Partida Rol por web

Suspiró aliviado al ver el nuevo amanecer, al menos viviría otro día más. Palpó la ración que le quedaba en el cinturón y decidió guardarla para el último momento, aún quedaba un poco hasta que les dieran los nuevos cinturones, quizás hasta podía cogerla antes de que le quitaran este.

-Buenos días...- dijo con ciertas dudas de que fueran buenos, hoy caerían muchos de ellos y eso no eran buenas noticias. Al menos con el sol iba tomando calor tras el frío nocturno, notaba incluso algo húmeda su camiseta aún, con el sol todo iría mejor. No tomar casi agua durante la noche había iba bien, no había tenido que parar a mear... Aunque no tardaría en tener necesidad al menos de lo mínimo.

Al parecer uno de los bocazas tropezó, les pasaba por perder sus fuerzas hablando y con el calor y la falta de agua se notaría en mayor medida, estaba claro. Seguro que su ex estaba al otro lado de la tele ahora mismo deseando que no volviera a levantarse tras la próxima caída.

Tras el breve y accidentado paseo por el campo finalmente volvemos a la carretera... como vuelva a ver un rastrillo en mi vida le prendo fuego y se lo meto por el culo al que lo dejó tirado... Finalmente había escuchado mal, el aviso no era para mí... con las risas de los soldados no me percaté bien... Se vé que aún con el golpe en el cara no reduje demasiado el ritmo... mejor aún...  palmar por pisar un zurullo, por que te tiren mierda o por comerse un rastrillo lleno de mierda... parezco el coprofílico del grupo.... ya solo falta que una baca me rocíe de pis....

A lo pocos metros la carretera vuelve a estar transitable y Pickman y yo volvemos al camino... bueno... al menos yo... Pickman a decidido  hacer el saludo del papa y dejarse los "fuciños" en el asfalto....

¿pero que haces atontao?,  levanta que te van a freir y luego a quien le cuento yo mis experiencias... ¿por cierto alguna vez te pusieron un enema?.... Si es muy grande se te hincha la tripa y es muy incómodo, pero también dá gustirrinín... .. fijáte... el 94 tiene toda la pinta de llevar uno puesto, ese movimiento de lorzas, subiendo y bajando al ritmo de los pasos.... por un lado es hipnoizante, pero al mismo tiempo repulsivo...

El amanecer de un nuevo día llega, y con la luna se van los malos recuerdos de la pasada noche, cuya sombra va evaporándose y tornándose borrosa como si de un mal sueño se tratase.

Apenas recuerda la mitad de los sitios por los que pasó, como si hubiese tenido microsueños de la que iba andando.

- Ahora mismo me tomaría un zumo de banana... 

En su defecto, solicita un poco de agua y se enjuaga la boca con ella para después escupirla y, ahora si, beber un buen trago.

Ay que joerse con el Aki.... Que aguante tiene el tío.... Según avanzan los kilometros-millas cada vez queda más claro que tiene las de ganar.... el tío sigue y sigue como si la vida no fuera con él..... Desde luego o le pega de repente una pájara de campeonato o este tío con la regularidad que lleva no entierra a todos.

Debió haberlo supuesto. Poco después de salirse de la carretera, tropezó con algo y cayó sobre la tierra ganándose otro aviso. 

Bram masculló una maldición mientras se levantaba con esfuerzo pero con la mayor rapidez que podía, ignorando el dolor agudo de sus músculos exhaustos. 

Puta mierda... 

Poco después un imbécil salió corriendo hacia una arboleda cercana y los soldados se incorporaron en el vehículo, pobre diablo, dio unas cuantas zancadas torpes, seguramente hubiese sido más rápido si no llevase un centenar de kilómetros encima. Se oyeron varios disparos y adiós al corredor. Uno menos. 94.

Abraham llevaba toda la marcha bordeando la eliminación. Tuvo problemas en la zona de obras y ahora otra vez seguía cayendo su ritmo. Entonces recibió el aviso fatídico que ya había escuchado cuando el grupo pasó por la universidad.

-¡Tercer aviso, número 9! ¡Último aviso, número 9!

La Autopista, a 54,8 kilómetros de Old Town. 7:21 horas.

El nuevo amanecer trajo ánimos entre el grupo. Los que habían sobrevivido a la noche se felicitaban por haber conseguido sobrevivir al primer día de La Larga Marcha. Aki lideraba al pelotón, caminando imperturbable y sin apreciarse ni un ápice el cansancio. Cualquiera diría que el africano se acababa de levantar después de un sueño reparador en lugar de llevar cerca de 24 horas andando y más de 150 kilómetros a sus espaldas.

Más disparos llenaron el aire. Un nuevo cuerpo se desplomó sobre el asfalto. Era el número 64, un tal Frank Morgan. Durante la noche había pillado un resfriado serio a causa de la lluvia y el viento. Había ido empeorando con el paso del tiempo hasta que ya no pudo seguir el ritmo. Se había quedado cada vez más atrás hasta que había recibido el tiro de gracia por sobrepasar los avisos. También Abraham volvía a estar en la cuerda floja. Pero a estas alturas de la competición, el tercer aviso ya era una losa demasiado pesada. Los soldados no le quitaban el ojo de encima, consultado su ordenador que rastreaba los ritmos de todos.

Medway era el siguiente pueblo de la lista. En los márgenes de la autopista se habían colocado un gran número de curiosos y madrugadores, ansiosos por ver a sus ídolos. Para sorpresa de Aki, los carteles con su nombre competían con los de Garraty. Incluso muchos gritaban su nombre. Una joven, mucho más atrevida que el resto, se colocó junto a Jesse.

-¡Ey, Jesse! ¡Olvídate de la zorra de tu ex y disfruta de estas que son gratis!

El ardor en mi rodillas se hacía notar lo suficiente en la marcha, muy lentamente comenzaba a recuperar el ritmo desde ya que ni en sueños a la par del hombre mayor. Lo bueno es que las experiencias de Simón al menos lograba que me olvide del dolor adyacente en todo el cuerpo. Más aún cuando menciona lo del enema.

-Pero que obsesión tienes con el culo hermano, no te basta con los dildos que ahora enemas. Deberías probar con un negro también. - bromeo sin dejar de reír a carcajadas por la burrada que le estaba diciendo. Era gracioso pensar que existían personas capaces de estimular tanto su punto G, a mi jamás se me había pasado por la cabeza ya que era bastante convencional en la cama. 

Atento a lo que acontecía a mi alrededor observo que muchas personas estaban allí esperándonos, incluso una directamente me habla y me muestra sus pechos, que por cierto eran una belleza ante tanto huevos, olor a sudor y estiércol. Cómo fue un grato momento, voy corriendo hacia donde estaba beso sus labios y le doy una tocada en sus pechos, para luego volver al pelotón regalándole un guiño. 

- Viste Simon, al menos me muestran las tetas. - sonrío ante ese comentario y sigo la marcha. 

Miró al veterano al ver tantos carteles a su favor, desde luego estaba causando furor y no era para menos. Eso ayudó de paso a Timothy a hacer memoria de su nombre, que para él era sumamente complicado de recordar. Aquel hombre que había venido engañado, con a saber qué razones, iba a enterrarles a todos. Sin duda su forma física, pese a lo que pudiera parecer, era mejor que la de cualquiera de los jóvenes que se habían apuntado a aquella locura.

Debido a que ya había pasado a la joven que se descamisetó, no pudo tener un plano amplio de aquellas tetas, pero pareció que aquel bocazas sacó provecho de la chica. A la cabeza le vino la imagen de W, que había sido el último en besar a una chica cuando apenas salían. Le recorrió un escalofrío pensando que aquello fuera algún tipo de maldición.

Tres avisos. 

Bram no levantó la vista del suelo mientras caminaba. La muerte me ronda. Pensó y no pudo más que  sonreír. Se acordó de un poema que leyó alguna vez, decía que en su lecho de muerte, la Muerte pidió que la cremaran y esparciesen sus cenizas sobre todos los vivos.

Tenía su gracia.

La muerte. Esa cabrona siempre tiene los días contados. 

Me estaba costando un horror continuar... un gran agujero en el estomago empezó a hacerme trastabillar, sin pensarmelo dos veces comí la última barra que me quedaba y por suerte sirvió para que no me diera una pájara....

Cuando nos acercamos a un pueblo una chica enseño los pechos a Pickman.... ¿a Pickman?.... ahora hay que ir por la vida de cornudo para que una grupie se te tire a los pies...

Sin embargo Pickman, que yo pensé que tendría un poco más de cerebro, se fué a darle un beso... ¿este chaval se quiere ganar un aviso? ¿O peor aún quiere que le peguen un tiro a ella por molestar a los marchadores?

Aún así me alegro por Pickman, por lo menos a él le han dado algo agradabe, a mi me lanzarón un cagallón....

Me fijo en el 9, se ha ganado tres avisos casi de golpe y con la berza que parece llevar, creo que tiene ya un pié en el otro barrio... no sé, pero parece que alguno diréctamente ha venido para suicidarse en público.

Bueno, Jesse... yo te iba a preguntar que era lo que te estimula a tí, pero ya veo que cuando ves dos tetas ya no eres persona.... No te culpo a mi también me pasa, aunque no lo creas me gustan más cosas que estimular mi prostata... Dime.... ¿tu novia aguna vez te introdujo un dedillo?....

Oye amigo y lo del negro si te soy sincero no lo he probado... pero ahí tenemos a uno que parece que podría darnos por culo a todos los presentes... ¿podríamos preguntarle que clase de cosas es gusta hacerse en su pueblo.... a lo mejor son más pervertidos que los japoneses....?

Más muerte tras unos disparos. Nuevos avisos. La Larga Marcha no daba tregua y una noche en vela, con poco más que un tenue sopor medio inducido por el ciclo circadiano, había hundido algo más la resistencia de mi cuerpo.

Esperé que el sol incidiera con un poco de alegría para ver si con él se hacía más leve la caminata, pero eso lo pensé por haber pasado una noche de lluvias y frío. Caminar bajo el sol abrasador tampoco sería buena idea, pero en ese momento era lo que deseaba. Por aquello de buscar lo opuesto de lo que se tiene.

Aquella chica generosa se ofreció a Jesse para envidia de todos. O casi todos. Por suerte para él, se las ingenió para regalarse un magreo y un beso sin generar aviso. Fue más listo que W.

Tomé un poco de agua. Pero no pude más que seguir el ritmo, pero deseaba parar, un rato al menos. Aunque sabía que eso era imposible.

Niego con la cabeza ante el comentario de Simón, era hombre y cualquier par de tetas podía incentivarme desde luego, más considerando el contexto y la abstinencia. Pero tampoco era un depravado sexual al punto de faltar el respeto a una chica, por más que ciertas cuestiones a uno lo cautiven. 

-Que va, tampoco es que he perdido la consciencia. ¿Vas negar que estaban buenas? -pregunto con cierta picardía y prosigo. -Piensa en esto, a ti te lanzan heces a mi me muestran los pechos. Ya sabemos quien es el encantador aquí. - le doy un codazo riendo a carcajadas. 

Y ya denotando un poco de confianza, por supuesto en exceso, señalo mi rostro y sonriendo replico. - Mira lo bonito que soy, pero no te enamores porque solo me atraen las mujeres y ya tienes la prueba. - era divertido hacerse el pavo delante de mi compañero, un poco de masculinidad entre tanta testosterona resultaba ser aliviador. 

Como el ritmo que mantenía era relativamente estable, intento mantenerme cerca de Simon porque ya no olía tan mal. - No nunca me ha metido un dedo, tampoco es que lo he deseado mucho. Recuerda que no soy como tú, un explorador de su punto G.- respondo marcando la diferencia. 

 Sus comentarios sobre el africano fue un poco raro, a decir verdad no me imaginaba al tipo haciéndonos esas cosas ya que podría quitarme el sueño eternamente. - Tiene resistencia si, pero ya que nos monte es otro tema. Simón... No me imagino a los africanos pervertidos sino más bien rústicos y con respecto a los japoneses ya no saben que hacer con su maní, por eso inventan cosas nuevas. Pobrecitos... Con algo tan pequeño y no saben que hacer. -me lamento obstentando sobre mi virilidad, continuaba jactándome un poco porque al parecer el efecto pechos me había animado lo suficiente. 

La agradable sensación que le había invadido esa mañana con la salida del sol, junto a la emoción que le había embargado de constatar que seguía vivo cuando alrededor la muerte hacía tan manifiesta presencia, le continuaba estimulando a seguir adelante con un ánimo envidiable. Ánimo este que, aunque se vio ligeramente perturbado cuando le dieron el pasaporte a un muchacho que no había tenido oportunidad de conocer y cuando vio el estado en el que arrastraba los pies el número 9 que parecía haberse rendido ya, pugnaba por mantenerse alto como si, y muy probablemente así fuera, de ello dependiera su vida.

La escena de la chica mostrando sus pechos no hacía sino añadir más surrealismo a lo ya vivido, dotando a la experiencia de un componente imaginario que, unido al cansancio psicológico, daba como resultado una especie de inconsciencia velada, gracias a la cual se fuese incapaz de percibir la auténtica gravedad de la realidad circundante.

Es una distracción, una evasión del conjunto de pensamientos que, como el peor de los cepos, es capaz de arrastrarte hasta la muerte. La oportunidad que se nos brinda de salir de aquí con vida. Tal vez, si sucede el suficiente número de cosas absurdas e insólitas, descubramos que esto solo ha sido un mal sueño.

No le pasó desapercibido el creciente éxito de Aki entre los espontáneos que se acercaban a animar, incitados por el buen aspecto que presentaba el hombre en comparación al resto.

Parece que ya nos ven como a caballos de carreras en lugar de como a personas -. Dijo sin acritud, sin queja ni sorpresa, de un modo frío y ecuánime.

Akinlabi comienza al fin a sentir el peso de los kilómetros recorridos, lanza un suspiro, se enconge de hombros y sigue caminando, tampoco tiene otra opción.

Aquella excursión le había salido caro a Chris, y estaba seguro de que no aguantaría más tiempo si no entablaba conversación con alguien, se estaba volviendo medio loco por los dolores, incipientes pero constantes, y creia que la unica solución era engañar a su cuerpo, motivando su cerebro con calor humano...

...Solo había que elegir al adecuado, pero mientras se decidía, inconscientemente se fue acercando a Matt, poco a poco.