucho tiempo a la intemperie, así que disparó a otro de los indios y luego corrió a la diligencia para resguardarse debajo de ella.

Al llegar exauto miro de donde vengo y les grito:

- ¡A la derecha!, ¡están a la derecha!

Todos parece que van a repeler el ataque que llega desde un lado, pero no creo que sean los únicos. Me cubro entre unas rocas y el terreno lo mejor que puedo. Con el colt y el Winchester preparados esperando a que algún malnacido se acerque por la retaguardia para pillarnos la espalda, pero eso no va a pasar, cualquiera que se acerque tendrá unas cuantas balas del 38 como recibimiento.

Trato de no hacer ruido mientras parapeto algo mejor mi posición, con la diligencia presente por si tuviese que replegarme hasta la diligencia.

La oscuridad envuelve la escena y los indios aprovechan para lanzar otras dos flechas a Brian que se encuentra en campo abierto.

Tan embotado por el sueño como se encontraba Pete que apenas conseguía ver a los malditos salvajes de las llanuras. A su alrededor todo era movimiento, flechas volaban a la par que las balas eran escupidas por los cañones de las armas de sus compañeros.

Fue entonces cuando empezó a darse cuenta del estado de la situación y echó a correr buscando utilizar la diligencia como parapeto. Al final cabo la diligencia la que le mantenía con vida en todos los sentidos.

-¡Vamos Enriqueta! –Se animó al tiempo que apuntó con el arma y disparó.

La situación en torno a la diligencia no parecía ser muy buena. 

Brian se encontraba a unos metros totalmente inconsciente y moribundo. Dos nuevas flechas, que nadie sabía de donde habían salido, laceraban el agonizante cuerpo del antiguo soldado que yacía con ellas ensartadas.

La suerte estaba echada para para Brian y, si nadie lo remediaba enseguida, su vida estaba a punto de finalizar al pie de las Rocosas.

Por su parte, Tyler y Roy se encontraban debajo de la diligencia a salvo, por el momento, del ataque de los arqueros indios. 

Roy volvió a disparar, ésta vez al indio que quedaba en pie de los dos que estaban a la vista. Y nuevamente acertó con su objetivo. El infortunado indio que trataba de esconderse tras la una roca, recibió el disparo de la contundente arma de Roy y cayó gravemente herido. 

Tyler seguía los acontecimientos al lado de Roy con atención.

Jack había conseguido parapetarse tras unas piedras colocadas a tal efecto y vigilaba que no los cogieran desprevenidos por su retaguardia.

Por último, el viejo Peter, acertó a ver como caía el otro indio abatido por el disparo de Roy y, animando a su vieja escopeta, disparó al cuerpo inmóvil. El disparo dio de lleno en su objetivo y terminó por matar al malherido indio.

Por el momento, todo queda en silencio. Solo se oye el sonido entrecortado de respiración de Brian.