Partida Rol por web

La edad oscura

Primer curso, capítulo V. Lagunas

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25/10/2015, 16:09
Lizbeth Moore

Se quitó la sábana con una mano, sacando los pies descalzos y apoyándolos con cuidado en el suelo.

-Hablaremos con él, seguro que nos ayuda - le contestó a Jason, intentando tranquilizarle. Confiaba en su hermano, haría lo que fuera necesario porque ellos estuvieran bien. Pero, la verdad, es que no tenía nada claro que fuera a ser tan fácil. Pero... prefería no hablar de eso en voz alta. Así, parecía que los problemas no existían.

Cogió las cartas que le dio Jason, parpadeando un par de veces. ¿Dos cartas? ¿Una de sus padres y otra de su hermano? Se moría de curiosidad. Empezó a abrirlas olvidándose de todo lo demás.

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25/10/2015, 17:58
Megan Faulkner

Megan frunció los labios disconforme al no escuchar una respuesta para su única pregunta, pero no se detuvo a pensarlo demasiado. Especialmente porque, cuando vio el montón de cartas, gran parte para ella, su corazón se paró un minuto, solo para intentar recuperar el paso luego latiendo muchísimo más rápido. Sin embargo, al ver que otros niños se abalanzaban sobre el saco, ella no quiso hacer lo mismo. De todas formas, con la cantidad de cartas que había para ella, le convenía más sacar las del resto y quedarse con la bolsa. 

Y así hizo una vez que el resto se alejó un poco del saco. Se levantó suavemente, apoyándose en la cama adolorida, y caminó despacito hacia donde se encontraban las misivas. Seleccionó las pocas que quedaban con otros nombres y las dejó donde antes estaba el saco, el cual se llevó de vuelta a su lecho, para sentarse a leer. Pobrecito James, esperaba que alguien le hubiese avisado que ya estaba bien. 

Notas de juego

Me disculpo, estaba segurísima que había posteado.

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25/10/2015, 20:32
Erik Gallaway

El profesor hace caso omiso a mi sugerencia pero tampoco me pide que vaya el primero, lo cual resulta reconfortante. Pronto mis temores sobre la prueba que nos van a hacer (que tiene un nombre raro que no he oído nunca) pasan a segundo plano cuando veo el saco lleno de cartas. Por un segundo, me siento esperanzado pero luego entra en juego el sentido común. ¿Cómo iban a haberme enviado mis padres una carta si no tenían lechuza y a Hogwarts no llegaba el correo ordinario? 

Por eso, cuando Calliope se acerca de nuevo a mi cama, trayendo consigo una carta para mí, le miro sorprendido. 

¿Hay una para mí? ¿En serio? ¿Cómo hacen los que no son magos para hacer llegar el correo a Hogwarts? - Sabía que mis padres eran inteligentes pero eso les colocaba en la nueva posición de extremadamente listos. 

Sí. Vamos a abrirla.- asiento, intrigado por ver el contenido de la carta. ¿Qué les habrían contado los profes a nuestros padres? Esperaba que no les hubiesen hecho preocuparse sin sentido.

Mientras espero a que mi amiga abra también su carta, noto mechones de otro color en su pelo. No me acuerdo muy bien del significado del color amarillo pero sí sé que hace unos minutos estaba preocupada por su amigo al que nosotros no veíamos.- Calliope. No te preocupes. Seguro que Ted está bien. 

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25/10/2015, 21:04
Maebh Connolly

Sonreí con suficiencia al saber que, tal y como yo había pensado, nuestros familiares ya estaban al tanto de todo lo sucedido y seguramente a estas horas sabrían también que estábamos despiertos y, aparentemente, con buen estado de salud. De hecho, ya habíamos recibido correspondencia, algo que por otra parte me alegró bastante. Esperé unos minutos, antes de saltar de la cama, a que la marabunta de chicos se dispersara para poder acceder sin problemas al saco de cartas y así poder buscar tranquilamente las mías.

Me quedé parada unos instantes al ver a la Ravenclaw rebuscar en la saca y, cogiendo cartas que no le pertenecían, dejarlas apartadas, mientras ella se iba con el saco de la correspondencia. Bufé molesta porque alguien hubiera cogido mis cartas sin permiso, aunque no las hubiera leído, y me acerqué al montón que había dejado para coger las mías, si es que tenía más de una.

Una vez con ellas en mi poder, me volví a sentar en la cama para poder leerlas, aunque sólo fuera dándoles un vistazo por encima, hasta que llegara mi turno para los análisis que nos querían hacer.

Notas de juego

No sé si tengo una o varias.

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27/10/2015, 23:36
Director

Dos cartas, efectivamente una de sus padres y otra de su hermano. No había necesitado leerlas para adivinar más o menos el camino que seguirían las palabras de todos ellos. La de sus padres, negativa, la de su hermano, todo lo positiva que podía ser dadas las circunstancias.

"Lizbeth, cariño, no sabemos cuándo leerás esto pero es lo único que nos han permitido hacerte llegar. Vamos a mover cielo y tierra para sacarte de ahí pronto, no te preocupes. Todo estará bien. Pronto estarás con nosotros en casa.

Te queremos muchísimo,

Mamá y Papá"

"Enana, sé que Papá y Mamá han escrito, sé que están preocupados por ti, yo también. Pero quiero que me digas qué quieres hacer porque sé que están bastante emapranoyados y que ahora mismo sólo piensan en lo que creen que es mejor para ti y no en lo que tú quieres. Voy a venir con ellos. Piénsalo bien. No dejes que los demás decidan por ti.

PD: saluda a Jason, guiño, guiño, codo, codo.

Chuck"

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27/10/2015, 23:46
Director

Caliope tenía una sola carta, una con la letra de su padre que tan bien conocía y que tanto expresaba para ella. Amor, calidez, preocupación...misterio.

"Caliope,

Sé que estás bien, he estado en contacto con la señora Gibbs y por suerte ella ha podido verte y me ha dado los detalles. Desearía que no hubieras tenido que pasar por esta experiencia, sólo espero que aprendas de ella a afrontar los momentos difíciles que están por venir. Sé fuerte, Caliope. Pronto nos veremos. Ten cuidado. Protégete. Protege a los que quieres.

Te quieren, Mamá y Papá"

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27/10/2015, 23:52
Director

Megan tenía cartas, más que la mayoría de sus compañeros y no necesitaba leer demasiado para saber que todas menos una eran de James. La otra, por supuesto, era de sus padres.

"Megan,

Ojalá nos hubieran dejado atender en Hogwarts pero se han negado por estar "involucrados emocionalmente"..., aún así estamos al corriente de lo que ha sucedido por nuestros colegas; hazles caso, son buenos profesionales. Nos morimos de ganas de abrazarte, vamos a venir tan pronto como podamos. No te preocupes, no vamos a dejar que nadie te haga daño.

Te queremos, Mamá y Papá"

Las de su tío James eran una mezcolanza de ánimos, desesperación y melancolía.

"Megan,

Voy a venir en cuanto despiertes, no te preocupes, todo saldrá bien, voy a protegerte siempre.

Te quiere,

James"

"Megan,

Espero que pronto nos veamos, no puedes dormir para siempre.

Te quiere,

James"

"Megan,

Te quiero, te quiero, tengo tantas ganas de abrazarte, de sentir que estás bien. Necesito que estés bien. Te quiero, te quiero tanto. No sé qué haría sin ti. Recupérate. Recupérate pronto. Necesito verte sonreír, necesito saber que estás a salvo y que nada puede dañarte.

Te quiere,

James"

"A la mierda, sino abren pronto me pienso colar, estoy harto de esperar. Voy a por ti".

Notas de juego

No te preocupes ^^

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27/10/2015, 23:59
Director

Erik tenía una sola carta pero parecía ser una carta familiar. Básicamente porque en ella podía adivinar las letras de todos los miembros de su familia, incluida su abuela.

"Mamá: Erik, nos han contado lo que ha pasado, tu padre dice que pronto podremos verte y que no es tan grave pero estoy preocupada. Te quiero. Espero que estés bien. Me preocupa lo que la magia puede hacer porque parece que nuestra medicina no sirve de nada contra ella. Vendremos a verte en cuanto nos den permiso.

Abuela: Al final ir a este Colegio de Magia te va a convertir en alguien de provecho y todo si siguen pasándote cosas así de raras. Te volverás fuerte. Pero Erik, aunque te lo diga poco, me gusta que mi nieto sea más listo que hábil y fuerte. Cuídate, por favor.

Erika: Recupérate, Erik... No...no estoy tan enfadada contigo, no quiero que te pase nada...

Papá: Me han dicho que tengas cuidado. Todo está bajo control, Dumbledore es un gran hombre, confía en él. Pero algo malo va a pasar.

Mamá: ¡Te queremos!".

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28/10/2015, 00:04
Director

En realidad Maebh tenía doscartas, una de su madre, otra de su abuelo, nada mal, aunque por supuesto no podían ser más distintas.

"Cariño,

Liam me ha contado lo que ha sucedido, espero que estéis bien y que realmente no sea tan grave, que sea una tontería. Aún así iremos a verte en cuanto despiertes. Sé que no nos llevamos tan bien últimamente pero yo siempre seré tu madre, siempre me preocuparé por ti y siempre te querré. Cuídate, Maebh.

Mamá"

"Mi niña,

Sé que debes estar asustada pero no tienes nada de qué preocuparte. Lo que ha sucedido era sólo una demostración, nada peligroso. Las cartas no tardarán en dejar de ser un medio seguro de comunicación. Recuerda, escoge bien tus aliados, juega bien tus cartas. Esfuérzate. Uno se labra su propio destino.

Tynam Connolly"

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28/10/2015, 00:05
Megan Faulkner

Megan sacó todas las cartas, cinco en total, y las dejó sobre su regazo. Las ordenó en dos montoncitos, uno de una carta y el otro de cuatro. Partió por abrir el de uno, ya que era de parte de sus padres, y además de extrañarlos muchísimo, estaba segura de que ellos sabrían algo más de lo que pasaba, o al menos si el medimago era de confianza como había pensado hasta ahora. Sonrió al leer las palabras de cariño y luego dejó la carta a un lado, aunque no demasiado lejos de ella. 

Mis papás dicen que estos son buenos medimagos - informó, aprovechando que el hombre se había ido, mientras tomaba las otras cartas para abrirlas - Son compañeros de ellos, y mis papás son muy buenos.

Ansiosa, las lee. Como se esperaba, el pobre James estaba angustiadísimo. Aunque sus padres estuvieran tranquilos, él no creería que estaba bien hasta verla. Y una tras otra, las cartas se hacían más desesperadas, entristeciendo a la niña Ravenclaw. Deseba poder demostrarle que estaba bien. La última carta, sin embargo, le hizo abrir los ojos sorprendida. 

Oh, oh... - susurró. Entonces se levantó de la camilla decidida a pesar del dolor y, tomando sus cartas, intentó salir de la habitación.

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28/10/2015, 20:18
Albus Dumbledore

El anciano sonrió al ver tan dispuesto a un alumno que contaba con tan pocos años de edad a sus espaldas, pero en su lugar, levantó una mano ajada indicándole en un gesto que le instaba a mantener la calma, algo que se hacía complicado con todo lo que acababan de descubrir.

- Espere un momento, señor Knight. Aún esperamos a alguien. Por suerte, sus recuerdos no van a ir a ninguna parte y aunque ahora le parezca difícil tener paciencia con mi edad uno descubre que en realidad unos cuantos segundos de serenidad no le hacen daño a nadie - le comentó con tono afable antes de empujar hacia el un tarro con caramelos de limón -. ¿Quiere? Son mis favoritos. Hace un tiempo descubrí que algo tan sencillo como el limón es mucho mejor de lo que la mayoría creen. Ah, ya está aquí - apenas un segundo después unos golpes en la puerta llamaron su atención hacia el lugar -. Adelante, Lauren*. Como ve, aquí tenemos a nuestro primer voluntario, muy valiente, sin duda.

La mujer sonrió con aire tranquilizador y amigable, acercándose al escritorio y tomando asiendo frente a Dumbledore junto al lugar que habían dejado libre para Troy.

- Hola Troy. Supongo que el profesor Dumbledore te ha explicado todo el proceso de la legeremancia. No te preocupes por mi presencia aquí, es sólo como testigo de la experiencia y para supervisar los recuerdos que irán apareciendo en caso de que, bueno, sean difíciles.

Algo le decía a Troy que la palabra correcta era traumáticos. Pero aún así ya había dado su consentimiento y en aquel punto no iba a echarse atrás así que, tras tomar asiento, sólo tuvo que esperar a que Dumbledore hiciera aparecer su silla junto a la de Troy para empezar con aquello. En aquel momento estaba muy cerca de uno de los mejores magos de todos los tiempos, un mago que en aquel momento recobraba la seriedad.

- Voy a meterme en tu mente, Troy - vaya, era extraño que un profesor les llamara por su nombre - pero prometo que no te va a doler y que no me voy a inmiscuir en los recuerdos ajenos a la noche de Halloween. Lo único que tú tienes que hacer es pensar empezar a pensar en lo que sucedió aquella noche hasta donde recuerdes. Eso me hará mucho más fácil encontrar el bloqueo y podremos avanzar juntos. Si ves que hay algo difícil, detenme.

De repente todo lo que le rodeaba desapareció y se encontró sumido en el recuerdo de la noche de Halloween, una imagen desvaída y con los bordes difuminados un recuerdo. Su recuerdo. Era raro. Sabía que no era real, pero lo volvía a vivir como si lo fuera.

Otra vez estaba ante la reja metálica cubierta de herrumbre, junto al chico que sospechaba que era James y que en aquel momento resultaba una versión creíble y espeluznante de La Muerte.

- Atreveros a visitar los mundos de la locura...afrontad vuestros miedos...y sobrevivid...si podéis...Yo, La Muerte, seré vuestro guía esta noche y vuestro compañero el resto de vuestras vidas a partir de hoy...

¿Era real aquella voz? ¿Era un recuerdo? Todo se confundía a su alrededor...La puerta se abrió ante ellos. Megan le sostenía con firmeza la mano, con demasiada firmeza a decir verdad. Estaba aterrada, lo sabía, era consciente de ello. La densa y artificial niebla se colaba por su garganta mientras, con valentía, daba un paso hacia el interior de aquella especie de túnel del terror.

De repente todo se puso rojo. Dolía pero no dolía. Estaba en su cabeza. Se encontraba congelado eternamente en aquel paso como si no pudiera acabar de darlo, como si nada nunca le hubiera costado tanto.

- Sigue Troy, tú puedes.

Era la voz de Dumbledore. Aquello no era real. Podía.

 

 

Notas de juego

*La verdad es que Valy no me dio nombre xD

Vale, vamos a hacer un experimento contigo y si funciona y queda guay, seguiré con los otros :D

Tira Autocontrol dif. 6. Si lo superas, puedes narrar cómo entras (sólo entrar) a la casa del terror, incluso si dijiste algo, qué sentiste... sino lo superas, sales del recuerdo y en mi siguiente post volvemos a entrar :D Así es más interactivo xD

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28/10/2015, 21:57
Rett Yourth

El profesor hizo caso omiso a su sugerencia de no acompañarle e incluso ignoró su pregunta acerca de la higiene pero sólo necesitó verlo a través de la puerta que el hombre mantenía abierta para él para saber que, por lo menos, lo estaba más que la mayoría de baños del castillo y aquello era mucho decir pues los elfos domésticos solían ser bastante puntillosos con la limpieza de los baños.

- Sí, lo sé - aquellas habían sido las únicas palabras que había pronunciado en respuesta a su estado.

Y había querido dejarlo ahí, callarse sin decir nada más, sin embargo, el ominoso silencio se vio truncado cuando Alexander fue, bueno, fue Alexander. Al contrario que otros que se habrían enfadado con sus palabras o incluso reído, ese hombre sólo cambió su expresión al verse truncada por una mueca de preocupación que hizo que se agachara hasta quedar a la altura de su alumno.

- Chico, no sé si te crees gracioso, si eres tonto o simplemente rarito - aquello lo decía con absoluta gravedad, sin atisbo de insulto o burla en su voz -, pero te aconsejo que reflexiones. Esto no es una broma, no ha sido una chiquillada. Deberías darte cuenta de que no es momento para hacer comentarios sobre la ropa de los demás ni tonterías semejantes. Esto es serio, serio de verdad, hay vidas humanas en juego como la tuya y la de todos. Eso no es algo para tomarse a la ligera.

 

Notas de juego

Da por hecho que si vas al baño se va a quedar al otro lado de la puerta y que máximo te va a permitir dejarla entreabierta. No te verá, pero no te va a dejar cerrarla.

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28/10/2015, 21:45
Maebh Connolly

Me decidí a leer primero la carta de mi madre, más que nada porque así la quitaba de en medio cuanto antes, dejando a mi lado sobre la cama la que me había enviado mi abuelo y que era la que más deseaba leer. Fruncí el ceño al leer que tenía pensado venir a verme, sólo esperaba que no lo hiciera acompañada de su... marido. Sin demasiado cuidado, una vez leída, la metí en el bolsilo y me dispuse a leer la de mi abuelo, no sin antes echarle una mirada a la niña de Ravenclaw que había cogido el saco. Estaba hablando del medimago y de su capacidad para curarnos sin problemas. Me encogí de hombros, por lo visto sus padres debían ser medimagos, según sus palabras, y según me pareció entender los mejores que había. En fin... Si estaba tan convencida y se lo creía a pies juntillas mejor para ella, pero a mí sólo me parecía una pretenciosa que sólo quería presumir ante nosotros.

Me concentré en las palabras escritas por mi abuelo. Las leí una y otra vez sin acabar de comprender a qué se refería. Si él también venía a verme entonces tendría la oportunidad de preguntarle ya que, por lo visto, contactar con él mediante carta no era recomendable. Medité sobre su último consejo, mirando, y analizando, a cada uno de los compañeros que me rodeaban. Aún no los conocía lo suficiente y no tenía muy claro como llevar a cabo su consejo sin equivocarme.

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29/10/2015, 21:41
Lizbeth Moore

La primera carta la tensó completamente. Sus ojos abiertos de par en par, ni siquiera pestañeaban.

- No... no...

Sin aclarar nada, pasó la carta directamente a Jason para que se la leyera. Ni siquiera se molestó en preguntar qué le decían en la suya. Necesitaba leer a su hermano cuanto antes.

- Tengo que contestar a Chuck.

Habló tan rápido que por poco se le solapan las palabras. Ya no estaba tensa ni asustada, estaba tan ansiosa que se acercaba a la hiperactividad.

- ¿Crees que nos dejarán sa....

No terminó la frase. Sus ojos fueron directos a Megan, quien parecía estar dispuesta a dejar la habitación. Ella haría lo mismo. Tenía que escribir a Chuck y decirle lo que de verdad quería. Tenía que parar a sus padres. Él era el único capaz de conseguirlo.

Echó a andar sin dar explicaciones a Jason ni tenderle la carta. Esa no iba a dejar que la leyera. Esa era más privada.

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31/10/2015, 15:27
Erik Gallaway

Con dedos temblorosos abro la carta. Las primeras palabras de mi madre me arrancan una sonrisa. Está tan perdida como yo. Seguro que si llega a escucha los ingredientes de la medicina que nos acabábamos de tomar se le habrían quedado los ojos como platos. La siguiente en formar parte de aquella carta es mi abuela y lo que leo me hace preguntarme qué es lo que les habrán contado exactamente. Era tan extraño que mi abuela me felicitase en lugar de burlarse de mí que tenían que haberles contado algo muy fuerte. Igual les habían dicho que casi habíamos muerto. Encajaba a la perfección con las palabras de la mujer que venían a recordarme el dicho de que lo que no te mata te hace más fuerte. 

Encontrar unas líneas escritas con la pulcra pero infantil letra de mi hermana me sorprende al mismo tiempo que me alegra. Menos mal...Pensaba que no me iba a hablar nunca más. Y, aunque a veces la odiase, era mi hermana. Habría estado guay que pudiera estar en mi mismo cole. 

Mi rostro, que desde la primera línea de lectura había quedado dominado por una expresión de alegría, se ensombrece al llegar al último párrafo de la carta. ¿Por qué decía eso mi padre? ¿Él qué se sabía? ¿Acaso era un adivino de esos que ven el futuro y no nos lo había dicho? No me gustaba leer esas palabras que me inquietaban. Ya tenía suficiente con pensar en qué era esa cosa que nos iban a hacer para ver si estábamos bien. 

Mis ojos se dirigen sin pensarlo a la puerta por la que se han llevado al rubio de Gryffindor, preguntándome por qué tarda tanto en volver. ¿Y si le habían hecho daño? Podía imaginarme su brazo lleno de sangre porque le habían pinchado en el conducto equivocado, si es que nos iban a pinchar. 

Aparto de mi mente esos pensamientos, intentando concentrarme en esa cosa. Calliope, a mi lado está con sus cartas. Eso me hace recordar que ella es una de las siguientes para hacerse la prueba. - ¿No estás nerviosa? ¿Tú sabes que es eso de la legemere...lo que sea?

Unos metros más allá, su compañera de casa se ha llevado más de la mitad del contenido del saco.- Hala...¿Todas esas cartas son para ti?- le pregunto, sin dar crédito a mis ojos.- Debes de tener un montón de hermanos y primos...

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31/10/2015, 18:05
Arcturus Nohansen Wüstenfuchs

El Señor Yourth mostraba claros síntomas de déficit de atención, algo común para alguien que había tomado la dura decisión de abandonar toda esperanza en su carrera profesional y había decidido convertirse en un elemento prescindible más de la sociedad. Como un funcionario o... bueno, como era su caso, un profesor. Esto se notaba porque de las dos objecciones iniciales, las dos las había pasado por alto. La pregunta y la afirmación.

Por supuesto, antes de entrar y desde una posición exacta a 97cm de la entrada al baño, escudriñó que todo estuviera limpio. Conocía demasiado bien los baños y los temas de higiene como para tener que acercarse más. Por favor, el mito de los 92cm era propio de aficionados. El tenía la medida que había que tener... para observar el nivel higienico del baño, por supuesto.

Una vez evaluado de forma satisfactoria la higiene del baño -aunque después le pasaría una lista de cosas a mejorar- lo miró extrañado cuando escuchó que había oido a Megan, pero no le había contestado. Frunció el ceño, sintiendose confuso. El semblante de extrañeza debía ser propio de un mural. - ¿Esta seguro? - Aquel hombremostraba muchas carencias de atención. Podría no haber entendido la pregunta. - Quizás no este familiarizado con las interacciones sociales, extraño tratandose usted de un profesor, claro. Yo odio las interacciones sociales en su mayoría, pero mi hermana me entregó una guía rápida de 452 páginas de psicología humana y dice en la página 283 que es un hecho de inteligencia social contestar a las preguntas de forma honesta. Y usted no lo ha hecho. - Puntualizó finalmente. Pero el hombre fue más allá.

Se agachó.

Se puso a su altura. Y eso quería decir que se acercaba a él. El pequeño Alexander, confuso, incómodo, nervioso y sucio -¡Oh, vida, sucia ramera, estaba sucio!- no pudo evitar el alejarse unos pasos para ganar distancia entre ellos. Esa cercanía lo ponía nervioso, y no en el buen sentido, si no en el sentido lechuza.

- No soy gracioso, no entiendo el humor social. Tampoco soy tonto, pero esa afirmación solo es comprensible desde el punto de vista que no revisó mis trabajos. Muy mal, usted es profesor, es su trabajo... aunque por otro lado lo entiendo. Y no soy raro, mi madre me hizo pruebas. Así que tendrá que formular nuevas hipótesis. - ¡Hipótesis! Solo existian dos razones por las cuales un niño de esa edad utilizara esa palabra. La primera, que la acabara de escuchar. La segunda, que fuera un caso excepcional de niño que pasaba su tiempo solo, leyendo, y que no era el más ducho en relaciones sociales.

¿Si se sentía intimidado por el tono del hombre, por sus palabras o por algo similar?

A ver, era Alexander. De serie se sentía intimidado por el mundo que le rodeaba. Todo tan cambiante, tan sucio, tan ruidoso y encima en una sociedad que usaba lechuzas como medio de comunicación. ¡Horrible! Pero en este caso, su escasez de capacidad social le empujaba a no entender que el tono que usaba el profesor era de gravedad.

- Yo siempre pienso. - Le corrigió cuando le dijo que debía reflexionar. En cuanto añadió sobre el hecho de que aquello no era una broma, pareció sentirse confuso, inclinando ligeramente la cabeza mientras su expresión facial mutaba a una total y absoluta alegría. - Su observación sobre lo evidente me sorprende. Muy bien. - ¡Le felicito! Estaba claro que no estaba dándose cuenta de lo que le estaba diciendo. - ¿Pero como voy a dejar esos comentarios? ¿que será lo siguiente, la higiene? ¡Un ataque y solo nos queda caer en el caos y la anarquía! ¡Anarquía! - Insistió, dolido con aquellas palabras. ¿Pero se había vuelto loco? Lo siguiente que sería... ¿¿Utilizar gallinas deformes -a saber: Hipogrifos- como monturas??

No, jamás.

- Llevo una semana sin estudiar y sucio. Claro que no es para tomárselo a la ligera. - Comentó enfurruñado. ¿Cómo podía ser tan insensible? ¿Como podía tener tan poco corazón? Sin esperar respuesta -él no creía que la necesitara de alguien tan malvado como el profesor- intentó entrar en el baño sin éxito.

Sin éxito porque no le dejaba cerrar la puerta, claro.

- No puedo orinar si mantiene la puerta abierta. - Le "recordó" mientras comenzaba el proceso de limpieza de cara, manos, cuello y todo lo que pudiera limpiar en un cuarto de baño. Encima no tenía allí su muda de emergencia, tendría que improvisar algo.

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31/10/2015, 19:55
Caliope Thonks

Cuando abri la carta de mi padre, mi pelo brillo durante unos segundos, adquiriendo una tonalidad rosa intensa, de pura alegria. Una dicha que, desde luego, pronto se acabo trasnformando en una mezcla de preocupacion, tristeza, valentia, determinacion y coraje. Normalmente uno no sentia tantas cosas al mismo tiempo, al menos en mi caso, por lo que toda aquella mezcla de sensaciones acabaron por hacer que mi pelo se tiñera de un sinfin de diferentes tonalidades, tantas como emociones era capaz de sentir en aquel momento.

Una primera lectura de la carta hizo que me sintiera feliz, triste y orgullosa al mismo tiempo. En aquel momento me di cuenta de cuanto echaba de menos a mi padre, y de cuanto necesitaba uno de sus abrazos y una de sus sonrisas. Eso hizo que se me formara un nudo en la garganta y que el pelo se me azulara durante unos segundos, alternandose con el amarillo y el rosa que reflejaba la felicidad y el alivio que sentia al leer aquellas palabras.

Sin embargo, una segunda lectura hizo que me diera cuenta de algo mas, de algo que hizo que mi pelo se volviera del todo multicolor y que sintiera como el corazon me daba un vuelco. Aquella carta parecia decir mas de lo que aparentaba en un primer vistazo: "Los momentos dificiles que están por venir". "Protegete y protege a los que quieres". Conocia a mi padre. Lo conocia tan bien que tenia clarisimo que no habia nada de gratuito en ninguna de aquellas palabras. ¿Que habia querido decir con aquello? ¿Acaso sabia algo mas que no nos habian dicho?

Fuera como fuera, aquel pensamiento se vio interrumpido por la pregunta de Erik, que hizo que, de repente, mi pelo se volviera de un rojo intenso, simbolo de mi valentia, y del coraje que sentia en aquel momento- ¿Nerviosa? No, claro que no. Seguro que no es tan malo... Ademas... A lo mejor asi puedo ver a la señora Gibbs y nos explica de que va esto... Porque no... Yo no se que es la legereeso... - le dije, bajando el tono de voz entonces, al tiempo que algunos mechones verdes aparecian en mi pelo.

Sin embargo, mientras hablaba, no pude evitar ver como la cara de Erik cambiaba a medida que iba leyendo cartas- ¿Y tu?¿Va todo bien? Parece que te has puesto serio de repente... - le dije, mirandolo, algo mas preocupada, lo que hizo que aquel rojo se transformara en un castaño rojizo.

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01/11/2015, 10:58

Era una sensación extraña, como si estuviera en dos lugares a la vez. De vez en cuando había fogonazos, otras veces mezclaba las imágenes del pasado con las palabras actuales de Dumbledore. Troy tenía los ojos cerrados con fuerza. No era una sensación agradable, de aquello no cabía duda. Y además, para que aquello saliera bien, era necesaria la colaboración del chico. 

Por suerte fue más sencillo de lo esperado. Quizás fue por la decisión de Troy o porque era más fuerte de lo que podría aparentar. El caso es que fue capaz de continuar con el recuerdo.

- Vamos.- afianzaba la mano de Megan, que parecía bastante aterrada con la aparición de aquella figura. En sí él no tenía miedo. Intriga sí. Y por eso, aún sujetando con firmeza la mano de su amiga, no dudó en dar los pasos necesarios para entrar.- No tengas miedo. No te pasará nada.

Como siempre, parecía que actuaba de protector, pero en realidad Troy confiaba en que Megan, en caso de apuro, sería capaz de resolverlo sin problemas.

- Tiradas (2)

Motivo: come on troy!

Tirada: 1d10

Dificultad: 6+

Resultado: 10(+1)=11 (Exito)

Motivo: come on troy abiertaca al canto!

Tirada: 1d10

Resultado: 5(+11)=16

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01/11/2015, 20:06
Director

Cuando Megan abrió la puerta se encontraron con que al parecer no había vigilancia absoluta. Posiblemente quien se suponía que tenía que cuidar de ellos era Rett, que en aquel momento estaba a pocos metros, en el baño de su despacho junto a Alexander. Aún así, salir equivalía afrontar la casi certeza absoluta de sufrir un castigo nada más despertar, un castigo que incluso podría implicar la cancelación de la visita de sus familiares. Quizás aquello frenaría a algunos pero para otros, ¿qué había que perder?

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01/11/2015, 20:10
Jason Finnigan

Jason estaba distraído, leyendo la carta de Lizbeth cuando Megan se precipitó hacia la puerta con toda la intención de salir. Aún así, aquello no fue suficiente para atraer la atención del chico que en aquel momento resopló a la par que ponía los ojos en blanco.

- Tus padres y los míos se han copiado la carta o algo - soltó una risa y fue entonces y sólo entonces al ver que Lizbeth parecía tener la misma intención que la chica que se puso en pie de un salto y la agarró por la muñeca -. Ei, ei, ¿dónde vas? Que vamos en camisón y descalzos y...bueno, da igual, que tengo hambre y no voy a dejar que vayas sola pero si nos castigan será por tu culpa.