La sala era realmente grande, parecía una especie de hangar subterráneo con una gran puerta en el techo, además estaba la entrada por la que los chicos habían entrado y un par más al otro lado de la que salieron algunas personas con equipos médicos que se acercaron a tratar a los heridos, el hombre del traje les mira y dice:
Un pitido suena en ese momento, se trata del móvil del hombre, que lo coge y escucha atentamente mientras va respondiendo:
El hombre guarda el teléfono y dice.
Y sin más se gira sin prestarles atención para marcharse.
Sin soltar a Will, avancé por el pasillo hasta llegar a una sala bastante grande. Era una especie de puto cuartel general bajo el suelo. El ambiente allí estaba fresco, más bien frío, y no era de extrañar sabiendo que estábamos bajo tierra, aunque no a un nivel muy inferior. De todas formas miré alrededor, quedándome con las salidas y las entradas. Y de nuevo allí estaba el enchaquetado que nos había recibido.
"Casi todos", así que no habíamos llegado todos. Miré las caras... Eché de menos al chico blanco joven y a alguno más.
¿Estarían muertos o escondidos? Me pregunté. Al tipo de la chaqueta le había sonado el móvil y parecía que le estaban dando unos azotes en el culo por su manera de responder.
A su favor había que decir que al menos aquel ataque no parecía que hubiese estado planeado. A ellos les había cogido tan con los pantalones bajados como a nosotros... No estaban tratando de ponernos a prueba dejándonos a merced de aquellos drones y arañas de metal.
El tipo acabó largándose y yo miré al chico que todavía tenía sujeto. Estábamos a salvo allí, se suponía, así que me relajé.
- Tío, será mejor que te sientes, ahora echarán un vistazo a esa pierna.- Por primera vez me centré en la herida, no parecía haber perdido demasiada sangre, aunque el pantalón estaba teñido de rojo.- Hemos salvado el culo, eso es bueno, supongo.
Recorremos la mina por la que hemos entrado y llegamos a uns especie de puto hangar futurista. El cabrón del traje está otra vez hablándo como si no estuviéramos allí. Siento mí sangre hervir, miro a Hannah y luego a los soldados. Quizás un cuchillo bien lanzado pienso, pero eso nos pondría en una situación comprometida. Quizás no llegar a eso.
Escucha, puto gilipollas, perrro esas cosas han intentado matarrrnos, así que o te explicas de una puta vez o vamos a tenerrr un serrrio prrroblema. Mientras hablo, doy un par de pasos adelante, con la mano en mí cintura por la parte de atrás.
Quien esté detrás, podrá ver varios mangos de cuchillos de cocina asomando, y como tengo uno empuñado, aunque aún no lo he sacado.
" Será mejor camarada que te relajes un poco para que no lamentes haberte precipitado después por no tener toda la información necesaria, porque me parece que estos tipos no se andas con dudas, guarda eso d inmediato "
Le susurró Esmeralda en ruso a su compatriota mientras que le sujetaba el brazo con el cuchillo, tras alcanzarla silenciosamente por la espalda, pero tratando de no evidenciarla, de ser posible, ante el tipo trajeado y los suyos
-Gracias a Dios, por fin un lado medianamente seguro- pienso aliviado cuando entro a la mina; aunque eso de mina tenia poco, parecía más un hangar militar. Allí ya habían más personas, como al desfigurado, a la chinita o al otro negrito; aparte de llegar otras personas con nosotros. Aunque no están todos, y recordando las maquinitas que hay allí arriba, puede que no los volvamos a ver... joder, que pensamiento tan siniestro.
Pero si tenemos hasta a Mr. Traje en todo su esplendor. Por la conversación que ha estado teniendo con el movil, "el ataque de los robots asesinos" no estaba planeado en su plan de reincersión a la sociedad. Aparte, parece que no va ha estar mucho tiempo aquí y que va ha dejar a una tía al mando ¿se referirá a Rescue?; no conozco a otra tía por aquí.
Cuando ese tío dice "que os curen", que Óscar me dice que me vean la pierna, y el intentar moverme por mí mismo sin su apoyo, me recuerda que tengo un agujero en la pierna izquierda -Ostia coño, es verdad, mi pierna- exclamo, con el hecho de haber llegado aquí, se me había olvidado -Alguno de vosotros, médicos ¿me puede ayudar a parar el periodo de mi pierna?- les pregunto, bromeando un poco, para ir recuperando mi sentido del humor. Antes de que lleguen a acompañarme, me giro a ver a Óscar -Eh, tío. Muchísimas gracias, te debo la vida; que sepas que no olvido favores como esos- le digo sonriente a mi negro héroe -Acabas de inaugurar mi lista de "No gastar bromas a..."; y si necesitas algo, me avisas- le digo bromeando.
Una vez me acompañan los médicos, sigo bromeando, no lo puedo evitar -Si mi pierna no puede ser salvada, quiero una pierna cyborg con cohetes incorporados y que corra a velocidad luz- les digo, aunque de verdad, quiero salvarla -¿Y tienen algún calmante o anestésico? Me vendría bien uno ahora mismo- les pido, con la esperanza de que me sobre un poco; las bromas que se pueden hacer con esas sustancias son casi infinitas. También les voy guiñando el ojo a las chicas con las que me voy cruzando; a lo mejor alguna cae ante mis encantos de recién tullido.
La muchacha coreana bajo de la aeronave despues del hombre trajeado. Estaba encogida y palida, mirando alrededor con cierto resentimiento. Queria volver al refugio, ahi lo tenian todo controlado. Diviso cierto rincon con unas cajas y tras dedicar una ultima mirada a Yago dentro del avion, corrio hacia ahi, sentandose en el suelo, entre las cajas. Se abrazo las piernas como una niña y permanecio distante de los demas, desconfiada y asustada. Pero sus ojos rasgados se fijaron hasta en el mas minimo detalle, recorriendo a cada uno de ellos en silencio, voraces de informacion.
-Vaya, parece que aquí hay mas calma que en esa maldita aeronave-.Me sentía aliviado de no pasar mucho tiempo más dentro de esa mierda.
Vaya parece que hay gente que ha tenido bastante mala suerte, también me sentía seguro con mis pertenencias así que me centre un poco en observar aquello.
Le devolví la mirada a la chica coreana y me acerque al chico con la pierna herida.
-Joder tio, ¿estás bien?
- Olvídalo, tío.- Respondió Óscar a los agradecimientos de Will- No he hecho nada que no hubiese hecho cualquiera con un mínimo de conciencia.
Se alejó un poco de él para facilitar la tarea a los médicos y para no estorbar demasiado, al fin y al cabo, él no podía hacer mucho más y ahora tenían a gente que podía encargarse de la herida. Aprovechó para echar un buen vistazo al lugar y a la gente, al parecer iban a darles una charla sobre lo que estaba pasando y lo que había pasado, ya era hora. Había gente armada allí, soldados y aquella especie de armaduras - robot ¿A qué clase de sitio los habían llevado?
Pensó en su madre y en su hermana y eso le dio fuerza y ánimo para tranquilizarse, respirar y enfrentarse a todo aquello, no fue hasta ese momento en el que se paró a darle vueltas a la situación, que no se dio cuenta de lo verdaderamente asustado y perdido que estaba. Pero aún así había logrado no pensar solo en sí mismo y había ayudado a otro. Eso era bueno, significaba que todavía había cosas en él que merecían la pena. Esperaba que esas cosas siguiesen ahí cuando todo aquello acabara.
" Que les ha pasado a ustedes? ¿Saben algo acerca de los que no están aquí?
Dijo Esmeralda en un poco fluido ingles con marcado acento ucraniano o ruso después de tratar de calmar a Svetlana para acercarse al guapo chico herido, para saber su estado
Uno de los chavales se acercó a preguntarme por mi pierna, al igual que la rusa pelirroja -Guau, se estan preocupando por mi pierna ¿de verdad son de los 12 peores chavales del mundo?- pienso confuso, pero ya lo hablé con Óscar; esa afirmación me parece muy cogida por pinzas. -Mi pierna esta bien, gracias por preguntAAAARRRGG... ¡chicos, más cuidado que duele; avisad!- les digo, pero los médicos están tocando la herida para curarla, y al no esperarmelo suelto un grito y les crítico un poco.
-No sabemos nada de los demás- le respondo a la rusa, dedicandole mi mejor sonrisa; la pelirroja estaba buena -Con respecto a lo que nos pasó; yo estaba haciendo una chapuza a una nevera para sacar un depósito de agua- les voy explicando, y les enseño el depósito que guardaba en la chaqueta -Entonces, mi amigo me dijo ¡Al suelo!, porque había un dron flotando en la ventana, yo me escondí en la misma nevera que estaba trucando; y de repente, ZASCA, un rayo láser atravesó la nevera, mi pierna, la puerta de la nevera, y la pared de enfrente- les sigo narrando. Entonces señalo a Óscar -Si no fuera por ese tío y "Mrs. Potts", que es la tía de la armadura, estaría muerto- les acabo de explicar.
-...Perdón, les habré aburrido con tanta charla- de mi chaqueta sacó un paquete de chicles (de esos que cuando lo sacas te pillas los dedos; me molan las bromas clásicas) -¿Un chicle?- les ofrezco a la rusa y al chaval -Creo que tú te llamabas Esmeralda, y tu Yago ¿me equivoco?- les pregunto recordando los nombres que dijeron al principio de esta rara situación.
Podéis tirar Advertir/Notar de dificultad 16 para ver que el chicle es de pega XD; si falláis, os la coméis.
Después de un rato admirando a aquellos tipos con armaduras futuristas que habían venido a salvarnos de los drones voladores, desperté de mi ensoñamiento y seguí a las chicas hacia la mina. La sala a la que dimos era una especie de hangar enorme.
-Esto empieza a parecerse más a una película de Hollywood que a un reality. -No pude evitar pensar mientras observaba el techo, a una grandísima distancia por encima de nuestras cabezas. Pero el ensimismamiento me duró poco, pues al escuchar al hombre del traje hablar y decirnos que nos curásemos, el dolor, como si fuese algo que se puede recordar, volvió a inundarme el hombro.
Escuché como Jester, al que ya estaban atendiendo, bromeaba con uno de los médicos. Hasta Esmeralda había ido a preocuparse por lo que les había pasado.
Me acerqué yo también y me senté al lado de mi compañero herido, sacándome la camiseta y dejando ver la herida de mi hombro, algo así como una quemadura de lado a lado.
-Eso de los calmantes sonaba bien. -Dije esbozando una sonrisa. La verdad es que no me había dado cuenta, pero me dolía muchísimo, lo de los calmantes iba más en serio de lo que podía parecer. Uno de los médicos se acercó y se puso a curarme a mí también. -Merci mesieur. -Le dije mientras me recostaba sobre la pared, con la cabeza apoyada y mirando de nuevo hacia arriba. -¿Quién es toda esa gente con los trajes robóticos? ¿Sabéis algo? -Dije esta vez dirigéndome al resto de compañeros, que no parecían tan mala gente como cabría pensar.
Nosotrrrros explorrrrarrr aquellos edificios y, después que había encontrado comida y agua para hacerrrrnos un rrrrefugio, aparrrrecen esos hijos de puta y nos joden todo. Yo golpeé a uno con un bate de beisbol, perrrrro no le hice ni un rrrrasguño. Esperrrro que estos cabrrrrones nos digan algo, porrrrque si no voy a orrrrganizarrr una puta guerrrra mundial cuando salga de aquí esto último lo digo mirando a Esmeralda, con cara de bastantes pocos amigos. Quizá en el fondo piense que podría tener razón, pero no me gusta que NADIE me lleve la contraria, y eso no va a cambiar.
Miro a nuestro alrededor. La verdad, algunos de los tíos no están mal, son potables... no son de lo peor con lo que me ha tocado compartir celda. Al menos hay chicos, no solo tías que se piensan que porque eres joven van a poder mandarte y tienes que rajarlas el cuello.
Vio que todo el mundo se habia concentrado alrededor del chico herido, aun oculta en las cajas. Sus pequeños ojos observaron sus heridas, valorando cuan peligroso era lo que les rodeaba. Y la respuesta era clara. Realmente sus vidas estaban en juego. No era una simple prueba, no era un castigo moral. Realmente podian morir si no eran cuidadosos. Eso era precisamente lo que mas le asustaba, saber que estaba en un sitio casi peor que la carcel. Aunque quizas iba a morir de todas formas si no salia de corea. Se apartó el cabello de la cara y organizo sus dos coletas en una sola, tratando de mantener el rostro lo mas despejado posible. Tambien se coloco mejor la ropa, movida por aquel viaje.
Debia mantener la cabeza despierta, captar lo maximo que podia de cada uno. Aprender de los que podrian ser sus enemigos o sus amigos para estar preparada para todo. Les escucho, les observo y aprendio de cada gesto que hacian. Sabia que la rusa era explosiva, peligrosa. La otra lo era de una forma mas calmada. Tanto Yago como Oscar eran chicos con buen fondo que habian tenido una vida dificil. Darby unicamente se preocupaba por si mismo, pero sabia que en cierta forma tendria buen corazon. William, era quizas el mas complicado de analizar. Era todo bromas y alegria. Pero estaba ahi por algo, como todos.
Ella continuo fingiendo miedo, siguio acurrucada, esperando que el supervisor llegara, que todo comenzase. Era hora del espectáculo.
Motivo: Notar chicle
Dificultad: 16
Habilidad: 6+5
Tirada: 1 4 4
Total: 4 +6 +5 = 15 Fracaso
Mire desconfiado el chicle, lo acepté y me lo guarde en el bolsillo, necesitaba pensar en cosas, no en mascar un chicle que me ha dado un desconocido.
-Gracias, me vendrá bien por la noche.
Que estupidez, si estamos debajo de la tierra..
Disculpad, le he dado al botón para la tirada y no escribí nada jajaja no lo he conseguido.
Los médicos iban tratando a los heridos, primero les pusieron unos calmantes para el dolor y después empezaron a actuar sobre las heridas, por lo que decían parecía que no eran especialmente graves ya que la misma quemadura de la herida había cauterizado las heridas, y aunque tardarían aun un poco y les dejaría una buena cicatriz no era tan grave como podría esperarse de esa clase de herida.
Pasaron unos 10 casi 15 minutos cuando por la entrada llega Peter con aspecto de haber corrido bastante. Prácticamente al mismo tiempo que el chico proviniendo del Vaticano entra la chica de la armadura de color rojo.
La chica caminaba a una buena velocidad mientras hablaba sin duda usando alguna clase de radio:
La chica llega al centro de la habitación y se queda parada mirando a todos, suspira profundamente mientras se empieza a quitar el casco, le da a un botón en un lateral y se quita el casco mostrando a una chica joven asiática con mirada molesta, también se quita la parte de arriba de la armadura mostrando una camiseta negra de tirantes con una inscripcion roja (4M), inclina levemente el cuerpo mientras cruza los brazos
La chica les mira unos segundos, realmente parecía algo molesta, mira a todos uno por uno y finalmente dice:
Suspira profundamente, realmente parecía fastidiada con aquello, no dejaba de mirar a todos con mala cara, como evaluándoles y negando, dice entonces:
Se acerca a una de las pantallas y dice casi gritando:
Tras unos segundos aparecen varias imágenes
La primera imagen muestra a un hombre con algunos implantes cibernéticos, la segunda muestra la máquina que algunos de los allí presentes ya habían visto y la tercera una mujer de aspecto algo extraño, Ga Yoon suspira y dice mientras va señalando las imágenes por orden:
Mira a todos unos momentos y suspira de nuevo, deja unos segundos como para que digieran la información y añade:
La chica se acerca a todos y se coloca en el centro para mirarles y decir ahora en un tono amenazador:
Da una sonora palmada para que se haga silencio en ese momento y dice:
Miro a la asiática. Dios, que ganas de tener aquí uno de aquellos misiles antibúnker y volar a todos estos putos gilipollas. Una guerra secreta, ¿eh? Y qué más, ahora dirán que existe shon-goku.
Veamos... Yoon, ¿no? Vaya nombres rrrrarrros os gastais. ¿Y si os prrrroporrrciono... digamos dos ojivas nuclearrres parrra que me dejen marrrrcharrrme?
Miro altivamente a la asiática, manteniendo mis manos cruzadas en la espalda. Aunque no es algo inocente, las tengo así para que si esta puta o cualquier otro jilipollas de por aquí pretende hacerne algo, sacar un cuchillo y rajarle el cuello.
Y porrr cierrrto, vaya puta mierrrrda de segurrridad teneis aquí. Crrrreo qué tenía más en mi antiguo cuarrrtel generrral.
No estaba tan equivocado al principio como creía, sabía que esa mierda de decir un nombre era para volvernos unos en contra de los otros.
-No es muy bonito decir que somos mierda, cuando usted va a ser nuestra ''jefa'', creo que le han destinado a lo que se merece, esa actitud está bien para subordinados, gente que no ha tenido el poder y que puede amedrentarse fácil, pero aquí, está lo peor de lo peor, dudo mucho que tus palabras hieran a alguien.
Una guerra contra seres de otro planeta, era increíble, podía decirse que estaba emocionado.
-La verdad es que no te diferencias mucho de esas criaturas con ese traje. Estaba claro, ellos no nos querían reinsertar, si no obligarnos a hacer un ''favor'' al mundo, que después perdonarían nuestros delitos.. jajaja ¿mi delito es sobrevivir?.
-Quiero empezar ya el entrenamiento contra esas máquinas, si ellos saben de vuestro plan, todo el parloteo que tengamos es peor para nosotros.
Estaba claro que quería vivir, necesitaba prepararme para lo que vendría a continuación..
Hyung, aun una desconocida para el resto, se puso en pie cuando entro la armadura andante. La tecnologia era asombrosa, eso sin duda. Debian disponer de fondos secretos de varios gobiernos y de muchas empresas privadas. Escucho atentamente en silencio, atendiendo a cada detalle de Ga Yoon. Era la segunda coreana que veia, asi que su gobierno tenia bastante que ver en esto, lo cual, hizo que su mirada se afilase levemente. Menuda tonteria. No sabia que hacia ahi. Dudaba ser util en batalla, no era su estilo. Ella era mas de buscar y aprovechar oportunidades.
Todo aquello le sono a locura, cierto, pero no iba a ser la idiota que les cuestionara, no en esa situacion. Por el momento debia permanecer sumisa. Quiza asi tuviera oportunidades de llegar a un ordenador. Eso seria su salvacion. Tuvo que admitir que el comentario de la rusa tonta casi le hace reir. Esa gente no parecia necesitar comerciar con una cria por un par de armas. No era demasiado perceptiva. Por fin, hablo. - Todos... combatiremos o habran otros puestos utiles... - Formulo la pregunta con miedo e inseguridad, apretandose las mangas de la camisa en lo que miraba a la jefa.