Partida Rol por web

El dragon planea sobre vuestras cabezas, oscureciendo la luz de la luna, y preparandose para un ultimo ataque. La luz continua siendo devorada por las serpientes sombrias y la caverna se oscurece rapidamente

Ya sois mios - sisea el dragon, malherido pero aun con vida - Sin luz estais perdidos.

Alton empezó a palparse el macuto sin llegar a soltar el arco.

La poción... la poción... - miró a sus compañeros. - ¿Quién llevaba la poción, joder?

La luz se consumía, despacio pero inexorablemente

Mi regalo de Selune, no puede acabar consumido por este ser inmundo... era para mí, era mi regalo...

Apunta cuidadosamente a la cabeza del dragón

 No, es mi regalo y no te lo llevarás. Al menos sin pagar por ello.

Sigue volando el muy cabrón?.

Hombre, tonto no es

Ghkgkhgkhgkhk
 

¡Gurneg! - gritó Alton al enano mientras sacaba otra flecha y la colocaba rápidamente en la cuerda del arco. - La poción curátiva, salva a Kulenov.

La flecha no es clavó esta vez, solo rozó al dragón en un costado.

Gurneg recordó la poción curativa que llevaba en su faltriquera, bien protegida. Ahora no podía atacar al dragón con su hacha, así que sujetando el arma en la mano izquierda se acercó al enano herido ¡Podría salvarle! Y la acercó a sus labios...

—No... no puedo... —dijo. Y se movió hasta Kulenov para darle la poción al bardo —Te has portado bien, chaval y la Ley Enana requiere priorizar a tus compañeros en batalla...

AAAAAArghhhh...

ESto duele más que cuando aquel marido despechado me golpeó con... - Zeljko mira confundido, no está en la suave cama acolchada de ninguna gentil dama y el dolor le recorre el cuerpo. La figura alada del dragón le confunde...

Casi me mata, ¿no? - dice el bardo mirando a Gurneg y se pasa la lengua por los labios para terminar de saborear el amargo regusto de la poción de curación.

Devolvámosle la jugada... - con los dedos aún temblorosos por su escarceo con la parca, el bardo desenrolla el pergamino y lee las arcanas palabras, después un silencio llena la caverna y antes de pensar qué ha ocurrido, una enorme llamarada sale del suelo para impactar contra el dragón...

La bola de fuego impacta en el dragon justo cuando la luz de la luna se extingue. La oscuridad que emana del dragon parece absorver el fuego y dejarlo todo de nuevo en la oscuridad, pero es solo un segundo. Inmediatamente, una explosion de llamas ilumina la caverna, quemando las sombras de sus alas e hiriendo de muerte a la criatura. Esta se desploma cerca de vosotros, sin vida. Habeis vencido. El problema viene justo despues, cuando empiezan a caer cascotes del techo de la caverna. La explosion parece que ha comprometido la integridad estructural de la gruta, que amenaza con colapsar.

Sin perder tiempo, Calethos corre hacia el centro de la caverna y agarra al tio de Gurneg, moribundo, entre sus fauces. El resto os apresurais a bañar el objeto que os dio el espectro en la sangre del dragon y correis hacia la unica salida. Escapais justo a tiempo, y la caverna se hunde sobre los restos del dragon sombrío. Os dirigis hacia la Forja, cubiertos de polvo y sangre. Ésta ya no late, como si esperase acontecimientos. Colocais el yunque encima. Hay undestello brillante de luz y luego... Nada.

Ha funcionado! - ois decir casi en un susurro al espectro, que se va desvaneciendo hasta desaparecer - la
 inteligencia os ha alcanzado para interpretar el papel que se os asignó. Si_nc... - el resto se pierde a la par que el mago desaparece.

La forja yace fria e inmovil, frente a vosotros. Habeis salvado a Phandalin de... Bueno, no sabeis de que exactamente. Pero habeis matado a un dragon. Y a un culto satanico que esclavizaba a la gente de Phandalin... Y vengado a los tios de Gurneg! Sois heroes, sin duda, y esta no ha sido vuestra ultima aventura en los Reinos. Pero eso es otra historia, y sera contada en otra ocasion.