Partida Rol por web

Balthor miro extrañado a los compañeros que pusieron caras de disgusto cuando Lancerot hablo sobre matar, estaban en los vigilantes, no en la hermandad de panaderos, si ellos habían recibido sus insignias seguro que Balthor no tardaba en recibir la suya.

- Las palabras no son mi fuerte, al menos no las que suenan bien, si alguno quiere, puedo acompañarle en forma de gato y escoltarlo mientras habla sin llamar la atención, si luego pasa algo, pues el ayudo...

Cuando llegaron a la tienda del archimago, varios de sus compañeros hablaron con él, como no había estado presente en la anterior misión, dejo que terminaran sus conversaciones.

A Cylina no le importaba demasiado el tema de capturar o matar al archimago, ella estaba acostumbrada a capturar viva a la gente, pero también sabía que en ocasiones esa no era una opción, llegado el momento ya verían lo que ocurría.

—Me temo que en general somos mejores luchando o infiltrándonos que hablando, tendremos que repartirnos teniendo eso en cuenta—. Respondió a las palabras de Balthor.

Cuando entraron en la tienda se acercó a echar un vistazo al estado del hombre, no pensaba que fuera a averiguar nada nuevo, pero sentía curiosidad y ahora podía analizarlo con más detenimiento. Mientras intentaba averiguar algo estaba pendiente de las respuestas que el antiguo archimago pudiera darles sobre la torre, eso era lo que realmente le interesaba, pero era una tontería preguntar lo mismo otra vez.

Ildyra sabia lo que quería hacer, y que las órdenes coincidieran con ello la alegro visiblemente. Con paso decidido se acerco a la niña peliroja y se agacho para ponerse a su altura sonriendo.

-Hola pequeña, ¿que tal estas?- Espero unos segundos la respuesta mirando fijamente a la niña y acariciandole la cabeza. -Todavia no me has dicho tu nombre, como ya sabes yo soy Ildyra.- Siguió hablando sobre cosas simples y banales durante unos minutos, para ver si se relajaba un poco antes de entrar en el tema dificil.

-Veras... se que es difícil,  pero somos gente que busca a personas y monstruos malvados para castigarles, y sabemos que han pasado cosas muy malas. Por eso necesito que me cuentes lo que viste, para poder atraparlos. ¿Me ayudaras?-

Le cogió las manos con delicadeza y espero una respuesta.

Se retiró sin decir nada. Por mucho que le gustase ese hombre... era demasiado puro. Quizás hay radicaba parte de su encanto. Ella no lo era, aquellos que miran no podían estar demasiado cerca del mal ni del bien. No la gustaba matar, pero había momentos donde era lo más razonable. Los hombres luchaban entre sí. Era parte de su naturaleza, por mucho que quisiera cambiarlo... no era posible.

Se acercó al archimago poco después. No le gustaba mucho lo que había notado.

- Buenas, anciano, ¿me permite sentarme? - No le dió tiempo, se dejo caer en la silla - Y bien, maestro místico, yo tengo una pregunta: ¿Qué sabe de las runas verdaderas? Porque ese vial de sangre de vampiro que obtuvimos... fue modificado por una. Una implicación cuanto menos peligrosa.

La breve reunión con Lancerot llegó a su fin, sentía que no haber dado su opinión respecto a sesgar una vida fue lo mejor que pudo hacer. Él creía que siempre que algo se haga en base a la verdadera justicia era correcto. Bajo ese código se movía. Sin embargo, ahora nunca olvidaría que frente al general no era una buena idea ponerse a discutir de temas morales, al menos no si quería agradarle. 

Sus compañeros se pusieron en marcha hacia la tienda de los heridos y allí los siguió. Muchos de ellos tenían un especial interés en hablar con el Archimago, pero eso a él no le llamaba la atención. Ya sea de aliado o enemigo, la magia le generaba desconfianza. Prefería hablar con un hombre de armas, como él. De él si que obtendría información valiosa y confiable. — ¿Se puede hablar con el Capitán? — Le preguntó a Elentari al entrar. — No quisiera molestarle. — Añadió al ver a lo lejos que el Capitán parecía estar descansando. 

La mención de las runas verdaderas dejó a Caidus con la boca entreabierta. Era algo completamente desconocido para él, y eso implicaba una nueva fuente de conocimiento.

—Archimago, según mis observaciones, no hay residuos mágicos en el líquido, pero encuentro matices sobrenaturales nunca vistos por mí ¿a eso te refieres con runas verdaderas, Aeryin?. Por otro lado, al introducir el líquido en un vial de cristal, éste empezó a degradarse. Al exponer el líquido a los efectos del sol, burbujeó y se movió. Y una segunda comprobación lo confirmó. Tengo la teoría de que la sangre tiene consciencia propia. Puede que incluso tenga algún tipo de contacto con su origen.

—Por otro lado, necesitamos toda la información posible para acceder a la torre arcana y, si queremos acabar con la influencia de Shandal sin matarle, he pensado en alguna prisión mágica, como la de hielo, en un bloqueo mental, o en dejarle inconsciente. 

Elentari miró con tristeza a sus dos pacientes cuando Mercer preguntó por el capitán e Ildyra comenzó a hablar con la pequeña. La joven de cabellos rojizos despertó sobresaltada cuando la paladina tocó con gentileza su brazo. Las palabras de la sierva de Shantia eran dulces y reconfortantes, provocando que la niña la abrazara poco después de que las lágrimas acudieran a sus ojos. 

—Me temo que aún no ha despertado.  El archimago cree que está bajo el influjo de una maldición o una toxina letal— dijo con tristeza la mujer de cabellos azules—. Ahora mismo está intentando realizar un diagnóstico diferencial a través del análisis de las pústulas que han crecido en la piel del capitán Mikel.

Mientras tanto Vicnan y Cylina comenzaron a quitar los vendajes cubiertos de un humor negro. Bajos estos vendajes empapados en un líquido viscoso se encontraban unas pústulas de gran tamaño que desprendían un aroma repugnante. De manera inconsciente arrugaron las narices mientras las examinaban. 

El archimago continuó con sus tareas mientras reflexionaba el tema propuesto por Abelgos. Con unas pinzas tomó los fragmentos de carne necrosada de un plato y las depositó en el interior de un mortero bañado en mithril. Posteriormente comenzó a golpearlo y machacarlo con un mazo del mismo material, provocando que de este comenzara a manar un liquido ponzoñoso de color negro.  Instantes después una nube de color cenizo comenzó a rezumar, la cual fue incapaz de atravesar la protección mágica que yacía entorno al recipiente. 

—Adentrarse en la torre arcana es un suicidio. Aunque Shandal no habrá sido capaz de vincularse de manera completa con la torre arcana en su interior no solo es más poderoso, sino que tiene cierto control sobre la edificación— dijo mientras añadía agua al mortero y mezclaba—. Con esto quiere decir que al atravesar el umbral de la torre, como tiene control sobre el teletransportador, puede enviarnos directamente a una trampa mortal siempre que se encuentre en el interior de la edificación. Eso sin contar que habrá creado multitud de trampas en sus aposentos y en la parte inferior de la torre por si lográramos superarlo de alguna manera. 

» Su poder radica en el círculo ritual del sanctorium, que reside en los niveles inferiores de la torre, el cual está vinculado en mayor o menor grado según el rango dentro de la orden. Actualmente mi antiguo pupilo ostentara el máximo rango, ya que seguramente lo haya modificado para desvincularme— dijo mientras detenía su labor para observar a Abelgos—. Si queremos modificarlo nuevamente, para así negar a mi antiguo pupilo los poderes que otorga debemos sacarlo de la torre. Solo se me ocurre una manera y es utilizando a su hermano Zagrán Grigory, el cual ostenta el título de caballero. 

Tras pronunciar aquellas palabras vertió la mezcla creada en un matraz de destilación, el cual ancló a una torre de destilación situado sobre una calentador arcano. 

—Si realizamos el plan que sugiero deberíamos dividirnos en dos grupos. Un grupo me apoyaría en la lucha contra Shandal, mientras otro aprovecharía la oportunidad para infiltrarse en la torre arcana. Una vez dentro podréis desvincular a Shandal y darme de nuevo el control a mí— añadió poco después de revisar todos los anclajes de la destiladora—. De esta manera no solo podríamos derrotar a una pieza clave del tablero, sino que además yo podría sellar la torre arcana, evitando así molestias y bajas innecesarias. 

El archimago comenzó a observar con paciencia cómo unas gotas del color de las sombras comenzaban a caer de manera lenta a un frasco de cristal que los estudiosos llamaban erlenmeyer. Sin embargo, cuando Aerin y Caidus compartieron sus descubrimientos el anciano arcanistas abrió los ojos como platos. 

—El origen de las runas verdaderas es incierto, algunos creen que proceden de los dioses caídos o de planos de existencia que han colapsado e incluso en algunas culturas se las ha adorado como entidades creadoras del universo— explicó con voz nerviosa—. Las pocas veces en la historia que una de estas runas ha influido en nuestro mundo ha provocado graves consecuencias a nivel mundial. En este caso, la creación de un vampiro primigenio y su correspondiente séquito, tales como vástagos, ghouls y diferentes no muertos menores. 

El semielfo se levantó de su taburete y comenzó a caminar en círculos alrededor de la pequeña estancia. Todos podían notarlo, tenía miedo. Quizás ellos también deberían tenerlo. 

—Si lo que decís es cierto, la criatura a la que nos enfrentamos es muy peligrosa. No es un chupasangres común, sino que es un vampiro creado por la influencia de una runa verdadera, quizás una relacionada con el vacío, la muerte o los espíritus— comenzó a explicar poco después tratando de mantener la compostura— Estos vampiros, conocidos como padres de la muerte o cainitas aristócratas, son capaces de crear progenie. ¿Imagináis lo terrible que sería que una criatura así creará decenas de vástagos? 

» Los vástagos son más fáciles de matar, la luz del sol o una estaca en el corazón los destruye con gran facilidad. Por el contrario, matar a un vampiro primigenio es otro cantar. Es necesario crear una estaca con los huesos de sus víctimas predilectas o exponerlo de manera prolongada a la luz del sol— añadió poco después mientras pasaba su mano sobre sus cabellos—.  Por otra parte, el descubrimiento de Caidus es cuanto menos aterrador. Que su sangre tenga una conciencia propia, implica por ejemplo que es capaz de movilizarse para sanar las heridas de un ghoul incluso después de muerto. 

¿Runas verdaderas? Jamás había escuchado hablar de ellas. No es que sus conocimientos arcanos fueran muy extensos ni profundos, pero aún así, que ni siquiera lo hubiera escuchado o leído, era extraño. Quería decir que se enfrentaban a algo mucho más antiguo y peligroso incluso de lo que él ya se había imaginado, un mal que se escapaba a su comprensión, incluso a sus pensamientos más funestos. La amenaza que suponía, sin embargo, no podía ser tenida en cuenta inmediatamente; si querían tener éxito, debían centrarse en cada paso a dar, y subestimar la amenaza que suponían Shandal y Belon por compararla con otra mucho mayor, seguramente terminaría con todos ellos muertos. Un archimago ghoul y un vástago poderoso eran suficiente, por si mismos, para acabar con el grupo entero.

Así que Agatosh escuchó el plan del anciano, atendiendo casi por completo —solo una pequeña parte de él mantenía la atención en el proceso alquímico que estaba realizando, mera curiosidad científica—, y asintió conforme cuando este acabó. Era lo mejor que tenían hasta el momento y lo sabían, así que estaba de acuerdo. Empero, tenía algunas preguntas.

—Zagrán Grigory, su hermano, ¿nos ayudará o tendremos que utilizarle contra su voluntad? Y el grupo que se interne en la torre, ¿se esperan problemas allí? —Sería necesaria esa información para saber como dividirse.

Esas heridas parecen muy serias, esas pústulas tenían pinta de infectar todo lo que encontraran en su camino, por suerte el archimago controlaba su entorno perfectamente. Blathor intentó recordar algún remedio que usaran los druidas contra ese tipo de heridas, al menos podría aliviar al pobre hombre. La descripción de la torre y la idea de crear dos grupos enardeció a Balthor.

- Si hay que luchar contra ese Shandal yo me encargo, no tendrá oportunidad, y luego ya el resto puede arreglar esa torre que está estropeada. Si ese vampiro jefe o como se llame crea mas bichos malos les damos para el pelo y listo, estamos aquí para solucionar problemas.

Me place la idea de los dos grupos. Mira a su alrededor y asiente. El primer grupo tiene a Caidus, con el y las indicaciones que le dé, debería bastar para cumplir la parte de desvincular la torre.  Y la infiltración no se nos da mal del todo. -Chasqueo la lengua. El segundo grupo con usted de apoyo debería ser capaces de lidiar con Shandal. 

Miro a Agatosh sorprendido por su preocupación. Lo preguntas como si eso importase mucho, podemos ser muy persuasivos si el guión lo exige. -Miro a Aerin con una taimada sonrisa.

Luego vuelvo a mirar a Nalen. -Eso que dices cuadra bastante. Tuvimos que matar al Ghoul jefe de la guardia dos veces, lo degollamos pero volvió al rato a la vida. La segunda vez lo tuvimos que desmembrar un poco.  Pensé que sería nigromancia o un sello de resurrección o algo así. No me imaginé jamás sangre consciente.

-Y pensar que por poco me la bebo. 

Hummm... Traje la cabeza del ghoul como prueba. No me digáis que que esa cabeza sigue viendo y oyendo o puede regenerarse cuerpo entero por que está en algún lugar del campamento ahora mismo. -Me llevo la mano a una de las espadas con gesto de preocupación. 

Balthor se había acercado también, y su subido ego hizo sonreír a Agatosh. La verdad es que imaginaba que poder transformarse en un poderoso animal tenía sus ventajas, pero dudaba de que fuera tanto o más fuerte que él mismo, y a juzgar por la lucha contra el capitán de la guardia, no iba a ser tan fácil. A pesar de ser un mago, no dejaba de ser un ghoul.

—No te confíes —dijo al druida, no sin cierta sorna.

Luego asintió a lo dicho por Abelgos y sopesó las palabras que le dirigió, antes de encogerse de hombros y responder.

—Es importante, para saber como prepararnos. Y luego como separarnos; Aerin y Caidus tienen más conocimientos mágicos que ninguno de nosotros, pero si les atacan mientras llevan a cabo el proceso de desvincular la torre, necesitarán ayuda. Y depende quien les ataque... No te ofendas, pero a lo mejor me necesitan a mi, aunque preferiría estar con los que se enfrenten a Shandal, no puede escapar.

Que manía de infravalorar a los demás tenia esta gente, solo porque hubieran estado con ellos ya eran los mayores expertos en magia del mundo, pero a Cylina le daba igual, lo cierto es que prefería cazar al mago.

—Habiendo tanto lanzador de conjuros experto en la sala, supongo que se podrá trazar un plan contra el mago—. El desdén de su voz era claramente apreciable. —Si conseguimos meterlo en un área de silencio e inmovilizarlo, no debería ser capaz de lanzar ningún tipo de magia, aunque seguramente siga teniendo algún truco en la manga. En cuanto cebo, pues si, estaría bien saber si ese hermano colaboraría por las buenas o por las malas.

Vicnan se acercó al grupo que estaba con Nalen´Dag.

- Carezco de entrenamiento arcano, pero puedo apoyar a cualquiera de los dos grupos con la bendición curativa de Sarenrae. Sin embargo, mi fuerte es buscar y capturar. ¿Qué hay de ese hermano, Zagrán Grigory? ¿sabemos dónde está o cuál es su lealtad? Recordemos que la posición de nuestra Hermandad es precaria, y si se conoce que usamos carnadas humanas para cumplir nuestras metas, puede ser contraproducente. Lo mejor sería encontrarlo y convencerlo, dentro de lo posible, para que nos ayude -

Alya había retrocedido un poco en la escena, observando más que participando como era más habitual en ella. No era que sus palabras o proyecciones estuvieran llegando demasiado a los demás participantes de la reunión, así que tampoco le quedaban muchas más opciones al respecto.

Por otro lado, no estaba del todo convencida de qué grupo se beneficiaría más de su presencia. Por un lado, y como acentuaba el mandoble cruzado tras su esbelto cuerpo, su punto fuerte era el combate y eliminar enemigos de forma selectiva y contundente, preferentemente antes de que pudieran plantearse contratacar (aunque tampoco estaba precisamente indefensa si se daba el caso). También se le daba bien encontrar y ocultar rastros, lo cual era una ventaja en casi cualquier situación. Por otro lado, el particular don que le había sido otorgado le daba un particular entendimiento de las motivaciones de los demás, y usar y encontrar las palabras adecuadas para encauzarlos a su causa (o directamente utilizarlos para su beneficio si era la mejor opción).

Ambos grupos podían necesitar de su particular conjunto de talentos, y también necesitar recurrir al otro conjunto en caso de emergencia. Finalmente, la preferencia de los arcanistas le hizo decidirse.

- Creo que mi contribución será más valiosa en el grupo que aborde al tal Zágran. - dijo en su voz átona, regresando a la conversación tras el rato de silencio. - Si está dispuesto a colaborar, sabré si oculta intenciones traicioneras. Si no, estoy bastante segura de poder convencerlo de que vea las cosas desde mi punto de vista. - y una sonrisa que pocos esperarían en alguien tan devoto a Iomidae como ella esperarían.

- Yo como veáis, realmente, me pasa lo mismo, tengo ganas de darle una patada en el culo a cierto traidor por emitir calumnias relacionadas conmigo, se merece un buen juicio. No es necesario matarlo, pero meterle lombrices por los intestinos que le parasiten quizás si, tendría que pedirles a algunas de mi círculo la receta...

La información del archimago es interesante, cuanto menos. Eso de crear vástagos..- ¿Qué les ocurre a aquellos que se transforman? ¿Cómo es la transformación? ¿Cómo podemos saber si es un vampiro real o solo un vástago? - las preguntas se agolpan en mi mente. ¿Qué pasaría si raptasen a alguno de nosotros y le convirtiesen en chupasangres o en ghoul? ¿Quedaría esclavizado? Todavía recuerdo su llamada, si me capturase... no sé hasta que punto podría combatirlo.

- Oh, esas heridas... ¿puedo verlas? - me acerco a ellas, con curiosidad. Vuelvo a tomarme el cognotágeno. Menos mal que no soy presumida.

Lamentó escuchar sobre el grave estado del Capitán Mikel. Tenía la esperanza de escuchar algún consejo de él, pues lo valoraría mucho más que cualquier palabra del archimago. Lastimosamente, al no quedarle otra opción tuvo que acercarse a escuchar lo que éste comentaba. 

Cuando mencionó la idea de dividir dos grupos y los respectivos encargos que tendría cada uno sonrió. Sabía bien en que grupo podría explotar todo su potencial, así que por primera vez desde que Lancerot le llamó hizo notar su presencia alzando su voz para ser escuchado.  — Yo me ofrezco para el grupo de infiltración. Las calles han sido mis maestras, les aseguro que no hay lugar al que no pueda entrar.  — Tal vez podía sonar muy confiado, pero en realidad lo estaba. Alguien cuyo lema de vida era "una palabra bonita puede llevarte a muchos lugares, una ganzúa... a casi todos" sabía bien cuales eran sus capacidades en ese ámbito. Además, así no tendría que compartir grupo con el archimago. Algo en él no le daba nada de confianza. 

Agastosh empezaba a pensar que estaba habiendo una pequeña confusión con como actuarían en la ciudad; no tenía claro que estuvieran pensando bien las cosas. El objetivo principal era cazar al vampiro, para lo que necesitarían ayuda de todos no solo para luchar, sino también para investigar, obtener pruebas, eliminar su influencia en Norul y, por último, acorrararle. Eso requería una buena dosis de subterfugio y también ser capaces de sorprender al chupasangre. Si levantaban todas sus cartas luchando contra el archimago, perderían la oportunidad de obtener el premio mayor. Eso significaba que no podían ir todos a por Shandal. Alguno si, por supuesto, pero no los diez allí presentes.

—Creo que tenemos que hablar bien como vamos a abordar el conjunto del plan, no solo ir a por el arcano —dijo sutilmente, frunciendo el ceño—. Nos estamos... precipitando. Me parece que es un buen momento para explicar entre nosotros que se nos da bien de verdad, y organizar en consecuencia todos los grupos que habrá y a que se dedicará cada uno.

Se alejo un momento de la niña, habiendo escuchado tan solo una parte de la conversacion no podia añadir demasiado. -Soy bastante inutil en infiltraciones, asi que ya sabeis a que equipo voy.

Era cierto, ademas de su instinto sobrenatural, no era una buena estudiante y su interes por los diferentes campos duraba bastante poco.