Partida Rol por web

Muestro mis fauces según hacen acto de presencia aquellos esqueletos. Bufo, enseñando colmillo y el lomo se me eriza. Rápidamente alcanzo una flecha de mi carcaj y la lanzo en dirección hacía uno de los esqueletos. La flecha silva, cortando el viento, pero este acaba desviándola y no alcanza si objetivo. De mi garganta brota un maullido de disgusto, uno fuerte y agresivo, para después inflar los carrillos. Quería darle.

¡Ah! - exclamó al darse cuenta de lo que se les venía encima. Se repuso rápidamente y desenvainó sus hojas cortas, esta vez no dudaría como con el Chacal, los esqueletos tenían que ser malvados por definición.

Conteniendo el aliento se lanzó a por el más cercano, tratando de partirle los huesos con un fuerte tajo en la caja torácica.

Dastan no se arredró al ver las horribles criaturas. ¡Pobre gente que había muerto y sus restos se habían transformado en algo tan horrible!

Sin dudar, empuñó su tridente y golpeó con Fuerza al esqueleto más cercano. ¡Plas! Así aprenderían. Se había puesto delante a proteger a sus compañeros. 

Hamo había sido descuidado, ¡no había llevado su ballesta! Retrocedió a retaguardia para permitir que Dastan y Kon dieran buena cuenta de los esqueletos, pero no podía quedarse de brazos cruzados. Había leído mucho y su memoria era bastante buena, así que a lo mejor había podido acceder a información sobre aquellas criaturas no muertas que fuera útil en el combate.

Aquello sí que no se le esperaba Kivo. ¡Esqueletos saliendo del suelo! Y pensar que iban a dormir a pierna suelta al lado de un sitio así, sin saber nada. ¿Habrían capturado a Mö esos monstruos?

No le pillarían así como así. Kivo reaccionó rápido y con un giro de muñeca empuñó su bastón. Con un movimiento lo clavó en el suelo, lo usó de pértiga para elevarse hasta una estatua, y luego se impulsó con ella para impactar a un esqueleto con la vara.

Sasha falló en su ataque, aunque Kon verdaderamente era un compañero y aliado fuerte. Golpeó a uno de los esqueletos y uno de sus brazos quedó por el suelo. Él en lugar de atacar se paró para intentar recogerlo, hasta intentó colocarlo en su sitio. Aquello sería hasta gracioso, de no ser porque había dos de ellos. 

Kivo dio un salto increíblemente grande para el tamaño que tenía y golpeó de nuevo sobre el esqueleto que había perdido su brazo, convirtiéndolo en polvo de hueso. Una nube tétrica se formó en el pequeño cementerio, a causa del esqueleto que ya no estaba, ni estaría más.

Dastan golpeó al segundo esqueleto, dejándole sin rodilla y sin media pierna. Eso lo hizo caer al suelo, pero no fue suficiente para pararlo. Pero el no-muerto consiguió arrastrarse hasta él y devolverle el golpe, o bueno, más bien le consiguió morder la pantorrilla, dejándose algún diente en el proceso. Aquello dolía.

A Hamo aquellos monstruos le parecían esqueletos (monstruos de nivel 3) y sabía que no tenían habilidades especiales.

El golpe de Kivo había acabado de fulminar al esqueleto que ya había herido Kon, pero el otro había llegado a morder al pobre Dastan. ¿Sería una herida peligrosa?

Aterrizó con una voltereta, pero acabó demasiado lejos y en una postura poco cómoda como para acabar el movimiento en buena posición. Avanzó lentamente y, simplemente, golpeó al esqueleto como pudo.

- Son sólo huesos y polvo - anunció a sus compañeros - Aunque no sé cómo han vuelto a la vida... pero yo no tendría muchos reparos en deshacerme de ellos. Quienes fueran ya vivieron su vida y lo único que merecen es descansar en paz.

No servía de mucho en combate, quizás animando a sus compañeros, al no tener su ballesta a mano. Se limitó a no entorpecer y avisar si alguien era flanqueado.

—Ahhhhhh —gritó de dolor Dastan. El esqueleto le había rajado bien. Ahora no veía como el agua se llevaba su sangre, ahora ser vertía al suelo y manchaba el polvo del cementerio.

—¡Vuelve al polvo! —gritó clavando su tridente en las cuencas vacías de los ojos sin vida. 

Los compañeros habían eliminado a uno de aquellos bichos, pero todavía quedaba uno, o parte de él. Por ello, no me lo pienso dos veces y procedo a mi segundo ataque, lanzando de nuevo una flecha para lo que me concentro y apunto al segundo esqueleto. Sonrío cuando veo que mi segundo flechazo tiene mejor trayectoria.

La segunda flecha de Sasha no llegó a su destino y Kon parecía demasiado asustado por el mordisco que había sufrido Dastan como para repetir su ataque contra el esqueleto. Kivo se movió con urgencia para ayudar a su compañero de viaje, pero no fue sino el mismo meteomago el que acabó de un golpe con aquel montón de huesos.

Le golpeó la cabeza y dejó de sentir la presión del mordisco, convirtiendo en cenizas el cráneo. Los viajeros habían acabado con aquellos monstruos, de los cuales solo había quedado polvo. Si había más monstruos como aquellos Mö podría estar en peligro, ya que se había alejado solo del templo.

Dastan cojeaba debido a la herida, pero al menos podría caminar.

- ¡Phew! - dejó escapar Hamo, retirándose un mechón de cabello de la frente. Habían salido bastante bien del encontronazo, aunque Dastan había sufrido un mordisco de una de esas criaturas. Con una sonrisa tranquilizadora se acercó a él y le ofreció su hombro para caminar - No he leído nada acerca de maldiciones ni magia maligna asociada a estos seres, aunque quizás deberías tratar la herida para prevenir una infección.

Luego se giró hacia Kon.

- Perdona, Kon, ¿verdad? ¿Tu amigo... le pasaba algo? ¿Hubo alguna razón para desaparecer así?

Dastan vio que habían acabado con los esqueletos, se giró para comprobar que todos estaban bien y se encontró apoyado en el hombro de Hamo.

—Sí, pero mira —dijo concentrándose, haciendo unos pases en el aire, invocando la magia del agua, de la vida, de la regeneración y curación. Su herida comenzó a cerrarse —tengo algunos trucos, me guardo el resto por si hieren a otros.

Tenían que sacar más información cuanto antes. —Kon... ¿Que ocurrió? ¿Es normalmente Mö así? ¿O le deben haber capturado? 

Kon vió brotar la sangre de la herida de Dastan y se quedó perplejo, no supo si rematar al esqueleto o asistir en su ayuda. Al final, el avezado viajero atinó a hacer las dos cosas él sólo.

Una vez pasada la amenaza inminente, el grupo de nuevos viajeros una serie de incómodas preguntas sobre su compañero, lo cual ensombreció su casi sistemáticamente alegre rosto.

Yo...yo... - apenas acertaba a responder a nada, nunca se había tomado demasiado en serio las excentricidades del ren, y realmente no estaba seguro de si había llegado demasiado lejos o en verdad le había pasado algo - Sé que es un tipo algo arisco pero...nunca había hecho algo así, creo que puede estar en problemas - concluyó afirmando con un gesto, casi para convencerse a sí mismo más que al resto.