Partida Rol por web

Parecía extrañado por aquello que la mujer preguntaba – Sirvo al mas fiel siervo de mi dios, aquel que posee mas poder de el que ningún otro humano… y a quien estoy buscando… no he de rendir cuentas ante nadie mas…– Murmuro con voz serna.

Observo a la mujer, intentando percibir cosas sobre ella, analizándola y preparándose por si esta le atacaba – Solo ambiciono ser guiado…  ya que estoy extraviado y no deseo confrontar a nadie – Murmuro nuevamente

Sin dar mucha mas importancia de la que merecía la mujer, siguió su camino y la búsqueda de Togul Barok, decidió no ir por el camino sino hacerse un camino lindero un poco mas oculto, pero en dirección a la fortaleza.

En su camino comenzó a encontras lo que buscaba. Mientras que avanzaba por una extensa tierra gris, observó la sombra de un castillo al que parecían caerle del cielo saetas de fuego que extrañamente no se veían golpearlo.... A medida que avanzaba, mas detalles se iban aclarando. Una especie de ciudad entorno al castillo estaba en pié de guerra.  El enorme castillo de piedra no cedía ante los proyectiles debido a que alguien los detenía: Alguien en el cielo, alzado hasta la altura del tejado del castillo, detenía los hechizos, como absorviendo la energía en los mismos.... su porte poderoso y misterioso no dejaba lugar a dudas: Aquel era Togul Barok. Mientras tanto, la vida por los rededores parecía acelerarse: Gente cogiendo armas, preparando hechizos, recogiendo víveres...tan rápido que parecía que él mismo estaba en otra dimensión..

Observo algo maravillado por los poderes de aquel “hombre” – Impresionante -  fueron las palabras murmurantes que provinieron de los labios de Hans. Luego de observarlo unos segundos volvió en si para centrarse en lo que en la ciudad sucedía, intento acercarse lo mas que pudo entre las personas, pasando desapercibido, al castillo esperando poder entrar… Su nueva etapa estaba por comenzar, todo iba a cambiar en cuanto pudiera presentarse ante Togul Barok…

...Sin embargo, aquel no sería el momento. Pudo entrar sin muchos problemas en el castillo, gracias a sus ropajes. Además nadie sospechó nada: Si sencillamente hiciera cualquier cosa que denotara su favor con los 6, lo matarían y clavarían en una pica su cabeza. Aquel era el estilo de los Ainari...

Al entrar se encontró en un gran vestíbulo, varias bifurcaciones del camino conducían a diversas cámaras, las cuales no tenía ni idea de lo que contenían, y numerosas subidas y escaleras lo llevaban a los pisos superiores de aquel gran lugar. No había, extrañamente, nadie en aquel lugar...por otra parte era lógico, puesto que, por lo que había visto, el propio Togul podía encargarse solo de defender el castillo..

Cayo a tierra, tal vez su mente estaba mas arriba de lo que debería, no contó que cuando entrara al castillo como ira a donde estaba aquella persona en el tejado, si tomaba alguno de los pasillos o escaleras se perdería… -Mmmm…- decidió salir de nuevo, y buscar a alguien de rango alto o alguien que le condujera con uno, así podría esperar a poder contactar con él.

Sin embargo.. ¿Como iba a distinguir a alguien de rango alto de uno de rango bajo? Vagó por allí, en los alrededores del castillo, entre adoradores del séptimo, Ainari la mayoría. Algunos lo miraban con algo de reprobación, pero ninguno le dijo nada...

Decidió hablar con el primero que vio portando un arma – Soy Hans Staerfelt, adorador de Tulibok, y he sido enviado desde el templo para hablar con Togul Barok…- Murmuro serio. Observo a quien le hablaba y sus alrededores para ver mas la situaciones el castillo – Si no es posible hablar con el… quisiera hacerlo con el mayor rango en el lugar… - volvió a murmurar

Un ainari con cara de pocos amigos lo miró, analizandolo, y escupió a un lado...

-Togul barok esta ocupado...

Comentó, señalando arriba. Aquel hombre deteniendo los proyectiles era efectivamente Togul...

-El mayor rango es Tir... es un Aifolu...se encuentra en el castillo, en la armeria... se está preparando para salir volando con su mascota dragona hacia nadie sabe donde...

Rápidamente busco la armería y aquel sujeto, y poder hablar con el. No le interesara como le miraran los demás ya que no estaba allí para hacer amigos. Si no podía hablar con Togul esperaría a poder hacerlo.

No muy lejos de allí encontró la armería, y a un chico que no parecía estar demasiado preocupado por la guerra que había estallado ahi afuera. Observaba espadas y comparaba metales. Sus ojos eran de color carmín, al igual que sus ropajes y su cabello. Tenía el verdadero porte de un guerrero.. aquella era una figura poderosa, podía sentirse su aura incluso. Ni siquiera se percató del muchacho, inmerso en sus propios pensamientos, o eso pareció.

Se paro a mas o menos un metro y algo de aquella persona y murmuro –Tir…? Me enviaron desde el templo… busco a Togul Barok- Esperando que aquella persona fuera ese tal Tir, se quedo callado observandole.

Su mirada cruzó el horizonte. Tensó sus musculos por un segundo y luego volteó a observar a su nuevo invitado. Una media sonrisa un tanto sádica se perfiló en su boca. Sus iris carmines realmente resaltaban. Eran perfectos, no parecían inyectados en sangre...era como si... hubiera un equilibrio perfecto que representase las ansias de sangre y el equilbrio.

Hizo un gesto con la cabeza para que se acercara.

-¿Del templo? ¿Y de donde sales tu?

Comentó, con sorna, observando su reacción.

-Como sea, si vienes del templo debes de tener algo especial. ¿O me equivoco?

No pareció inmutarse por el aspecto ni las palabras del sujeto –Hans… es mi nombre… – Murmuro haciendo notas en las palabras el deseo de no hablar con aquella persona, sino con quien estaba en lo alto del castillo.  –Mi dios me envía… a ponerme al servicio de Togul Barok….

-Hans..eh?

El chico se volvió a girar, mirándolo de reojo.

-Está ocupado, pero no tardará mucho. Espéralo en sus aposentos. ¿Ves esa escalera?

Comentó, señalando sin mirar una escalera de caracol que se perdía hacia arriba.

-Síguela. Cuando acabe, la puerta única que hay son los aposentos de Togul Barok.. Discúlpame pero no tengo demasiado tiempo para ti.

Se alejo del sujeto rumbo a las escaleras de caracol, su intención era subirlas y esperar frente a la puerta de los aposentos de Togul Barok, a que este llegara y poder al fin hablar con el.

No tardó demasiado, aunque llegó algo cansado: No estaba preparado fisicamente para cosas como aquella. Al llegar, la puerta estaba abierta, al igual que el gran ventanal del fondo. Se trataba de una habitación decorada en el suelo con una gran alfombra roja, y de madera en las paredes y el techo. Algunos estantes con libros y una mesa de escritorio en el fondo, de espaldas al ventanal... Una gran cama tambien se encontraba allí, con cortinas de seda blanca que ocultaban su interior a aquel que entraba sin permiso..

Se quedo fuera de la habitación, al lado de la puerta dejándose caer sentado para recuperar fuerza. Apoyo la espalda a la pared y flexiono la rodilla derecha dejando la izquierda estirada. Así esperaría hasta que llegara el…

Pasaron horas en las que aquel incesante mar de flechas parecía no resentirse, hasta que pronto todo quedo callado nuevamente y una figura entró a la sala desde el balcón. Sus alas plegadas, habían roto parte de la espalda del traje, pero no parecía importarle. Nada mas entrar, se dirigió a Hans. Su porte, su ojo color amarillo y su parche en el otro...y aquella vestimenta tan extraña.... no parecía un vulgar humano, un guerrero de aquella época...había en el algo que lo impresionaba...

Se dirigió a el, cruzándose de brazos y sonriendo algo, enarcando una ceja...

-Vaya, vaya. Asi que estás ya aquí. Un tributo mas de nuestro dios... que bien.

Comentó, analizándolo con gesto satisfactorio.

-Sí...puedo ver el poder que ha dejado en ti Tubilok...pero no sabes explotarlo, y yo soy el único que puedo ayudarte...

Giró hacia la ventana, cerrándola y comenzando a mirar por allí, con los brazos cruzados a la espalda.

Se arrodillo ante aquella figuro sin entrar en la habitación y bajo la frente a tierra mostrándole el mas grande respeto –Mi señor… he de obedecerte como si lo hiciera a el, he de honrarte como si fueras el y mi vida es tuya como si fueras el… solo dime que debo hacer – Hablo Hans maravillado ante la presencia de aquel hombre…. "¿Ha dejado poder en mi? Es increíble… ayudare a lograr el equilibrio en este mundo"