Partida Rol por web

La pelea fue reñida. Marlov tenía mucha experiencia en combate por la larga cantidad de enfrentamientos que tuvo junto al grupo. Oktael, era aparentemente más fuerte. Pero la técnica de este lograba imponerse.

Tras terminado el combate, Marlov sonreía muy complacido.

La verdad, te has defendido mejor de lo que yo mismo me esperaba. Nada mal, nada mal...

¿Sera que esto era un llamado para mis oídos? Si mi mente no me había engañado, ¡Había un combate posible! Observe con atención la pelea que yacía entre aquel curioso Negro y Marlov el mercenario. Daba igual quien ganase en el momento y como fuese su técnica, lo único que ansiaba era chocar acero en el momento. Era una lástima que solo fuese un duelo amistoso sin filo, se perdía tanto...Después de todo, el aroma del acero chocando era el atractivo de una batalla.

-¿Y no dejareis nada para mí? Si alguien tiene el valor, ¡Me encantaría reñirme en duelo!-Mencione bruscamente mientras me integraba al grupo. Sin duda, tendría mi preciado combate.

Muy bien, yo me las veré contigo.

Se preparó y se lanzó contra Charles.

Se había distraído y un guardia pudo sorprenderle. Habían sido demasiadas emociones y poco descanso. ¿Padre? Aquel desgraciado lo había confundido con un sacerdote. Pensó que sería divertido entrar en la iglesia y dar la misa, total nadie iba a notar que no era latín lo que salía de su boca. Lo malo es que tarde o temprano aparecería el auténtico párroco. 

Hijo, gracias por recordármelo puso su mano derecha sobre el hombro del guardia vine a darle la extrema unción a Julio. Hay tanto dolor en esa casa que me olvidé de mis obligaciones. Su voz se volvió más autoritaria. No quiero distraerte más, hermano, vuelve a tus obligaciones que aún he de visitar a la pobre mujer que atacaron anoche. vade in pace, hermano. Era todo lo que recordaba de los sermones del cura del regimiento y porque lo había aprendido para saber cuando podía salir de la misa.

Oktael asintió levemente con la cabeza ante el comentario del mercenario. Realmente se había visto superado por aquel hombre
"Esta gente sabe lo que hace. Este es un mundo en donde hay que saber defenderse. Ya voy a conseguir estar a la altura" pensó para sí el africano mientras veía como se armaban más duelos.

Se sentía un poco defraudado y su mal humor se reflejaba en su rostro.

¡Acepto el duelo!-Pense para mi. Era una total dicha porfin tener un combate aunque solo fuera de practica.

-¡Venga! No sabeis como ansio reñirme en duelo!

El guardia asintió a este aunque se quedó pensativo unos instantes. Luego sonrió.

Gracias padre, que Dios lo acompañe - dijo el guardia.

Y se retiró lentamente.

Las horas iban pasando, y finalmente anochecía de a poco. En un momento determinado, la taberna finalmente había quedado vacía. Lucas podría entrar en ese momento, o asegurarse y esperar aún un poco más.

El duelo fue rápido. Charles tenía bastante energía y ansiedad por combatir. Varen, en cambio, estaba fatigado por el viaje hasta la ciudad, y el hecho de que estaba entrenando antes de la llegada de él.

Fácilmente Charles logró conectarle un golpe en el mentón a Varen. Este se desestabilizo y finalmente terminó dándole una patada que hizo que se cayera al suelo. Así es como perdió el duelo.

Los demás mercenarios estaban asombrados y algunos cuantos aplaudían.

¡Vencieron a Varen! ¡Este ya no sirve! ¡Perro viejo que debe ser reemplazado!

Fue lo que gritaron algunos de los presentes, que no estaban precisamente del lado de Varen y Polux.

El capitán mercenario maldijo su suerte cuando el negro perdió ante su compañero, por lo que a regañadientes, le dio sus dos monedas de oro mientras le decía a Marlov:

-Has tenido suerte esta vez compañero, aquí tienes lo acordado -para luego girarse hacia Oaktel y decirle- para tener tanto músculo, no sabes muy bien como usar un arma, más te vale aprender rápido si no quieres ser pasto de gusanos en la próxima campaña... -le decía con cierta dureza al africano, pues alguien tenía que advertirle de que aquello no era un juego.

Acto seguido viendo que el tipo con principios, el que más se quejó en la anterior reunión, le pedía un combate, estuvo a punto de negarse, había que escalar mucho para medirse con un capitán, pero viendo como su amigo Varen hacía lo mismo, y teniendo en cuenta que estaba deseando una buena pelea, le contestó rápidamente:

-Mirad chicos, el nuevo ya está deseando medirse ante mí -decía mientras se hacía corrillo del resto de mercenarios- está bien, demuéstrame lo que vales, al fin y al cabo debemos saber que clase de hombre luchará a nuestro lado; pero no esperes que me esfuerce al máximo, eso sólo lo reservo cuando quiero matar a mi adversario... -decía con una media sonrisa un tanto sádica, para acto seguido coger su espada y escudo y prepararse para el duelo.

Entiendo la frustración que debes sentir… - dijo Ahrem, mientras se acercaba y se sentaba al lado de Oktael.

Yo tampoco tengo buen manejo de armas. Ver a mi hermano, como el gran guerrero que es… bueno, ya sabes, siempre me causa algo de envidia. Pero sé que debo entrenar y dar lo mejor de mí. Es la única forma si es que quiero igualarlo.

No te desanimes. Tienes fuerza. Solo te falta más técnica. 

Oktael asintió ante el sincero acercamiento de Ahrem Weinmann. Su frustación creció aún más al sentir la compasión que sentían por él.

- Me cuesta encontrarle la técnica.- Dijo al fin.- En mi tierra se utilizaban otras armas. No eran espadas y escudos, sino que teníamos lanzas y poleas. Las luchas se reducían a una danza mortífera. El equilibrio con la espada me cuesta encontrarlo aún. - hizo una pausa para observarlo mejor.- Agradezco tus palabras, y el esfuerzo por cumplir mis peticiones. Sé que no es fácil lo que te pido, pero saben los dioses que lo valoro.

Oktael miró malhumorado a Polux, aunque entendía que tenía razón. La espada no era su arma predilecta, eso lo tenía en claro. Hubiera dado lo que fuera por poder demostrar realmente todo lo que sabía. 

Sin embargo finalizó con un leve asentimiento de cabeza y cerró los ojos para concentrarse y acomodar sus pensamientos. Necesitaba bajar las pulsaciones luego del combate, y trasladó su mente muy lejos de allí...

¿Y por qué usar una espada entonces? Claro, es bueno tener una buena base de entrenamiento con todas las armas. Pero si lo tuyo es el uso de la lanza, deberías centrarte en ello. Es la mejor arma.

Nuestro amigo William, aquí, usa por ejemplo esa arma, y tiene una clara ventaja frente a los demás. Pero tendrás que ganar mucha más agilidad entonces. La lanza es un arma con gran ofensiva, pero otorga poca defensa. Errar una vez puede resultar letal.

-Gracias, Pollux. Pero no es necesario que te contengas.

Le sonreí. Al fin podría distraerme en el dulce fragor del olvido de un combate.

Oktael le sonrió a Ahrem.

- Errar es fatal, como bien dices. Por eso es que es en mi pueblo utilizamos una danza especial...- se quedó pensando unos segundos.-... no encuentro palabra parecida en su idioma. Pero utilizar la lanza es más que una estocada. Es mover los pies con agilidad, es utilizar ambas puntas, es contener con el cuerpo de la misma. Tiene infinidad de usos y secretos.- miró hacia arriba con añoranza.- si vieras una buena danza, de seguro no volverías a usar una espada. Pero si es difícil conseguir el equillibrio perfecto en la espada, imagínate con una lanza. La danza perdería su balance y tus movimientos se vuelven torpes. Por eso no encuentro una lanza adecuada, y la espada se me hace más sencillo de adaptarme... aunque como bien has visto, todavía no puedo.-

La pelea entre Polux y William fue muy reñida. Se hacía notar el cansancio del mercenario frente a su oponente, pero aun así le resultó un combate difícil de superar al joven guerrero.

William logró conectarle algunos cuantos golpes que dejaron aturdido a Polux, y antes de caer al suelo, pudo devolverle un fuerte golpe al abdomen que dejo adolorido a William. Sin embargo, ya caído al suelo, el joven se lograba imponer contra su oponente.

Todo el grupo parecía algo consternado. Polux y Varen habían sido derrotados. Marlov se acercó y en plan jocoso dijo que él debería ser el capitán de la banda, que ellos daban pena.

-He... He ganado... Eres un roble, Pólux...

Seguía jadeando por aquél golpe en el abdomen. Pólux era realmente formidable, supongo que por eso lo respetaban tanto en el grupo. Si llegara a cruzar armas con él nuevamente, tal vez no podría ganarle nuevamente.

-Te parece si ahora competimos a ver quien bebe más?

Un trago luego de un combate ayuda mucho a un hombre. Y también, ayuda a crear lazos. Pólux es un hombre a quien respetar, y no sería bueno tenerlo en contra.

Su encuentro con el guardia lo había puesto nervioso aunque no quisiera admitirlo. -A lo mejor no es tan buena idea. Quería acabar cuanto antes con todo esto y marcharse; pero no podía dejar de pensar que lo había reconocido - Imposible- y que le estarían esperando dentro. Buscó un lugar donde la sombra lo cubriera y fuese difícil verlo y se sentó. Dormiría un par de horas o tres antes de llevar a cabo su plan. El momento perfecto es antes del cambio de guardia de la mañana.- decidió. Los que habían estado de guardia estarían cansados y pensando en irse a dormir y los que entraban aún no tendrían sus sentidos al cien por cien.

En ese momento se colaría en la taberna y subiría sigilosamente a la habitación de Felipe. Esperaba pillarlo aún dormido y poder taparle la boca con su mano izquierda y ponerle el cuchillo en el cuello.

Después podrían hablar.

Lucas había dejado pasar un momento en el que la taberna había quedado sin vigilancia y sin clientes. Al poco rato, la guardia volvió a montarse allí, como así también entraron otros grupos de clientes después.

Habrá sido alrededor de las 4 de la madrugada cuando la taberna terminó por vaciarse y Felipe había cerrado la misma. Lucas aguardó y aguardó y aguardó. Su sueño cada vez le pesaba más. Sin dudas descansar en la calle no es algo muy gratificante. Estaba nervioso por su encuentro anterior, y cada vez que sentía ruido se despertaba. Por alguna cuestión milagrosa, nadie intentó robarle.

Finalmente ocurrió el cambio de guardia que este tanto aguardó. Era su momento ideal para colarse dentro de la taberna.

Surtiendo con rapidez a los guardias, este intentó adentrarse a la taberna. Pero la puerta estaba cerrada.

Los guardias se encuentran aproximadamente a solo 100 metros de este. Van en dirección a la posición de Lucas. Si aún no le vieron, es por la oscuridad que hay allí. Tiene poco tiempo para hacer algo.

¿Qué hace?

El veterano guerrero no se esperaba aquella habilidad de su oponente, tras ver la actuación del africano creía que todos tendrían más o menos el mismo nivel, pero le agradó saber que no era así. Por lo que con una media sonrisa, aceptó la mano de su oponente para levantarse y le dijo con tono jocoso:

-¡Ja! Me caes bien muchacho, y acepto esa apuesta, el que pierda paga todo ¿no? -decía con cierto pique y gracia en su tono.

Sin embargo, antes de que pudiera felicitar a su contrincante por su actuación, el malnacido de Marlov y otros de los suyos, aprovecharon la situación para desacreditarle, tanto a él como a su amigo Varen. Cosa que enfureció al guerrero, que ya de por sí no necesitaba demasiado, y mientras soltaba sus armas se lanzó contra su compañero de armas, con sólo sus puños y una mirada de odio a la vez que le espetaba:

-¡Eso crees malnacido! ¡Ven y demuestrámelo si tienes cojones! ¡vas a aprender a respetar a tus superiores! -decía mientras le daba un soberbio puñetazo y se metía en una nueva pelea; iba a dejar claro porque lo llamaban Puño de Hierro...