Partida Rol por web

Ana se gira mirando al jefe.

¡Pues vaya usted! Le espeta perdiendo los nervios. No te joroba.. que bien se ve todo desde ese lado y con una pistola en la mano. Ella ni de coña volvería ahí dentro. Había traído una cesta llena, ya había cumplido. Otros lugares habría donde conseguir comida.

Varios disparos de algunos soldados dejan sin comunicación entre el grupo por el ruido. Cuando cesan el jefe vuelve a hablar.

Entonces mejor que se busque otro lugar fuera del campamento, señorita.

Mas disparos a medida que se van acercando, parece que los soldados aprovechan el lento desplazamiento para que se acerquen y disparar directamente a la cabeza a corta distancia.

Ana vuelve a mirarle.

No puede hacer eso. No puede dejar a un civil sin protección fuera del campamento. Va en contra de todo principio y ley. Dice segura. ¿La estaba amenazando? Pues así seguro que no conseguiría nada.

Venga, todo el mundo al camión, quien no suba en 5 segundos se queda aquí!

Los zombies empiezan a ser mas de 2 docenas por cada lado, la mayoría de los civiles han echo otro viaje por miedo a quedarse en tierra, pero al escucharlo lo han dejado al suelo literalmente y han corrido hacia el camión.

Los zombies de delante del camión están a menos de 7 metros, y el conductor ya esta dentro con la puerta abierta disparando a través de ella.

Pocos segundos mas tarde, el hombre enciende el motor y sin esperar a nadie empieza a acelerar, lentamente pero cada vez mas rápido, esquivando cuerpos de zombies muertos por segunda vez y de otros mas vivos, se va alejando del lugar, detrás corriendo varios soldados saltan y se ayudan entre ellos y a los civiles a subir...algunos de ellos se están quedando atrás....

A Ramón se le humedecían los ojos por las lágrimas. No era miedo, era solo por la tensión, diría él, pero lo cierto es que apenas lograba ver, y su corazón estaba a punto de salírsele por la boca.

Cojeaba y corría... demasiado lento. Nunca había sido bueno en gimnasia, y nunca le había importado. Casi se había sentido orgulloso de ser el intelectual de la familia, aunque tampoco fuera un cerebrito. Lo que sí es cierto es que había elegido un estilo de vida más sosegado. Siendo profesor nunca había tenido que hacer deporte, y los esfuerzos físicos habían quedado atrás, en aquellas humillantes clases de educación física.

El camión parecía terriblemente lejos pero tal vez llegaría a tiempo. Solo un poco más. Podía llegar. Un poco más...

Detras del vehiculo corrian dos hombres, uno calvo que era el que estaba mas lejos y le costaba recortar distancias y otro chico, mas joven, los dos Ana los conocia, Jose y Ramon no habian podido subir al vehiculo antes de que arrancara, aunque Jose poco le faltaba para llegar a tocar el vehiculo, ahi tendria ayuda de los soldados que le estaban gritando dandole apoyo.

De repente algo hace desestabilizar a Jose, el tiempo de repente pasa lentamente especialmente para Jose, que ve como poco a poco se precipita al suelo, pero parecía que la mala suerte aun no había terminado, Ramón que corría justo detrás de Jose, no puede evitar tropezarse contra el y cae por encima de el golpeándose contra el suelo.

Rápidamente a ritmo y a paso de los zombies se encuentran bajo las manos y arañazos de los zombies. Ramón aun con fuerza para intentar escaparse, se estira mientras estira el brazo como si quisiera llegar al vehículo, pero esta demasiado lejos.

Ana no deja de gritárles, darles ánimos para que consigan llegar al camión, pero cuando caen no puede evitar lanzar un grito desgarrador.

El pánico cunde en ella y empieza a gritarles a los soldados.

¡Hay que ayudarles! ¡No podemos dejarles ahí! Pero todo fue demasiado rápido y ya tenían encima a esos zombies. Varias lágrimas se escapan de sus ojos, mientras no puede desviar la mirada de sus compañeros, abatidos en el suelo.

mientras era presa de las manos carroñeras en busca de una nueva victima una ultima mirada se centro en ana.
Ya no podia pedirla ayuda...era demasiado tarde y era una baja ya....lo que se convirtio en una primera visita al exterior fue mi perdicion.

Sin mas, observe como el vehiculo se alejaba.....

Era mi fin

Ramón jadeaba. Había reaccionado rápido, pero aún así corría demasiado lento. Más lento que Jose y, por supuesto, que Ana y los militares. Más lento incluso que aquellas personas muertas que parecían querer comerle vivo.

Solo alcanzó a Jose cuando éste cayó al suelo, y solo le sirvió para tropezar con él y dar con todo su peso en el suelo.

Se había dado un golpe en la cabeza con la caída, y el mundo a su alrededor era borroso. La sangre le cubría un ojo, y por el otro solo veía formas borrosas y figuras imprecisas.

Al borde de la inconsciencia, Ramón sintió como unos brazos tiraban de él. Dos, tres, diez pares de brazos. Los soldados habían vuelto a por él, fantaseaba. Estaba salvado...

Dos más habían caído. Y no dos más cualquiera. A pesar de que el vehículo va en silencio, Ana levanta la mirada de vez en cuando para mirar con odio a los soldados. ¿Cuántos más debían morir? Se encuentra sentada, con las manos sobre su regazo, apretándolas con fuerza y mordiéndose la lengua. Pero la mirada de odio no se la quitaba nadie.

Media hora mas tarde, cruzáis las ultimas vías hasta llegar al forum de la ciudad de Barcelona, podéis intuir que os acercáis, porque el ruido de las armas de fuego cada vez son mas fuertes y constantes.

Te da que pensar, que este ritmo no puede ser aguantado indefinidamente, tarde o temprano algo pasara, los recursos de comida ya se están terminando y conseguir esta claro que no es fácil, pero y de armas? cuanto tiempo pueden utilizarlas?

Ana permanece sentada y en silencio. Era cierto que este equilibrio no duraría mucho, un bando u otro se debilitaría antes y avanzaría. Y estaba claro que no eran los seres esos los que tenían todos los números, sino ellos.

Se muerde el labio nerviosa y empieza a mover la pierna de arriba a abajo. Solo quería llegar a la tienda y descansar un poco. No todo el mundo ve cada día, lo que ella ha vivido hoy.

Finalmente entre un tira y afloja entre zombies, defensores del perímetro, los soldados del vehículo, conseguís pasar hasta el interior del punto seguro.

Rápidamente el camión es descargado y la comida apilada en una habitación custodiada por soldados armados, parece ser que de aquí la separaran por tipos y la almacenaran para ser utilizada.

Al bajar del vehículo, el jefe del vehículo, os indica que podéis marcharos que dentro de 5 horas nos encontraremos en el pabellón.

Ana, con una cara de asco que no se puede aguantar obedece. No sin poner mala cara. Claro, dejarles descansar sería pedir mucho.

Pero lo que le importaba es que estaba bien y que los suyos estuviesen bien. Así que tras comprobar que su familia está bien, se dirige a la tienda, poniendose la alarma en el movil para despertarse a tiempo para ir al pabellón, y se deja caer de morros en su cama. Abatida.

Al cabo de 5 horas, Ana despierta. Quizá por el barullo que hay fuera, o quizá por que ya ha descansado lo suficiente. El caso es que abre los ojos, y aunque tarda un poco en desperezarse, se acaba levantando. Después de asearse, sale fuera, a ver si puede ayudar en algo.