Partida Rol por web

La Gran Campaña de Pendragón: Período de Uther (485-495 d.C)

Un encuentro casual (Ealasaid, Carweyn y Caderyn)

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26/07/2021, 21:21
Director

Cathleen había estado casi un año conviviendo con hombres, durmiendo con ellos, entrenando con ellos, había estado casi un año viviendo una mentira, en tensión constante por si iba a ser descubierta. Al volver a casa suspiró de alivio cuando por un día pudo ser ella. Se fue a la capital para poder pasear alejada de aquellas personas que la conocían. Para poder ser Cathleen y no Caerwyn.

El corazón de Cathleen se desbocó cuando a su lado, mirando unas telas encontró a una joven que le era conocida, ¿cuál era su nombre? ¡Ealasaid! La había conocido durante su estancia en el campamento médico, era una de las personas que habían contribuido a que siguiera viva.

Al final de la calle, dirigiendose al mercado, vio otro rostro conocido, Sir Caderyn se dirigía hacia ellas. ¿Cómo podía llegar a tener tan mala suerte?

Notas de juego

Una pequeña intro para que podáis empezar

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26/07/2021, 23:09
Lady Ealasaid Bryce de Cholderton e Idmiston

Ealasaid caminaba por el mercado acompañada de una de sus sirvientas, realmente la única que tenía la joven dama... Estaba viendo algunas sencillas telas, hablando con el comerciante y haciendo cálculos por ver si podía permitirse un nuevo vestido para el nuevo año.

Después miraría de ir a hablar con algún ganadero, por si podía llevarse algunas gallinas que pudieran aportar huevos frescos al castillo y al pueblo, pues no solamente necesitaban recursos en su hogar sino en el resto de hogares que dependían de su gestión y administración. 

Al ver a Sir Caderyn le hizo un ligero, educado y casto saludo y, mientras miraba por el mercado le pareció ver otro rostro conocido, aunque negó para sí misma al percibir que se trataba de una mujer, por lo que se habría equivocado. 

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27/07/2021, 10:33
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Cathleen era incapaz de reconocerse a sí misma. Añoraba las cosas sencillas, los perfumes, el tacto de las prendas femeninas, los zapatos... si bien las botas eran mucho más cómodas y amables con los pies, no podía evitar echarlos de menos. Sin embargo, lo que más anhelaba era una vestimenta que fuera gentil con su castigado pecho, no por las heridas de la batalla, sino por la opresión a la que constantemente sometía sus senos para ocultar su busto bajo la ropa varonil.

Temiendo ser absorbida del todo por su alter ego, Cathleen tomó una decisión arriesgada, viajando hasta la capital no como Sir Caerwyn, sino como Lady Cathleen, fingiendo ser una prima lejana de el caballero. Finalmente encontró el valor de hacerlo, aunque en contra de los preceptos religiosos tuvo que usar maquillaje para disimular las cicatrices de su rostro.

Aunque sus ropas eran de buena calidad, no estaban a la moda. De hecho, empleaba una palla romana para cubrirse los hombros y la cabeza, disimulando así su corto cabello. Mas no importaba cuánto intentara pasar desapercibida, ya que su sonrisa, alimentada por esa sensación de liberarse a sí misma, iluminaba su rostro. Sin embargo, el destino tiene un curioso sentido del humor y no tardó en cruzarse con Lady Ealasaid, la "Helena de Britania", mientras observaban unas muestras de telas, borrando su sonrisa de golpe y desviando la mirada... sólo para reconocer a uno de sus compañeros de batalla: Sir Caderyn. 

En la incertidumbre del momento, Cathleen sopesó sus posibilidades. Si bien Lady Ealasaid podría llegar a reconocerla, también era una oportunidad para conocer mejor a la dama con la que el Conde parecía empecinado en desposar a Caerwyn.

Buen día, mi señora— saludó con timidez mientras su pulso se aceleraba, evitando mirarla a los ojos —. Disculpad mi atrevimiento, mas parecéis una dama de buen gusto para la moda. ¿Sabéis de alguna tela que sea gentil con las pieles delicadas?

Cathleen se sintió ridícula por la pregunta, pero confiaba en que la bondad de Lady Ealasaid fuera más grande que su vergüenza.

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27/07/2021, 12:15
Lady Ealasaid Bryce de Cholderton e Idmiston

Lady Ealasaid se giró cuando escuchó aquella dulce y tímida voz, dedicándole una amistosa sonrisa a la muchacha que le hacia aquella pregunta.

- Gracias por vuestras palabras. 

Volvió a sonreír y miró las ropas que la dama llevaba. No juzgando ni evaluando su valor o tacto, sino como si intentase percibir el estilo que podría gustarle y además, las ropas de Ealasaid tampoco eran extremadamente ostentosas ni caras, lo que demostraba que o bien era una muchacha sencilla o bien no disponía del suficiente dinero para vestir de forma más elegante. 

Tras aquellos pocos segundos volvió a mirar a la dama y sonrió.

- Los tejidos más gentiles para con las pieles delicadas y tersas como la vuestra serían el algodón y la seda, principalmente. Si lo que deseáis es una tela fresca y que os proteja la piel de la humedad de nuestro estimado clima, el lino sería también una muy buena opción. Aunque, siempre dependerá del dinero que esté dispuesta a gastar, por supuesto... 

Río con frescura, elegancia e inocencia, siendo patente que acostumbraba a hablar de temas relacionados con la moda con otras muchas damas de la corte.

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27/07/2021, 19:06
Sir Caderyn de Tisbury

Con aquella pequeña escapada de la corte, Caderyn pretendía distraerse un poco de las incesantes conversaciones acerca de la guerra, de los sajones y de los pictos. Cierto era que su odio por los primeros quemaba tan intensamente como el del resto de sus congéneres, pero en ciertas ocasiones se volvía bastante cansino, y había más cosas en la vida que matar invasores. Además, su viejo laúd estaba ya pidiendo clemencia, pues había acompañado al caballero desde su infancia y era hora de reemplazarlo.

Por vestimenta Caderyn tenía un sobrio tabardo con el escudo de armas de su familia a la altura del pecho, unas calzas de cuero y unas botas. Era ropa a la moda, pero estaba en el extremo opuesto de lo ostentoso y llamativo. A su espalda descansaba el instrumento, que se bamboleaba gentilmente cada vez que el caballero daba un paso hacia adelante. Cuando se percató de Lady Ealasaid y de su acompañante, esbozó una gentil sonrisa y se acercó a ellas, notando que la segunda se le hacía extrañamente familiar.

— Bienhalladas, mis señoras —las saludó, haciendo una leve reverencia con la cabeza—. Lady Ealasaid, siempre es un placer coincidir con usted —luego miró a su interlocura, con los ojos un poco entornados—. Disculpe mi atrevimiento, milady, pero... ¿hemos coincidido en algún sitio? Tengo la impresión de que os he visto antes en algún lado, aunque ahora mismo no logro recordarlo.

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27/07/2021, 21:31
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Cathleen acarició una de las prendas, comprobando su tacto mientras Lady Ealasaid la aconsejaba sobre los textiles.

El lino puede ser algo abrasivo si se humedece— comentó en voz baja, arrugando ligeramente el ceño —. Sin embargo, el algodón creo que es precisamente lo que estoy buscando— miró a la dama y sonrió, con cuidado de que la palla no descubriera demasiado —. Os lo agradezco de corazón.

Hacía tanto que no tenía una conversación "de mujeres" que se sentía como pez fuera del agua, pero poco a poco Caerwyn se iba retirando para dejar sitio a su verdadero yo.

Iba a añadir algo, cuando escuchó la voz de Sir Caderyn cerca de ellas. Por un momento, abrió los ojos sorprendida y evitó la mirada del caballero. Por suerte, el gentil mencionó el nombre de Lady Ealasaid. Eso le daba una oportunidad de salir del apuro.

Perdonadme, pero ¿ése es vuestro nombre?— preguntó, mirando a la mujer con interés —¿Sois Lady Ealasaid de Idmiston?— sonrió emocionada —Mi primo habla muy bien de vos y os estará eternamente agradecido por salvarle la vida. Permitid que os dé las gracias yo también por evitar que muriese— entonces se volvió al caballero —. Lamento decepcionaros, caballero, mas quizá puedo arrojar algo de luz a vuestras dudas. Quizá conozcáis a mi estimado primo: Sir Caerwyn de Berwick Saint James— dijo, alternando la vista entre ambos —. Desde niños, nos han dicho que nos parecemos mucho, tanto yo soy la viva imagen de mi difunta prima, con la que comparto el nombre de nuestra bisabuela: Cathleen.

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27/07/2021, 21:53
Lady Ealasaid Bryce de Cholderton e Idmiston

La voz de Sir Caderyn hizo que se girase hacia él para dedicarle una cortés y sencilla reverencia.

- Bienhallado Sir Caderyn, es un placer encontrarle en un ambiente más distendido. 

Cuando mencionó que el resto de la mujer le resultaba conocido Ealasaid la miró también con cierta inocente curiosidad, después de todo a ella le había sucedido exactamente lo mismo y al escuchar la explicación sonrió con amabilidad.

- Si, soy Lady Ealasaid... - Sonrió con dulzura - No tenéis nada que agradecer, es lo mínimo que podía hacer por tan valeroso guerrero. No puedo pelear en sus batallas por lo que agradezco a Nuestro Señor que me permitiese sanar sus heridas. - Escuchó el nombre de la dama e hizo una ligera reverencia ante su presentación - Un placer conocerla Lady Cathleen. No la he visto con las damas de la condesa... ¿Hace poco que llegó? Si necesita cualquier cosa no dude en pedírmela, intentaré ayudarla en todo cuanto pueda. 

Aquellas palabras dejaban de manifiesto la certeza de los rumores: Lady Ealasaid era una muchacha buena y bondadosa que buscaba siempre ayudar a quienes lo necesitasen. 

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28/07/2021, 00:33
Sir Caderyn de Tisbury

El rostro de Caderyn se iluminó con entendimiento cuando la desconocida mencionó su lazo sanguíneo con Sir Caerwyn, entendiendo ahora esa sensación de familiaridad que tenía con ella. El caballero asintió varias veces a sus palabras, dándole la razón.

— Es un honor conoceros, Lady Cathleen. Lamentablemente no he podido coincidir con Sir Caerwyn más allá de nuestra primera batalla, pero sangrar junto a un hombre crea lazos muy estrechos. ¿Sabe si ya se ha recuperado del todo de sus heridas? —preguntó, con interés—. Ciertamente el parecido es increíble, y turbio asunto el de Mearcreed Creek —comentó, un poco huraño, recordando que aquello había sido una treta de los sajones para atacar por otro frente y saquear sin impedimento alguno—, uno del que algunos no salieron del todo bien parados... Afortunadamente Lady Ealasaid pudo aliviar las dolencias de algunos —le sonrió débilmente a la dama—... pero suficiente de este tema gris. ¿Os importa si os acompaño? —consultó, ligeramente animado—. Yo también estaba pensando pasearme por el mercado en busca de un instrumento, el que tengo ya casi llora cada vez que rasgo sus cuerdas —bromeó, riéndose por lo bajo mientras les enseñaba su laúd, que tenía bastantes marcas de la edad—, aunque sigo teniéndole un especial aprecio.

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28/07/2021, 12:29
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Cathleen saludó cortésmente al caballero —El honor es mío, sir— dijo, con una ligera inclinación de cabeza. Luego se ruborizó ligeramente ante las gentiles palabras de la dama sobre Caerwyn... es decir, sobre ella en realidad.

Vuestros actos os honran, milady— dijo con amabilidad, controlando su mano que, inconscientemente, casi busca el costado donde fue herida de gravedad. Si bien, la duda sobre su ausencia en la corte de la Condesa de Salisbury, la pilló desprevenida —. Oh, es que... acabo de llegar desde Bretaña para ayudar a Caerwyn en su señorío, ahora que mi tía se ha desposado de nuevo y él tiene que hacerse cargo de la pequeña Maisie— parecía que aquel tema la incomodaba un poco, lo cual no era de extrañar. A Cathleen no le gustaba mentir, aunque fuera a medias —. Mi estancia en Logres no se alargará demasiado, pues me debo a mi tierra y en breve tendré que regresar— miró alrededor —. Mas no podía desaprovechar la oportunidad de visitar Londres— sonrió con sutileza —. Aún así, os agradezco el ofrecimiento, milady— añadió.

Escuchó las palabras de Caderyn y un brillo de orgullo cruzó sus ojos castaños, mientras asentía conforme a lo que mencionaba sobre la camaradería en la batalla. No parecía incomodarle el tema en absoluto, al contrario, parecía muy interesada. Sin embargo, comprendió que quizá para una dama como lady Ealasaid, no era tan apropiado.

Gracias por vuestra valentía, Sir Caderyn— conocía bien su nombre tras haber combatido a su lado, por eso lo dijo con cierta familiaridad —. Hombres como vos, son la única defensa que tenemos para protegernos de los invasores— añadió con solemnidad, creyéndolo firmemente.

Ante la pregunta del caballero, Cathleen dudó un instante. ¿Merecía la pena arriesgarse? Miró a Lady Ealasaid, una dama gentil y buena sin lugar a dudas y luego miró a Sir Caderyn, a quién no conocía demasiado y sin embargo, algo en su mirada le transmitía cierta confianza. Finalmente, sonrió.

Sería un placer oíros tocar el laúd— dijo, casi sin pensar antes de mirar a lady Ealasaid con cierto apuro —, ¿no os parece, Lady Ealasaid?

Notas de juego

Perdonad si es un poco largo ^^'

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28/07/2021, 13:43
Lady Ealasaid Bryce de Cholderton e Idmiston

Sonrió con entendimiento ante su explicación.

- Oh, entonces es comprensible no haberla visto... Si alguna vez visitáis el lugar me sentiría honrada de acompañaros y presentaros al resto de damas de la condesa.

Miró a Sir Caderyn y sonrió con amabilidad.

- Así es Lady Cathleen, será un honor contar con su compañía. Podemos buscar a un artesano que venda instrumentos o a un comerciante... Yo necesito una cuerda para mi arpa... Me gustaría acompañar el sonido de su laúd con el arpa pero lamentablemente es demasiado pesada para llevarla conmigo.

Esperó a que Sir Caderyn iniciara la marcha, después de todo él era quien conocía lo que buscaba. 

Notas de juego

Por mi no hay problema en la longitud ^^

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28/07/2021, 19:29
Sir Caderyn de Tisbury

Al notar el leve rubor de Lady Cathleen, Caderyn apartó brevemente la mirada, con una leve media sonrisa en los labios, aunque luego volvió a observarla cuando empezó a hablar de su llegada a Britania y su propósito en la isla, escuchando con atención.

Ciertamente es difícil hacerse cargo de una pequeña, en especial a ciertas edades donde todos tenemos más... apego con nuestras madres —comentó, con cierta melancolía en la voz, y también empatía—, por lo que me alegra que Sir Caerwyn sea tan afortunado de contar con vos —añadió—. Ciertamente Londres es toda una ciudad para explorar y recordar —concedió.

Caderyn acabó riéndose por lo bajo ante los elogios de Lady Cathleen, encogiéndose de hombros y agachando un poco la cabeza, halagado y también modesto.

— Sois demasiado gentil, milady.  Sólo soy un hombre más, que ama esta tierra y está dispuesto a luchar por ella, como vuestro primo —le respondió, con una leve sonrisa, acto seguido miró a Lady Ealasaid—. ¡Ah! Entonces tengo frente a mí a otra entusiasta de la música —añadió, con un poco más de emoción en la voz—. Estoy seguro de que podemos concertar algo... ¿quizás un pequeño agasajo para algunos miembros de la corte? —consultó, entusiasmado.

El caballero empezó a andar tranquilamente, buscando con la mirada algún estante o tienda que pudiera ofrecer de lo que precisaban. En algún momento empezó a tontear con las cuerdas de su laúd, recordando la petición de Lady Cathleen, y luego se giró, encarándolas a ambas con una sonrisa en el rostro conforme empezaba a armar un ritmo alegre y vivaz, mientras seguía caminando de espaldas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ídem :)

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29/07/2021, 13:36
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Cathleen rió con suavidad.

He dicho pequeña por el afecto que le guardo, pero mi prima en dos inviernos entrará en edad casadera— aclaró, mirando de nuevo a lady Ealasaid —. Por eso necesita una figura femenina en la que reflejarse y, dado que mi primo sigue soltero, hemos acordado que regularmente los visite para ayudar a Maise y prepararla para lo que vendrá.

La mujer no sabía demasiado de música, si bien se defendía con el baile, había preferido aprender cetrería antes que tocar ningún instrumento. Una lástima, porque le encantaba escucharlos y más de una vez se imaginó sentada bajo un roble tocando el laúd o la cítara. Quizá por eso sonrió al ver que lady Ealasaid sabía tocar el arpa. 

Entonces tendré que visitaros algún día para oíros tocar— dijo. Sin duda Cathleen era más abierta a las conversaciones que su alter ego —. ¿Os habéis planteado tocar la lira? Tengo entendido que es muy similar al arpa y podríais llevarla con más facilidad.

Siguió a Caderyn con la mirada mientras el caballero se adelantaba a las damas, tocando su viejo laúd. Cathleen miró con complicidad a Ealasaid, pues escuchando la agradable melodía, tenía claro que había sido una decisión acertada.

Aguardó a que el caballero terminase su canción y con una sutil sonrisa, Cathleen tomó la palabra:

¿Seguro que queréis cambiarlo?— preguntó —Más que sufrir, creo que sonríe con cada acorde, sir.

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29/07/2021, 14:14
Lady Ealasaid Bryce de Cholderton e Idmiston

Sonreía con amabilidad escuchando el intercambio de palabras entre Sir Caderyn y Lady Cathleen, imaginándose que ambos harían una hermosa pareja si contrajeran matrimonio. Las mejillas se la joven se sonrojaron ligeramente y se llevó con educación y recato conteniendo un ligera e inocente risita. 

- Disculpen... Recordé la última travesura de Paul... 

Tras las palabras de la muchacha le dedicó una dulce sonrisa.

- Seguro que vuestra prima tendrá en vos a un gran ejemplo de feminidad y buenas formas - Dijo con toda sinceridad - No creo que a vuestro primo le cueste encontrar esposa. Es sin duda alguna un gran partido... Un caballero valiente, atractivo y cortés. Seguro que nuestro señor el Conde no dudará en concederle la mano de la Dama que solicite... 

Volvió a reír ligeramente negando con la cabeza.

- No es adecuado que una dama lleve un instrumento... Por ello Madre me enseñó a usar el arpa, porque es posible encontrarla en las cortes en donde debemos residir... Sabéis, tiene que ser gratificante poder viajar como lo hacéis vos... 

La música que entonó Sir Caderyn llenó de dicha el corazón de Ealasaid.

- Es sin duda alguna una hermosa y bella melodía... No puedo sino estar de acuerdo con las palabras de Lady Cathleen.

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01/08/2021, 17:38
Sir Caderyn de Tisbury

No tiene por qué disculparse, milady, la risa es una de las mejoras cosas que se pueden compartir —le respondió, tranquilo, y luego miró a Cathleen—. Concuerdo con Lady Ealasaid, pues. Estoy seguro de que con vuestra guía, la pequeña Maisie se convertirá en todo un ejemplar de dama del reino —respondió con una sonrisa.

La idea de que Lady Ealasaid aprendiera a tocar la lira como un sustituto más portátil que el arpa era bastante buena, por lo que Caderyn asintió a la sugerencia de Cathleen, aunque suspiró un poco cuando escuchó la respuesta de la otra dama.

Entiendo la réplica de vuestra madre, aunque me entristece que no podáis disfrutar de la música mientras viajáis por el reino, espero que por lo menos el paisaje os distraiga lo suficiente —sonrió con un poco de melancolía—. Ciertamente hay algunas... libertades que podemos permitirnos, pero estoy seguro de que podréis disfrutar de ellas si conseguís un esposo que las entienda y comparta —asintió tanto a Ealasaid como a Cathleen, porque aunque la segunda venía de Bretaña, Caderyn imaginaba que las costumbres serían más o menos las mismas—. Entre tanto, un humilde servidor y su laúd siempre estarán dispuestos a agasajar vuestros días —hizo una leve reverencia, sosteniendo el instrumento con una de sus manos.

El último comentario de Cathleen hizo que Caderyn soltara una pequeña carcajada y rasgara unas pocas notas más.

— No dejéis que el viejo instrumento os engañe —bromeó, sonriendo—, esta vez se ha portado bien y no he quedado en evidencia frente a dos hermosas damas —un pequeño brillo travieso atravesó la mirada de Caderyn—, pero estoy seguro de que está esperando el momento preciso para avergonzarme —era curioso como el caballero parecía hablar del instrumento casi como si se tratase de una entidad sintiente.

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01/08/2021, 23:27
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Un suave rubor se alojó en la mejillas de Cathleen ante los halagos que Lady Ealasaid dedicó a Caerwyn, haciendo que desviara por un momento la mirada. Ojalá hubiera podido decirle la verdad, que Caerwyn podría haberse desposado con ella, pero era incapaz de condenar a nadie a eso, y mucho menos a quien le salvó la vida.

Creo que Caerwyn está más centrado en estos momentos en asegurar el futuro de Maisie que en el suyo propio— dijo con cierta amargura en la voz, aunque no permitió que esa sombra enturbiara su rostro.

Siguieron paseando, guardando la distancia correspondiente al caballero, aunque Cathleen no terminaba de acostumbrarse del todo, ya que para ella se había vuelto habitual andar a la vera de los hombres.

Oh, lo entiendo— exclamó algo avergonzada ante la aclaración de lady Ealasaid —. Yo recuerdo a mi madre tocar la liraa cierta distancia mientras mi señor padre entrenaba a sus hijos y escuderos— dijo con cautela —. Supongo que es lo que dice Sir Caderyn: una vez desposada, quizá puedan cambiar las cosas— sonrió con suavidad —. ¿No os imagináis sentada junto a vuestro esposo, en un extenso jardín, acompañando el cantar de los pájaroa con una dulce melodía, acompasada por la risa de vuestros hijos mientras juegan?— se detuvo para mirarla a los ojos, sin borrar aquella sutil sonrisa —Porque así os he imaginado, milady, en cuanto os visualicé con una lira en vuestras delicadas manos.

Reanudó la marcha, dejando que la dama sopesara sus palabras si así lo deseaba, pues bien podría pensar que eran disparates de una desconocida.

Sonrió cuando el caballero dijo que las agasajaría con su laúd y Cathleen no pudo estar más de acuerdo, ya que entre Caderyn y Ealasaid la habían hecho sonreír más en un momento que en los últimos meses. Sin embargo, aquella sonrisa y el brillo travieso en la mirada del caballero al hablar de su laúd, hizo que el vientre le diera un extraño vuelco.

La mujer se ruborizó de nuevo, desviando la mirada sin poder reprimir una sonrisa. Apretó los labios para contenerla y volvió a mirar al caballero: —Tras el presente que ha entregado a nuestros oídos, dudo que un error pueda abochornarnos, sir— dijo ella, buscando la complicidad de Ealasaid.

Notas de juego

Desde el móvil :(

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02/08/2021, 00:22
Lady Ealasaid Bryce de Cholderton e Idmiston

- Agradezco sus palabras Sir Caderyn y así se lo preguntaré a mi prometido Sir Edward... - Se sonrojó ligeramente al decir aquello pues tampoco sabía si era algo conocido.

Continuó escuchando las palabras de la joven y le dedicó una amistosa y dulce sonrisa.

- Puedo entenderle, la verdad y seguro que en cuanto esté totalmente recuperado y haya asegurado el futuro de Maisie podrá cortejar a cualquier Dama... Es un caballero cortés y atractivo, seguro que no tendrá problema alguno. - Dijo con sinceridad. 

Tras las palabras expresadas por Lady Cathleen las mejillas de Lady Ealasaid volvieron a sonrojarse al imaginarse en esa situación junto a Sir Edward, aunque el rostro de éste cambio mostrando otros dos rostros que hicieron que la joven negara con la cabeza para regresar a la realidad. 

- Sería una bonita imagen, sin duda... Gracias... 

Las siguientes palabras de Lady Cathleen provocaron una tenue y ligera risa en la joven Ealasaid.

- No puedo estar más de acuerdo con Lady Cathleen Sir Caderyn, hoy nos habíes hecho un gran regalo. ¿Cómo podríamos devolvérselo? 

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02/08/2021, 19:54
Sir Caderyn de Tisbury

— Entiendo perfectamente a vuestro primo —respondió con aprobación—. Al fin y al cabo, un caballero se debe principalmente a las personas que dependen de él, y luego a sí mismo —continuó—. Yo mismo he vislumbrado la posibilidad de contraer nupcias, pero de momento toda mi atención y energía la dedico a levantar las tierras heredadas de mi padre, el tiempo no ha sido gentil con Tisbury —comentó con un poco de desánimo en la voz—, pero al menos este invierno hemos podido salir adelante más que bien parados —su voz recobró un poco de ánimo, y también esbozó una suave sonrisa, parecía contento de poder compartir aquello con alguien.

La imagen narrada por Cathleen inspiró a Caderyn, quien empezó a tocar suaves notas, acompañando la voz de la dama conforme ésta iba hablando, notas pacíficas.

— Definitivamente es una imagen hermosa —concedió el caballero, con una leve sonrisa—, y espero de todo corazón que Sir Edward pueda concederos ese gusto. Estoy convencido de que os merecéis lo mejor que la vida os pueda ofrecer, en especial luego de ver vuestra preocupación y altruismo en Mearcreed Creek, milady —miró a Ealasaid y asintió, aunque su pregunta hizo que soltara una pequeña risa apenada—. No tenéis nada que devolver, en todo caso el regalo ha sido para mí, al poner una sonrisa en vuestros rostros —le sonrió a ambas mujeres con gentileza—, aunque sería un honor el poder considerarme vuestro amigo —Caderyn se sonrojó ligeramente, la verdad sea dicha no había logrado establecer ningún vínculo más allá de la camaradería con ninguno de los caballeros hasta ahora.

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04/08/2021, 19:18
z/Lady Cathleen de Berwick St.James

Al escuchar que Lady Ealasaid ya estaba prometida, Cathleen no pudo ocultar su sorpresa, antes de arrugar ligeramente el ceño como si algo no le cuadrara del todo. Sin embargo, aquel gesto duró apenas unos instantes.

Espero que seáis muy felices juntos, milady— le dijo, con una sonrisa encantadora, sin añadir nada más. Caerwyn había renunciado a ella por su bien, pero ahora sentía el peso de la duda. ¿Habría podido confiarle la verdad a lady Ealasaid y llegar a un acuerdo? Ahora ya nunca lo sabría.

Eso sí, cuando habló de Caerwyn sobre la capacidad del caballero para cortejar a cualquier dama, Cathleen miró hacia uno de los puestos del mercado para disimular —Creo que está esperando a la persona adecuada— murmuró, aprovechando para tocar un bello tapiz y sentir el relieve de los hilos bajo sus dedos —. Me consta que no es lo más apropiado, mas eso explicaría porqué, hasta ahora, ha logrado eludir tres compromisos de matrimonio— sonrió para sí y volvió a mirar a la dama y luego al caballero —... a pesar de las insistencias del Conde, por lo que tengo entendido.

Parecía extrañamente orgullosa de ello. Entonces Caderyn tomó la palabra y la dama lo miró con cierto interés, ya que su situación le recordaba un poco a la del propio Caerwyn.

De seguro encontraréis una dama en edad casadera pronto, sir— dijo ella —. De hecho, me sorprende que no os hayáis desposado aún.

El acompañamiento de las cuerdas del laúd a la imagen narrada por Cathleen dibujó una sonrisa en los labios de la misma, que miró de soslayo al caballero mientras un tenue rubor asomaba en sus mejillas. Su mente la empezaba a traicionar, visualizando otra escena similar a la que había relatado a Lady Ealasaid... pero con otros protagonistas.

Sacudió la cabeza sin poder borrar una sonrisa casi perpetua de su rostro, apartando aquellas imágenes de sus pensamientos mientras intentaba poner de nuevo los pies en al tierra.

Lady Ealasaid— dijo, para distraerse —. Creo que sois una mujer fascinante, mucho más tras las palabras de Sir Caderyn y las de mi pariente— comentó —. No quisiera incomodaros pero agradecería de corazón escuchar una historia de vuestros labios— entonces se dio cuenta de que quizá se estaba sobrepasando—. Salvo que no lo consideréis apropiado, por supuesto.

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04/08/2021, 20:47
Lady Ealasaid Bryce de Cholderton e Idmiston

Ealasaid caminaba un poco por detrás, contemplando con cierta diversión lo que para ella parecía el coqueteo entre ambos jóvenes y durante unos segundos sintió una punzada de envidia pues ella no había vivido aquello, a ella no la había cortejado nadie... 

- Gracias Lady Cathleen - Sonrió con sinceridad ante sus palabras.

Escuchó con atención sus siguientes palabras e hizo una pregunta un poco al aire.

- ¿Y cómo se sabe quién es la persona adecuada? Aunque es cierto que los caballeros pueden escoger mucho más que nosotras... 

Mientras continuaban hablando se perdió entre sus pensamientos, buscando la manera de asimilar la noticia que su prometido le había dado, así como las otras que había conocido. ¿Acaso era algo contagioso entre los caballeros del reino?

Las siguientes palabras de Lady Cathleen la confundieron y la miró algo sorprendida.

- ¿Una historia? ¿Qué tipo de historia? No sé contar historias...

Sus mejillas volvían a sonrojarse. 

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05/08/2021, 19:24
Sir Caderyn de Tisbury

¿3 compromisos? —repitió Caderyn, ligeramente asombrado y casi sin darse cuenta, aunque acabó por apartar la mirada de las damas, se había puesto en evidencia delante de las mismas. El caballero se aclaró la garganta, nervioso—. Voy a tener que hablar con Sir Caerwyn y que me cuente su secreto, rechazar 3 veces al conde no ha de ser cosa fácil —dijo, reflexivo—. De todas formas, en mi caso es lo opuesto, pues no he recibido ninguna oferta en lo absoluto por parte de Sir Roderick, aunque ya veo el por qué: Sir Caerwyn se las ha llevado todas, ¡ja! —bromeó afablemente con aquello, aunque en realidad odiaría estar en los zapatos del de Berwick—... aunque compartimos motivos similares, yo también estoy esperando a la persona adecuada —acabó por confesar.

La pregunta de Lady Ealasaid hizo que el caballero se quedara en silencio durante unos cuantos segundos, pensando en una buena respuesta. Acabó por sonreír, aquellas cuestiones casi siempre lo llevaban de vuelta a la música.

— Os voy a contar una pequeña historia —miró a ambas damas con cierta complicidad, porque de esa manera sacaba del apuro a Lady Ealasaid y también complacía a Lady Cathleen—. Había una vez un niño llamado Caderyn —el caballero se rió por lo bajo al mencionar su propio nombre, pero estaba dando a entender que era algo que le había sucedido a él—, nacido en el viejo pueblo de Tisbury. El pequeño Caderyn había perdido a su madre a temprana edad, habiendo apenas superado su primer invierno, y aunque su padre había vuelto a contraer nupcias, la verdad es que siempre sintió que algo le faltaba... hasta que escuchó por primera vez a un juglar tocar el laúd —para enfatizar su punto, Caderyn rasgó las cuerdas de su instrumento, sacando unas cuantas notas alegres—. A Caderyn le impresionó la capacidad que tenía aquel hombre para hacer que la gente se olvidara de sus problemas, aunque fuera por un poco de tiempo, y por eso insistió e insistió a su padre hasta que lo convenció de pagarle al músico para que le enseñara a tocar el instrumento —el caballero tocó una corta fanfarria de victoria con las cuerdas—. El aprendizaje no fue fácil, pero conforme el niño iba desarrollando su habilidad, se fue dando cuenta de que había notas para cada clase de situación. La tristeza tenía notas graves, la alegría notas agudas, el miedo notas discordantes —cada vez que mencionaba una emoción, Caderyn se aseguraba de rasgar unos cuantos acordes en el rango adecuado—. Sin importar el caso, la música siempre estaba ahí para recibirlo y confortarlo, y mientras tocaba el laúd, todos sus problemas desaparecían —el rubio dejó de tocar el laúd y entonces miró a las damas—. Para mí, así es como sabes que la persona es adecuada: tienes la certeza de que puedes acudir a ella sin importar la situación, y que esa persona hará todo lo posible por reconfortarte y apoyarte. Siempre estará allí para ti.