Entrenamiento entre Primavera (La corte) y verano (Espada) en el señorío de Newton
El señor de Newton esperaba la llegada de los caballeros, había preparado algunas pruebas que podrían hacer juntos para practicar las estrategias y formaciones.
La arena y el espacio para la justa seguía en su lugar desde la presentación de sus hijos así que también podrían usarlos.
Aidan llegó a caballo junto a sus dos escuderos, uno de ellos era Harvey a quien todos habían conocido durante la batalla del año anterior, el otro era Kieran, su hermano a quien Aidan estaba instruyendo en diversas cuestiones.
-Sir Alein. Es un placer volver a veros. ¿Cómo se encuentran vuestros hijos? Espero estén creciendo fuertes y sanos. Sir Ewan me ha encomendado venir pero debo deciros que o bien no fue muy explícito con respecto al motivo o bien le he prestado poca atención, suele pasarme. Así que ¿Me haríais el favor de decirme que tenéis pensado?-
Sir Ewan se presentó en el señorío de Newton acompañado de su escudero, Lucas, observando que se mantenían aún los tinglados del torneo y la arena donde se habían librado los combates unos meses antes. Los recuerdos de su última visita al señorío le causaban sentimientos encontrados, lo sucedido la noche anterior a los festejos pesaba en su memoria. Pudo reconocer en el establo el corcel de guerra de su amigo y a su escudero, y dejó a Lucas allí para que cuide a Tormenta.
- Bienhallado Sir Alein, veo que mantenéis la arena de la Justa, imagino que practicaremos unas cargas allí. - dijo al encontrar al señor de Newton junto a su amigo - Sir Aidan, Lady Amber me informó que habíais partido temprano cuando llegué a buscaros, creí que viajaríamos juntos desde Burcombe. - meneó la cabeza divertido, no parecía contrariado por el plantón -Quizá podría haberos explicado algo, pero creo que lo mejor es que nuestro anfitrión lo haga, ha sido su idea después de todo... y quizá deberíamos esperar a Sir Caderyn y charlar de temas más amenos. ¿Como están vuestros hijos Sir Alein?
Regresar a Newton no era algo que le agradara al caballero de Berwick, pero habían apalabrado aquel encuentro para entrenar juntos y, además de ser un hombre de palabra, no le venía mal prepararse antes de comenzar con las patrullas.
—Bienhallado, Sir Alein— saludó primero al anfitrión, antes que al resto —Sir Ewan, Sir Aidan— hizo una ligera inclinación respetuosa de cabeza —. Me alegra volver a veros.
¿No se iba a invitar a Sir Edward?
Bienvenidos amigos, la verdad es que no podíais llegar en mejor momento, acaban de preparar algunas cosas sin duda alguna interesantes para los entrenamientos. Apenas podía contener el entusiasmo.
Allí al fondo de la justa se pondrán varios de nuestros súbditos simulando una formación defensiva sajona, así es como prepararemos las formaciones.
Luego aquí en la arena prepararemos algunos movimientos para luchar juntos cubriéndonos los unos a los otros.
Y por último, allí tenemos el plato fuerte del entrenamiento, un maniquí para preparar nuestros golpes, hecho de una combinación de madera, tela y hierro, cuando golpeemos en un punto crítico oiremos el sonido del hierro chocando, cuando no se hundirá en la tela y llegará a la madera si hemos golpeado lo suficientemente fuerte. Me han dicho que es lo último de lo último en entrenamientos de batalla.
Miro a Sir Ewan extrañado, ¿Viene Sir Caderyn?
No conseguí hablar con él antes de su partida de la corte la vez que hablamos. La próxima vez intentaré invitar a los máximos caballeros posibles...
Sir Ewan meneó la cabeza divertido ante su faux pass - Mis disculpas, he confundido el nombre ya que consideré invitar a mi vecino, pero no lo hice por no haberlo acordado previamente. Me refería a Sir Caerwyn y ya está aquí. - le dedicó una inclinación de cabeza al señor de Berwick St.James - Bienhallado, espero que vuestros asuntos marchen bien. - la última vez que habían hablado en la corte estaba bastante preocupado por unos asuntos en su señorío y se lo veía algo molesto.
Recorrió con la vista los preparativos, ahora entendiendo un poco mejor lo que sucedía. - Vaya, habéis estado ocupado, - dijo claramente complacido - sería bueno que pudieramos transmitir lo que aprendamos a nuestros compañeros durante la patrulla, después de todo habrá tiempo en el campamento para entrenar entre jornadas.
-Sir Ewan, lamento no haberos esperado. Ha surgido un problema en otro de los señoríos que requería mi presencia y tuve que marchar. Nada importante pero no quería demorar su solución.- dijo Aidan a su amigo -No sé cuanto tiempo podré acompañaros en este entrenamiento, tengo tareas que me comprometen en Burcombe y además el tutelaje de mi hermano. ¿Qué tenéis en mente?- agregó mirando a su anfitrión
Cuando Alein mencionó a Sir Caderyn, el corazón le dio un vuelco al caballero de Berwick, que sutilmente miró hacia el camino por si veía venir al de Tisbury. Sin embargo, la aclaración de Sir Ewan hizo que Caerwyn desviara la mirada disimuladamente.
Carraspeó antes de responder al señor de Dinton —Sí, lo he dejado todo bien atado, gracias por preguntar— dijo con sinceridad. Había sido complicado, pero ya estaba hecho.
No tenía demasiado trato con Aidan, de hecho solía evitarlo, quizá porque el caballero pagano era todo lo opuesto al de Berwick. Sin embargo, se mostraba respetuoso y cortés en todo momento, a pesar que la idea de cargar contra los siervos de Sir Alein no le terminaba de complacer.
Caerwyn miró al señor de Newton.
—¿Cómo se hallan vuestros hijos, Sir?— preguntó amablemente.
Bien, creciendo cada día, es increíble que de un día para otro sean tan diferentes. Sonrío ante el interés de los caballeros.
Sarah es una santa, no llora, solamente lo observa todo como si estuviera esperando para decir algo en cualquier momento. En cambio Declan se pasa las noches berreando, jajajajaja, creo que va a ser un gran trovador.
Sir Ewan asintió y sonrió ante la descripción de los niños, - Me alegra escuchar que crecen en salud. - dijo en un tono amable.
Luego se giró hacia la palestra - Imagino que no cargaremos contra vuestros súbditos utilizando armas reales, no quisiera aplastar a ningún inocente.
No, por supuesto que no, nosotros usaremos lanzas romas y ellos escudos reforzados con protectores de tela gruesa en los brazos.
-Muy bien Sir Alein. Imagino que serás vos quien guíe este entrenamiento. ¿Por dónde os gustaría comenzar?- preguntó esperando que el dueño de casa indicase que hacer
Bien, pues depende de ustedes, si están descansados podemos empezar. Si por el contrario quieren descansar, puedo acompañarles a sus habitaciones.
La respuesta del señor de Newton sobre sus hijos, trajo extraños recuerdos al caballero pelinegro, sobre todo al decir que el varón sería trovador.
—Son gratas noticias— dijo Caerwyn, calmado.
Apoyó la pregunta de Sir Ewan con un asentimiento de cabeza, ya que no le apetecía herir a los siervos. De hecho, Caerwyn hubiera preferido cargar contra maniquís, como hacía en su señorío, y temía que el miedo a hacerles daño a aquellas personas forzara su brazo a errar.
—Espero que ninguno salga herido— sentenció con el ceño fruncido, pues de seguro no tenían la preparación apropiada para enfrentarse a cuatro caballeros juramentados, al margen de la protección que llevaran.
Miró a Keiran, para ver si el muchacho se sentía con fuerzas de empezar directamente con el entrenamiento, y asintió al ver la sonrisa del joven.
—Cuanto antes, mejor, salvo que alguien prefiera descansar— dijo el de Berwick.
-En lo que a mi respecta podemos comenzar ahora mismo Sir Caerwyn- respondió Aidan y se encaminó en busca de una de las lanzas romas. -Iniciaremos con la carga imagino- argumentó
Ese es el espíritu Sir Aidan, vamos a ello entonces. Sonrío ante el entusiasmo de los dos caballeros.
Cojo la lanza y espero a que Archibald traiga a Simon.
- ¿Descansar? - preguntó el de Dinton - Seguramente los Sajones no nos darán tregua, así que lo mejor será comenzar con el entrenamiento. - Le hizo una seña a Lucas para que acercara a Tormenta al lugar donde se haría la carga, y tomó una de las lanzas.
Pues supongo que: