Había mucho que pensar, pero con ese cansancio las ideas serían demasiado confusas. Además, viendo que el grupo prefería quedarse e interrogar a los prisioneros, el elfo tomó su determinación:
—Mis habilidades para interrogar son excasas. Mientras los más duchos en esa función actuáis, haré lo mismo que el cambiaformas, ya que necesito descansar para ser útil. Por suerte, no requiero de tanto tiempo como mis homólogos para estar completamente preparado.—dijo Caidus emulando a Balthor.
Luego se dio la vuelta y buscó un lugar cómodo donde descansar. Allí, antes de acostarse, dio un trozo de queso y unas migas de pan al pequeño Smurf. El pobre debía estar aún más fatigado que él mismo. Lo acarició con mimo y por fin, ambos cerraron los ojos.
—Creo que, en este caso, nosotros vamos a servir de más bien poco. —Paseó la mirada por las mujeres del grupo, terminando con un guiño a Aerin—. Creo que os toca a vosotras.
- Yo haré guardia - declaró Vicnan - y también puedo dar una mano en el interrogatorio. Después de todo, soy un Inquisidor de Sarenrae -
Dicho esto se cruzó de brazos y se apoyó contra una pared. Podía permanecer horas en esa posición, gracias a la magia de su diosa.
Lanzo Vigilar. Puedo afectar hasta 2 aliados más. ¿Quién se queda haciendo guardia conmigo?
Asintió, conforme, e incluso sonrió—. Me quedaré contigo, si te parece bien.
Como ajeno que soy, el control de la vampiresa creo que no me afecta, así que hago guardia también. Así, si hace algo raro, la hago puré. :)
- Pues nos quedaremos un rato esperando, larga noche nos espera y hace falta alguien con buena nariz.
Ronroneo se enrosco bajo los 3 hombres que hacían guardia, creciendo a ojos vista.
Vicnan miró a Agatosh y Balthor y asintió con la cabeza, pero luego bajó la vista algo decepcionado.
"Esperaba que ella se ofreciera" pensó.
- Decidido entonces. - La mayoría había hablado, y lo cierto era que el mejor curso de acción en aquel momento era seguir actuando como una unidad; tanto si se movían contra el Vampiro y todo lo de su organización que pudieran golpear en aquellas circunstancias, como si atraían de nuevo la atención de los guardias y debían huir, tener sus recursos concentrados aumentaba sus posibilidades.
Y si se tenían que dispersar posteriormente en una retirada táctica, maximizaba las posibilidades de escapar con éxito al desconcertar a la persecución en el primer momento.
Alya se alisó el destiltraje, intentando apartar de su mente en un primer momento la fatiga por el prolongado día de misión. - ¿Alguien tiene un mazo y clavos? Los necesitaré para el interrogatorio. Y algo del agua bendita que nos dieron para la expedición; yo utilicé la mía.- dijo simplemente. Y había algo escalofriante en su átona voz que señalaba a todas luces que hablaba muy en serio.