Partida Rol por web

Al parecer las vacas no se molestaron cuando la diligencia pasó a su lado. Parecían estar acostumbradas al trasiego de gente dada la cercanía de ese punto con Las Vegas. Así retomaron el camino y la marcha que antes llevaban.

Pero en un momento dado Pete avisó de que unos tipos estaban reuniendo un rebaño de unas cuarenta cabezas. Roy asomó la cabeza por el ventanuco para ver lo que el viejo se refería. El cazarrecompensas apretó los dientes y luego suspiró.

-Será mejor que aflojes. No sabemos si se alejarán, nos rodearán o nos envestirán -dijo con poco ánimo.

—Preparad las armas. —Susurró en voz queda el conductor—. Todos llevan la misma marca pero podrían ser robados. Cada desgraciado que nos hemos encontrado era otro hijo de puta así que estos no tienen por qué ser diferentes...

Entonces alzó la voz buscando evidenciar que les había visto.

—¡Ah de los vaqueros! ¡Tengan un buen día!

Con cuidado de que no se asustasen las bestias, Peter acercó la diligencia hasta el más cercano de los vaqueros que trataban de reunir a los longhorn. El vaquero miraba con cierta desconfianza a la diligencia y, sobretodo, a Jack que iba a caballo al lado de ella.

Al salido de Peter respondió tocándose el ala de su sombrero a modo de saludo. Después se acercó a vosotros. Cuando estaba a vuestro lado posó las manos sobre la silla y saludó. - Buenas tardes. ¿Desean algo, señores? Como pueden ver estamos bastante atareados. - Pregunta sin dejar de mirar a Jack.

—Perdonen caballeros. —Agrego Peter Franklin mientras se volvía a sujetar el ala de su sombrero pajizo—. Ruego que me disculpen por las molestias, únicamente quería preguntarles por cómo es el camino hacia Las Vegas, hasta ahora hemos tenido un viaje accidentado. —Confesó finalmente mientras dedicaba una mirada en derredor con la desconfianza de quién espera el peligro en cada esquina.

Roy, con su escopeta en el regazo, escuchaba la conversación desde el interior de la diligencia. No quería intimidar a nadie enseñando su arma, pero tampoco quería alejarla demasiado por lo que pudiera pasar.

Al poco sacó la cabeza por la ventanilla y preguntó.

-¿Ocurre algo, señor Franklin?- dijo para que vieran los vaqueros que el viejo no estaba solo.

Ganado y más ganado, alguien sacaría mucho dinero de todas las cabezas que se veían y seguro que había muchas más que no estaban a la vista.

Ahora un grupo de vaqueros juntando a varias reses, sin duda que tenían ganado el sueldo que recibían. Y por si no fuesen muy honrados, los mantenía tan vigilados como ellos a nosotros, especialmente atento estaba el muchacho que se acercó al que correspondo con el saludo del sombrero. Pete les pregunta por el camino, ojalá que puedan darnos alguna indicación de utilidad, como dice "el viejo" nuestro camino ha sido algo tormentoso por decirlo suavemente.

Por si acaso Roy saca la cabeza para hacerse notar, eso hará que si estaban pensando en hacer alguna estupidez, lo piensen dos veces.
- Nada Roy, Peter está preguntando por el camino, a ver si tenemos alguna ruta más cómoda que la que llevamos.

Proseguimos con el viaje en diligencia. Después de el último ataque de unos forajidos conseguisteis llegar de mala manera a Cedar City. Allí os recuperasteis de vuestras heridas y, una vez que reanudasteis la marcha, se os unió en la diligencia el señor Willoughby. Un hombre de negocios de la ciudad que debía viajar a Las Vegas por sus sombreros.

Por el camino encontrasteis un grupo de unas siete u ocho vacas pastando tranquilamente.

Según Peter todas llevan la misma marca de ganadería.

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El jinete se gira y le indica a Peter la dirección a seguir. - Tienen que ir siempre en aquella dirección... deben de ser como un par de días de marcha.

Cuando el vaquero le indica a Peter la dirección no puedo dejar de pensar en los días que aún nos quedan de marcha, nada en comparación con lo que llevamos pasado por el camino. Pero el descanso en una cama de verdad me hace añorar esa sensación de comodidad y descanso, dormir al calor de la hoguera se me antojaba ahora peor que el calor de una manta.

Pero sigamos el viaje, ya no queda mucho para nuestro destino.

Roy iba en la parte de atrás de la diligencia, conversando con el señor Willoughby. No es que le gustara hablar sobre todo de sombreros, pero sí que quería olvidar el último incidente del ataque de los bandidos. Habían salido de allí milagrosamente y teanto él como sus compañeros habían sufrido heridas por ello.

Entonces Pete les advirtió de que habían encontrado un grupo de vacas, todas ellas marcadas con un mismo hierro. Roy ya no se fiaba de nada. Desenfundó a su vieja Deisy, su sport rifle y se preparó.

El cazarrecompensas asomó la cabeza por el ventanuco y observó al tipo con el que hablaba el viejo Pete. Al mismo tiempo echó un vistazo por los alrededores por si veía algo raro, no quería bajar la guardia y menos a falta de dos días para llegar a su destino.

—¿Dos días? —Preguntó Peter como si esperase una confirmación algo más halagüeña. Llevaban un viaje demasiado largo y accidentado y la perspectiva de alargarlo otros dos días más no era en absoluto la mejor. Tras suspirar se retiró su sombrero y se peinó su cabello sudado hacia atrás, entonces se abanicó un par de veces con ayuda del mismo y entonces se volvió a colocar el mismo.

Los dos os dais cuenta que el vaquero con el que estáis hablando se encuentra inquieto.

Además de darte cuenta de que está inquieto te fijas en que parece que quiere que os vayáis cuanto antes.

Mientras hablas con el vaquero ves que las reses tienen la misma marca de ganadería que las que otras que encontrasteis un poco más atrás solas.

-Bien, dejemos que éste caballero siga con lo suyo y nosotros con lo nuestro- dijo el cazarrecompensas al grupo referente al tipo que estaba con las vacas. Pero antes de que se pusieran en marcha llamó a su colega Jack que iba a caballo por la otra ventanilla, la que estaba más alejada del vaquero.

-¡Jack!, acércate para que me digas si vamos bien o no -dijo a su amigo y socio.

Cuando éste estuvo cerca le habló en un susurro, para que pudieran oírlo solo los de la diligencia y no el vaquero.

-No sé si te has dado cuenta, pero el tipo está nervioso. Además tiene ganas de que nos vayamos ya -le dijo mirándole y mirando a su alrededor por si veía algo raro-. Qué opinas, nos vamos y ya está, o nos vamos y volvemos sin que nos vean y vemos qué está o están tramando.

—Mirad la marca en los animales —susurró Peter desde el pescante una vez comprobó que no había oídos indiscretos cerca. No modificó en ningún momento el ritmo de la marcha—. Pueden estar con los de antes... Desde luego que no parecen molestos porque les hayan robado. Creo que sería mejor disparar y luego preguntar.

Observo los movimientos del vaquero y me parece extraño su forma de proceder, algo no anda bien y se nota, pero el qué.

Roy también se ha dado cuenta que algo no va bien y quiere que me acerque para hablar en condiciones más discretas que al lado del vaquero, al poco de dejar su compañía nos acercamos para intercambiar las sensaciones que tenemos.

- Ya veo Roy que tú tampoco te fías, hay algo muy raro en ese tipo. Pete ¿te suena si ese camino que nos ha indicado que siguiésemos si o si es el que tenemos que llevar?. Puede que nos lleve a una emboscada.

Yo ocultaría la diligencia en un recodo tras unos árboles y matojos y volvería a ver qué podemos observar. Si sale corriendo en otra dirección para avisar a alguien cambiamos de camino y si es otro bandido podemos darle su merecido antes de que nos cojan por sorpresa.

—Nunca he ido tan al oeste... Juraría que lo dije el otro día —entrecerró los ojos como si quisiera hacer memoria pero fue inútil—. Si le disparamos supongo que alertaremos a los demás y podremos parapetarnos tras esa piedra.

Peter lo tenía claro y se había asegurado de que su fusil Henry estuviese bien a mano.

Finalmente el viejo Pete decidió seguir las palabras de Jones así que siguió avanzando unos metros con la diligencia hasta que se alejó lo suficiente como para ocultarse brevemente y observar la reacción del tipo que habían visto.

Una vez lo suficiente alejados para no ser vistos, observo el camino por si nos sigue alguien o si tengo la suerte de ver algún vigía al acecho, aunque ahora lo que me intriga es lo que ocurrirá si vamos hacia atrás hasta donde estaba el vaquero con las reses.

- Daré un rodeo para volver por otro camino, si puede ser oculto entre la maleza. ¿Alguien más se anima o esperáis parapetados aquí?.